De la banca de inversión a recuperar infancias perdidas
Arancha Martínez abandonó su carrera en banca de inversiones para generar una 'app' de reconocimiento biométrico con la que ha identificado a 100.000 niños que vivían solos en las calles de India. Es el primer paso para ayudarles más y mejor, abriendo nuevos caminos de futuro
Si la historia de Arancha te ha hecho pensar y tú también quieres ayudar a esta causa para cambiar el mundo
Según datos de Naciones Unidas, cada año, más de 40.000 menores son secuestrados, drogados, maltratados y forzados por las mafias a pedir limosna en las calles de India. De esos 40.000, 11.000 desaparecen de forma definitiva en manos de las organizaciones criminales de tráfico de personas. Resulta difícil aproximar las cifras exactas de unos de los colectivos más vulnerables del planeta, pero se estima que en la actualidad hay entre 10 y 11 millones de niños en situación de extrema pobreza viviendo en la calles de India. La cifra mundial supera los cien millones de niños. Para asimilar la magnitud de la problemática es necesario un inciso: estamos hablando de millones. Y estamos hablando de niños.
Eficacia para las buenas intenciones
Desde su experiencia en banca y ante las aplastantes cifras, Arancha se plantea una pregunta legítima: "¿Cómo puede ser que no haya que perder ni un solo céntimo en una transacción de una persona que simplemente está sacando rentabilidad a su dinero, pero no consigamos siempre la misma eficacia en transacciones con las que estamos intentando acabar con los problemas más grandes del mundo?". Las organizaciones no gubernamentales realizan un trabajo encomiable por hacer del mundo un lugar más justo, igualitario y humano; el dinero de las donaciones llega a destino y héroes anónimos consiguen a diario cambiar el rumbo de millones de vidas. Sin embargo, para ser más útiles si cabe, la clave está en la eficiencia y, como bien sabe Arancha de primera mano, “si hay algo eficiente, es un banco”.De la calderilla a la transformación
Nada más llegar a India en 2008, Arancha experimentó el peso de la realidad que reflejan las cifras. Niños de aspecto enfermo y desnutrido rodeaban su coche y tocaban la ventanilla pidiendo limosna. Eran cientos de ojos tristes capaces de partir el más duro de los corazones. Sintió el inevitable impulso de darles lo que tenía en el bolsillo, “para que coman, para que vivan”, tal y como le ocurriría a cualquier espectador ante semejante escena. Pero también tenía la absoluta certeza de que al hacerlo, entraría a formar parte de la trama que dilata la pesadilla.Si les diera unas monedas, estaría contribuyendo a fortalecer la cadena de explotación de aquellos niños por parte de las mafias que, con toda probabilidad, les habían empujado a pedir frente a su coche. La limosna no era la solución, sino parte intrínseca del problema. Evitó el antídoto fácil que alivia la conciencia de aquellos con más suerte y, en lugar de caer en el acto egoísta de dar para sentirse mejor, decidió que cada vez que notara la necesidad de dar unas monedas, se las guardaría en otro bolsillo para canalizarlas a través de una organización que sí ayudara de forma efectiva a quien la miraba con ojos tristes. Pero, ¿cuál?.
Innovación para construir futuro
Consciente de los ingentes retos a los que se enfrenta el tercer sector, Arancha quería ayudar, pero sabía que para hacerlo, más allá del dinero, eran imprescindibles la eficacia y la innovación. Fue ese el motivo que la llevó a fundar ItWillBe, una organización cuyo objetivo es ayudar a los que ayudan, impulsando proyectos que construyan futuro desde los cimientos. ¿Y qué es lo primero? Saber quiénes son los niños sin futuro que, sin carnet de identidad ni cartilla de vacunación, deambulan por las calles hasta que un día, con suerte, son asistidos por voluntarios de organizaciones humanitarias.Fue así como nació Child PPa (People´s Protection App), una aplicación para proteger y rehabilitar a los “niños de la calle” mediante el acto más básico e imprescindible: su identificación. Atemorizados por las mafias y en constante huida, muchos de los menores cambian su nombre y ubicación, dificultando así la labor de quienes quieren ayudarles. La app desarrollada por ItWillBe soluciona la problemática mediante un sistema de reconocimiento con tres biometrías: la huella digital, el reconocimiento facial y, por último, la biometría palmar, que lee por infrarrojos el patrón de las venas de la mano.
