Una nación, dos presidentes
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•Hacer predicciones sobre la política catalana es inútil. La escena de los dos presidentes en Berlín es algo más que una anomalía, es una imagen que transmite más confusión que seguridad. Una patria y dos presidentes. La bicefalia política suele preceder al desmoronamiento de un proyecto. Cuando la monarquía de los Austrias aceptó la rotación de la capitalidad entre Viena y Budapest era el principio del fin del imperio de los habsburgos
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El problema del president Quim Torra es que ha sido designado por Carles Puigdemont que no renuncia a ser presidente en un futuro a medio plazo o lejano. Es más, sigue pensando que su designado sucesor le va a guardar la silla. Y lo que es más sorprendente e insólito de la rueda de prensa de hoy es que los dos se trataban mutuamente como presidentes.
La distinción entre el presidente del interior y del exterior no es más que una metáfora. El poder a cuatro manos, simplemente, no funciona. Un liderazgo claro es imprescindible tanto en tiempos de normalidad como en la situación convulsa que vive Catalunya desde hace varios años. Quim Torra es un presidente accidental que ha recibido la primera tarjeta roja por parte de la CUP por haber pedido reunirse con Mariano Rajoy. El cupero Carles Riera le advirtió en la sesión de investidura que no se atreviera jamás a mencionar a Francesc Cambó en el Parlament. Como si el líder de la Lliga y referente político de Torra no hubiera sido el principal actor del catalanismo conservador de los primeros treinta años del siglo pasado. Su ayuda al franquismo al terminar la guerra fue secundada por Josep Pla, Carles Sentís, Joan Estelrich y tantos catalanistas en aquellos días tenebrosos.
El problema del president Quim Torra es que ha sido designado por Carles Puigdemont que no renuncia a ser presidente en un futuro a medio plazo o lejano. Es más, sigue pensando que su designado sucesor le va a guardar la silla. Y lo que es más sorprendente e insólito de la rueda de prensa de hoy es que los dos se trataban mutuamente como presidentes.
La distinción entre el presidente del interior y del exterior no es más que una metáfora. El poder a cuatro manos, simplemente, no funciona. Un liderazgo claro es imprescindible tanto en tiempos de normalidad como en la situación convulsa que vive Catalunya desde hace varios años. Quim Torra es un presidente accidental que ha recibido la primera tarjeta roja por parte de la CUP por haber pedido reunirse con Mariano Rajoy. El cupero Carles Riera le advirtió en la sesión de investidura que no se atreviera jamás a mencionar a Francesc Cambó en el Parlament. Como si el líder de la Lliga y referente político de Torra no hubiera sido el principal actor del catalanismo conservador de los primeros treinta años del siglo pasado. Su ayuda al franquismo al terminar la guerra fue secundada por Josep Pla, Carles Sentís, Joan Estelrich y tantos catalanistas en aquellos días tenebrosos.
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El independentismo ha decidido hacer presidente a Quim Torra. La vieja Convergència, Junts per Catalunya, Esquerra Republicana así lo han considerado oportuno. Puigdemont ha escogido al candidato que más representaba lo que él piensa. La causa independentista ha sabido construir un discurso hábil y creíble. Lo han comprado más de dos millones de catalanes y ha traspasado fronteras.
El independentismo ha decidido hacer presidente a Quim Torra. La vieja Convergència, Junts per Catalunya, Esquerra Republicana así lo han considerado oportuno. Puigdemont ha escogido al candidato que más representaba lo que él piensa. La causa independentista ha sabido construir un discurso hábil y creíble. Lo han comprado más de dos millones de catalanes y ha traspasado fronteras.
Pero se olvidaron de la importancia que tienen los mensajes escritos en estos tiempos de escrutinios de las intimidades. Torra ha escrito textos xenófobos, racistas, supremacistas. Se ha disculpado por lo que tuiteó y por lo que ha dejado escrito. Pero ahí están y le perseguirán a lo largo de su presidencia porque ha tocado lo más sensible de la sociedad global del momento que no es otra cosa que respetar al distinto, al otro, al adversario.
Segundo, seguimos con los mismos esquemas, sin planes viables ni soluciones pactadas
Como bien dice de generar confianza, nada de nada ni unos ni los otros
y el que piense que esto no pasa factura en la economia de Catalunya, va muy errado
Catalunya no es solo Barcelona que tiene sus dinamicas de ciudad cosmopolita, Catalunya tambien es el resto de ciudades
Imaginaria república autonómica
by Lluís Foix •
2 comments for “Imaginaria república autonómica”
No cesan mis temblores, repito. Porque veo y leo cada día las trampas de la pandilla de indepes que son aceptadas por una gran parte de la ciudadanía. Y que son aceptadas sin justificación y sin ningún tipo de análisis. Espero equivocarme, pero sigo temblando.
Pues si nos faltan mas “encarregats” que hoy serian los tecnocratas politicos estadistas pragmaticos, pero no estan visibles, o estan ausentes, o esperan su momento.
Con los encargados actuales, no dejaria la empresa suelta….