Interlocutor 14(no me responde cuando le pido permiso. Creo que es interesante el fondo y la forma así que en este caso me limitaré a transcribirlo aunque de manera completamente anónima):
24/11 0:44“Estimado señor Arteta,
Le escribo, infinitamente agradecid@, en respuesta a su mensaje de usted mediante el cual me advierte del “gran error” que cometí al firmar el manifiesto
Petición pública en favor de una negociación política sobre Catalunya, y por tanto como me ayuda a comprender las razones por las que, contra lo que yo pudiera creer, me encontraba equivocad@. No puede imaginarse hasta dónde llega mi gratitud por abrirme los ojos, y ayudarme a cobrar conciencia del efecto negativo que tal manifiesto pueda tener sobre su país de usted, “un Estado con altos estándares democráticos”, vilipendiado a través de una “campaña de falsedades” y vilmente chantajeado por las élites nacionalistas de una rica región, que, al estilo de La Liga Norte en Italia, han urdido un macabro plan para “ensanchar la desigualdad” y atrapar a la sociedad civil en una red clientelar. Por si fuera poco, ahora utilizan a almas de cántaro como la mía para “blanquear la sustancia supremacista, racista, reaccionaria y profundamente egoísta” de su oscuro programa. ¡Qué horror! ¡Jamás habría imaginado ser un peón del supremacismo!
Afortunadamente, y como usted mismo señala, ese ataque “al núcleo de nuestras libertades” no lo tendrá fácil frente a una “de las democracias más consolidadas del mundo, uno de los países menos nacionalistas, más tolerantes”. Mi agradecimiento sólo puede ser mayor cuando leo, aterrad@, que tal plan incluso “pretende cortar la comunicación en español a los administrados en comunidades como la vasca o en pueblos mallorquines”, [….] pocas amenazas podrían preocuparme más.
Le deseo la mejor de las fortunas en su campaña en defensa de tan noble Estado. Si existe la transmigración de las almas, espero tener la oportunidad de reencarnarme en un@ de sus conciudadan@s y sumarme a su heroica lucha. Desgraciadamente, mi país es mucho más gris, y, aunque ni es el peor del mundo ni era mejor hace medio siglo, no alcanza ni en sueños los estándares del suyo. Fíjese usted: el cargo de jefe del Estado es aquí hereditario, ¡cómo en el Antiguo Régimen! Tampoco se podrá creer usted que los caminos, cunetas y cementerios están plagados de fosas comunes de demócratas asesinados, ¡cómo en Camboya! Y si le digo que afrentar al fascismo es considerado un delito de odio, o que votar pacíficamente merece el trato de terrorismo y es perseguido con la porra y la cárcel, ¡como en una dictadura! ¿Me creería usted? Somos muchos los que intentamos cambiar las cosas, pero no resulta fácil. Es más, en ocasiones hay grupos que son humillados e insultados a diario, y que, impotentes, quisieran votar la posibilidad de hacer un
reset, y, ya que tan difícil resulta mejorar las cosas, intentar explorar una vía alternativa. Le puedo asegurar que yo les daría mi apoyo, que incluso suscribiría un manifiesto público para que los representantes políticos de aquel Estado y de este grupo humillado pudieran hablar y negociar, sin condiciones, sin necesidad siquiera de que ese grupo fuera reconocido como un pueblo o nación, ni siquiera de que tuviera que haber un referéndum como requisito previo al diálogo.
Dadas las diferencias tan abismales entre su país de usted y el mío, carezco de criterio suficientemente formado como para suscribir el manifiesto que usted me solicita firmar,
Llamada al diálogo entre representantes políticos catalanes dentro de las instituciones democráticas, por lo que -y tendrá que disculparme usted- no puedo responder afirmativamente a su solicitud. Por favor, no crea usted, en ningún caso, que la razón de mi negativa radica en las voces, malintencionadas, sin duda alguna, que me advierten del efecto que tal manifiesto pudiera tener en este momento de negociación por un nuevo gobierno. Tampoco crea usted que la razón descansa en la herida que mi orgullo pudiera haber experimentado por el tono paternalista de su carta de usted a mí. Sin duda, mi ignorancia merece ser tutelada, guiada e iluminada. No obstante, es aún tan supina como para no querer cometer de nuevo un “gran error” firmando un manifiesto público cualquiera. ¡Se imagina usted que volviese a firmar un manifiesto supremacista! ¡Vade retro!
Reciba un cordial saludo”
24/11 9:59 Estimad@:
Le felicito por su fino uso de la ironía. Les voy tomando el pulso a ustedes en sus respuestas y le colocaría a usted bastante por encima de la del señor XXXX (le va a quedar para septiembre esta asignatura) pero, ay, por debajo del depurado sarcasmo de XXXX. Claro que donde hay patrón no manda marinero.
El primer párrafo lo dejo. Veo que lo ha entendido todo bien. Además de la ironía, veo aguda su comprensión lectora.
En cuanto a lo del euskera y el catalán pues esto dice la prensa:
https://www.elmundo.es/pais-vasco/2019/11/19/5dd3dbaffc6c836b078b456f.htmlhttps://www.elmundo.es/baleares/2019/11/20/5dd4081721efa0485c8b461e.html Disculpe, eso sí, que me crea a pies juntillas las patrañas de la prensa de un régimen con olor a naftalina. Los españoles, criados en las ubres protofranquistas de esta
piel de toro, estaqueada y descarnada por los más grandes hombres
, de Viriato a Primo, pasando por el Cid Campeador, que liberó a mi tierra de los bárbaros, somos así: rancios a la par de ingenuos. De ahí el apego a una Corona que sella por sucesión y con sangre -y nos permite trazar- la continuidad histórica de la secular patria española. Aunque, entre usted y yo: le confieso que, pese al estigma que arrastro por ser español (mi cruz, ay), a mí tampoco me convence lo de la monarquía. No porque el papá compartiera testaferro con el señor Pujol, claro; sino porque su legitimidad de origen no es precisamente democrática. Ahora bien, dadas sus atribuciones (todas controladas) y su legitimidad de ejercicio (debido probablemente a un sin par proceso formativo que llevó a la Princesa hace no demasiado a dar un discurso en tres idiomas, incluido el catalán, además de un chapurreo en árabe -sé que estas menudencias serán de su agrado aunque a mí me la traigan al pairo-), le aseguro que no es mi mayor problema. (Sí, adivina usted bien: me preocupa más el pequeño problema de falta de democracia en Cataluña). Entiendo que la Corona le moleste especialmente (¿qué Corona iba a tener una Cataluña que jamás ha sido reino porque jamás fue un Estado?) pero, mire, aunque sé que no es una línea definitiva de argumentación, parece que hay 8 monarquías entre las 19 mejores democracias y 20 entre las 40. Y contrapoderes aristocráticos, en una democracia constitucional que se precie, los hay de todos los colores, empezando por ese Tribunal Constitucional que tantos límites os pone a los demócratas pura cepa.
Lo de Camboya es falso y ya se ha explicado varias veces (
aquí o, mejor,
aquí). Pero para no tropezar con este tipo de cosas es mejor salir de la burbuja informativa de esos miniecosistemas franquistas a los que me refería. Por lo demás, está bien que se localicen esos cadáveres. Y si usted así lo considera, quizás esté bien que se les dé cristiana sepultura. Creo que el Gobierno anda en ello. Es algo tarde, pero no crea que tardaron mucho menos de 40 años los alemanes en hablar de
lo suyo; ¡y no le hablo de los franceses, que siguen homenajeando a Petain en algunos lares! Lo de la democracia es bastante complicado, mi querid@ xxxx. Pero, vaya, creo que vamos haciendo (a pesar de ustedes, dicho sea de paso). Lo del “fascismo como delito de odio” y otras degeneraciones de su argumentación no merecen réplica. Si acaso, tenga usted en cuenta que las acusaciones por terrorismo se han hecho a
CDR’s que fabricaban explosivos. Lo de castigar el voto… En fin: amig@ mí@, una parte de la comunidad política no puede votar la exclusión (esto sí huele algo más a fascismo) del resto de la población. Le pondré un ejemplo que hasta usted comprenderá: imagínese que a un partido parlamentario le diera por votar mañana la expulsión sumaria de todos los negros; o, qué se yo, de arrebatarle a los catalanes el derecho a escolarizarse en su lengua materna (ups… eso ya sucede. Bueno, pero ya me entiende). En cualquier caso, sepa usted que se les procesó porque desobedecían alegremente leyes, sentencias y
reiteradas notificaciones de los Altos Tribunales. ¡Desgraciadamente en España todavía no nos limpiamos el trasero con la ley! Respecto a lo de los “grupos humillados e insultados a diario”, supongo que se refiere usted a los no nacionalistas, que son quienes sufren casi
el 92% de la violencia política en Cataluña. Y, como comprenderá, visto el caldo, lo de “hablar y negociar, sin condiciones” me parece una simple extorsión: mire, en
este manifiesto publicado ayer también hemos tratado de explicárselo.
Por último, dejando al margen nuestra amable conversación, le recuerdo que el texto para el que pedía su adhesión era bien sencillo: visto que Cataluña está partida en dos, creemos que es bueno que hablen los catalanes (sus representantes), siempre que lo hagan en el marco de la ley, que es la que garantiza la imparcialidad del procedimiento democrático. Como estoy seguro de que usted no desea un país (monarquía o república) bananero donde la ley deje de funcionar como garantía de las libertades de todos, insisto: ¿seguro que no quiere usted firmar nuestro ponderado Manifiesto? Venga, hágame usted el favor. Su apoyo es fundamental para nosotros y para el futuro de nuestra querida España, tan suya como mía.
Un fuerte abrazo,
Mikel Arteta
24/11 21:19 Gracias por su opinión. Saludos cordiales,
[Yo no replico. En este punto –ojo, el orden de mi exposición no es cronológico- sospecho que algunos han recibido directrices de no entrar al trapo o al menos de cuidar mucho sus respuestas. Si fuera lo segundo me parecería perfecto; lo primero buscaría arruinar un proceso costoso y honesto. Probablemente sean imaginaciones mías. La conversación con José Juan Moreso ha llegado ya a su final a estas alturas, por cierto. Repasando el texto advierto el 2/12 que el interlocutor 14 a las 00:44 del 24/11 ya había aclarado mis dudas, diciendo con ironía: “no crea usted, en ningún caso, que la razón de mi negativa radica en las voces, malintencionadas, sin duda alguna, que me advierten del efecto que tal manifiesto pudiera tener en este momento de negociación por un nuevo gobierno”. Deben considerar que el Gobierno de progreso es uno que pacta con nuestros nacionalismos más retrógrados. Las libertades les importan un pito].
Interlocutor 16, Gustau Muñoz. co-director revista L’Espill (Universitat de València)
2/12 15:58“Vamos a ver Mikel.
Te has permitido buscar mi dirección de correo en PUV y enviarme un escrito que es una insensatez -una majadería- de cabo a rabo. Me pides que me retracte de una firma, como en los mejores tiempos de la Inquisición o del franquismo. Haces de policía. No sé si bueno o malo.
¿Quién eres tú para pedirme sin ningún respeto que me retracte de un escrito con el que estoy del todo de acuerdo? ¿Pretendes violentar mi conciencia? ¿Con qué derecho?
Un escrito, un Manifiesto, que solo pretendía introducir responsabilidad, sensatez y diálogo en una situación muy compleja, mucho más de lo que dan tus entendederas ancladas, en el fondo, en el “todo es ETA”.
Sí, te sientes muy seguro. Tienes detrás la Constitución (lo que tu -que no luchaste por ella, seguro- entiendes por tal), las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y el Ejército.
Yo viví el franquismo y sé de lo que hablo. Tu seguramente no.
Nosotros -catalanes y por solidaridad democrática, valencianos- tenemos solo nuestras ideas y un movimiento cívico y democrático, pacífico, al que tu insultas gravemente, inconscientemente, culpablemente Te pueden los fantasmas de Euskadi o de las Provincias Vascongadas, como prefieras.
Lo siento. No me convences. Podréis vencer, pero no convencer.
Apelas a la fuerza bruta como tus ancestros. Ahora con la buena consciencia constitucionalista, pero si no, “¡A por ellos!”, “¡A mí, que los arrollo!”
Hala y buen viaje.
Por cierto, te contesto en un escrito en la web
www.paisvalenciaseglexxi.org, (
http://paisvalenciaseglexxi.com/2019/12/02/el-bascoespanyolisme-es-posa-nervios/), que tu insultarás como reaccionaria, supremacista etc. Te sale muy barato insultar.
No aportas nada al diálogo ni a la convivencia.
Saludos.
G.M.”
2/12 17:12“Vamos a ver, Gustau:
Te respondo en un tono cordial, y no en el que merece tu respuesta, porque estoy tratando, en serio, de dialogar con supuestos dialogantes. He escrito a 166 firmantes, entre hispanohablantes, lusófonos e italianos del Manifiesto publicado por
Contexto el día 13 de noviembre. Con el mismo correo tipo. Con muchos -casi todos con un nombre público bastante por encima del tuyo- me ha dado para un diálogo cordial que voy a publicar en mi blog. A todos os doy la opción de cambiar vuestra primera intervención, de matizarla, eliminar cosas, etc. Y de tener la última réplica tras el intercambio que pueda surgir. Ya sé que tú no vas a querer.
Yo soy un humilde doctor en filosofía política y moral por la Universidad de Valencia, no de Euskadi (no sé qué prejuicios tienes). Algo me importa el tema, algo he escrito. Me preocupa mucho un manifiesto como el vuestro: por eso os he interpelado a todos, buscando persuadiros de no firmar algo como lo de
Contexto y de firmar, en su lugar (o, al menos
también), algo mucho más ponderado, como lo es el Manifiesto del Foro de Profesores, pidiendo que todo diálogo sea antes entre catalanes (que son quienes conviven hoy en una sociedad rota debido a los reiterados ataques al pluralismo del Gobierno catalán) y siempre dentro del marco legal. No por estas cosas que dices, sino porque en cualquier país democrático es lógicamente el marco legal -o constitucional- el que garantiza la imparcialidad de la deliberación y, sobre todo, del resultado final de cualquier negociación. Prescindir de las condiciones de posibilidad del diálogo (la configuración y separación de poderes, incluido el Judicial, la institucionalización de los contrapoderes, la distribución territorial del poder y de los ámbitos competenciales y, sobre todo, el estatuto de ciudadano conferido a todos los españoles, con sus iguales derechos políticos, civiles y sociales), para imponer la voluntad de un grupo por la fuerza no es precisamente democracia, querido amigo.
Le explico. No estoy dispuesto a que mi Gobierno recompense (tratándolo como interlocutor válido, es más, como sujeto político) a un Gobierno autonómico insurrecto que considera que tiene derecho a ser más, a tener más, a ser más reconocido o mejor tratado, que un andaluz o un murciano. Supremacismo y egoísmo. No estoy dispuesto a que mi Gobierno se pliegue a quienes dicen que dejarán de tirar adoquinazos y de cerrar autovías y universidades cuando se les dé lo que piden. Sí, como ETA, señor mío. Como un tirano, como un mafioso. Como un auténtico experto de la extorsión. Como un fascista. No estoy dispuesto, porque soy de izquierdas, a que se quite a los trabajadores españoles de las regiones más ricas la opción de ir a buscarse la vida a Cataluña, como a Madrid o al País Vasco, sin tener que pedir permiso ni enseñar papeles. Cataluña es tan mía como suya es Madrid. O Valencia. Y la han levantado los españoles. No estoy dispuesto a que Cataluña se separe de España y aparezca como un nuevo Estado europeo para así restringir al mínimo la transferencia de rentas: si hoy Cataluña es rica (y no lo es, por ejemplo, Galicia)
es por siglos de políticas de Estado que han protegido su industria. Y eso genera obligaciones políticas. Obligaciones, que lejos de asumir, los sucesivos gobiernos catalanistas han pagado sólo con deslealtad: si hoy cuesta 5 horas ir de Valencia a Barcelona en tren, si no hay Corredor Mediterráneo
ni paso hacia Francia por Aragón, por Canfranc, es porque nos hemos plegado a una oligarquía antidemocrática que ha tratado de conservar así su posición dominante dentro de España. Como valenciano, le ruego que no me meta en ese saco putrefacto de un “nosotros”, valencianos, que debería algún tipo de “solidaridad democrática” a los nacionalistas catalanes (les debemos, eso sí, solidaridad a todos los catalanes, la mitad de cuales está viendo segados sus derechos por la Generalitat insurrecta). Otra razón por la que no estoy dispuesto a ceder es porque luego vendrían Euskadi, Navarra o Baleares: o sea, los ricos. Porque tú y yo sabemos que seguro que no vendrán detrás los de la nación andaluza, y mucho menos otras regiones con fuerte particularidad e identidad, como la africana e insular Canarias, o las también africanas -y lingüística y culturalmente plurales- Ceuta y Melilla.