La tecnología implantada por ItWillBe y utilizada por las organizaciones de la red ChildMiss demuestran que, al donar, lo importante no es solo cuánto dinero llega, sino el impacto que genera. Gracias a Child PPa, 100.000 menores de las calles de India ya han sido registrados por trabajadores y voluntarios. De esos 100.000 niños registrados mediante la aplicación, 4.000 ya están recibiendo apoyo psicosocial en Bangalore y en Delhi. Pero de la misma manera que lo importante no es cuánto dinero llega, sino en qué se invierte, el valor tampoco se encuentra en el éxito que reflejan las cifras de niños identificados. El auténtico éxito radica en la multiplicación de este incansable impulso para que la actual realidad de los “niños de la calle” desaparezca.
Primero identificar para luego asistir. Aplicar innovación para conseguir eficacia. Poner en marcha cabeza y corazón, alineados en objetivos indispensables. Para transformar el futuro es necesario pensar en presente, y con ItWillBe, el cambio ya está en marcha.
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Contenido adaptado del vídeo de Arancha
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Yo trabajaba en Dublín, en banca de inversión, en Merrill Lynch. Entonces cuando ves mundo es cuando dices “esto no me gusta y esto lo quiero cambiar”. Y pensé, por qué no aprovecho ahora para hacer algo que siempre he querido hacer, que es un voluntariado en cooperación. Y me dije: "Me voy a India unos meses, busco algo donde me acojan y cuando llegue allí algo encontraré".
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La calle en India, en Delhi, en las ciudades, es terrible. Cada vez que paras en un semáforo hay niños que vienen a la ventana a pedirte dinero. Realmente dar dinero a uno y a otro porque te parte el alma no vale mucho. Verles así tampoco tiene mucho sentido porque empiezas a intuir además que no están solos, que hay mafias detrás.
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Yo lo que quiero es hacerlo de manera diferente. Quiero que realmente podamos ser eficientes y optimizar al máximo nuestros recursos igual que hacía en el banco.
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Y decidimos poner en marcha lo que hoy es ItWillBe. Una ONG de cooperación para colaborar con proyectos de ONG locales. Lo que hacemos no solo es financiar, sino que sobre todo insistimos mucho en que sean proyectos eficientes.
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En India se estima que hay entre 10 y 11 millones de niños viviendo en la calle. No tienen ningún tipo de documento que diga que ese niño es ese niño y encima mienten, con lo cual tú pones Rayid y es que te pueden aparecer 50 posibilidades. Entonces ahí surgió la idea de introducir tecnología en el proyecto. Y enseguida pensamos en la biometría.
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La huella digital, del dedo, la palmar y la facial. Eso es PPa, People´s Protection APP, porque el objetivo es proteger a personas, en este caso a niños. Si un niño aparece en otra ciudad y se ha hecho algo ya previamente con él, que se sepa y que se le dé continuidad.
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Si se sabe ya que ese niño tiene sida y tiene que seguir un tratamiento que se pueda seguir con la medicación. O si se le ha vacunado ya de dos o tres cosas, pues que cuando llegue a la otra ciudad no se le vuelve a vacunar.
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Con ONG locales hay prácticamente 100.000 registrados y por ejemplo solamente en 2018 se ha podido identificar y rehabilitar en esas ciudades a más de 4.000 niños.
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Porque al final no es tanto el que nosotros ayudemos a los niños y niñas, sino es el generar el cambio para que no existan los niños en India en esas situaciones.