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“Habrá que recomponer lo real y lo virtual” Braidotti / SERGIO C. FANJUL

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“Habrá que recomponer lo real y lo virtual”

La filósofa italoaustraliana aboga por construir un futuro posthumano mejor que el presente humano aprovechando las ventajas de las nuevas tecnologías


El posthumano puede ser mejor persona que el humano. Ese ser con capacidades ampliadas —hoy, gracias a teléfonos inteligentes y tabletas; mañana, gracias a quién sabe qué prótesis o artilugios tecnológicos incorporados— puede llegar a convertirse en un ser más ético, menos centrado en su interés propio, más consciente de las necesidades de la gente que le rodea, del planeta en el que vive.
Esto es parte de lo que plantea Lo Posthumano, erudito y frondoso ensayo de Rosi Braidotti. La filósofa y teórica feminista, declarada heredera de la tradición de Spinoza, aboga por trascender la negatividad construyendo, desde ya, futuros posibles. Y afirma que las nuevas tecnologías, bien usadas, son una poderosa herramienta de cambio hacia un futuro posthumano que permita corregir muchas de las cosas que hizo mal el humano a secas.
Este es el gran reto de la condición posthumana, sostiene Braidotti, nacida en Italia en 1954 y educada en Australia. Profesora universitaria y directora del Centro para las Humanidades de la Universidad de Utrecht (Holanda), es una prolífica ensayista de torrencial conversación. En una habitación de la Posada del Peine, en la calle de Postas, en pleno centro de Madrid, dispara sus palabras con aplomo, velocidad y fina ironía.
Pregunta. Su interés por el posthumano es directamente proporcional a su frustración con los límites del ser humano actual. ¿Cómo define usted al posthumano, y sobre qué debemos reflexionar?
Respuesta. El posthumano eres tú con tu tableta. Tú y tu tableta tenéis más poder de comunicación que las fuerzas aliadas cuando desembarcaron en Normandía. Hay que sentarse a pensar qué puede hacer cada cual con eso. Nuestros hijos están locos con las nuevas tecnologías, pero ¿podemos hacer que sirvan para algo? No quiero que esta cuestión quede en manos de Nick Bostrom y los ingenieros que trabajan en la inteligencia artificial. Esta no es una cuestión de inteligencia artificial, sino de inteligencia encarnada. ¿Podemos separar de una vez la tecnología del individualismo consumista?
P. Usted sostiene que no nos damos cuenta del poderoso impacto que las nuevas tecnologías tienen en nosotros, en nuestras sociedades. ¿En qué consiste ese impacto?

Todos debemos convertirnos en nerds, en cierto modo, por un tiempo"
R. No sé si nuestros jóvenes se dan cuenta de las posibilidades que ofrecen esos dispositivos que ellos necesitan cambiar cada dos años porque, si no, no son lo suficientemente cool. Yo implantaría cursos obligatorios de programación para hacerles comprender el potencial que tienen entre manos. Todos debemos convertirnos ennerds, en cierto modo, por un tiempo. Si es cierto que el 70% de los mensajes que se envían es sexting [mensajes sexuales], ¡qué estamos haciendo! Revela una gran pobreza de nuestra imaginación colectiva e individual. Lo que tenemos en las redes sociales es una red del cotilleo. Y tanto el sistema educativo como el político no recompensan la auténtica innovación.
P. ¿Cree usted que los robots nos enriquecerán o que nos sustituirán?
R. No soy tecnofóbica. Los robots llegarán. En la exposición+Humanos del CCCB se puede ver, limpian la casa, mecen la cuna, son esclavos industriales, cada vez más inteligentes. Pero la forma específica de inteligencia encarnada no se puede improvisar, es imposible de replicar. La placenta no se puede replicar.
P. La humanidad podría estar en el umbral de un nuevo salto evolutivo de la tecnología. Esto da lugar a diversos escenarios de evolución. Algunos tienen miedo, otros están esperanzados. ¿Qué ocurre en su caso?
R. Yo estoy en el lado de los esperanzados. Pero al mismo tiempo veo la evolución como algo que va más allá de la mejora o ampliación de capacidades del ser humano. La mejora de la que se habla, la de Nick Bostrom y la inteligencia artificial, consiste en acelerar la evolución ya sea vía implantes o con algún tipo de prótesis relacionada con computadoras. Ese es un acercamiento aceleracionista a la evolución, yo soy más gradualista. Los niños interactúan con gran rapidez con la tecnología, acceden a ella desde los tres años. Esperan que todo sea interactivo, sus cerebros serán distintos. Habrá un salto evolutivo porque, simplemente, han acelerado, son más inteligentes que nosotros en ese ámbito. Pero también habrá más disléxicos, tendrán problemas de déficit de atención, no podrán escribir a mano. Eso ya lo sabemos hoy, así que imagínese las siguientes generaciones.