Esto por los argumentos. Voy a varios de los tópicos lamentables que me lanzas. Mi escrito “insensato” y “majadero” es una interpelación razonada. No le habla la “Inquisición”: usted es obviamente libre de afirmarse en su adhesión al texto. Pero en lugar de insultar podría haber dado razones. Tampoco le habla “el franquismo” sino que apelo a razones democráticas, legales y de justicia frente a un escrito que oculta que la violencia en Cataluña es unilateral, que hubo 200 policías heridos, y que ese Gobierno está acusado de sedición. Por tanto, oculta que lejos de haber un “conflicto” entre Cataluña y España, hay un hostigamiento a la mitad no independentista de Cataluña desde las instituciones catalanas y un ataque desde la Generalitat a la legalidad española, que es la que legitima las propias instituciones autonómicas. Lo más parecido que aquí hay al franquismo es respaldar la iliberal construcción nacional en Cataluña, negarse a dar razones e insultar. Por supuesto, me he dirigido a usted con respeto (con el mismo que a otros interlocutores les ha servido para cambiar de opinión o suspender su juicio) y, lejos de “violentar su conciencia”, lo que pretendo es hacerle cambiar de opinión. Porque de eso van las razones y la política. Es revelador que usted crea que tenemos derecho a que nadie nos dé razones, ni nos contradiga, ni nos intente persuadir. Revelador de la condición de ciudadanía a la que aspira. Me siento seguro, como dice, porque de 24 personas que me han respondido, de 166 interpeladas, no he recibido ninguna buena razón para atender a las exigencias catalanistas. Ninguna. Y no sigo porque sólo encuentro argumentos
ad hominem, barbaridades groseras, jocosas apropiaciones de citas de Unamuno que se han puesto de moda y falta de respeto y honestidad hacia alguien, como yo, que he tenido la osadía de tomarme en serio vuestro texto y de asumir mi condición de conciudadano suyo. Ha sido usted, con mucho, el peor interlocutor, el más grosero y el más arrogante. Y, desde luego, para dirigir usted una revista de la Universidad de Valencia me ha costado demasiado encontrar un mail suyo o de l’Espill. Vaya, en realidad, como ve, no lo he encontrado.
Un saludo tan cordial como el suyo,
Mikel”.
“Bon dia Mikel,
Creo que te he dicho unas cuantas verdades que te han irritado. No debes estar acostumbrado. Mira, cuando hay un conflicto como el de Catalunya -con raíces históricas y tanta gente detrás- lo que procede democráticamente es votar, como en Quebec o en Escocia.
Por otra parte, las circunstancias actuales tienen mucho que ver con el hecho, que no debe ocultarse, de que en 2010 se anularon partes sustanciales de un Estatut (votado por la ciudadanía catalana) por un TC trabajado por el PP. Y que el neocentralismo preconizado por el PP de Aznar y la FAES, que han acabado elevando a Vox, tiene mucho que ver con todo lo sucedido.
Ante el conflicto lo sensato es reconocerlo y -lo que pretende el Manifiesto- desescalar, moderar y dialogar. Pero en la tradición a la que te adscribes no hay diálogo. “Yo no dialogo!”. Impongo y punto. Ahora con buena conciencia constitucionalista, eso sí…
No voy a polemizar contigo. Creo que tienes una closed mind considerable. No ves tu propio nacionalismo iliberal. Tan iliberal que da miedo.
Te crees la propaganda. 200 policías heridos! Lo que hubo fueron 900 civiles contusionados y golpeados, gente normal que quería votar. Las imágenes son irrefutables (y gente que yo conozco bien lo vivió). Podréis seguir con el negacionismo, pero allá tú.
El resto, argumentario del nacionalismo español gubernamental o no. Mercancía averiada.
Y los epítetos de grosero, arrogante, etc., tu sabrás.
Bon vent i barca nova.
Saludos.
GM”.
“Querido Gustau:
No era difícil mejorar tu tono. Pero sigues siendo incapaz de ser mínimamente correcto. Y me sigue sorprendiendo tu incapacidad de intercambiar razones. Me parece alarmante, sinceramente, para alguien de tu puesto. Por lo demás, es tarde para no polemizar conmigo cuando has decidido hacerlo ya por tu cuenta y delante de terceros (te invito a que cuelgues en tu blog esta contestación también, por cierto). Otra cosa es que no quieras responder a lo que te digo y ataques con un maduro “rebota, rebota que en tu culo explota”. Uno sabe que el nivel de sus oponentes está bajo, pero nunca sabe cuánto. Y este ejercicio me va dando la medida. Lo bien cierto es que no tenéis razones y optáis por la tiranía del mimado. Sois vosotros quienes no estáis acostumbrados a que os enfrenten y por eso no sabéis salir del paso. Pero esto lo juzgará el lector. Tú, desde luego, me lo has puesto muy fácil.
Vayamos a la única medio-razón que das, que es la que ya habíais dado en el Manifiesto y la que precisamente os rebato. La divides en dos partes. La primera:
Un conflicto “de raíces históricas”. Bien, la Constitución que garantiza el autogobierno catalán (incluyendo policía autonómica y todas las demás instituciones de autogobierno propias de una Federación como es España, la segunda más descentralizada) fue votada en Cataluña por una muy amplia mayoría de los votos emitidos (91,09%), con una participación por encima de la media española (67,11%): 67,6% en Barcelona, 72,3% en Gerona, 67% en Tarragona y 66,5% en Lérida. Y, respecto al contexto del Estatut, además del
pacto del Majestic (pocos han dado a Cataluña más que Aznar, amigo mío), aquí algunos datos:
[Reproduzco aquí el párrafo que señalo como “autocita” en la conversación con el interlocutor 1, con datos que contextualizan la opinión pública catalana en la época de confección del Estatut de 2006].
No voy a entrar en la prudencia política del PP (que se sintió seguramente traicionado después del Majestic: se despertó meado por acostarse con semejante niño tirano) recogiendo firmas. Ahora bien, es de una verborrea fatua y de un rigor más bien pobre eso de escupir a bulto que el “neocentralismo preconizado por el PP de Aznar y la FAES, que han acabado elevando a Vox, tiene mucho que ver con todo lo sucedido”. El PP ha gobernado con CIU siempre que ha hecho falta (y a veces cuando no hacía falta) y cedido a todas las exigencias de descentralización.
La cosa es más fácil: el Estatut, que no interesaba a los catalanes, asumía competencias que no debía y se arrogaba [para Cataluña] ser “nación”, un término que desgraciadamente quedó en el Preámbulo (como si por no ser vinculante no fuera políticamente relevante), que trasciende el concepto que constitucionalmente le tocaba (“nacionalidad”), que buscaba ya entonces destacar[la] sobre el resto de CCAA (ellos siempre tienen que ser más, ya sabes) y pugnar con el Estado en términos de sujeto político ([Cataluña como] “nación sin Estado”) para así llegar, en estrategia de provocación e insurrección permanente y consentida por nuestros débiles Gobiernos, a la situación en la que nos encontramos. Además, el proyecto se tiró en plancha a defender el insolidario principio de ordinalidad, brindándole al Procés, que vendría luego, el contexto político victimista que necesita todo movimiento nacionalista de masas: el debate en torno al malhadado principio de ordinalidad fue el germen del falso y abyecto, por supremacista, “Espanya ens roba” o de ese otro “La España subsidiada vive a costa de la Cataluña productiva”. En fin, me acuerdo y me irritaron particularmente estas causas pero había otras. Por eso el TC tuvo que tocarlo. Sin embargo,
La Vanguardia aún subrayó entonces que “
avalaba la mayor parte”. Y así lo reconocía el propio Montilla, que afirmó que el Estatut se mantuvo en todo lo esencial. El disparo de salida vendría después. Un tripartito, con el PSC al frente, que
se la jugó a ZP: Montilla, subido a hombros de ERC (con ese
Carod Rovira que habló con ETA para que no pusiera bombas en Cataluña), quiso apuntalar la base electoral de su partido con la misma estrategia victimista que ya había usado el catalanismo con éxito: envolverse en la bandera catalana. Una estrategia que le funcionó a Jordi Pujol (CIU) para perpetuarse en el poder tras ser acorralado por la
corrupción de Banca Catalana; y que sorprendentemente le volvió a funcionar en 2012, ante el asedio judicial a la
corrupción sistemática de CIU (cuya guinda, si me permites recordarlo, la
ponía laracista Ferrusola cobrando por cada parque que se hiciera en Cataluña: nada se decidía sin la aprobación de
la famiglia). Entonces Artur Mas sacó a la calle a sus
muy subvencionadas ANC y Omnium (así como a las demás asociaciones chiringuiteras) para matar dos pájaros de un tiro: se quitó de encima la presión política y judicial y se quitó al molesto 15-M (al que tacharon
de golpe de Estado por las presiones que ejercía sobre los gobernantes catalanes):
“es un ataque a Cataluña”, dijo Mas en 2012. En fin, pues esta misma bazofia victimista y supremacista fue la que operó también en 2010, abanderada por Montilla (ese que cambió su nombre a Josep por la presiones de la madre superiora). Se equivoca usted mucho en el diagnóstico. Esto va de oligarquías políticas y económicas que quieren tener barra libre sobre los suculentos recursos de Cataluña, que son de todos. Parece usted nuevo. Y muy de derechas. Por lo demás, quizás el mayor error político fue el de ZP,
al prometer que aprobaría el Estatut que saliera de un parlamento autonómico pese a ser evidente que toda ley orgánica (como el tipo de norma paccionada de la que hablamos) debe ser aprobada, y no de forma ciega y sumisamente disciplinada, por el Congreso, que es de todos. No hay Cataluña fuera del Estatut ni Estatut fuera del marco constitucional. Sostener otra cosa es prueba, bastante grave, de falta de espíritu democrático.
La segunda razón que según usted avala el supuesto conflicto sería la existencia
de “tanta gente detrás”. Desde luego que hay gente detrás. Y para eso les vino muy bien que los Gobiernos españoles miraran para otro lado y les dejaran [implementar] ese iliberal Programa 2000 (sí, iliberal, explícitamente destinado a captar, por sentimiento y lealtad nacionalista, a los funcionarios en general y a los profesores de colegios y universidades en particular, a rectores, ampas, asociaciones, representantes de la patronal, medios de comunicación, etc.). Ahora bien, ¿desde cuándo son compatibles con la esencia de la democracia los movimientos (incluidos los de masas) que persiguen romper la igualdad política, quebrando derechos civiles y políticos de conciudadanos y pasando por encima de la ley? ¿Los convierte en democráticos el número? Me temo que tenemos un concepto muy distinto de lo que es la democracia. Yo creo en el constitucionalismo porque sostiene las condiciones de posibilidad de la reforma democrática
sine die, respetando los derechos básicos de la comunidad/unidad de decisión, sin tratar de justificar moralmente cuál es el sujeto de decisión. Simplemente se asume que viene dado por contingencias históricas. Lo que nos toca a los ciudadanos es legitimar el poder político, que no es poco.
Mi respuesta es que la mención que haces a Dion, y a su Ley de Claridad en Canadá, es una solución de transacción desesperada, de último recurso, política en el sentido menos excelso. Una solución a la que no debe apelar un intelectual. Y mucho menos como primer discurso. Un intelectual debe saber desmontar movimientos antidemocráticos como los nacionalistas. Y si nos pusiéramos a ello quizás no llegaremos nunca a lo de Canadá porque muchos nacionalistas no querrán estar del lado malo de la Historia. (Otra cosa es que usted, en el fondo, defienda la legitimidad del nacionalismo: venga, atrévase a hacerlo desde la izquierda; si puede). Por lo demás, ya que sacas al bueno de Dion,
aquí van palabras suyas: “Si en la Constitución de Canadá hubiera habido algo como el artículo 2 de la española, hubiéramos alegado que había que respetar la Constitución. Y si se quiere cambiar la Constitución, hay todo un proceso para hacerlo”.
Omites, en fin, que “e
l 91,5% de la violencia política en Cataluña es obra de independentistas”, sin contar los actos de octubre. Y mientes desvergonzadamente acerca de los
policías heridos: todos hemos podido ver los brutales ataques que sufrieron. Es
La Vanguardiala que escribe que “entre los heridos figuran en total 288 agentes de los distintos cuerpos policiales que han intervenido para acometer la actuación de grupos violentos: 153 mossos d’esquadra, 134 efectivos de la Policía Nacional y uno de la Guardia Urbana”. En fin, no es más que una pura extorsión lo de argumentar que hay un “conflicto” ente Cataluña y España. Justificáis que el Gobierno de España se siente y “negocie” las condiciones que imponga el sedicioso -lo omitís- Gobierno Catalán. Queréis premiar la deslealtad y la insurrección para frenar al “Tsunami Democratic”, que incluye tácticamente a los violentos (también a los fabricantes de bombas acusados de terrorismo), y que fue
creado en Ginebra por los dirigentes políticos independentistas. Es una extorsión que ya nos recordaría a ETA sin necesidad de que entrecomillarais el término “conflicto”. Y si tratas de justificar que la cantidad de gente que hay tras el proyecto secesionista (que además de usar violencia explícita, en la calle, durante el Procés, ha usado al ejecutivo regional para violar la neutralidad institucional sistemáticamente:
aquí,
aquí; aquí,
aquí,
aquí,
aquí, o
aquí, además de en otras innumerables ocasiones) supone un aval democrático yo te responderé que eso es mentira aquí y en la China Popular. Estáis embarcados en el puro decisionismo. Por eso os escribo. Porque habéis cruzado la raya y hay firmas que sonrojan.
Esta es la cuestión: El Gobierno nacionalista incumple sentencias sobre política lingüística, ignora requerimientos y sentencias del TC, declaró en
2013 la soberanía del Parlament, cambia irregularmente plantes de estudio para implantar evaluaciones únicas y que los chavales salgan a la calle a cortar infraestructuras críticas, etc. Y vosotros vais y decís que hay un conflicto entre Cataluña y España. No, hombre, no. Hay un conflicto entre catalanes porque hay unos que atacan a otros desde las instituciones, violan la ley común desde las instituciones, y amenazan deslealmente a todo el Estado desde las instituciones. El Gobierno protofascista de Cataluña ha llegado mucho más lejos de lo que ha ido Orbán. Tú sabrás a quien fías tu solidaridad.
Salud, querido amigo.
Un fuerte abrazo,
Mikel”
[No me contesta. No tuve ocasión de aclararle, respecto a lo del franquismo, que “de los 219 alcaldes franquistas que en Cataluña se presentan a las elecciones de 1979 y/o en las de 1983,
la principal formación política que los recluta es CiU (95 de 219, el 43,3%), muy por encima del “partido oficial del régimen” (la UCD de Suárez), que repesca 22 (10%) o de la derecha más ultra, la AP (futuro PP), que absorbe 10 (4,5%). También existen 2 que van a parar al PSC y uno, a ERC. De esos 219 ediles, 75 son reelegidos en democracia dos veces, en 1979 y 1983. De estos, el 64% lo hacen por CiU y el 5,3% por AP; el resto son independientes.”]
Interlocutor 17:
29/11 14:22 Correctísim@, me aclara que cree que la petición de diálogo a la que se adhirió, favorable a una solución negociada, es neutral.
Me confiesa que entiende gran parte (no todas, pero no me aclara cuáles no) de mis preocupaciones, pero que no considera que la petición que firmó ataque a nuestra Constitución de 1978. Me dice que sigue sosteniendo, como escribió hace casi 10 años, que nuestra Constitución es fruto de una transición suave donde los nacionalistas jugaron un papel clave en la forma actual del Estado. Nuestra Transición sería un ejemplo para otras transiciones democráticas en sociedades que tienen que integrar sensibilidades nacionalistas. Entre los factores de éxito de nuestra transición podría destacarse la Monarquía como símbolo de unidad y cohesión, la neutralización del papel de ejército en la vida política y el liderazgo cívico y no-nacionalista en Madrid.
Me aclara también que ha sido públicamente muy crítico con el nacionalismo oportunista de la derecha catalana, particularmente con el llamamiento a la “vía eslovena” que hizo el Presidente Torra.
Y concluye (reafirmándose) que firmó el primer Manifiesto precisamente porque considera contraproducente el nacionalismo. No quiere en absoluto promover los intereses del independentismo.
29/11 15:40“Querid@ XXXX:
Lo primero, muchísimas gracias por su respuesta. He escrito a 166 firmantes de aquel Manifiesto publicado en
Contexto (entre hispanohablantes y algunos portugueses e italianos) con el mismo mail tipo. (…). Me han respondido 24, contándole a usted. Esto ha dado lugar, en algunos casos, a interesantes conversaciones que me gustaría poder reproducir en una entrada de mi blog. A quienes no me han dado permiso, los anonimizaré por completo y sintetizaré lo básico de su respuesta si me puede interesar para reproducir al menos mis réplicas. Por supuesto, podría usted, si me autorizara a reproducir nuestro intercambio por aquí, revisar la versión final y cambiar, matizar, eliminar cualquier parte antes de que yo lo publicara. Y podría tener en todo caso la última réplica (sin ánimo de eternizarnos, más allá de 2-3 intercambios).
