La España de los cinco enigmas
.
Guardad esa foto. Es la foto del volantazo político en España. Pudo haberse hecho hace dos años, pero entonces Pablo Iglesias se precipitó, reclamó poderes como el CNI y la vicepresidencia, provocó los recelos socialistas e hizo imposible un gobierno social-populista. Desde entonces, Pablo Iglesias hizo un máster de realismo, calmó sus ambiciones, sosegó su ansiedad y decidió ser vicepresidente sin nombramiento en el Boletín Oficial. Y le funcionó: esa foto del pacto firmado en la Moncloa es la certificación de su influencia; la confirmación de que no gobierna, pero reina; la visualización de la aureola de poder que todo político necesita para aspirar a gobernar y el cultivo de la imagen más buscada: el tono social de los presupuestos del Estado se debe a sus iniciativas, que difundió mientras Pedro Sánchez parecía limitarse a acogerlas.
Seguid mirando la foto. En esa firma no hubo discursos ni declaraciones a los medios. Pero poco después el señor Iglesias soltó su confesión: el acuerdo de los presupuestos sólo es el comienzo de una carrera hacia un gobierno de coalición tras las próximas elecciones, naturalmente presidido por él. La literatura que acompaña esa declaración dice que se aspira a recuperar el bienestar de la sociedad española y dar la vuelta como a un calcetín a la política de Mariano Rajoy.
¿Unos presupuestos contra Rajoy? Sí. Es una enmienda a la totalidad de su política económica y social. Es una parte del vuelco que se busca en nombre de un pueblo que sólo dio a los firmantes 155 diputados, pero con arrojo suficiente para sentirse autores y protagonistas de “una nueva época”. Es la filosofía de base de un proyecto que sueña con combatir los efectos de los “recortes del PP”. Es la carga ideológica resumida en el ideal de que “los esfuerzos no caigan sobre los trabajadores y las clases medias”. Y nadie lo puede hacer con más contundencia que el autor del “no es no” y quien se dirigía al anterior presidente como “Emepunto Rajoy”.
La construcción de esa nueva etapa hace que las próximas elecciones empiecen a ser apasionantes: se elegirá mucho más que a un gobierno. Mientras llegan, permítanme anotar cinco enigmas.
1) ¿Hablamos sólo de política económica y social, o el cambio afectará como proyecto a la Constitución con todas sus consecuencias? Supongo que la izquierda –y quizá los nacionalismo– no se unen sólo para hablar de números.
2) ¿Qué ocurre si estos presupuestos suponen, como dice el PP, una nueva recesión? Podría ser el definitivo fortalecimiento de la derecha como gestora de los asuntos públicos.
3) ¿Se ha podemizado el PSOE o Podemos se hace socialdemócrata? Sería buena noticia que el radicalismo de Podemos se hiciera más posibilista.
4) ¿Cómo reaccionará aquel PSOE que se cargó a Pedro Sánchez por aproximarse a Podemos? ¡Sabe Dios! Así que llamé a Dios. Pero no se quiso poner. Y
5) ¿Hay relación entre el compromiso de despenalizar las ofensas a la Corona y la reprobación de Felipe VI en el Parlament? Recordemos que la iniciativa última fue de los comunes. Pero quizá sólo sea una casualidad. O no, que diría Rajoy.
ttps://www.lavanguardia.com/politica/20181013/452312944812/la-espana-de-los-cinco-enigmas.html
https://www.pressreader.com/spain/la-vanguardia/20181013/281848644564089