Sin destino (Acantilado) Yo, otro (1997) o Kaddish por el hijo no nacido (1990).
Kertész sobrevivió a los campos de concentración de Auschwitz y Buchenwald, adonde fue deportado con 15 años. Tras su liberación, en 1945, volvió a Hungría a terminar sus estudios, y después de una breve incursión en el periodismo comenzó a escribir piezas teatrales y guiones cinematográficos en buena medida basados en su experiencia, al tiempo que desarrollaba una importante carrera como traductor.
Su relato extraordinario Sin destino (1975; Acantilado, 2001) es una obra maestra sobre la destrucción masiva alemana de los ‘otros’ europeos: narra el paso por diversos campos nazis de un adolescente húngaro y judío en el último año de la guerra. Pero este escrito no logró, en parte por el olvido húngaro sobre su pasado racista, en parte por la censura, que sus libros se difundiesen como merecían.
En 1951 fue represaliado y despedido de su periódico, que fue declarado órgano del Partido Comunista. Entonces su trabajo se volcó en las traducciones del alemán, con las que sobrevivió y superó el yermo estalinista (de hecho, descubrió “demasiado tarde a Kafka y su grandeza inconmensurable”). Desde entonces, Kertész siempre mantuvo una actitud crítica e independiente, con la que atacó tanto los totalitarismos y el régimen soviético como, más tarde, el capitalismo y sus consecuencias.
A partir de Sin destino, considerada una de las mejores novelas del siglo XX, su obra ha estado atravesada por una profunda interrogación ética sobre la que planea la sombra de los totalitarismos del siglo XX. Entre sus obras destacan Kaddish por el hijo no nacido (1990; Acantilado, 2001), Yo, otro (1997;Acantilado, 2002), Fiasco (1988; Acantilado, 2003), Liquidación (2003), La bandera inglesa (1991; Acantilado, 2005), Diario de la galera (1992; Acantilado, 2004), Un relato policíaco (1977,2001; Acantilado, 2007) y Dossier K. (2006; Acantilado, 2007).
En 2002 se convirtió en el primer escritor húngaro en obtener el Nobel “por una obra que conserva la frágil experiencia del individuo frente a la bárbara arbitrariedad de la historia”. En los últimos años vivía entre Berlín y Budapest, ciudad, ésta última, en la que ha fallecido.
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“La esencia de mi obra consiste en trasladar lo ocurrido a una dimensión espiritual. Que quede en la conciencia, aunque ahora lo veo con menos optimismo que hace unos años. El Holocausto es el hundimiento universal de todos los valores de la civilización y una sociedad no puede permitir que se repita, que vuelva a presentarse una situación parecida. Pero la crisis económica, una crisis así, dio pie a la llegada de Hitler al poder.
Por tanto, deberían sonar todas las alarmas. Pero no suenan. Lo cual quiere decir que el Holocausto no está presente en la conciencia de los políticos europeos”, señaló en aquel testimonio. La obra de Kertész va más allá de la esperanza.
En realidad es un inmenso relato de la capacidad de supervivencia de los seres humanos, de la recomposición de la moralidad basada en la conciencia de que cualquier horror es posible.
En Sin Destino escribe:
“Tuve que reconocerlo: nunca habría podido explicar ciertas cosas de una manera exacta si me hubiera valido solamente de la esperanza, la norma, la razón, esto es, la lógica de las cosas y de la vida, por lo menos según mi experiencia vital”. Como Primo Levi, Kertész es autor de una obra que va mucho más allá de la experiencia insoslayable que describe, el Holocausto: sus libros dejan a la humanidad sola ante un mundo en el que la esperanza no es suficiente y, sin embargo, están también llenos de vida y sabiduría."
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/03/31/actualidad/1459409266_428700.html
31 de marzo del 2016
Kertész afirma que sólo lleva 'las mismas heridas que ha sufrido cualquier persona que ha vivido bajo una dictadura'. Y al juzgar las dos que él padeció, matiza: 'El estalinismo fue una experiencia distinta pero parecida al nazismo. Lo que pasa es que para los nazis yo era una persona de una raza que había que exterminar, mientras para los estalinistas era sólo una persona normal. Había un chiste en Budapest que decía que la diferencia consistía en que, durante el estalinismo, todos llevábamos en el pecho la estrella de David'.