Antes de seguir me gustaría preguntarle si ha puesto también la firma en nuestra petición o se refiere sólo a la que apareció en la Revista
Contexto a principios de noviembre.
En cuanto a mi preocupación, me gustaría detallársela. En el Manifiesto que usted firmó no se aclara que la violencia sólo proviene de un lado: usted ya sabe, por lo que veo, que la intención del señor Torra (y
ayer él volvía a incidir en algo parecido), es promover la vía eslovena, tensar la situación en la calle, provocar caos en infraestructuras críticas, forzar la respuesta firme de un Estado constitucional y democráticamente obligado a reinstaurar el orden público, la neutralidad institucional y la legalidad en Cataluña. Por lo tanto, alguien podría colegir (y creo que esa es la intención de los promotores y de muchos de los firmantes, cuyas biografías están en muchos casos sesgadas hacia el catalanismo, el nacionalismo o directamente hacia el independentismo -le invito a ver las firmas, al pie del
Manifiesto del Foro de Profesores-) que la violencia proviene de dos bandos distintos y que lo lógico es “negociar” (como dice el título del Manifiesto) para “desescalar” la violencia. No se dice que hubo 200 policías heridos y que la violencia siempre viene del mismo lado: según el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña, el 91,5%
de la violencia viene de los independentistas, que son quienes violan directamente la libertad de expresión y los derechos políticos (activos y pasivos) del resto. Es decir hay un hostigamiento de unos catalanes contra otros.
[Repito un párrafo escrito a María Javiera con datos sobre la violencia generada por los CDR y por un “Tsunami democràtic” que actúa bajo un paraguas político único.]
Por todo esto, creo que pedir negociación con representantes de la Generalitat acusados de sedición (que siguen amenazando con desestabilizar la paz social para forzar al Estado a negociar) es premiar y ceder ante una estrategia extorsiva. Y esto nos puede pasar mucha factura [si otras] comunidades autónomas emprendieran caminos similares: ahora vuelve a atacarnos el nacionalismo en el País Vasco, introduciendo en su reforma de Estatuto el estatus de co-ciudadanía vasca y española y
exigiendo el derecho a decidir (o sea, el inexistente derecho a la independencia).
Quienes tienen mucho de qué hablar son los representantes catalanes puesto que es Cataluña la que está partida en dos. Y tienen que hacerlo desde la lealtad y la neutralidad institucional que el nacionalismo lleva muchos años violando en Cataluña, pues prácticamente todas las instituciones están infiltradas,
regadas con dinero público, y patrimonializadas irregularmente (
aquí,
aquí; aquí,
aquí,
aquí,
aquí, o
aquí, como ejemplos insignificantes de una ola de insurrección y deslealtad que dura mucho) desde hace décadas. Aquí le dejo
este documento que seguramente conocerá, llamado Programa 2000 (aquí traducido al inglés y con
subrayados que facilitan la lectura) o este enlace a la
manipulación de los libros de texto y de todo el sistema educativo. Deben dialogar, pero deben hacerlo dentro de la ley porque es la única que puede tratar de garantizar las condiciones de imparcialidad que actualmente no se dan.
Y esto entronca con otro de los peligros que detecto (que hemos detectado muchísimos, no yo) en el Manifiesto que usted firmó: la palabra conflicto (y más cuando se la entrecomilla, lo que personalmente me parece un desafío insolente por lo que ahora le diré), pretende poner de relieve que hay dos partes enfrentadas (como en una guerra o como una guerrilla) y que, por tanto, cabe apelar a categorías de Derecho internacional para negociar la paz. ¡Quieren que la comunidad internacional se pronuncie y fuerce al Gobierno español a sentarse a la mesa para negociar! ¡Esa es justamente la vía eslovena a la que apelan y de eso va el tuit de ayer del Presidente Torra (el de mi primer enlace)!. Creo sinceramente que no podemos tolerar que este ‘frame’ (que los nacionalistas llevan mucho tiempo queriendo imponer y que usa el mismo término miserable que usaba ETA -no olvide que Arnaldo Otegi les ha apoyado y que lo han paseado en sus manifestaciones y en su televisión autonómica-) se instale con el aval de grandes académicos internacionales.
Aprovecho finalmente para hacerle llegar un
artículo que el Foro de Profesores (el mismo que promueve el Manifiesto que le pido ahora que firme) publicó el sábado pasado en el diario
El Mundo.
Por todo ello, me gustaría que reconsiderara la firma al primer manifiesto. O, al menos, que también firmara el nuestro. Espero haber podido persuadirle en algo.
Disculpe las molestias y reciba un fuerte abrazo,
Mikel”
30/11 12:13 Me agradece la explicación y me explica las circunstancias en las que firmó el Manifiesto. Prefiere que mantenga su anonimato.
A cuenta de lo que le acabo de responderle, subraya el peligro de la derecha catalana, con un Presidente que, con palabras mediadas, viene a afirmar que hacen falta “más polarización y altos niveles de sacrificios a los catalanes para obtener la independencia”.
Colige que lo que ocurre en Cataluña se corresponde con un proceso de radicalización irresponsable y concluye que la polarización que pretende generar el señor Torra provocará, en realidad, una polarización en el interior de Cataluña.
30/11 11:39“Querid@ xxxxxx:
Le agradezco de nuevo su respuesta. Me gustaría recoger todo el proceso del ejercicio que estoy haciendo porque sostengo que no hay ninguna justificación para pedir diálogo con gente como Torra y todos los que lo apoyan, que son muchos. Sostengo que conceder diálogo es legitimar su estrategia extorsiva. Y creo que esa es la estrategia de un independentista como xxxx, a quien entiendo que usted se refiere. Creo que hay gente de buena fe que ha caído en una trampa. Y sospecho que quizás sea su caso. Y no sólo es xxxxx, son mucho más. Y no sólo en Cataluña: también me enfrento con gente como xxxxx, que entiendo que el Centro xxxxxxxxxxx.
Entiéndame: si España se defiende tan mal (dentro y fuera de nuestras fronteras) contra el nacionalismo (que es nuestra verdadera extrema derecha), es precisamente por el poder académico que ostentan. Por el dinero tan brutal con el que cuentan sus grupos de investigación. Es una trama muy compleja (…). Por eso quiero llevar a cabo este ejercicio. De 166 emails sólo me han respondido 23 y ninguno tiene una buena razón para dialogar (como se pide dialogar) con ese Gobierno insurrecto y abyecto. La única razón es que son muchos y crean problemas. O sea, cedamos ante el niño tirano aunque así le estemos fomentando que siga siendo un tirano y que su hermanito aprenda que siendo un tirano todo irá mejor. (…) No lo voy a forzar más, pero sí querré reproducir con mis palabras el sentido del intercambio que hemos tenido, tratando de ser lo más cauteloso posible (…).
Un abrazo,
Mikel”.
- Finalmente, la respuesta que me da días después (lo actualizo sobre la primera versión):
05/12 14:02“Como prometido, aquí están mis comentarios, disculpa el retraso:
Si quieres publicar las pocas cosas que te he dicho, aquí están algunas matizaciones:
Nuestra Transición
fue en su momento un ejemplo para otras transiciones democráticas en sociedades que tienen que integrar sensibilidades nacionalistas. Entre los factores de éxito de nuestra transición podría
destacarse la neutralización del papel de ejército en la vida política y el liderazgo cívico y no-nacionalista en Madrid. (La cuestión de la Monarquía la dejaría de lado porque es un poquito más complicado: sí que funcionó como símbolo de unidad y cohesión durante la transición; no estoy seguro de que se pueda decir lo mismo unos años después…).
Entiendo gran parte de las preocupaciones, pero no comparto, si me permites utilizar ese término, el tono ‘alarmista’. (La única alarma que tenemos que escuchar en este momento es la de la emergencia climática, que según muchas investigaciones llevará al colapso del sistema estatal de muchos países, incluido España, donde el desgaste ambiental llegará más pronto de lo que estaba previsto hace sólo algunos años).
Tampoco comparto algunas generalizaciones sobre el nacionalismo catalán, que incluye varias almas. No hablaría de un golpe “catalán”, eso es contraproducente y siempre se tienen que identificar claramente los protagonistas (CiU en plena crisis de legitimidad). No hay un solo nacionalismo catalán, ni tampoco hay solamente nacionalismo en Cataluña: así que cuando se usa el término ‘catalán’ generalmente se tiene que incluir una pluralidad de actores y actitudes.
Por lo tanto, no considero que la petición sea un ataque a la Constitución de 1978.
El manifiesto me parece bien, pero no estoy de acuerdo con que en Cataluña no existe libertad de prensa. Los medios de comunicaciones en Cataluña son bastante variados en comparación con otros países. Por otro lado, sí diría que hay discursos que se repiten continuamente, que suponen una presión y que pueden resultar en algunos ámbitos obsesivos e intimidantes. Sería esencial identificar esos ámbitos donde la presión nacionalista desborda hacia la intimidación. Pero eso tendría que ser a nivel de todos los territorios del Estado. El problema es que ese tipo de presión es difícilmente identificable.
Un saludo. XXXX”
[
Mikel Arteta. Lo dejaré ahí porque la entrada está ya colgada y temo que pueda demorarse más sin avanzar demasiado. Creo lógicamente que una transición que era modélica no puede dejar de serlo, otra cosa es el desarrollo del texto constitucional que hayan hecho las fuerzas políticas españolas durante 40 años. El papel lo aguanta todo menos que lo tiren, lo pisen, lo mojen, lo quemen, etc. Por ejemplo, habría que ver, en paralelo a otros muchos procesos corrosivos, qué discursos (de dónde nacen, de quién, por qué) han ido deslegitimando a la Monarquía. Si la crisis territorial deriva de nuestro pacto constitucional será en cualquier caso por la falta de coto y de mecanismos nacionales de armonización que deberían levantarse frente desaforados autogobiernos autonómicos.
Sí hablaré de “golpe catalán” porque
ha habido un golpe de Estado en Cataluña, aunque el Tribunal haya determinado que no ha habido
típicamente una “rebelión”. Y respecto a la falta de pluralismo en los medios de comunicación ya he colgado varios enlaces en otras conversaciones. Han llegado a alertar por radio de la ubicación de los coches de Policía para favorecer los disturbios. Hay mucha manipulación en muchas televisiones (lo que no me consuela), pero dudo que alguna haya llegado al nivel de los medios catalanes. Por supuesto, cuando hablo de Cataluña sé que más de la mitad no es nacionalista. Parto siempre de esa premisa. Pero, aunque hay tantos nacionalistas como personas, jamás voy a distinguir entre un nacionalismo moderado y otro no democrático. Todo nacionalismo es racismo, supremacismo, es decirle a tu conciudadano que no es tu igual y que aspiras a vivir en una comunidad diferente a la que os une: o asume la ruptura con la comunidad originaria y se integra en la nueva que se aspira a crear a golpe de políticas iliberales o, simplemente, tiene que irse. El nacionalismo, por excluyente (dividir una en dos comunidades soberanas), es lo opuesto a la democracia, necesariamente incluyente, solidaria por definición, donde todos los miembros comparten derechos y obligaciones.
Respecto al cambio climático, digamos que es un tipo de argumentación que no hace falta rebatir. (¡A ver si España aguanta a que el desierto llegue hasta Valencia!). Aunque sí creo -por afrontar esa réplica con la mayor caridad posible- que el cambio climático, con la inmigración (que en algún punto van ligadas), son factores de riesgo que deben decantar una alternativa de integración política internacional. Ojalá cosmopolita. De ahí que me “alarme” que, con las amenazas que se nos ciernen, todavía haya intolerantes dispuestos a levantar fronteras en lugar de solidarizarse con los demás en la lucha global contra las mafias y los terroristas, los dumpings fiscales, los abusos financieros y, por supuesto, los desplazamientos masivos de personas que causan el cambio climático, las guerras, las persecuciones o el hambre. Que no se pinte de cosmopolita quien empieza dejando fuera de su mercado de trabajo a un conciudadano andaluz. La hipocresía del catalanismo viva hasta hoy -que sostiene que se puede ser a una nacionalista y cosmopolita, progre- es miserable.]
Interlocutor 18, Jordi Amat. Escritor.
25/11 10:13“Buenos días Mikel,
Creo que no nos conocemos. Encantado de saludarte. Entiendo que eres este Mikel:
https://www.elcatalan.es/entrevista-a-mikel-arteta-en-valencia-se-pretende-que-el-castellano-desaparezca-de-la-vida-publica.
He releído el manifiesto que firmé y no sé ver en sus palabras nada de lo que tú lees. Tampoco comparto el análisis que contiene tu mensaje, a pesar de haber sido un crítico del Procés. Y, finalmente, leo el manifiesto que me pasas y me parece una interpretación muy sesgada de lo ocurrido, y no entiendo cómo un documento que aborda la cuestión catalana en 4 lenguas no incluye la catalana.
Gracias por tu correo.
Cordialmente,
Jordi A”.
25/11 10:49“Estimado Jordi:
No nos conocemos, no. Y sí, ése soy.
Lamento que no estemos de acuerdo en el diagnóstico del
Procés. Pero, sobre todo, lamento que te parezca una interpretación muy sesgada de lo ocurrido.
Aquí escribí algo más detallado de todo lo ocurrido. Lo que me da curiosidad son los puntos que no compartes de nuestro Manifiesto. No sé si te robaría mucho tiempo explicarme los puntos que rechazas, aunque no me detalles los porqués. Tengo curiosidad porque hemos tratado de reducirlo al mínimo común denominador: diálogo entre representantes políticos catalanes en una Cataluña partida en dos y siempre dentro de la ley y en condiciones de imparcialidad. No veo cómo no va a ser más atinado esto, con estas aclaraciones, que la petición de diálogo en medio de una ruptura social, sin condiciones, aludiendo a un “conflicto” del cual se han omitido todas las causas y manifestaciones.
Aquí tiene, aunque probablemente lo conozca, otro manifiesto en este sentido promovido y firmado por no pocos miembros del Foro al que se sumaron otros profesores:
https://www.elmundo.es/opinion/2019/11/23/5dd9076d21efa0eb5b8b45ac.html Un abrazo, Mikel”
- Respuesta a mi mail genérico pidiendo autorización para publicarlo y aclarando que podrían tener una última respuesta:
25/11 18:16 Sin problema por mi parte.
Interlocutor 19, Ricardo Parellada.Profesor de Filosofía, Universidad Complutense de Madrid
25/11 10:53 “Estimado Mikel:
Gracias por el correo. No poseo grandes claridades sobre este asunto y pensaré despacio sobre la propuesta que me envía.
Cordialmente
Ricardo Parellada”
25/11 11:12 “Estimado Ricardo.
Muchísimas gracias por reconsiderarlo. Hay dos profesores, al menos, además de Pinker (y otros, como Chomksy o Scanlon que han decidido suspender su juicio al ver la información) que han reconsiderado su postura. No pedimos gran cosa: sólo que se dialogue siempre dentro de la ley común, en condiciones de neutralidad institucional (ahora mismo no las hay), y que se haga entre catalanes y entre españoles. Lo que no aceptamos es que negocien un Gobierno nacional y uno autonómico; al menos, no aceptamos que deban/puedan negociar nada que no podamos aceptar, siguiendo los cauces oportunos, todos los españoles. Y lo primero que una comunidad política (democrática) rechazará forzosamente es que la cercenen, que tronchen el demos, que le arrebaten ámbitos de decisión. Supongo que estaremos de acuerdo. Ojalá nos diera su apoyo a nuestro Manifiesto, de verdad.
Un fuerte abrazo,
Mikel”.
(No recibí más respuesta en ningún sentido. Pero no veo razones para ocultar esta respuesta. No creo que le importe en absoluto).
Interlocutor 20. (Lo contacté por whatsapp y sólo le envíe una brevísima petición de firma y mi nombre, sin más explicaciones).
25/12 22:00 (más o menos)“Siento no poder complacerle, respetado profesor Mikel Arteta. Aunque comparto mucho de lo que ahí se dice, discrepo del diagnóstico que subyace en el fondo del manifiesto. El problema catalán es muy complejo. He escrito mucho sobre el mismo. Creo haberlo intentado explicar con voluntad inclusiva y sin prejuicios. No creo que sea solamente un problema de desobediencia. No quiero confundir las consecuencias con las causas. La ruptura del pacto constitucional es anterior (Aznar) y la disonancia de un Estatut votado y corregido judicialmente sigue siendo, a mi entender el detonante de lo que después ha sucedido. Reducir el problema a sus consecuencias y señalar en una única dirección, no me parece la mejor manera de entenderlo. Y sin omnicomprensión no creo posible apelar al diálogo. Siento discrepar de ustedes porque mi gran obsesión es encontrar espacios, ya no de diálogo (a estas alturas creo que es demasiado pedir), pero al menos de diagnóstico compartido. No existen plataformas en este sentido, lo que confirma mi pesimismo. Gracias por pensar en mí. Cordialmente”.