Los niños del futuro serán más inteligentes, pero también habrá más disléxicos, y problemas de déficit de atención”
P. Pero ese salto evolutivo puede ofrecer ventajas…
R. Ventajas y desventajas. Sí, claro, la velocidad traerá numerosas ventajas, pero habrá más torpeza social, vivirán más años en casa de los padres, su vida sexual será mucho más masturbatoria… Habrá una recomposición de lo virtual y lo real, mucho sexo por ordenador. Karl Lagerfeld, de Chanel, dijo hace poco que estaba encantado con las redes sociales porque el resultado es que la gente tiene mejor aspecto, y la media ha subido porque todo el mundo quiere ser tan guapo como Angelina Jolie y Brad Pitt. Si dejamos a un lado la parte conformista de esta cuestión, lo cierto es que en los últimos 20 años, entre las dietas, el fitness, el bótox, la cirugía estética y la implantación de pelo, ya ha habido un cambio evolutivo, todo el mundo tiene buen aspecto. Y como estamos más sanos y somos más ricos, vivimos más. Así que veo que el salto evolutivo ya se ha incrustado, por decirlo de algún modo.
Braidotti se queja de que la mejora del ser humano, la ampliación de capacidades, está estancada en terrenos superficiales. Despotrica contra la dictadura de la imagen, contra el culto al cuerpo y contra la pornografía, que degrada a la mujer. “Se traslada una idea de que todas las chicas están preparadas para el sexo. La moda es: estoy depilada, estoy a punto, caliente, de la mañana a la noche. No solo se reconstruyen partes normales del cuerpo con un poco de bótox o un poco de silicona, se reconstruye también la vagina. Las chicas quieren la misma vagina de Paris Hilton. El hecho de que sepamos cómo es la vagina de Paris Hilton ya resulta preocupante, ¿necesitamos tener este tipo de información?”.

Las chicas quieren la misma vagina de Paris Hilton. El hecho de que sepamos cómo es ya resulta preocupante, ¿necesitamos tener este tipo de información?
Ese optimismo que quiere impulsar de cara a un futuro posthumano convive con un diagnóstico pesimista de la realidad actual. “Estamos en plena evolución y en pleno retroceso: el hambre, la guerra, el cambio climático, poblaciones enteras están siendo barridas, la situación de la mujer, que está retrocediendo, violaciones en las guerras… Este es el problema de la visión de Nick Bostrom: no estamos en un solo camino hacia la gloriosa evolución; es una vía que hace zigzag”.
http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2015/12/28/actualidad/1451328177_037701.html

Lo Posthumano

Nuestra segunda vida en el mundo digital, la comida genéticamente modificada, las prótesis de nueva generación y las tecnologías reproductivas son aspectos ya familiares de la condición posthumana. Ya que se han borrado las fronteras entre aquello que es humano y aquello que no lo es, poniendo en evidencia la base no natural del ser humano actual. Desde el punto de vista de la Filosofía y la Teoría Política, urge actualizar las definiciones de identidad y los fenómenos sociales a raíz de este salto. Con un simple análisis se verá que después de haber constatado el fin del Humanismo, es preciso ver en esta transformación las malas intenciones de una colonización de la vida por parte de los mercados y su lógica del beneficio. Es preciso, pues, adecuar la teoría a los cambios en curso, sin añoranzas por una humanidad ahora perdida y cogiendo las oportunidades ofrecidas por las formas de Neohumanismo que nacen de los movimientos medio ambientales y de los Estudios de Género y Postcoloniales.