Respecto al juicio histórico de ambas atrocidades, Kertész cree que 'el nazismo ha sido peor visto porque surgió de la propia cultura europea, de una cultura cristiana, y contribuyó a la destrucción de esa cultura cristiana. En cambio, el comunismo representó una cierta esperanza para muchos intelectuales europeos, y hoy en día todavía cuesta mucho entender que en realidad destruyó la última esperanza'.
¿No hay destino, entonces?
'En el Este vivimos bajo un capitalismo rampante, bastante salvaje, el de las democracias impuestas por Occidente. Cuando cayó el muro, los pueblos del Este ya no tenían confianza en el cambio, y no han podido llenar de vida ese cambio. Se han
quedado sin destino de la noche a la mañana. Por eso sigue habiendo dos Europas. Viviendo en el postcapitalismo, en realidad, porque el capitalismo clásico acabó hace tiempo. Paradójicamente, cada vez se parece más al socialismo, a la práctica socialista. Todo está centralizado. Las multinacionales y los monopolios tratan de centralizar, y de paso de uniformar
a la sociedad. No sé si todo eso constituye un peligro concreto, pero se puede percibir una idea de lo que puede pasar. Lo mejor, me parece, es que cada uno guarde su vida privada lo mejor que pueda'.
http://elpais.com/diario/2001/03/06/cultura/983833204_850215.html
"Sé por qué pasan hambre los hambrientos de mis sueños. Sé quién es aquel hombre. Sé quién es el perro. Sé por qué han de pasar hambre. Sé lo que les quito. Sé por qué he de verlos. Lo sé todo. Sé que nunca me abandonará la tortura de mi saber."Imre Kertész
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2703229.pdf
La última posada' (2016)
Un escritor muy enfermo enfrenta su último libro al borde del último suspiro, un testimonio descarnado e irracional de su vida. No fue una vida cualquiera: para llegar hasta aquí tuvo que aferrarla con los dientes, sobrevivir en circunstancias extremas en las que tantos se dejarían vencer por los acontecimientos. 'La última posada', la obra del superviviente del Holocausto Imre Kertész que Acantilado publicará el próximo 6 de abril supone el testamento literario del nobel hungaro fallecido hoy, literatura en la antesala de la muerte, literatura lúcida, arrebatadora, que persigue la sinceridad a sangre y fuego.
'Sin destino' (1975)
El autor de este libro sobrevivió año y medio en el campo de concentración de Auschtwitz - Birkenau. Su protagonista también. Y sin embargo, 'Sin destino' no es un texto autobiográfico, o no solo. Con la fría objetividad del entomólogo y desde una distancia irónica, Kertész nos muestra en su historia la hiriente realidad de los campos de exterminio en sus efectos más eficazmente perversos: aquellos que confunden justicia y humillación arbitraria, y la cotidianidad más inhumana con una forma aberrante de felicidad. Testigo desapasionado, 'Sin destino' es, por encima de todo, gran literatura, y una de las grandes novelas del siglo XX, capaz de dejar una huella profunda e imperecedera en el lector.
'Un relato policiaco' (1977)
Un miembro de la policía secreta de un país latinoamericano sin precisar relata, poco antes de ser ejecutado, su experiencia en el Cuerpo. Vuelven a surgir de este modo las preguntas que Imre Kertész siempre nos formula: ¿Cómo se implica el ser humano en la maquinaria de una dictadura? ¿Cómo llega a participar en ella? En este caso, Kertész lo narra desde la perspectiva no de la víctima, sino del verdugo. Con extrema economía, con frialdad, explica la caída de un hombre en la indiferencia moral y en el empobrecimiento definitivo del alma y da así con una de las claves para entender nuestra época.