26/11 18:14 “Querid@ XXXX. Como he escrito a los más de 100 (…) firmantes del primer Manifiesto (el que me parece un error), y muchas de las respuestas me parecen interesantes, también la suya, al correr del proceso he pensado que sería interesante recoger en mi blog vuestras respuestas. ¿Me autorizaría a ello?”
18:30 “Por supuesto que sí. Pero más me interesaría una respuesta suya”
- Le respondo (antes por whatsapp y ahora por mail):
26/11 19:58 “Querid@ XXXX:
Procuraré responder a lo que me plantea:
Muchísimas gracias, lo primero, por su respuesta. Algo acerca del problema catalán también he pensado, claro. Por eso he decidido tomarme la molestia de escribir a todos los firmantes hispanoparlantes. Y, desde el día 23, he tenido diálogos de distinta consideración y duración con unos 20 de los firmantes, muchos de ellos muy relevantes.
Yo tampoco creo que el problema sea de desobediencia. La desobediencia civil, por definición, busca cambiar una norma que se considera ilegítima pero que está recogida en un ordenamiento jurídico que, en su base y en sus principios generales, sí se considera legítimo. Un ejemplo: acabar con el servicio militar. Quizás la eutanasia podría dar lugar también a la desobediencia civil, etc. Y lo propio de dicha desobediencia, por cierto, es acatar la sanción, puesto que en puridad se está incumpliendo la norma a conciencia. Si no, no sería tal desobediencia.
En el caso de Cataluña creo que hay un conflicto entre catalanes provocado por décadas de construcción nacional por parte de los convergentes. Creo que ahora mismo hay una parte de catalanes nacionalistas cuya identidad nacional es exclusivamente la catalana y que consideran ilegítimo el Estado de Derecho (por estar apuntalado
desde España). Y a su lado hay una parte de catalanes que puede convivir con ambas identidades (que es lo que promete el pluralismo en cualquier democracia liberal: ser persona -del griego
prosopon, máscara- es la condición de abstracción que nos iguala en foro público. Tanto para emprender juntos el autogobierno como para acatar la ley emanada de ese autogobierno, todos somos simplemente conciudadanos antes que mujeres, padres, escritores, catalanes, heterosexuales o aficionados al fútbol); dentro de la cual hay otra subparte que empieza a sentirse (a saberse, diría) excluida del foro público en Cataluña, que ve que sus derechos no son tenidos en cuenta y que [observa resignada como] el “reconocimiento” que pide, a bulto, el
stablishment nacionalista “para Cataluña” pasa por ignorar el pluralismo dentro de Cataluña. (que ya disfruta de un grandísimo autogobierno en el
segundo país más descentralizado del mundo; y que incluso ha llevado adelante políticas como la inmersión lingüística, pese a que el 55% de los catalanes son castellanoparlantes de lengua materna y pese a las recurrentes sentencias del TC y TS contrarias a la inmersión). Creo, por tanto, que la construcción nacional desde aquel Programa 2000 de Pujol (que infiltró iliberalmente al nacionalismo en todos las instituciones y que creó y se sirvió de asociaciones presididas por gente como Carme Forcadell, que afirmaba cosas tales como que el PP y Cs no eran partidos catalanes sino españoles en Cataluña) ha creado en Cataluña una especie de pluralismo mosaico (España es plural para que el nacionalismo intente que Cataluña sea internamente homogénea), absolutamente iliberal, contrario a tratar al individuo como unidad moral, puesto que lo somete (como medio) al fin último del nacionalismo, que es la construcción nacional. Desgraciadamente, hay teóricos del nacionalismo que han respaldado este proceder en el seno de minorías regionales, como Kymlicka: “In cases where the national minority is illiberal, this means that the majority will be unable to prevent the violation of individual rights within the minority community. Liberals in the majority groups have to learn to live with this”.
Multicultural Citizenship. A Liberal Theory of Minority (1995: 168).
Por todo ello (
y muchísimo más) creo que la causa de la insurrección (que no desobediencia, porque lo que niegan de plano es la legitimidad del ordenamiento jurídico español; y para derribarlo usan métodos de acción no violenta -Gene Sharp- con los que tratar de desestabilizar al país y forzar una negociación) no es el resentimiento por no ser reconocidos. (Además, lo del reconocimiento hoy es algo muy espurio, muy nihilista, muy posmoderno). Creo que es mejor (más materialista) fijarse en los intereses que hay detrás: los de quienes han movido el trapo y llevan tantos años construyendo nación, es decir, los de la oligarquía catalana y la élite política que aspira a usar el discurso victimista para legitimarse (les sirvió para quitarse de encima al 15-M) y a gobernar sobre valiosísimos recursos sin restricciones nacionales. Por supuesto, poner el foco en la construcción del proceso no impide aceptar que muchos catalanes, como decía, han roto amarras con España. Pero niego la irreversibilidad de ese proceso (y esto pasa por que el Estado tome riendas en la educación y los libros de texto, en la televisión, en la formación y movilidad del funcionariado, en una ley nacional de lenguas que garantice la presencia del español, en reformas del sistema electoral, etc.), del mismo modo que afirmo que para llegar a este punto ha habido durante décadas un proceso previo invasivo y antiliberal de conformación de la conciencia nacional. Lo que hay que hacer es revertirlo. Garantizar, de verdad, el pluralismo de una sociedad con más castellanoparlantes que catalanoparlantes. Y niego que debamos someternos a encontrar una solución fuera de la casa común de todos los españoles. Y rechazo la legitimidad de cualquier solución que quiebre la igualdad política entre todos los conciudadanos que conforman una unidad de decisión y de justicia.
Creo que no es verdad lo de Aznar. Basta con leer las declaraciones de Pujol
sobre lo que le sacó a Aznar. Basta con ver qué fue el pacto del Majestic Y basta con ver a Aznar hablando catalán en la intimidad. Yo creo que todos los Gobiernos en España han hecho todo y más (demasiado) por gobernar con CIU (¡incluso cuando no la necesitaban para conformar mayorías!) y por contentar a, digamos, “Cataluña”. Y, respecto al tema del Estatut, no niego errores tácticos del TC y del PP, pero se recurre y se reinterpretan algunas normas simplemente porque es anticonstitucional. Y, además, tiene detrás una voluntad política muy perversa y reaccionaria, que es implantar el principio de ordinalidad fiscal. En cuanto al contexto más concreto, le reproduzco algunas líneas que he escrito en otra parte:
[Reproduzco aquí el párrafo que señalo como “autocita” en la conversación con el interlocutor 1, con datos que contextualizan la opinión pública catalana en la época de confección del Estatut de 2006]
Por tanto, no creo tampoco que nuestro Manifiesto invierta la causa y la consecuencia. Ahí discrepamos usted y yo. Yo creo que no se puede hablar ahí donde un Gobierno desleal ha patrimonializado sectariamente todas las instituciones autonómicas y donde, por tanto, no hay neutralidad institucional.
Acabo ya mi mail (y, por supuesto, le pido cualquier réplica que, junto con otras, me gustaría recoger en una misma entrada de mi blog). Pero le copio a continuación (disculpe el abuso; sé que dije 2-3 párrafos, pero cuando uno se pone a intentar desarrollar algo coherente y atado a veces toca extenderse algo más), si no le importa, la petición que hice llegar al resto de firmantes del primer manifiesto (en su caso no pudo porque era por whatsapp). Es un texto mío que no debería influir en la decisión de firmar el manifiesto del Foro (al que yo pertenezco pero no represento puesto que cada iniciativa suma adhesiones individualmente), pero que entiendo que ha condicionado (así lo esperaba) muchas de las respuestas que he recibido de los 100 y pico mails que habré mandado. Por eso creo justo copiárselo a usted ahora. Y le añado también
este otro manifiesto del mismo Foro que salió el sábado en
El Mundo y que responde muy directamente al manifiesto que usted firmó y por el que le interpelo.”
- Su respuesta por whatsapp:
26/11 22:00 [Días después (el 2/12) me impidió reproducir el resto de nuestra conversación, recordándome que sólo me dio permiso para hacerlo con la primera intervención. Esto es una conversación privada, adujo, y habitualmente necesita más tiempo para preparar sus respuestas y sus escritos.] Básicamente ve mi intervención, además de larga, profesoral e identificable con la de los fundadores intelectuales de Ciudadanos. (Aunque me honra en buena medida, le aclaro que no soy profesor, que he trabajado como asistente político 5 años, que estoy en paro y que poco tengo que ver con Ciudadanos… o con el PP; él/ella me aclara que no me “acusa” de tal cosa y convenimos que es mejor no pensarme en esos términos por el buen discurrir de la conversación). Parte de que yo no he leído sus escritos y me reprocha, dados los años que lleva escribiendo sobre estos asuntos -a favor de la concordia, el diálogo y el reconocimiento y respeto a las minorías- mi acusación de supremacismo y racismo. Le explico que es al texto al que acuso de tal cosa y que por eso trato de prevenir a cada firmante del error de avalarlo con su firma. Por lo demás, tiene buenas palabras hacia mí, es correct@, viene a decir que siente una especie de cansancio vital por repetir siempre las mismas cosas, aclara que firmó aquel manifiesto para favorecer el diálogo (intención que niega al Manifiesto del Foro de Profesores: al parecer éste sólo pretende mostrar que, a diferencia de Cataluña, España sí es liberal), y considera que difícilmente lograremos abrir con este intercambio un espacio de diálogo. Pese a lo cual se compromete a responderme pronto si le doy unos días. Responderá, creo entender, sobre la base de quien no aspira a tener razón (sino a abrirse a un ágora donde aparezcan las razones) ni a manejar ideas abstractas que comprimen la realidad.
Yo se lo agradezco y le cuento que “la empresa, poco a poco, me ha llevado a querer llegar a los puntos de disenso razonable que pueda tener con quienes me quieran ir respondiendo. O sea, por una cosa o por otra, entablar (sin una brutal exhaustividad y sin dedicarle demasiado tiempo porque sería imposible) un pequeño diálogo. Porque rechazo con fuerza ese manifiesto que firmó, lógicamente. Y porque no acabo de entender por qué, explicadas mis consideraciones (que obviamente yo tengo por razonables) no podría firmar el nuestro (…)”.
- 4 días después: 30/11 17:58
–
Mikel: Querid@ XXXX. Sin ánimo de presionar (entiendo que tendrá trabajo acumulado y cuestiones personales de que ocuparse, por supuesto), pero quería decirle que me gustaría tratar de acabar el trabajo el lunes, más o menos. Estoy pendiente de 2-3 respuestas, no más. Generalmente han sido intercambios rápidos donde quedaran patentes las perspectivas a favor de un manifiesto u otro, o sea, de la pertinencia del diálogo [que ustedes proponían], de sus condiciones, etc. Y por supuesto, de las premisas e intenciones que yo le presumo a la postura [de] algunos que piden diálogo. En fin, espero sus nuevas. Un abrazo, Mikel.
–
XXXX finalmente me aclara que no dispone de tiempo para responder por cuestiones personales.
El día 2 de diciembre se produce el último intercambio. No está de acuerdo con la propuesta que le hago (como al resto de quienes han colaborado algo), donde recojo nuestra conversación. Le hago saber que estoy molesto con la actitud de tantos intelectuales que no tienen reparos en pronunciarse públicamente sobre un asunto que concierne a mis derechos y libertades pero que luego no tienen ni tiempo (¿ni capacidad?, ¿ni valor?) de responder al lector que se toma la molestia de leer lo que suscriben y de interesarse por las razones que hay detrás de su pública manifestación:
“Mi objetivo es preguntar a 166 intelectuales y profesores por las razones que les han llevado a pronunciarse sobre un tema político que en principio conocen bien, sobre el cual ya se habían pronunciado la mayoría, y que me afecta directamente como conciudadano suyo. Yo no quiero publicar confidencias (y temo que se me están haciendo trampas porque nadie me da confidencias -lógico, la mayoría no me conoce-), sino su opinión política a partir de una interpelación educada y con argumentos (…). Les pregunta alguien que también conoce y ha escrito sobre esta cuestión y que merece tanto respeto (o más, al fin y al cabo me he tomado una molestia que pocos se tomarían) como cualquier lector en quien hayan ustedes podido pensar antes de firmar lo que firmaron para influir políticamente en la opinión pública de nuestra comunidad política. Y lo hago desde la buena fe, dejándoles todas las garantías (y muchas más) para dar las mejores respuestas posibles, las que crean oportunas, sin trampas. No voy a pillarlos. (…)”.
Le aclaro finalmente que aceptaré eso de que sólo me dio permiso para reproducir su primera conversación y me lo agradece. Me he debatido entre descubrir su nombre, reproducir solamente su primera réplica y acabar la reproducción de nuestro diálogo con mi intervención (aclarando que él/ella no responde más por razones familiares) o tapar su nombre y así sentirme con el derecho (creo que es más una obligación cívica) de revelar, sin literalidad, un poco más del sentido de lo expresado, puesto que en todo momento él/ella sabía en qué consistía el ejercicio y cuál era mi intención. Como lo que intento en todo momento no es tender trampas ni provocar, sino que les doy todas las garantías para que se dé un diálogo simétrico y honesto y puesto que lo que me importa es mostrar las razones, y/o la disposición a darlas, de quienes exigen a mi Gobierno plegarse a negociar con un gobierno insurrecto, he preferido finalmente anonimizar y parafrasear.
26/11 9:09 No me autoriza a reproducirlo. Se queda a gusto con 23 letras.
Yo sigo paseando.
9:16 Querid@ xxxx. ¿Me autoriza a usar su respuesta, como han hecho varios de los firmantes del primer manifiesto al que les he enviado el mismo mail, para recomponer el proceso de diálogo que he ido teniendo estos días con ustedes? Sería sólo en un humilde blog.
Atentamente,
Mikel
- Respuesta de mi interlocutor:
9:21 No
Interlocutor 22, Jaime Lanaspa:
25/11 17:47“Apreciado Sr. Arteta:
Muchas gracias por su escrito del pasado domingo y por su presunción de buena intención por mi parte a la hora de firmar el manifiesto al que hace referencia, y con el que -evidentemente- no coincide.
Permítame, en primer lugar, decirle que, en mi opinión, el “conflicto” existe y que para superarlo se precisa una
doble reconciliación: Entre catalanes (y ahí “su” manifiesto puede ser útil) y entre parte de éstos y los demás españoles (y en este caso quizá sirva el manifiesto anterior). Las únicas condiciones son la presunción de buena fe, como hace en su propio escrito, y la esperanza de que cabe encontrar buenas soluciones.
Y sí hay motivos para la esperanza. Un par de ellos para no alargarme demasiado:
– A pesar de los años de “construcción nacional” a los que alude, más de dos tercios de los catalanes nos sentimos también españoles en alguna medida.
– Un porcentaje similar de catalanes estamos de acuerdo con el criterio de “solidaridad fiscal” con las regiones menos avanzadas.
Estos datos ponen de manifiesto una realidad muy interesante: una proporción significativa de las personas que votan independentista se sienten también españolas y apostarían por la solidaridad interterritorial. Estas personas (y yo creo que bastantes más) son “demandantes” de reconocimiento, más que de privilegios fiscales.
Como Vd. sabe, al adherirse a un manifiesto puede no compartirlo al 100%, o no sentirse “cómodo” con todos los demás firmantes (salvo que lo redacte Vd. mismo y lo suscriba con un grupo reducido de colegas). Aun así, creo que es legítima tal adhesión si se siente identificado con la “intención” del documento y con su posible utilidad. Desde este punto de vista, ambos manifiestos son compatibles por predicar aquello que es imprescindible en democracia: El diálogo.
Si tiene interés en conocer con mayor precisión mi posición al respecto, puede consultar los artículos que, como colectivo “Treva i Pau”, publicamos periódicamente en “La Vanguardia”, por ejemplo el del pasado 15 de noviembre, o el del próximo 6 de diciembre.
Varios de los firmantes hemos estado implicados en iniciativas en favor del diálogo, ya desde 2014: Desde las “Sesiones de reflexión” en Barcelona, a los “Diálogos del Prado” en Madrid, o a los “Diálogos Andalucía/Cataluña” en Sevilla y en Barcelona.
En cualquier caso, tengo la convicción de que si se reuniera una selección de firmantes de ambos manifiestos serían capaces de encontrar soluciones satisfactorias para la mayoría de nuestros conciudadanos, tanto en Cataluña, como en el resto de España.
Finalmente, me complace transmitirle mi adhesión al manifiesto que Vd. me propone, en mi condición de
economista (y con mi nombre en castellano).