El humano del futuro da miedo


Ni cíborgs ni replicantes de 'Blade Runner'. Lo que está por venir es mucho más inquietante

http://elpais.com/elpais/2015/10/14/buenavida/1444816379_988339.html

Existe un icónico dibujo de cómo la especie humana evoluciona del simio encorvado al erguido y orgulloso homo sapiens, con los progresivos estadios caminando en fila india. Hay quien incluso dibuja al fin del camino a un nuevo hombre tecnológico encorvado, otra vez, sobre su ordenador.
La evolución biológica para los humanos parece haber llegado a la irrelevancia. Sucede por selección natural, pero hemos logrado que el medio se adapte a nosotros (el agua sale del grifo, el alimento está en la nevera y la calefacción combate el frío, cuando se dispone de todo esto, claro), y sucede en tiempos geológicos de millones de años, con lo que sería difícil de apreciar en nuestras cortas existencias.

Universo consciente, ¿futuro real?

Para Raymond Kurzweil, jefe de ingeniería de Google, el universo pasa por diferentes fases. Primero, la época de la física y la química, con la información contenida en estructuras atómicas. Después aparece el ADN que engloba la información creciente. Luego aparecen los cerebros, y los cerebros crean la tecnología: esta es la época en la que vivimos y que, según Kurzweil, llega a su fin. A partir de ahora, la tecnología, con inteligencia propia, dominará los métodos de intercambio de información de las épocas anteriores y las integra, incluyendo a la inteligencia humana. Finalmente todo el universo estará lleno de tratamiento de información y conocimiento. El universo despierta y emerge una inteligencia que emplea todo lo contenido en ella misma.
Pero la evolución continuará por otros derroteros: incorporaremos la tecnología a nuestros cuerpos o mentes. Además, experimentando un acelerón: los cambios pueden ocurrir en unos años o décadas.
Iremos más allá del cíborg, hasta el poshumano, un ser que todavía ni imaginamos. ¿Se parecerá más a un robot o a un inaprensible perfil de Facebook?
¿Será máquina o consciencia pura? Estamos ante el salto de la humanidad a la poshumanidad. Como periodo de transición, el transhumanismo. 

La utopía transhumanista

“Los transhumanistas creen que debemos usar la tecnología para superar nuestras limitaciones biológicas”, dice el filósofo David Pearce. “Usada sabiamente, la tecnología puede propiciar un futuro de superinteligencia, superlongevidad y superfelicidad. Sin embargo, abundan los escollos”. Junto con Nick Bostrom, Pearce fue cofundador de la Asociación Transhumanista Mundial (ahora Humanity Plus o H+) y hoy es director de BLTC Research, una organización que tiene el fin de promover lo que denomina “ingeniería celestial”. Es decir, “la abolición de los sustratos biológicos del sufrimiento y la creación de estados gloriosos de placer sublime”.
En la base de todo, la implosión tecnológica. Se ha bautizado la Singularidad Tecnológica como la confluencia de ramas como la nanotecnología, la biotecnología, la ingeniería genética, la inteligencia artificial, la clonación terapéutica, la farmacología o la ciencia espacial, que pronto, según futuristas como el ingeniero de Google Ray Kurzweil, cambiará el mundo tal como lo conocemos. Porque la tasa de avance tecnológico es exponencial y, gracias a ello, dice Kurzweil, el ser humano se librará de las cadenas biológicas.
Hay ‘softwares’ que superan a los humanos en el ajedrez o el diagnóstico médico
Pearce da ejemplos de los últimos pasos en la dirección poshumana: elsoftware que supera a los humanos en cuestiones como jugar al ajedrez (la supercomputadora Deep Blue que en 1997 venció a Gary Kaspárov) o el diagnóstico médico (como la inteligencia artificial de Watson de IBM, que procesa la información más como un humano que como una máquina, aprende, responde preguntas o genera hipótesis).
La duración de la vida puede ser extendida en animales induciendo mutaciones, y en biotecnología, la revolución de la edición de los propios genes anuncia una era en la que la rápida edición de tu propio genoma puede ser la norma. Yéndonos a ejemplos más de andar por casa, en la película Her, de Spike Jonze, el protagonista se enamora de un sistema operativo de voz dulce parecido al actual asistente personal Siri que llevamos en nuestros smartphones. Y las Google Glasses y otros wearables nos hacen ver el mundo de otro modo, colocados en nuestro propio cuerpo. 

¿Evolución solo para ricos?

