La historia lo explicará todo
La escenificación y los gestos tienen un alto valor en la política cuando la historia los analiza en perspectiva y adquieren categorías épicas o calamitosas. Me pregunto a menudo qué se enseñará en las escuelas sobre lo que está ocurriendo estos años en Catalunya. Dependerá de cómo acabe el proceso de ruptura unilateral que Puigdemont y la CUP han planteado al Estado.
Me han interesado mucho dos películas que todavía están en cartelera y que reproducen momentos muy dramáticos de dos países tan distintos y distantes como Noruega e India. En abril de 1940 Hitler tomó Oslo y ocupó prácticamente un país que había pactado la escisión de Suecia en 1905. El rey Haakon VII fue importado de la familia reinante en Dinamarca y se le otorgaron poderes meramente decorativos. El rey huyó hacia la frontera sueca con un gobierno que era partidario de pactar con Hitler. Haakon VII no lo veía claro, pero no podía tomar la iniciativa. El embajador del Reich insistía en que el Rey tenía que firmar el pacto de amistad con Alemania, lo que equivalía a convertir Noruega en un país ocupado por los nazis. Las presiones de su gobierno y las de Hitler eran enormes. No firmó y Noruega cayó al lado de los aliados a pesar de estar invadida por Alemania en aquellos primeros años de la guerra. Un solo hombre tuvo el valor de no firmar un documento del que incluso su propio gobierno era partidario. Una firma de un rey sin poder evitó que la historia noruega se decantara a favor de Hitler. Lo más fácil y lo más cómodo habría sido tender la mano a los nazis como ocurrió en Dinamarca, Francia, Holanda y en todos los países continentales invadidos sin resistencia por las tropas alemanas.
La otra película es la del último virrey de India, lord Mountbatten, que llegó con su familia a Delhi en 1947 para acelerar la independencia de India. Arribaba con el mandato del primer ministro laborista, Clement Attlee, para que acelerara la descolonización de un inmenso país que Gran Bretaña no podía sostener al haber quedado exhausta de una guerra que ganó. Mountbatten se encontró con tres personajes que forman parte principal de la historia de aquellos días dramáticos. Mahatma Gandhi, el pacifista por excelencia que acabaría siendo asesinado un año después, que no quería la partición entre hindúes y musulmanes; el musulmán Ali Jena, que provocaría la partición de India por motivos exclusivamente religiosos creando el Pakistán Occidental y el Oriental, hoy Bangladesh, y Pandit Nehru, que acabaría siendo el primer ministro de la India independiente, socialdemócrata, que también era partidario de la unidad.
Las decisiones se tomaron en cuestión de meses. Mountbatten recibió un documento secreto de Londres, escrito durante la guerra por mandato de Churchill, en el que se dibujaban las nuevas fronteras de una India dividida. Se trataba de aislar a Delhi de unas relaciones especiales con la Unión Soviética cuando la guerra fría estaba ya en su máximo apogeo.
La partición de India por razones religiosas resultó ser un desastre hasta el punto de que hoy hay más musulmanes en India que en Pakistán, que cuenta con más de doscientos millones de habitantes. La decisión del rey noruego resultó ser muy acertada y la descolonización de India fue un desastre por la forma en que se produjo. Los británicos pensaban en términos imperiales sin darse cuenta de que habían quedado debilitados en extremo por las dos guerras mundiales que ganaron. En los dos casos, se trataba de tomar decisiones bajo presión, con muchos muertos por en medio y sin tener tiempo para calibrar las consecuencias de sus actos.
Ninguno de los dos personajes estaba pensando en lo que diría la historia, sino en actuar de acuerdo con sus convicciones e intentando evitar el daño que podía afectar a millones de personas.