Cordialmente”,
25/11. 19:36“Estimado Jaime, le agradezco muchísimo su contestación y su adhesión, de verdad. Creo, no obstante, como he tratado de explicarle a xxxxx en un largo mail, que las diferencias entre ambos manifiestos no son de matiz, que no hay forma de hacerlos compatibles o complementarios. Que donde uno pone a dos sujetos políticos a concertar/negociar intereses (para ello también es interesante ver el mail solicitando la adhesión que nos envió a todos Vergés), el otro tiene siempre presente al conjunto del demos, representado en las instituciones comunes. Que donde uno ignora la situación de total asimetría creada por instituciones que llevan décadas vulnerando la neutralidad institucional (basta ver las cruces, las pancartas, los lazos, etc.), el otro pide cuidar la imparcialidad del procedimiento para asegurar que ninguna negociación política en foro común se derive de una situación previa de asimetría democrática, de una, digamos, extorsión. Y me temo que estamos lejos de una situación ideal para tratar libremente la organización territorial de España, que no sólo incumbe a los catalanes. Ya estamos viendo las demandas y preocupaciones de Teruel Existe, por ejemplo.
Indagaré, por supuesto, sobre sus artículos. Antes de despedirme, me gustaría pedirle (…) autorización para transcribir su conciliadora respuesta en mi blog (como le estoy pidiendo al resto de firmantes con los que he intercambiado mails: unos 15-20, calculo que me han respondido algo). (…)
Muchas gracias por toda su colaboración.
Un abrazo, Mikel”
- Contestación de Jaime Lanaspa:
26/11. 14:07“Apreciado Mikel,
Si algún día se da la oportunidad, me encantará comentar con usted su escrito de ayer, cuyo contenido creo comprender, aunque mi posición es seguramente más “simplista” y más optimista.
(…)”
Interlocutor 23, Xosé Manuel Pereiro(vía whatsapp, sólo le mando el Manifiesto, con unas palabras muy breves para que lo firme):
25/11 22:57 Muchas gracias, Mikel. Lo leeré detenidamente. Un saludo.
(Al día siguiente le envío el mail tipo y añado la explicación de lo que intento hacer, que me interesaría intercambiar un par de réplicas, le explico que unos 22 cofirmantes suyos me han respondido, que le daría facilidades en la edición final del texto, etc. No tuve respuesta).
Interlocutor 24, Marisol Madroñal Rubio (Secretaria de Iñaki Gabilondo):
- Respuesta de Marisol (desde un mail que no se corresponde con el de Gabilondo, que es a quien directamente escribo):
28/11 11:07“Estimado Mikel,
Te escribo porque toda esta semana Iñaki Gabilondo está de viaje al igual que la semana próxima. Sus compromisos en estas semanas y las que vienen le están impidiendo atender a todas las peticiones.
Por favor, dadme un teléfono de contacto y en caso de poder hacerlo os llamaríamos
Un saludo”
28/11 12:03 “Querida Marisol:
No se preocupe. Aclaro antes de nada que no hay exactamente un “nosotros”. Ciertamente pido la firma para una iniciativa promovida por el Foro de profesores, al que pertenezco. En ese sentido bastaría con que el señor Gabilondo valore firmar este documento:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSfSXVlns7erVovu5F0t9fJNQA7x-X95xUX_Jzb-mZt3tUneLQ/viewform.
Como puede ver, se lo hemos enviado a muchísima gente (tiene 570 firmas, creo). Y se puede firmar al final del propio formulario.
Fue luego un empeño más bien mío el mandar también este manifiesto (precedido de un mail tipo -el mismo para más de 100 hispanohablantes, entre ellos el señor Gabilondo- donde trato de exponer brevemente
mis razones para sostener que la firma del manifiesto de
Contexto que suscribieron fue un gran error -me he dejado 3 emails sin mandar, de personas sin demasiada relevancia académica ni pública en España, por ilocalizables-). Aunque hay quien lo considera (no sin razón) un contramanifiesto, también es cierto que no se deja de pedir diálogo; eso sí, en condiciones democráticas que el Foro de Profesores considera más justas, aclarando términos que, por la razón que fuere (cada lector puede hará sus especulaciones), muchos consideramos que no quedaron suficientemente claros en el primer Manifiesto.
Pero en el transcurso de la empresa me he encontrado con 23 respuestas hasta el momento (incluyendo la suya), muchas de las cuales han dado lugar a un intercambio más o menos breve de razones o impresiones. Y es ahí donde se me ocurrió (a mí personalmente, por eso quiero que quede claro que no hay un “nosotros”) pedir autorización para publicar en un blog las conversaciones con quienes tuvieron a bien responderme. Les he ofrecido a todos la posibilidad de cambiar su primera respuesta, de matizarla, corregirla o censurar alguna parte, así como de disponer de la última réplica. El interlocutor tendría la última palabra sobre el word que recoja nuestro intercambio por email. Mi idea, al final del proyecto, es recoger los 23 (o los que fueran) intercambios seguidos, a continuación de una breve explicación que enmarcaría las condiciones exactas de este ejercicio y mis razones para hacerlo.
Ayer volví a enviar la petición (con el mail que consta abajo, distinto al primero) a tres personas que no habían respondido porque me interesaba particularmente su opinión (además del señor Gabilondo, se trata de la señora Carmena y de la señora Camps: los únicos tres a quienes he cursado la petición por dos veces). Otras personas cuya opinión también me parecía muy relevante me respondieron al anterior, aunque no siempre de forma provechosa para el ejercicio. Obviamente, la conclusión es que sólo una quinta parte (calculo) del total de firmantes hispanohablantes ha respondido.
Si el señor Gabilondo no tiene tiempo, no se preocupe. Lo entiendo perfectamente. Pese a todo, si no pudiera enviarme unas líneas explicándome sus razones para firmar o no firmar nuestro manifiesto (además o en lugar del otro), también le rogaría a usted -por voluntad de exhaustividad- autorización para publicar este pequeño intercambio que hemos tenido.
Creo que la conversación telefónica no tiene demasiado interés para lo que me propongo hacer porque no es el proceso que estoy siguiendo y porque me gustaría dejar un rastro (que acepto, como ha sucedido ya en varios casos, que esté absolutamente revisado al final por el interlocutor, como decía antes). En cualquier caso, a título particular, mi teléfono es xxxxxx.
Reciba un saludo cordial
Mikel”
28/11 12:07Le explico quién soy, el contexto de mis diálogos y lo que pretendo lograr, con la mayor honestidad que puedo. Reconstruyo: “Me he tomado la molestia de conseguir todos los contactos para poder darles a los firmantes del primer manifiesto la oportunidad de firmar el Manifiesto del Foro de Profesores y de exponerme, en caso contrario, sus razones. Con ello espero poder concluir que X me respondieron tal cosa (con pleno respeto a que revisen sus palabras) y que quienes no lo han firmado es porque no han querido”. La conversación dura 12 minutos es muy cercana y amable. Me siento completamente entendido. Me explica que el señor Gabilondo tiene una agenda muy apretada y que hará lo que pueda. El 2 de diciembre una nueva conversación; aún me siento más comprendido. Pero parece que el señor Gabilondo tiene la agenda apretadísima y no puede leer el Manifiesto que se acaba de publicar esa misma mañana.
Interlocutor 25, José Juan Moreso: Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Pompeu Fabra.
23/11 12:58Querido Mikel,
No firmo nunca anti-manifiestos. Y es la única razón porque la no voy a firmar el que me presentas. A pesar de que, con alguna matización que haría (pero todos firmamos muchos manifiestos a los que, si firmáramos solos, haríamos matizaciones), estoy fundamentalmente de acuerdo con lo que se pide.
Creo sinceramente que tú, y otros, habéis hecho la lectura menos caritativa posible de lo que se pide.
Por lo que a mí me respecta:
No soy independentista. Y he defendido mi posición públicamente en muchos foros (a veces más independentistas, como TV3; a veces nada independentistas, como un acto organizado por Sociedad Cívica Catalana). No creo que las razones que aducen los independentistas sean razones que abonen la independencia de Cataluña, creo que sería una decisión equivocada para los catalanes y para el resto de los españoles.
No creo, también lo he defendido públicamente muchas veces, que España no sea una democracia, aunque claro que hay aspectos mejorables.
Siempre he condenado las ideas que aspiran a la independencia de Cataluña porque se trata de una región más rica y tendría más para repartir (‘España nos roba’). Esa me parece la peor razón de los independentistas, insolidaria, egoísta, contraria al ideal de la igualdad que sigue siendo para mí crucial en el establecimiento de una sociedad bien ordenada.
Y he condenado por igual las ideas del nacionalismo supremacista, que rechazo profundamente. Tal vez todos los nacionalismos son doctrinas políticas perniciosas porque atribuyen a un rasgo (el de haber nacido en determinado lugar con determinada cultura), un rasgo de la lotería natural, algún valor que los hace superiores a los demás. Me parece que en todo ello estamos de acuerdo.
Discrepamos acerca del contenido (explícito e implícito) de la primera petición. Yo recibí un
draft previamente y puse una condición para firmar: la condena del uso de la violencia. La petición final incluye dicha condena (no tan explícita como a mí me gustaría) y por esa razón firmé: Me parece importante que una petición que, como la vuestra, pide el diálogo es mejor que pueda ser firmada también por personas que están a favor de la independencia. ¿Si no es con el diálogo cómo piensas tú que puede enderezarse esta situación? Y el diálogo debe darse, según creo, en todas partes: en las Cortes españolas y en el Parlamento de Cataluña, entre los partidos políticos, con transparencia y, también, cuando las circunstancias lo requieren con discreción. Y también, aquí viene tal vez una de las cuestiones controvertidas, entre el gobierno de Cataluña y el gobierno de España. ¿Por qué? Porque son los gobiernos surgidos de las mayorías parlamentarias de cada lugar y, en un Estado con distribución territorial del poder, cuasi-federal, como es España, la opinión de esos gobiernos debe tomarse en serio. Ese es un punto central de la opinión consultiva de la Corte Suprema del Canadá en 1998, que a mí me parece un buen punto de origen para establecer dicho diálogo (te envío una cosa que publiqué en dicho sentido).
Bueno, es suficiente, querido Mikel. Yo aspiro a un debate en el que todos sean escuchados. Cataluña está dividida más o menos por la mitad y, por dicha razón, bloqueada (bloqueada su política y bloqueada su sociedad civil, según creo). Todos los esfuerzos para producir un espacio de diálogo son bienvenidos, también los vuestros, es claro.
Un fuerte abrazo,
JJ
23/11 14:09 Estimado Juan José:
Agradezco mucho tus palabras y las trasladaré al resto, si te parece, porque me parecen pertinentes. Sólo advertiría que, por lo que respecta al diálogo, los políticos harán lo suyo pero creo que nosotros debemos hacer lo nuestro. Y en eso “nuestro” entra una lucha política, por influir en la opinión pública, donde yo creo que nuestro deber es lograr un equilibrio de fuerzas que tienda hacia una solución democrática y justa. Los cambalaches que los políticos hagan para llegar a transacciones que salvaguarden la paz social (o por intereses más espurios) los doy por descontados pero no es ahí donde yo creo que apuntan este tipo de iniciativas. Las nuestras y la vuestra que, como decía, creo que apunta a una estrategia de presión injustificable en este sentido que a mí me preocupa. Digamos que estos escritos ya forman parte del diálogo, no sé si me explico:
Te pongo un enlace de algo que acaba de salir ahora, bastante más explícito que el contramanifiesto al que, de verdad, me gustaría que te adhirieras ya que te considero sin duda de lo más razonable de esa lista de firmantes:
https://www.elmundo.es/opinion/2019/11/23/5dd9076d21efa0eb5b8b45ac.html?fbclid=IwAR0lR3slEqj2tqJN5VMSexIaq0yD28nxkwsRd2xoYA-jkB7qNQAS97Tivd0Un abrazo,
Mikel
23/11 17:47Querido Mikel,
En primer lugar, no tengo inconveniente alguno en que hagas conocer mis puntos de vista a quienes consideres oportuno.
En segundo lugar, y lo siento, no puedo firmar este más explícito manifiesto porque se funda sobre la idea de que no hay ningún conflicto, sino sólo deslealtad constitucional (que la hubo y la hay) y comportamientos fuera de la ley (alentados por algunos de los independentistas y no condenados por los otros). Yo creo que hay un conflicto, el más grave que ha sucedido en la democracia española contemporánea. Y hay un conflicto porque una cantidad muy grande de catalanes quieren abandonar el espacio común, no se sienten acogidos en la democracia constitucional diseñada en la Constitución.
Aunque estoy plenamente de acuerdo contigo en que esto que hacemos también forma parte del diálogo que precisamos, no puedo más que discrepar de muchas cosas que decís en el nuevo manifiesto. Señalaré sólo una: El Estatuto de 2006 fue apoyado por el 91% de la Cámara catalana y fue, con los cambios oportunos, aprobado por el Parlamento español y ratificado por el pueblo de Cataluña. Llamar a ello una ‘deslealtad’ creo que es sacar las cosas de lugar. Que después fuese declarado inconstitucional en algunos puntos por el Tribunal Constitucional (no sin una campaña de por medio del PP, recogiendo firmas en toda España, nunca se supo bien si contra el Estatuto o contra Cataluña y una presión sobre el Tribunal que lo dejó a los pies de los caballos), cosa que yo acato plenamente, no hace que no me parezca un inmenso error político. Nada habría cambiado en el sistema constitucional español, si la sentencia hubiera sido sólo interpretativa (hasta cinco propuestas presentó la primera ponente, Elisa Pérez Vera, que fueron rechazadas por una exigua mayoría, dejando fuera a Pablo Pérez Tremps como recusado) sin declarar ningún artículo inconstitucional.
Otra cosa: conozco a los impulsores de la petición que firmé, es una acusación falsa decir que forma parte de la campaña de los independentistas, te lo aseguro. Muchos de los firmantes, no sólo yo, no somos independentistas y hemos sido acusados muy duramente por ello en los medios independentistas. Es un llamamiento sincero por el diálogo. Comprendo, y es muy legítimo, que a algunos os parezca tibio, incluso que penséis que da alas a las aspiraciones de los independentistas. Y me parece bien que lo digáis.
Sin embargo, yo estoy comprometido con la concordia desde el comienzo, y creo que la concordia sólo llegará si somos capaces de un diálogo sincero, que tome en serio los puntos de vista del otro, los que pueden tomarse en serio. Esto es compatible con no renunciar a los principios y condenar sin matices el uso de la violencia, el supremacismo, las vulneraciones (y aquí fueron descomunales) del imperio de la ley…, pero también la inacción política y el tancredismo del gobierno de España entre 2011 y 2018.
Con el afecto de siempre,
- Mi réplica a José Juan Moreso:
23/11 18:12 Tan cierto es ese dato de apoyo al Estatut como que muy pocos intelectuales, muchos de ellos en este manifiesto que me honro en firmar porque crecí con ellos (me vienen a la cabeza artículos en Claves de Blanco Valdés o Tajadura), denunciaron entonces algunos puntos políticos nucleares de la deslealtad, como aquel principio de ordinalidad. (Es al Concierto vasco al que hay que criticar… No emularlo.). Y tan cierto como la portada de
La Vanguardia asegurando que 7 u 8 de cada 10 catalanes aceptaba los ajustes que se introdujeran el Parlamento español. O como los datos de independentismo en Cataluña que no pasaban de 16% hasta que CIU se echó al monte. La cuestión es: ¿Cuántos catalanes en puestos institucionales y de visibilidad se han opuesto al
mainstream nacionalista/catalanista (ese caldo que, en 2013, les sirvió para sacar al tigre de la jaula, ANC y Omnium mediante)? Creo que muy pocos. Por eso, de nuevo, mi admiración a Ovejero, Arcadi, Azúa, etc. El miedo a acabar como Boadella quizás sea una de las claves. Algo que no pasó ni siquiera en el PV. Quizás porque no hay mejor avisador del fuego que la violencia. Pero muchos sabían (sabíamos) que lo de Cataluña era peor, precisamente por lo fácil que avanzaba la infiltración. Ahí tienen tus co-firmantes el ‘frame’ ganador: el “conflicto” (nauseabundo, lo siento), el “diálogo”, etc… Y un presidente buscando la abstención de Rufián antes de girarse al PP. Me parece muy triste. Inexplicable. Nada que entender. No negaré el problema de legitimación política pero os llamaría a afrontarlo de otra forma. No a buscar una transacción con la bestia. Sólo a deslegitimarla. Esa es nuestra función.
