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Qué propone Manuel Valls by Lluís Foix

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Qué propone Manuel Valls

La posibilidad de que Manuel Valls sea candidato a la alcaldía de Barcelona no debería tener mayor importancia. Las críticas que ha recibido por el mero hecho de insinuar que encabezaría la lista de Ciudadanos se han centrado en su fracaso electoral en las presidenciales francesas, en que no vive en Barcelona, no conoce la cultura política local y muchas más descalificaciones de carácter personal.
No puede ser alcalde de Barcelona, dicen los críticos, porque supondría un refugiarse en la ciudad donde nació después de haber sido primer ministro de Francia y ahora sin peso político alguno en el Partido Socialista francés ni en el proyecto de nuevo cuño del presidente Emmanuel Macron.

El problema, en todo caso, no es el de su procedencia. Anne Hidalgonació en San Fernando, Cádiz, y es alcaldesa de París desde el 2014 después de haber sido concejal desde el 2001. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, es hijo de un inmigrante paquistaní que durante 25 años condujo ­autobuses. Es el primer musulmán que llega a un cargo de esta envergadura en la capital británica. Sucedió a Boris Johnson, el ahora ministro de Exteriores, errático, euroescéptico y representante de las élites blancas británicas educadas en los mejores colegios y universidades.

El problema de Manuel Valls es qué programa tiene, qué quiere hacer con Barcelona, cómo piensa salir de la espiral de mediocridad en la que Ada Colau ha situado a la ciudad y qué ideas tiene para proyectar Barcelona al mundo como lo consiguió Pasqual Maragall y su amplio equipo de asesores y colaboradores.
Barcelona no necesita más ideología sino más y mejor gobierno. Tiene reconocida su marca cosmopolita y es el activo principal para ayudar a conciliar las divisiones entre catalanes, ser el punto de encuentro cultural, económico y político, primero con España y con Europa después.

Manuel Valls es europeísta, un punto que es compartido por la gran mayoría de los barce­loneses y catalanes. Pero la ­justificación de su candidatura pasaría fundamentalmente por levantar la bandera del antiindependentismo que ayude a la causa de Albert Rivera para llegar a ser presidente del Gobierno español.
Es muy legítima su ambición. Pero Barcelona necesita un tejido de alianzas que permitan encontrar puntos de encuentro, por pequeños que fueren, para evitar confrontaciones irresponsables que, cuando menos, perjudican a la gran mayoría de los ciudadanos. Si una hipotética alcaldía de Manuel Valls significara acentuar las divisiones ideológicas en una ciudad liberal y abierta, no aportaría lo que se precisa para mantener el dinamismo económico, cultural y creativo que todavía disfruta. Inés Arrimadas ganó en votos y escaños las elecciones al Parlament del 21 de diciembre. Pero su victoria no le permitió ni siquiera abrir negociaciones para ser investida presidenta. Ganó pero está sola para formar un gobierno
.
Los grandes principios son muy importantes. Pero en tiempos de confrontación ideológica como los que vivimos es mejor encontrar aquellos puntos de acuerdo para tejer alianzas que a medio plazo benefician a todos. La política sin complicidad con el ­adversario es ineficaz y tiene tics autoritarios. El otro es imprescindible porque forma parte del todo.
Les voy a poner un ejemplo que cada sábado me recuerda la dejadez en la que hemos dejado caer cuestiones que afectan a muchas personas y estoy seguro que nos pondríamos de acuerdo. Se trata de la conexión entre la A-2 y la AP-7 a la altura de Castellbisbal. Es un proyecto de alcance metropolitano que empezó en el 2007 y se interrumpió abruptamente en el 2010 cuando la crisis frenó muchas infraestructuras. Está acabado el puente sobre el Llobregat y sólo falta terminar los accesos. Llevamos así ocho años. Es un síntoma de desidia y, sobre todo, de despreocupación sobre algo que interesa a muchos catalanes.

No se debate sobre infraestructuras, sobre sanidad o sobre educación. No hay debate político y las controversias se ventilan por Twitter o por entrevistas en los medios. La calidad democrática es baja. El Parlament está inactivo desde hace muchos meses y el país está gobernado a golpe del ar­tículo 155. Las posibilidades de que se celebre el juicio que mantiene en prisión preventiva a varios exconsellers y otros ex altos cargos repartidos por Europa, Carles Puigdemont incluido, son remotas.
El Gobierno Rajoy ha entre­gado el conflicto catalán a los jueces y los independentistas actúan como si la justicia fuera una ­broma. Si no se busca una complicidad de mínimos en Catalunya será difícil evitar que el conflicto se agrave entre los catalanes y entre los cata­lanes y el resto de España. En este sentido, sospecho que Manuel Valls no sea la solución para paliar el choque emo­cional en el que nos encontramos todos.

Publicado en La Vanguardia el 25 de abril de 2018

  12 comments for “Qué propone Manuel Valls

  1. Albert
    26/04/2018 at 08:45
    Sr. Foix : He leido con atención su artículo …” Que propone Manuel Valls ” y tomo nota.
    También he leido con atención las respuestas de los compañeros del blog, …Oriol Domingo, …Raymond BORRAZ, Ramón M y sus interesantes enlaces, Joan Martorell i Barbera, Claus by RM,… y sumadas sus opiniones y criterios constituyen la realidad del momento y lo que mejor nos convendría


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