Lo que no hicieron es hacer ver que hacían cosas sin que tuvieran efecto alguno. Cuando todavía no se ha admitido a trámite la ley del referéndum que tiene que celebrarse dentro de un mes, se anuncia otra ley fundamental que lleva el pomposo título de ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la república, en la que se dice, por ejemplo, que la república catalana establecerá las relaciones habituales con la UE y el resto del mundo sin calibrar si Catalunya sería reconocida después de haber roto unilateralmente con España y al margen de Europa. Y todo ello sin debates parlamentarios y escondiendo hasta la penúltima hora el contenido de leyes de tanta envergadura. No hay mayoría social que apoye esta iniciativa ni tampoco se prevé un debate abierto, libre, democrático, entre las distintas opciones. No tiene lógica política y me parece que tampoco legitimidad ni garantías de neutralidad electoral.
--------------
http://www.foixblog.com/2017/08/30/la-historia-lo-explicara-todo/
Me ha gustado conocer estos pasajes de la historia. Ahora circula por la red estos escritos….La Historia nos ofrece lecciones de las que hay que aprender.
“A finales de los años 20 y principios de los 30 en un contexto de grave crisis económica, en Alemania gana importancia una nueva fuerza política, basada en el ultranacionalismo, que ensalza como superior la cultura y los valores germánicos, y culpa a los enemigos exteriores (Francia-tratado de Versalles) e internos (comunistas y judíos) de la crisis económica del país. Además, pretende extender sus fronteras ocupando territorios vecinos con los que afirman compartir valores y cultura.
En las elecciones de 1930 sacan un 18% de los votos.
Con la ayuda de unas organizaciones civiles perfectamente organizadas y grandes campañas de propaganda van sumando apoyos explícitos.
Para ello, entre otras cosas se hacen dueños de las calles, organizando de manera sistemática manifestaciones multitudinarias
A la par, van obteniendo la comprensión-justificación de sus excesos por buena parte de la sociedad (incluso quienes no les votaban).
En ningún momento la sociedad se moviliza en contra.
En Marzo de 1933, después de una campaña electoral en la que utilizan los recursos del Estado a su favor y en unas elecciones que se plantean como plebiscitarias, obtienen el 47% de los votos.
A pesar de no tener la mayoría de votos de la sociedad, ni la mayoría de escaños necesarios (2/3 según la constitución de Weimar), días después el Reichstag aprueba una Ley Habilitante que rompe el orden constitucional, terminando con la democracia.”.
“A finales de los años 20 y principios de los 30 en un contexto de grave crisis económica, en Alemania gana importancia una nueva fuerza política, basada en el ultranacionalismo, que ensalza como superior la cultura y los valores germánicos, y culpa a los enemigos exteriores (Francia-tratado de Versalles) e internos (comunistas y judíos) de la crisis económica del país. Además, pretende extender sus fronteras ocupando territorios vecinos con los que afirman compartir valores y cultura.
En las elecciones de 1930 sacan un 18% de los votos.
Con la ayuda de unas organizaciones civiles perfectamente organizadas y grandes campañas de propaganda van sumando apoyos explícitos.
Para ello, entre otras cosas se hacen dueños de las calles, organizando de manera sistemática manifestaciones multitudinarias
A la par, van obteniendo la comprensión-justificación de sus excesos por buena parte de la sociedad (incluso quienes no les votaban).
En ningún momento la sociedad se moviliza en contra.
En Marzo de 1933, después de una campaña electoral en la que utilizan los recursos del Estado a su favor y en unas elecciones que se plantean como plebiscitarias, obtienen el 47% de los votos.
A pesar de no tener la mayoría de votos de la sociedad, ni la mayoría de escaños necesarios (2/3 según la constitución de Weimar), días después el Reichstag aprueba una Ley Habilitante que rompe el orden constitucional, terminando con la democracia.”.
Con todas las reservas estás comparaciones a dia de hoy me parecen exageradas, porque creo que estando dentro de Europa, no sucederá nada tan grave.
Se puede llegar al puerto que se desea de forma decente, con leyes, con votaciones, con democracia, o se puede llegar en un barco de piratas, bien consentido dejando entrar con sus expolio a los puertos británicos.