Un abrazo
Mikel
23/11 21:14Mikel,
Muchos de los firmantes (o que defienden posiciones similares) de vuestros manifiestos son amigos y colegas queridos, de veras (están los filósofos de la Autónoma de Madrid, Paco Laporta, Alfonso Ruiz Miguel, Pablo de Lora, están Félix Ovejero -que espero que todavía me considera un amigo-, Francesc de Carreras, Manuel Atienza, Toño García Amado, Blanco Valdés, Luigi Ferrajoli, y tantos otros). Respeto sus puntos de vista, es más, normalmente estoy de acuerdo con ellos y aprendo mucho cuando los leo. Temo, sin embargo, querido amigo, que habéis tomado un partido que no propicia el diálogo. Aun si la otra parte está equivocada (y yo creo, como vosotros, que yerra en lo principal) dialogar con ella necesita de una cierta empatía. Si son como los pintáis, entonces sólo queda la política de la aplicación del código penal, y, según creo, esto llevaría a un desastre en Cataluña. Bobbio escribió lo siguiente una vez: “
Il potere senza diritto è cieco, ma il diritto senza potere è vuoto”. Yo entiendo esta segunda frase como la aplicación del derecho sin política que lo respalde, con la idea sólo que ‘Gesetz ist Gesetz?
‘. Creo que esta es una política condenada al fracaso, de veras.
Mira, Mikel, yo creo que los Estados, ningún Estado, no son fines en sí mismos. Sólo las personas lo somos. La justificación de los Estados es instrumental: son legítimos en cuanto respetan y honran los derechos de todos y contribuyen a generar las bases del bienestar de todos, posibilitando que desarrollen sus plurales planes de vida Y esto, me temo, vale para todos los Estados. Entonces, España debe ser concebida como un espacio común y plural, en el que quepan todos los españoles, con sus culturas, lenguas y tradiciones diversas. Demasiadas veces la negación de esto nos ha llevado al desastre. La Constitución de 1978 fue un marco idóneo para propiciar lo que digo, pero después de 40 años necesita algunos cambios, esto lo reconocen todos. Ya estamos llegando tarde, me temo.
Y, ah, una cosa sobre el principio de ordinalidad, como sucede con estas cosas depende de cómo lo entendamos: hay formas de entenderlo en las que me parece razonable y hay formas en que me parece insolidario. Por cierto, lo más parecido al principio de ordinalidad está en el art. 206.5 del Estatut:
«[e]l Estado garantizará que la aplicación de los mecanismos de nivelación no altere en ningún caso la posición de Cataluña en la ordenación de rentas
per capita entre las Comunidades Autónomas antes de la nivelación.»
Y no fue declarado inconstitucional por el Tribunal siempre que fuese adecuadamente interpretado. Te copio el párrafo de la Sentencia:
“
Si, como acabamos de resolver, el respeto a las competencias del Estado como garante de la solidaridad interterritorial en el ámbito económico y financiero no permite la imposición estatutaria de condiciones como la incluida en el art. 206.3 EAC respecto del esfuerzo fiscal comparado de las distintas Comunidades Autónomas, también la previsión del art. 206.5 EAC debería declararse inconstitucional y nula en el caso de que compartiera esa misma naturaleza condicional e imperativa.Sin embargo, no es así en la medida en que la previsión incluida en el art. 206.5 EAC no es propiamente una condición impuesta al Estado por el Estatuto de Autonomía de Cataluña, sino sólo la expresión reiterada de un deber que para el Estado trae causa inmediata y directa de la propia Constitución, que le impone la garantía de la realización efectiva del principio de solidaridad «velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español» (art. 138.1 CE). Adecuación y justicia que, predicadas del equilibrio económico al que ha de ordenarse la realización de la solidaridad entre las Comunidades Autónomas garantizada por el Estado, no pueden redundar para las más ricas en mayor perjuicio que el inherente a toda contribución solidaria para con las menos prósperas en orden a una aproximación progresiva entre todas ellas, excluyéndose, por tanto, el resultado de la peor condición relativa de quien contribuye respecto de quien se beneficia de una contribución que dejaría entonces de ser solidaria y servir al fin del equilibrio para propiciar, en cambio, un desequilibrio de orden distinto al que se pretende corregir. Principio de solidaridad que se instrumenta a través de los mecanismos de nivelación (art. 158.1 CE) y de solidaridad interterritorial (art. 158.2 CE).El art. 206.5 EAC ha de entenderse, en definitiva, como la manifestación expresa de un principio inherente al modelo de solidaridad interterritorial, en cuya virtud el Estado viene constitucionalmente obligado a procurar un «equilibrio económico, adecuado y justo» entre las Comunidades Autónomas que no perjudique a las más prósperas más allá de lo razonablemente necesario para el fin de la promoción de las menos favorecidas. De modo que la garantía del Estado a que se refiere este precepto sólo operaría cuando la alteración de la posición de la Comunidad Autónoma de Cataluña se debiera, no a la aplicación general de los mecanismos de nivelación, sino exclusivamente a la aportación que realizase Cataluña como consecuencia de su posible participación en dichos mecanismos. Con ese limitado alcance, así interpretado, el precepto no es contrario a la Constitución”.Como puedes ver estas cuestiones técnicas requieren un tratamiento técnico, y no la brocha gorda de decir solo que es insolidario y dar por supuesto que así fue declarado por el TC, lo que no es verdad o, mejor, no es toda la verdad.
En fin, otro abrazo y buen fin de semana,
José Juan
23/11 21:14 Querido José Juan (disculpa que te trabucara antes el nombre). Seguro que ellos tienen la mejor opinión de ti. Quede claro que aquí habla Mikel Arteta, que sólo es un miembro de ese Foro, ni siquiera profesor, y probablemente el menos indicado. Y quede claro que, de larguísimo, eres el mejor interlocutor (en todos los sentidos) de los españoles de entre los 235 (o casi de los firmantes) a los que les hemos mandado el mail. Para qué te voy a hablar del señor XXXXX… Pero permíteme que reitere mi juicio severo -quizás me siento libre porque salvo en una breve ocasión que no recordarás, apenas nos hemos tratado- sobre el texto que habéis firmado.
Decías que hemos hecho la interpretación menos caritativa. José Juan, conoces seguro de sobra el ‘frame’ sobre el que se asienta ese texto y qué se quiere decir en España con conflicto, mucho más cuando, encima, se lo entrecomilla. Por supuesto, hace falta poder político en un sentido arendtiano o habermasiano (poder comunicativo), para dotar de legitimación (apoyo social) al procedimiento democrático (que,
per se, es el que legitima procedimentalmente toda norma precisamente porque todos hemos podido participar en su elaboración). Pero es que es precisamente el procedimiento democrático (el constitucionalismo que da cauce al autogobierno siempre abierto a revisión, mediante reformas que no ataquen los derechos políticos, civiles y sociales de todos y cada uno de los conciudadanos; y mediante elecciones periódicas) el que pretende ser deslegitimado de raíz por el nacionalismo. Apuntan al Derecho por ser Derecho español. Y cuando se quiso “españolizar a los catalanes” (qué error político; error que a la inversa han repetido sistemáticamente todos los consellers de cultura), poniendo reválidas, todo el mundo puso el grito en el cielo. “La educación no se toca”. 40 años configurando una mentalidad que excluye España, el español y lo español del foro público y la conciencia de esos seres adoctrinados que salen de colegios y universidades. ¡Si la rectora no quiso inscribir a los de
S’ha acabat!¡Pero qué es esto! ¡Pero no nos damos cuenta de que no hay libertad en Cataluña! Así, sin paños calientes. Sociedad civil clientelizada e instituciones de todo tipo, rindiendo pleitesía al Gobierno nacionalista (no como Boadella, repito… con los costes que conllevó), son los que configuran hoy ese “poder” al que aludes y que, obviamente, no legitima el Derecho. Y por eso queremos (quiero) que habléis de eso, porque vuestra voz son los mimbres del poder que legitima el Derecho; de eso tendríais que hablar y no de dialogar. Hablar o negociar ignorando la situación me parece puro chantaje. Yo no quiero hablar. No quiero ninguna solución que pase por confederar ni por desigualdad política. Que me digan ellos cuál es el agravio y qué solución quieren; una que no viole la igualdad política sobre la que se asienta toda constitución liberal. Porque todo esto empezó con las trampas y los cuentos del señor Más-Colell (bueno, empezó mucho antes, pero ya me entiendes), diciendo que era un problema de guita. Por eso aludía yo al principio de ordinalidad: era el ‘frame’ (“España nos roba”) y la estrategia. Se obligaría luego al TC a limar. Y así luego poder decir: “¡me han mancillado mi Estatut!” Con Montilla a la cabeza. Lo vemos ahora en el País Vasco (la estrategia siempre es la misma): barra libre para responder al administrado sólo en euskera. Vendrá la respuesta del Estado: “oigan, eso es inconstitucional, viola los derechos de la inmensa mayoría de vascos”. ¿Te anticipo la respuesta del Gobierno vasco? “España, franquista y represora”, claro.
No, lo siento. Yo no quiero dialogar. Y, de nuevo, hablo yo y sólo yo: quiero gerrymandering, quiero reválidas, alta inspección, control académico de los libros de texto, control independiente de los medios de comunicación. Y derecho penal: que espero que en el conjunto de España venga, ahora sí, avalado de poder. Y aguantar lo que haga falta. Pero, repito, antes, durante y después, lo que quiero es que los catalanes que son conscientes del problema eleven su voz y den forma a ese poder que sustenta la legitimación del procedimiento democrático que nos hemos dado y que, bajo cualquier análisis que se le haga, es inequívocamente legítimo. La 13ª democracia del mundo.
Un abrazo,
Mikel
- Responde otra vez Moreso:
24 11 10:32[…]
Yo, también hablo por mí solo ahora (pero me consta que son varios los que tienen este punto de vista) seguiré argumentando públicamente en Cataluña que la democracia y la
Rule of Law exigen que los independentistas abandonen para siempre la unilateralidad y dejen de comportarse con deslealtad constitucional. Y, claro, condenando el supremacismo y la violencia.
Sin embargo, creo que tu estrategia, “quiero
gerrymandering, quiero reválidas, alta inspección, control académico de los libros de texto, control independiente de los medios de comunicación. Y derecho penal: que espero que en el conjunto de España venga, ahora sí, avalado de poder”, sólo serviría para convertir Cataluña en un polvorín. Algunas cosas de las que dices hacen falta sin duda, pero sólo ellas son vacías, no resuelven nada, no promueven la concordia. Por otro lado, y es sólo un ejemplo, no sé por qué piensas que la reválida iba a servir para algo. Quiero decir, ahí no está el problema, Mikel. Los mejores estudiantes en Cataluña son (te lo digo con la experiencia de profesor) perfectamente competentes en ambas lenguas, y tal y como no son tan buenos así desciende su competencia, como en todas partes.
Acerca de tu entusiasmo por
gerrymandering, me extraña que apruebes una práctica que consiste (según todas las definiciones al uso, aquí la de la wikipedia en inglés:
“Gerrymandering is a practice intended to establish a political advantage for a particular party or group by manipulating
district boundaries”, en una manipulación. Manipulando las cosas no iremos a ningún lado.
Lo dicho, yo sigo empeñado en no desfallecer para restablecer la concordia. No estoy seguro que (como diría Unamuno) sea lo que quieren ni los “hunos” ni los “otros”. Ya escribí una vez en
El País (en 2015) que tiendo a sentirme como Montaigne con las guerras entre católicos y protestantes en la Francia de su tiempo, “güelfo entre gibelinos y gibelino entre güelfos”.
Buen domingo
JJ
24/11 11:55Querido José Juan:
Conste en primer lugar que yo voy más allá de rechazar la unilateralidad. También denunciaré a mi Gobierno si pretende salir de ésta, con las mayorías parlamentarias y disciplinadas suficientes, con una nueva asimetría (como la que inconstitucionalmente soportamos con vascos y navarros, que disponen al parecer del doble de financiación
per cápita para pagar esos servicios públicos de los que presumió en el debate parlamentario el miserable de Esteban -PNV-, índice Gini en mano).
Con las reválidas no pretendo solucionar el problema de la inmersión. Para ello hace falta sólo que las universidades y los colegios (y el Gobierno autonómico, claro) hagan cumplir la ley. Con las reválidas sólo quiero introducir un mecanismo institucional que armonice el desarrollo de los programas educativos. Por aquello de que en Cataluña los chavales no aprendan, por ejemplo, que su ordenamiento jurídico culmina en el Estatuto. Nada, cosas básicas. Los ríos de España y tonterías que, en fin, conforman un imaginario donde lo español no existe. Unido al control de los libros de texto, claro: por evitar esos problemas de matemáticas de Lepe, donde van un español, un catalán y un francés del punto A al punto B.
Y con el
gerrymandering quiero decir lo que sabes que quiero decir. ¿Estuvo el
gerrymandering fuera de las mentes de quienes diseñaron nuestro sistema electoral? ¿Puede garantizarse la gobernabilidad sin ello? ¿No es
gerrymandering la propuesta de la UE de subir la barrera electoral nacional al 3-5%? Por supuesto, veo en ello un desincentivo institucional a la lógica perversa de crear un parlamento de representantes nacionales plagados de carlistas que se miran al ombligo. Estoy cansado del lastre que arrastra tu generación (que es la de tantos en mi Foro, supongo) sobre la España franquista que debe hacerse perdonar todo. Tengo claro que, desde la izquierda y/o desde simples convicciones democráticas, hay razones de sobra para plantarles cara. Porque, si hay intolerantes, son ellos.
Y eso entronca con lo último: lo siento, me ofende que te quieras colocar en el centro entre ellos y nosotros; entre los voluntaristas intolerantes y quienes piden pluralismo, convivencia y Estado de Derecho. Un Estado de Derecho que hay que legitimar con aquel “poder” que os animaba a construir desde ya, en lugar de dialogar y señalar falsos “conflictos”. Y, perdona que te lo recuerde (porque hemos hablado largo y tendido sobre ello y curiosamente lo has omitido), la cita mía que retomas seguía así: “Y aguantar lo que haga falta. Pero, repito, antes, durante y después, lo que quiero es que los catalanes que son conscientes del problema eleven su voz y den forma a ese poder que sustenta la legitimación del procedimiento democrático que nos hemos dado y que, bajo cualquier análisis que se le haga, es inequívocamente legítimo. La 13ª democracia del mundo”.
Insisto, y me temo que la cosa va a subir de grados por aquí: creo no estás entre dos extremos como el bueno de Chaves Nogales. No puedo admitir eso ni por mí ni por los míos. Creo, más bien, que estás dudando entre democracia y otra cosa. Lo siento.
Un abrazo,
Mikel Arteta
24/11 12:21Querido Mikel,
En primer lugar, no te enfades por favor. En segundo lugar, yo no veo esta cuestión como una guerra, unos contra otros (y algunos entre medio). Tú, y otros, tenéis un punto de vista (en realidad un abanico de puntos de vista), igual que (los más alejados de vosotros) tienen otro y algunos tenemos puntos de vista intermedios. Como sucede en cualquier debate. Todos estamos llamados, según creo, al diálogo común, si renunciamos a las amenazas y aceptamos las reglas básicas de cualquier diálogo (algo como lo que dice Habermas). Comprendo que tú creas que tienes la razón, acerca de Cataluña y del País Vasco y Navarra; pero debes escuchar a los demás, me parece. Esto es lo que la democracia requiere.
Te digo esto porque lo peor de lo que nos ocurre es la división que hay ahora en Cataluña, una división que costará mucho rehacer y que precisamos. Nunca ninguna comunidad humana se ha construido unos contra otros.
Ah, y por cierto, es una exageración que el País Vasco y Navarra gastan en servicios públicos fundamentales el doble que otras Comunidades. En el estudio del BBVA de 2018, el País Vasco (la primera) gasta 3.200 euros per càpita y Canarias (la última) 2.200, es una buena diferencia (sin duda), pero no es el doble. El coeficiente Gini mide la igualdad, no tiene nada que ver con ello. Madrid y Cataluña están por debajo de la media de España. Tal vez algo habrá que responsabilizar a sus gobiernos por ello. Cantabria, que no tiene concierto, está muy cerca de Navarra, por ejemplo.
https://www.fbbva.es/wp-content/uploads/2018/06/FBBVA_Esenciales_26.pdfOtro abrazo,
JJ
24/11 13:08Querido José Juan:
Yo tampoco lo veo como una guerra. La veo como un ataque medido y fácilmente reconstruible a nuestro Estado de Derecho por parte de un proyecto nacionalista al que no se ha plantado cara (más bien se le ha dado alas desde los gobiernos centrales que han necesitado de su apoyo parlamentario -de ahí el gerrymandering-) durante 30 años. Y, precisamente porque no lo veo como una guerra, sino como un ataque ilegítimo (¿cuál es el fundamento de las reclamaciones nacionalistas más allá del supremacismo?) tampoco creo que sea justo que vuelvas a decir que hay dos puntos de vista y algunos intermedios. Hay nacionalistas que atacan (sin oposición durante décadas, repetido sea de paso) un proyecto democrático y hay gente que, muy tarde y sin medios, se ha puesto a defender el orden constitucional atacado.