'Fiasco' (1988)
"Sólo puedo escribir la única novela posible para mí", afirma Köves, el protagonista perplejo del presente libro. Novela extática, de iniciación, en la que una sutil pátina de humor melancólico recorre de punta a punta una acción que se despliega como un juego de muñecas rusas, nos dibuja un paisaje de tono kafkiano en el que la realidad y la ficción se entrelazan en un personaje que vive, en el plúmbeo y denso ambiente dictatorial del estalinismo, la experiencia de escribir a contracorriente. De una comicidad que se balancea entre lo delirante y lo absurdo, el lector se encontrará con la parte central de la trilogía dedicada a la "ausencia de destino", iniciada con la novela 'Sin destino' (1975) y culminada con 'Kaddish por el hijo no nacido'” (1990).
'La bandera inglesa' (1991)
"Siento por estos relatos algo muy especial, porque son fragmentos de mi propia vida: el desaparecido mundo de mi juventud en Budapest, bajo el estalinismo; aquellas figuras pintorescas, preparadas para sobrevivir, algunas de las cuales no me eran en absoluto ajenas; mi encuentro con la música de Wagner y con la literatura; el despertar de una gran aventura intelectual... y la súbita ruptura, simbolizada en el pasar de un jeep con la bandera inglesa. Cuando terminé de redactar estos relatos, tuve durante largo tiempo la sensación de que acababa de hacerme un regalo a mí mismo". Imre Kertész
'Diario de la galera' (1992)
"A falta de algo mejor, he hojeado mis diarios. Mi vida es una novela peculiar. Hay una indudable coherencia. Por otra parte, si bien estos breves apuntes revelan una forma de vida bastante digna de atención en medio del derrumbamiento centroeuropeo, precisamente estas circunstancias centroeuropeas los inutilizan totalmente como documento de una forma de vida merecedora de atención: resultan inútiles porque no sirven (no pueden ni quieren servir) de consuelo para seguir viviendo". Imre Kertész
'Yo, otro, crónica del cambio' (1997)
¿Es el yo algo inamovible, o está sujeto al cambio? ¿Es quizás un fluir constante? Imre Kertész, víctima de Auschwitz que vivió el stalinismo y el kadarismo en Hungría, reflexiona -en un viaje existencial al través de varias ciudades europeas- acerca de las tranformaciones que necesariamente afectan a las fibras más profundas del individuo. Nos hallamos ante la búsqueda de un yo anterior, perdido, y en el intento de comprensión de los cambios que éste ha padecido que hoy presentamos, Kertész nos guía, a través de las grandes voces de la literatura y el pensamiento occidental, por la historicidad del yo desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días.
'Dossier K' (2006)
El Premio Nobel supuso para Imre Kertész, entre otras cosas, un alud de entrevistas que aparecieron en los más diversos lugares. Al escritor le parecía, sin embargo, que de esos textos emanaba un retrato siempre incompleto de su vida y de su trabajo, un panorama en el que muchas cuestiones sustantivas quedaban siempre en la oscuridad. 'Dossier K.' es una respuesta a esa inquietud; aquí, Kertész se decide a entrevistarse a sí mismo, y se obliga a responder todas las preguntas. Este libro se convierte, así, en un documento insustituible, no sólo acerca de la vida y el trabajo de Kertész, sino sobre la elusiva relación entre la historia y la literatura, entre la biografía del artista y las motivaciones de una obra genial.
Cartas a Eva Haldimann (2009)
Durante más de veinte años (entre 1977 y 2002), Imre Kertész y la crítica y traductora de origen húngaro Eva Haldimann mantuvieron una muy sugerente correspondencia en la que comentaron el trabajo y las dificultades del escritor, su salida de la Asociación de Escritores y todas las vicisitudes que el autor tuvo que atravesar hasta conseguir el reconocimiento mundial con el Premio Nobel en el año 2002. Estas cartas forman un maravilloso legado, a medio camino entre la autobiografía y el ensayo, que nos ayuda a entender la trayectoria vital y la intelectual de uno de los autores más relevantes de la literatura europea contemporánea.
http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-03-31/muere-el-nobel-de-literatura-imre-kertesz-superviviente-del-holocausto_1176462/
El premio Nobel de Literatura de 2002, Imre Kertész, dice que “se debería analizar un día la masa de resentimientos que impulsan a la inteligencia contemporánea a desdeñar la razón y debería emprenderse una historia intelectual del odio del intelecto”.