El urbanista y abogado Albert Cortina y el biólogo Miquel Ángel Serracreen que es hora de iniciar un debate abierto y multidisciplinar sobre el futuro de la humanidad. Por eso han coordinado el libro ¿Humanos o posthumanos? Singularidad tecnológica y mejoramiento humano(Fragmenta Editorial), en el que 213 voces de diferentes disciplinas opinan sobre en qué se debería o no convertir el ser humano. “Existen posturas bioconservacionistas que opinan que la
vida debe permanecer inalterada. En el otro extremo están los tecno optimistas, a favor de cualquier avance tecnológico para mejorar la humanidad”, explican los coordinadores. Lo cierto es que el movimiento transhumanista genera críticas morales y religiosas (sobre todo, con respecto a la manipulación genética) o socioeconómicas. “Una consecuencia negativa es que solo las élites puedan acceder al mejoramiento tecnológico y se cree una humanidad que evolucione a dos velocidades”, manifiestan Cortina y Serra. Un escenario similar al que plantea la película Elysium, dirigida por Neill Blomkamp, donde los ricos aprovechan la tecnología para abandonar la Tierra y vivir cómodamente , dejando atrás a los demás. Sin embargo, para los más optimistas, como Kurzweil, hay una prueba de que eso no tiene que pasar: Internet y la telefonía móvil han llegado a todo el planeta, incluidos los países menos desarrollados.
Se ha avanzado muchísimo, pero no es nada comparado con lo que vamos a ver en adelante. En los próximos 20 años, experimentaremos más cambios que en los últimos dos milenios
José Luis Cordeiro, científico y profesor de la Universidad de la Singularidad de Silicon Valley
El panorama parece de ciencia ficción: “Tenemos la evolución de las máquinas, que pueden lograr alcanzar la inteligencia artificial y, cómo un hijo adolescente, querer emanciparse de sus creadores, los humanos”, relata Cortina. Da vértigo. “Se ha avanzado muchísimo, pero no es nada comparado con lo que vamos a ver en adelante. En los próximos 20 años, experimentaremos más cambios que en los últimos dos milenios”, explica el científico José Luis Cordeiro, cofundador de la Asociación Transhumanista Venezolana y profesor de la Universidad de la Singularidad de Silicon Valley, creada por instituciones como Google o la Nasa para “educar e inspirar” un cuadro de líderes que comprendan y guíen la Singularidad Tecnológica. Cordeiro cree que la inteligencia artificial alcanzará a la humana en menos de dos décadas y que los cerebros artificiales vendrán a complementar a los humanos, no a sustituirlos. En tres o cuatro décadas podremos prevenir todas las enfermedades. La humanidad está a punto de dar el salto a la poshumanidad; la tecnología, según Cordeiro, sustituirá a la biología: “Los poshumanos no dependerán solo de sistemas basados en la química del carbono, sino en el silicio y otras plataformas más convenientes para diferentes entornos, como los viajes espaciales”. 

Así es el futuro poshumano

¿Y qué aspecto tendrían los poshumanos del futuro? Los transhumanistas defienden la libertad morfológica, aclara Pearce: “El derecho de cada uno a tener el género, cuerpo e imagen que desee. Se pueden anticipar algunas elecciones corporales extraordinarias, tanto en la realidad virtual como el mundo de carne y hueso… Pero, sospecho que muchos elegiremos diseños corporales que expresen los cánones de belleza ideal adaptativa de nuestros ancestros de la sabana africana”.
¿Seremos cíborgs? “El futuro es más complejo que eso”, dice Cordeiro. “Veremos una explosión de nuevas formas de vida inteligentes”. Surgen términos como los bio-orgs (organismos modificados proteínicamente), los geborgs (modificados genéticamente), o los silorgs (organismos basados en silicio). Una nueva fauna…

Ya estamos asistiendo a la existencia de transhumanos. Neil Harbisson ve en blanco y negro, pero lleva un tercer ojo que, mediante vibraciones, le permite percibir colores. Al corredor sudafricano Oscar Pistorius le extirparon las piernas de niño pero, gracias a sus implantes biónicos de fibra de carbono, participó en los Juegos Olímpicos de Londres. O Tim Cannon, biohacker fundador de la compañía Grindhouse Wetware en Pittsburgh, implicada en mejorar al ser humano mediante la tecnología: él mismo se ha implantado chips y aparatos electrónicos en su cuerpo, mediante cirugía casera, para mejorar sus habilidades: “Ahora, gracias a la medicina moderna y la ciencia, somos por primera vez capaces de tomar control de la Evolución”.
http://elpais.com/elpais/2015/10/30/ciencia/1446218114_554743.html



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