Habermas jamás aceptaría llamar “diálogo democrático” (es decir, uno que se produzca en un marco tendente a la imparcialidad; esa que garantiza un procedimiento que pretende institucionalizar el punto de vista moral, o sea imparcial, con simetría mínima entre interlocutores) al que quiere romper la cooriginalidad o equilibrio entre la “autonomía pública” y la “autonomía privada” (o al que se produce con este equilibrio roto), es decir, entre la reconstrucción normativa del Estado de Derecho (el constitucionalismo -cuya técnica se piensa antes y durante el propio proceso democrático: de ahí que para él todo tiempo sea
tiempo de transiciones-, que salvaguarda nuestro estatuto de ciudadanos libres e iguales, con derechos políticos, civiles y sociales) y la voluntad popular, esa que defienden, en su versión desatada (tiránica, decisionista, protofascista) nuestros queridos interlocutores con “punto de vista” contrario. No hay igualdad alguna cuando el proyecto se basa en excluir a una parte de la comunidad de decisión. Esto es obvio. Insisto, no estamos hablando ni siquiera de demócratas. [Se me olvidó recordar que
Habermas ya había identificado al nacionalismo catalán con el Frente Nacional].
Estoy de acuerdo, por supuesto, en que ninguna comunidad se ha constituido a partir del “unos contra otros”. Pero es que la estelada expulsa y la señera, como la rojigualda, abarcan, incluyen (que diría el bueno de Habermas). Abarcan también los derechos lingüísticos que los nacionalistas, ante nuestra parsimonia, violan a los castellano-parlantes. Claro que hay que reconstruir la convivencia y hablar, hablar mucho. ¿Pero habrá que decir lo que pasa, no? Yo sé que tú sabes lo que pasa. Si no lo supieras no me responderías lo que me respondes. Cuanta más gente hable y llame a las cosas por su nombre, mejor. Yo estoy hablando con todos los que me responden y no esquivo un sólo punto. Y a la ironía cutre respondo con ironía cutre.
Respecto a lo del País Vasco, sólo puedo limitarme a colgar esto (no tiendo a sacarme cosas de la manga y ya sé que no lo has insinuado): “La financiación en el País Vasco alcanza los 4.292 euros per cápita y la media apenas supera los 2.000 euros”. Es de
El País (cuando hacía lo que tenía que hacer la prensa de calidad, como espina dorsal de una democracia no corrupta), el mismo periódico que no quiso publicar nuestro manifiesto de ayer en
El Mundo a pesar de ir firmado (destacados, que yo ya iba prevenido) por Savater, Vargas Llosa y Cortina, tres de sus ilustres firmas; además de Azúa, Trapiello, Aurelio y muchísimos y valiosísimos y prestigiosísimos profesores del FORO.
Por supuesto, sé que el coeficiente Gini mide la igualdad. Pero estarás de acuerdo conmigo en que cuando hay tanto dinero es más fácil financiar educación y formación, sanidad, pensiones y esas rentas de inserción, que, según presumía Esteban, son bastante más elevadas que las españolas (igual que la baja por paternidad, ya en 16 semanas en el PV). Y estarás de acuerdo conmigo en que dichos servicios contribuyen, afortunadamente (de ahí mi crítica sin paliativos a quienes afirman que España les roba para así limitar la transferencia de rentas), a la igualación social. De ahí el éxito de la democracia y de ahí nuestros pánicos ante las menguas del estado del bienestar.
Un fuerte abrazo,
Mikel
- Finaliza Moreso y ahí lo dejamos:
Querido Mikel,
Déjame añadir sólo dos cosas a tu último comentario:
La primera sobre mi apelación a Habermas. Las reglas básicas de la comunidad ideal de diálogo son las que, creo, deberían informal cualquier diálogo racional, también éste. Tal vez valdría la pena que todos los participantes se comprometieran a aceptarlas (hay una atinada reconstrucción de dichas reglas en la teoría de la argumentación de Robert Alexy, que Habermas ha aceptado). Esto es lo que quería decir.
La segunda sobre el gasto en servicios públicos fundamentales y coeficiente GINI. Para nada quería sugerir que tú te sacaras cosas de la manga, sólo que cuando hablamos de cuestiones técnicas tenemos que ser (unos y otros) rigurosos y argumentar ‘evidence- based’ como dicen en inglés. En ese sentido, son más fiables los datos de un estudio sobre el tema de los servicios básicos del BBVA que una noticia en un periódico. Pero en ningún momento he puesto en duda tu buena fe, que doy por supuesta.
Otro abrazo
JJ
Hasta aquí el ejercicio. Ahora que cada lector extraiga lo que considere la próxima vez que lea (quizás, como ahora, de uno de los firmantes de aquel Manifiesto) rancias menciones al ADN español y llamadas al diálogo como la que sigue:
“Una vez más, los moderados nos quedamos sin margen. Confiábamos también en el sentido común. Parecía que al menos una parte de las élites españolas creían en la necesidad de encontrar una válvula de escape que liberara la presión y diera credibilidad a las llamadas al diálogo que los moderados catalanes siempre hacemos. Pero estas élites sociales, culturales o políticas, una vez más, han callado. Quizás no desean deshacer el nudo. Quizás la tensión sea el ADN de España. Quizás España para sentirse viva necesita siempre un enemigo interior. Sea como fuere, en los últimos años ha imperado un clima de linchamiento. “¡A por ellos!”. No digo que la sentencia obedezca a este clima. Pero, a pesar de que están encantados de su poder independiente, los jueces también son humanos” (“
Perder”, La Vanguardia, 16/10/2019).
No ha habido mucha suerte con el diálogo. Pero espero haber mostrado algo. Recuerdo, por último, mi contestación a Joan Vergés:
“¿Conceder a Cataluña lo que costó mil muertes no concederle a ETA? No gracias. Soy demócrata y de izquierda y me niego a que se decida bilateralmente qué hacer con una porción del territorio que también es mía: su mercado laboral, su puerto, su patrimonio artístico, su conexión con Francia, la fiscalización proporcional de su riqueza… Ayer PP y Cs perdieron una votación fatua para blindar [en Madrid] su competencia fiscal para seguir haciéndonos dumping al resto. Me niego por lo mismo. Y me da vergüenza el nivel de los académicos. Algunos, como Martí o Camps, pretendidamente cosmopolitas. Da para reírse si no fuera para llorar”.Quizás aún esté en su bandeja de entrada. Nunca me respondió. Si quisiera, que no querrá, lo podría usar como le plazca. Podría explayarme sobre esas cuestiones (por ejemplo, aclarando que la votación ocurrió en el Parlamento madrileño; y por eso era fatua aunque políticamente reveladora) pero la esencia de lo que pienso seguiría estando en esas mismas 9 líneas escritas a vuelapluma. Y estoy convencido de que la inmensa mayoría de firmantes del Manifiesto promovido por el Foro de Profesores también habrían razonado de forma suficiente su rechazo a firmar aquel primer Manifiesto de
Contexto. De hecho, en la prensa de estas últimas semanas ha habido muchas respuestas razonadas contra el espíritu de su Manifiesto. Por último, como veo que las adscripciones varían, como varían muchos nombres propios en función del ámbito territorial en el que se expresan, le aclararía, eso sí, que Mikel se escribe con “k”. Doctor en Filosofía moral y política. Poco más. Vuelvo a mis labores.
[i] Siguiendo la numeración de firmas en la publicación original de la revista digital
Contexto. 4.
María Javiera Aguirre Romero, Filosofía, Pontificia Universidad Católica (Chile); 11.
Jordi Amat, escriptor i periodista; 38.
Ricardo Caracciolo, Filosofía del Derecho, Universidad de Córdoba (Argentina); 46.
Daniele Conversi, Ciencias Políticas, Ikerbasque Research Professor, UPV/EH; 61.
Marina Echebarría Sáenz, Derecho, Universidad de Valladolid; 67.
Juan Antonio Fernández Manzano, Filosofía, Universidad Complutense de Madrid; 76.
Iñaki Gabilondo, periodista; 84.
Jordi Guiu, Sociologia, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; 113.
Jaume Lanaspa, patró de la Fundació Bancària “La Caixa”; 131.
José Luis Martí, Dret, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; 133.
Andreu Mas Colell, Economia, Universitat Pompeu Fabra i President del Barcelona Institute of Science and Technology; 143.
Miguel Mora, periodista. Director de la revista
Contexto; 144.
Sergi Morales-Gálvez, Philosophy, KU Leuven (Belgium); 145.
Josep Joan Moreso, ex-rector i professor de Filosofía del Dret de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; 147.
Gustau Muñoz, escriptor, co-director de la revista L’Espill (Universitat de València); 157.
Ricardo Parellada, Filosofía, Universidad Complutense de Madrid; 161.
Xose Manuel Pereiro, Periodista, Vicedecano del Colexio de Xornalistas de Galicia; 173.
Antoni Puigverd, escriptor i periodista; 184.
Pablo Ródenas Utray, Cátedra Cultural Javier Muguerza, Universidad de La Laguna.; 192.
Pablo Salvador Coderch, Dret civil, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; 195.
Ignacio Sánchez-Cuenca, Ciencias Políticas, Universidad Carlos III, Madrid; 211.
Antonio Tena Junguito, Universidad Carlos III de Madrid; 213.
Suso de Toro, escriptor; 217.
Joaquin Valdivielso Navarro, Filosofia, Universitat de les Illes Balears ; 225.
Joan Vergés Gifra, Filosofia, Càtedra Ferrater Mora, Universitat de Girona
[ii] 1. Ercilia Adén, Derecho y Filosofía, Universidad Nacional de Córdoba (Argentina).
- María Xosé Agra Romero, Filosofía, Universidad de Santiago de Compostela.
- Antoni Aguiló, Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra (Portugal).
- Toni Aira Foix, Periodista.
- Joaquim Albareda, Història moderna, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Enoch Albertí, Dret constitucional, Universitat de Barcelona.
- Teresa Albuquerque, Directora de la Fundaçao da Casa de Mateus (Portugal).
- Claudia-Patricia Alvarado, Abogada (Colombia).
- Francesc-Marc Álvaro, escriptor i periodista.
- Oriol Amat, Economia, Director de la Barcelona School of Management.
- Rodolfo Arango, Magistrado del Tribunal Especial para la Paz y Universidad de los Andes, Bogotá (Colombia).
- Jordi Armadans, director de Fundipau.
- Hugo Aznar Gómez, Filosofía, Universidad CEU Cardenal Herrera, València.
- Jaume Badia i Pujol, Gerent, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Isabel Balza, Filosofía moral, Universidad de Jaén.
- Borja Barragué, Filosofía del Derecho, UNED.
- Jaume Bertranpetit, Biologia, Universitat Pompeu Fabra.
- Norbert Bilbeny, Filosofia, Universitat de Barcelona.
- Ismael Blanco, Ciències Polítiques, director de l’IGOP, Universitat Autònoma de Barcelona.
- Pau Bossacoma, Dret, Universitat Pompeu Fabra.
- Quim Brugué, Ciències Polítiques, Universitat de Girona.
- Noelia Bueno Gómez, Filosofía, Universidad de Oviedo.
- Jorge Cagiao Conde, Civilización Española Contemporánea, Université de Tours (France).
- Mar Calpena, periodista.
- Victòria Camps, Filosofia, Universitat Autònoma de Barcelona.
- Ana Cannilla, Philosophy of Law, Reading University (UK).
- Josep Capdeferro, Història del Dret, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Manuela Carmena, jueza emérita y exalcaldesa de Madrid.
- Milena Carrara, Presidenta Fundació Vivarium Raimon Panikkar
- Alberto Carrio, Filosofia del Dret, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Antonio Casado da Rocha, Filosofía, Universidad del País Vasco/EHU.
- Jaume Casals, Filosofia, Rector de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Manuel Castells, Sociology, UOC & California University/Berkeley (USA).
- Alejandro Chehtman, Derecho internacional, Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires, (Argentina).
- Montserrat Coll Calaf, Filosofia, Ex-directora general de la DGAR de la Generalitat de Catalunya.
- Alfons Cornella, director d’Infonomia.
- Francisco David Corrales Cordón, Filosofia, Universitat de Girona.
- Antoni Defez, Filosofia, Universitat de Girona.
- Joan Manuel Del Pozo, Filosofia, Síndic de la Universitat de Girona.
- José Díez, Filosofia, Universitat de Barcelona.
- Ander Errasti, Derecho, Universitat de Barcelona i Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Pere Fabra, Filosofia del Dret, Universitat Oberta de Catalunya.
- Olga Fernández Prat, Filosofia, Universitat Autònoma de Barcelona.
- Charlotte Fernández Ple, Ciències Polítiques, IGOP, Universitat Autònoma de Barcelona.
- Gennaro Ferraiuolo, Diritto, Università degli Studi di Napoli Federico II (Italia).
- Jordi Ferrer, Filosofia del Dret, Universitat de Girona.
- Andreas Follesdal, Human rights and international lawyer, ARENA Institute, Oslo (Norway).
- Steven Forti, Història, UAB i Universidade Nova de Lisboa (Portugal).
- Pasquale Frascolla, Philosophy of Language, Università degli Studi di Napoli Federico II (Italia).
- Mayo Fuster, Ciències Polítiques, IGOP, Universitat Autònoma de Barcelona.
- Joan Fuster-Sobrepere, Estudis d’Arts i Humanitats, Universitat Oberta de Catalunya.
- Daniel Gamper, Filosofia, Universitat Autònoma de Barcelona.
- Francisco García-Gibson, Derecho, Universidad de Buenos Aires, Argentina.
- Cristina Gelpí, Lingüística, vicerectora de la Universitat Pompeu Fabra.
- Anca Gheaus, Dret i Filosofia, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Rafael Gómez-Moriana, Architecture, University of Calgary (Canada).
- Luz Gómez, Estudios Árabes e Islámicos, Universidad Autónoma de Madrid.
- Tobies Grimaltos, Filosofia, Universitat de València.
- Montserrat Guibernau, Forum on Geopolitics, Department of Politics and International Studies, University of Cambridge (UK).
- Jaume Guillamet, Periodisme, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Antoni Gutiérrez Rubí, Comunicació política, Director d’Ideograma.
- Marisa Iglesias, Filosofia del Dret, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Daniel Innerarity, Filosofía, Director de Globernance, Ikerbasque, investigador del European University Institute, Florencia (Italia).
- María Victoria Inostroza, Dret, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Manel Jiménez Morales, Comunicació, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Jacint Jordana, Director de l’Institut Barcelona d’Estudis Internacionals (IBEI), Ciències polítiques, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Indira Latorre, Derecho, Universidad del Bosque, Bogotá (Colombia).
- Sebastián Linares, Ciencia política, Universidad Nacional del Sur (Argentina).
- Guillem López Casasnovas, Economia, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Claudio López-Guerra, Politics and Philosophy, University of Richmond (USA).
- Jaume López Hernández, Ciències polítiques, Universitat Pompeu Fabra.
- Àngel Lozano, Professor del Departament de Tecnologia, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.
- Nahuel Maisley, Derecho, Universidad de Buenos Aires (Argentina).
- Teresa Maldonado Barahona, Filosofia, feministAlde Bilbao.
- Giorgio Maniaci, Diritto, Università di Palermo, Italia.
- Genoveva Martí, Filosofia, Universitat de Barcelona.
- Guillem Martínez, periodista.
- Félix Mathieu, Political Science, Université du Québec à Montréal (Canada).
- Gonçal Mayos, Filosofia, Universitat de Barcelona.
- José Antonio Méndez Sanz, Filosofía, Universidad de Oviedo.
- José Mendívil Macías Valadez, Filosofía, Universidad de Guanajuato (México).
- Núria Sara Miras Boronat, Filosofia, Universitat de Barcelona.
- Cristina Monge, Ciencias Políticas, Universidad de Zaragoza,
- Ezequiel Monti, Derecho, Universidad Torcuato di Tella, Buenos Aires (Argentina)
- José Luis Mora García, Filosofía, Universidad Autónoma de Madrid
- Pedro E. Moscoso-Flores, Filosofía, Universidad Adolfo Ibáñez (Chile)
- Arcadi Navarro, Biologia, exsecretari d’Universitats i Recerca de la Generalitat de Catalunya
- Zelai Nikolas, abogada, Gure Esku Dago.
- Francesc Núñez, Humanitats, Universitat Oberta de Catalunya
- Serena Olsaretti, Dret i filosofia, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Eze Paez, Investigador FCT, Filosofia, Universidade do Minho (Portugal)
- Joan Pagès, Filosofia, Universitat de Girona
- Pablo Pareja, Dret, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Cristina Peñamarín Beristáin, Periodismo, Universidad Complutense de Madrid
- Francesc Pereña, Filosofía, Universitat de Barcelona:
- Lluís Pérez Lozano, Ciències polítiques, Universitat Pompeu Fabra
- José Antonio Pérez Tapias, Filosofía, Universidad de Granada
- Javier Pérez Royo, Derecho, Universidad de Sevilla
- Jordi Pigem, Filòsof i escriptor
- Agustí Pons, escriptor: Agustí Pons, escriptor
- Albert Presas, Història, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Cristina Pujades, Biologia, vicerrectora de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona:
- Àngel Puyol, Filosofia, Universitat Autònoma de Barcelona:
- José Daniel Quesada, Filosofía, Universitat Autònoma de Barcelona
- Josep Ramoneda, Filòsof i periodista, director de La Maleta de Portbou
- Guadalupe Reinoso, Escuela de Filosofía, Facultad de Filosofía y Humanidad, Universidad Nacional de Córdoba (Argentina)
- Jorge Riechmann, Filosofía moral, Universidad Autónoma de Madrid
- Manuel Rivas Barrós, escritor y periodista
- Jorge Rodríguez, Derecho, Universidad de Mar del Plata (Argentina)
- Miriam Ronzoni, Politics, University of Manchester (UK)
- Ignasi Roviró Alemany, Filosofia, Universitat Ramon Llull
- Javier Sádaba, catedrático honorario de Filosofía, Universidad Autónoma de Madrid.
- Pello Salaburu, Filología Vasca y exrector de la Universidad del País Vasco.
- Pedro Salazar, Derecho, Director del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM, (México).
- Carles Salazar, Antropologia, Universitat de Lleida.
- María José Sánchez Leyva, Ciencias de la Comunicación y Sociología, Universidad Juan Carlos, Madrid.
- Marc Sanjaume, Ciències Polítiques, Universitat Pompeu Fabra.
- Víctor Sampedro, Comunicación Política, Universidad del País Vasco.
- Miquel Seguró, Filosofia, Universitat Oberta de Catalunya i Herder editorial.
- Norma Serra, GIS and Marine Biology, University of Victoria (Canada).
- Carles Serra, Pedagogia, Universitat de Girona.
- Ivan Serrano, Ciències Polítiques, Universitat Oberta de Catalunya.
- Asger Sørensen, Pedagogía y Filosofía, Aarhus University, Copenhagen (Dinamarca).
- Boaventura de Sousa Santos, Distinguished Legal Scholar Universitat de Wisconsin-Madison (USA), Global Legal Scholar Unviersity of Warwick (UK), director Centro de Estudos Sociais da Universidade de Coimbra, Universidad de Coimbra (Portugal).
- Francesc Subirada, delegat del rector per a la iniciativa del Mercat del Peix de la Universitat Pompeu Fabra.
- John Tasioulas, King’s College London (UK).
- Charles Taylor, Philosophy, McGill University, Montreal (Canada)
- Josefa Toribio, Universidad de Barcelona
- Camil Ungureanu, Universitat Pompeu Fabra
- Jonathan Valenzuela, Universidad de Chile, Santiago
- Eduard Vallory, gestor i analista social (& Pompeu Fabra)
- Jordi Vallverdú, Filosofia, Universitat Autònoma de Barcelona
- Judith Vega, Philosophy, University of Gröningen (Netherlands)
- Amador Vega, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Agustín Vicente, Filosofía, Universidad del País Vasco/Ikerbasque
- Conrad Vilanou, Història de l’Educació, Universitat de Barcelona.
- Gerard Vilar, Filosofia, Universitat Autònoma de Barcelona.
- José Luis Villacañas, Filosofía, Universidad Complutense de Madrid
- Santiago Zabala, Filosofia, Universitat Pompeu Fabra de Barcelona
- Alfred-Maurice de Zayas, UN Independent Expert on the Promotion of a Democratic and Equitable International Order 2012-2018 (appointed by the United Nations Human Rights Council)
- Mario Zubiaga Garate, Universidad del País Vasco
https://www.fronterad.com/dialogamos-sobre-cataluna-en-serio-silencios-ofensas-y-algun-intercambio-sincero-de-razones/?fbclid=IwAR2IDnheUc9iltyE9-_0tCFH5KSkeEE_dOAQQWxRmMxWbTLFVMhx3tmmX2M
Se acaba de celebrar la semana de la ciencia de Madrid, la Cumbre mundial del medio ambiente y demás conferencias sobre el cambio climático, que a menudo se celebran estos días por doquier.
En todas ellas se habla del CO2 como la peste del siglo y el mayor causante del calentamiento global del planeta y en todas se habla de las medidas a tomar para reducirlo o eliminarlo y claro está, lo primero es el ahorro energético y lo segundo, potenciar las energías renovables, pero como estas son insuficientes, porque apenas se llega al 10% del consumo total, también se habla de la instalación de más centrales nucleares de fisión para suplir esa falta de energía, si quitamos o se agotan los combustibles que originan ese CO2.
Se habla también de poner en marcha la era del hidrógeno con las energías nucleares de fisión y de fusión cundo funcionen o se consigan, como aporte de la energía principal necesaria.
Pero curiosamente, nadie habla o se pregunta si existen o son posibles otras fuentes de energía, nadie propone concursos de ideas por todo el mundo para descubrirlas y nadie habla de aportar fondos públicos para la investigación y desarrollo de esas posibles otras nuevas fuentes de energía de la materia. ¿Por qué?
El planeta está tan mediatizado por sus dirigentes y medios de comunicación, que parece que ya apenas le queda voz para la crítica. Solo se preocupa de sobrevivir un día más cuando amanece en este mundo supercapitalista, superdirigido y supercompetitivo, donde aparentemente, la corrupción se ha adueñado de las instituciones a todos los niveles, como podemos ver estos días en los pueblos de España con el tema inmobiliario.
La gente no tiene tiempo, ni ganas, de saber nada más que sus propios problemas, creados una veces indirectamente y otras directamente por los políticos, con subidas de impuestos por encima del IPC, con leyes restrictivas de la libertad y con multas y procesos que llevan a la banca rota en general, amén de los constantes aumentos de la delincuencia, con robos, tráfico de drogas, etc., que los medios de comunicación compiten para hacérselos olvidar, con programas de TV degradante para la condición humana, como esos de “salsa rosa” o cotilleo más ramplón.
Pero esto ya lo debía saber el que origino este diseño perfecto, de la materia, de la vida y del universo y por eso, cada uno de nosotros, no somos nada más que pequeños granitos de arena en una montaña, no somos prácticamente nada, pero en cambio, la humanidad y su conocimiento, evolucionan bajo modelización matemática, exactamente igual, como el Sol, las estrellas o el mismo universo y nadie puede cambiar, ni mediatizar esa evolución, por muchos siglos de hambre o de sometimiento de ese conocimiento que sufra la gente.
Por lo que se ve, nuestros dirigentes han desechado ya hace tiempo, hace ya más de 10 años que puedan existir otras fuentes de energía de la materia, sobre todo, cuando diseñaron la era del hidrógeno, que implantarán cuando el precio del petróleo sea tres o cuatro veces más alto que el actual, por allá, entre el 2010 y el 2015, gastando miles de millones de euros entre 30 o 40 empresas del ramo del automóvil, de pilas de combustibles y de gases licuados,.
Pues además, están siendo informados por la ciencia oficial, de los avances en la energía nuclear de fisión, que son esas centrales nucleares de los residuos radiactivos altamente peligros para la salud humana que no se pueden eliminar, y la de fusión, de la que ahora se está construyendo el ITER de experimentación en Francia y de la que dicen, será la panacea de la energía del futuro de la humanidad y que con ella, ya no habrá nunca escasez de energía.
De tal forma, que si nadie lo remedia, en unos 60 años, la humanidad habrá agotado los combustibles radiactivos del uranio y otros, dejando al planeta lleno de cementerios nucleares de elementos radiactivos, con el calentamiento global y sin energía de nuevo.
Y si por casualidad, por esas fechas, ya funciona la fusión nuclear soñada y pronosticada por esa ciencia oficial, empezarán a transformar de forma irreversible, el agua vital de los océanos y ríos en hidrógeno y éste en helio, en un proceso cuyo rendimiento será de millonésimas por ciento, con lo cual, es muy probable, que en el transcurso de unos cientos de miles de años, al ritmo de consumo de energía superelevado de entonces, se habrán quedado, sin agua y sin energía, pero con el calentamiento global, que ya se sabe, no es debido al CO2, sino al funcionamiento del Sol y de las estrellas bajo modelización matemática mediante mecanismos de dosificación de energía RME, aunque para esas fechas, esto nada importaría de seguir así.
.
Pero curiosamente, la humanidad deberá de vivir muchos millones de años más, entre otras cosas, porque su extinción no puede ser repentina o de cualquier manera, porque evoluciona bajo modelización matemática y solo lo hará, cuando llegue su fin de ciclo procesal, como lo hará el Sol, las estrellas o el mismo universo, y éste se prevé, no antes de miles de millones de años.
¿Y entonces con que energía seguirá viviendo y además, seguramente en el espacio o en otros planetas extra solares?
Está claro, por lo menos para nosotros, que la materia encierra secretos que todavía no conocemos y sobre todo, fuentes de energía como las basadas en esos mecanismos de dosificación de energía RME del Sol, que los que ahora gobiernan en el mundo, desprecian prepotente e ignorantemente, quizás por intereses corruptos en la mayoría de los casos o por ignorancia y falta de rigor al estar mediatizados todavía la mayoría de ellos por las ideas y pensamientos religiosos nefastos, que dejan todo en las manos de “su” Dios imposible, o porque están siendo mal aconsejados por esa “su” ciencia física oficial, que ni tan siquiera saben que existen, al ir por otros caminos equivocados del conocimiento, como demuestran estos más de 100 años de estar ausentes.
FCO MORENO MECO (1)
Ingeniero, Científico e Investigador de la Materia y la Energía
mteasl@hotmail.com
LA HIPOCRESÍA ENERGÉTICA
DE LA CORRUPCIÓN Y DE LA IGNORANCIA HUMANA
Dicen, que la energía resulta de la transformación de masa de los cuerpos, según una balance que supuestamente el Sr. Einstein formuló hace ya un siglo, con la ecuación famosa E/m = c2 = k y la ciencia física oficial creyó que así era, con las demostraciones aparentes de las reacciones nucleares de fisión, postulando después y además, la fusión de igual manera, para justificar la energía del Sol y de las estrellas, que hasta entonces era inexplicable.
Pero esto no es compatible con la naturaleza, la materia y el universo, ni con la nueva teoría Unificada Física de Cuerdas CFD de la Fundación Cónido de Madrid, que ya pronostica que la masa de las partículas no se puede crear, ni destruir, ni transformar y solo puede cambiar de estado (valores de ciertos parámetros de sus características) bajo modelización matemática y en condiciones adecuadas no manejables, y además es eterna.
Lógicamente, en un mundo material que se degrada aparente y continuamente, se podría pensar, que toda la masa se va transformando en energía sin lugar, ni posición, y que después, podría aparecer por sorpresa en alguna parte, dando así la razón en el futuro, a todas las teorías religiosas creacionistas, sobre todo judío-cristianas, que considerarían esa aparición, como la creación caprichosa de una obra divina imposible en nuestro universo.
Es necesario recordar, que por desgracia todavía hoy, la ciencia física oficial está basada en los supuestos trabajos erróneos de dos súper religiosos como el Sr. Einstein, judío y defensor y practicante a conveniencia de las creencias religiosas de la religión judía, con sus teorías aparentes, erróneas y demagogas de la Relatividad y del Sr. Newton, practicante acérrimo de la religión cristiana, con sus leyes de la gravitación imposibles y que considera falsamente, dogmas inamovibles del conocimiento de la física y de la humanidad, lo que la convierte en una ciencia religiosa y por tanto sin libertad de pensamiento, al tener éste, mediatizado por sus fantásticas y fanáticas creencias religiosas basadas en el temor miserable a la otra vida y a la llegada de un Mesías ilusorio, que les ayudaría ruín y partidistamente a gobernar el mundo, y así engrosar corruptamente sus bolsillos de dinero y de poder, como si los demás fuesen verdaderos borregos imbéciles, sin conocimiento, ni pensamiento.
Pero esta ciencia no se da cuenta que lo que “ve”, es solo aparente, porque no puede alcanzar los tamaños tan infinitamente pequeños de las partículas. Desde arriba solo vemos el bosque, que parece solo un elemento, pero desde abajo vemos miles de árboles todos distintos.
Y así, cuando un átomo inestable como los radiactivos, se divide en condiciones adecuadas, no sobra masa en el balance entre el átomo original y los dos o tres nuevos originados, sino solo partículas elementales, que instantáneamente reaccionan interaccionando entre sí y con los átomos del entorno, que aumentan casi infinitamente su tamaño, originando una gran energía térmica en el ambiente y una gran explosión.
Y esas mismas partículas, cuando los cuerpos se enfrían, ya habrán sido radiadas por ellos al confín del universo, pero nunca habrán desaparecido, ni se habrán podido transformar en ninguna otra energía, porque ya estarán formando parte de la corteza de ese universo con características, que evolucionan bajo modelización matemática también.
La energía térmica es una expresión del átomo, que a su vez es función directa de su energía interna y ésta, varía en él, según el modelo matemático EC = k0 = ½mqc2, donde C a su vez, varía según el número de masas cuánticas y por tanto en el átomo E = knmq2c2, que nada tiene que ver con la ecuación relativista, y donde se expresa mayor energía todavía y además, como vemos, no es proporcional al número de cuantos de partículas, sino que estos en su número, influyen en el valor de esa energía de forma exponencial, como termodinámicamente demuestra la materia y el universo cada día.
Y así pasa con todas las reacciones de la materia.
Por tanto, no dejan de ser nada más que ridículos, truculentos y corruptos proyectos futuros de abastecimiento de energía, basados en la ignorancia y en la falsa urgencia de luchar contra la capa de gases de CO2 del efecto invernadero, que dicen truculenta y mentirosamente, que origina el inexorable calentamiento global que es solo debido al funcionamiento del Sol y que se harán (si nadie lo remedia) por los intereses de los más poderosos económicamente y no por el interés de todos, querer extraer la energía futura de la humanidad de cualquier combustible no renovable, como el petróleo, a punto de extinguirse, pero habiéndonos dejado la atmósfera contaminada y echa una pena o del uranio radiactivo o cualquier otro elemento nuclear, que al ritmo de crecimiento energético mundial, los habrán agotado en unos 60 años, después de haber llenado de cementerios de residuos radioactivos peligrosos el planeta, o como la misma fusión nuclear, que menos mal que es imposible, porque si no, en menos de un centenar de miles de años, dejaría a la humanidad sin agua en el planeta, pues la habrían convertido en hidrógeno y éste en helio, matándola de sed.
¿Y qué más les dará a nuestros descendientes del futuro humano, extinguirse muriendo de sed, que extinguirse muriendo por falta de energía o por ambas cosas a la vez?
Pues según estas previsiones, al final, la humanidad del futuro, debería vivir sin energía, sin agua y con innumerables cementerios radiactivos muy peligrosos por su duración a lo largo del planeta, lo que inexorablemente le llevaría a su extinción.
Pero esto es imposible, entre otras cosas, porque la humanidad también evoluciona bajo modelización matemática, como también lo hacen las estrellas o el mismo universo y no podrá extinguirse repentinamente, sin haber terminado antes su ciclo de vida.
¿Y es a esto lo que alcanza el conocimiento y lo que nos ofrece esa ciencia física oficial religiosa, truculenta, corrupta, domesticada y secuestrada desde hace más de un siglo por esos políticos súper religiosos, que actúan solo en su exclusivo interés y beneficio?
Está claro entonces, que el petróleo, la energía nuclear de fisión o la famosa era del hidrógeno con la fusión nuclear imposible, no son la solución de la energía del futuro de la humanidad, que corresponde a un diseño perfecto de la materia y que evoluciona bajo modelización matemática.
¿Pero entonces, existe alguna energía o solución energética para el futuro de la humanidad, que sea compatible con ella?
Si, la misma que está siendo utilizada por el Sol y las estrellas, el universo, la vida o la misma naturaleza del planeta Tierra desde hace ya millones de años, la inagotable y limpia energía RME (1) (de reutilización de la materia elemental), despreciada por esa ciencia física oficial por su sencillez, al igual que desprecia el pensamiento y el conocimiento sencillo de los demás, que no son tan dogmáticos y prepotentes fanáticos religiosos como ellos.
Esta energía RME está siendo ya desarrollada con escasísimos medios por la Fundación Cónido de Madrid, con la teoría Unificada Física de Cuerdas CFD, la que puede justificar cualquier fenómeno de la materia y del universo y la que pronostica dicho tipo de energía, inagotable y limpia por millones de años que vivirá la humanidad, incluso fuera de este Sistema Solar.
FCO MORENO MECO (1)
Ingeniero, Científico e Investigador de la Materia y la Energía
mteasl@hotmail.com