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Preocupantes datos económicos Catalunya

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Preocupantes datos económicos

El relato político de la crisis catalana se impone sobre su relato económico...

 

http://www.lavanguardia.com/opinion/20171018/432151420355/preocupantes-datos-economicos.html

 

El relato político de la crisis catalana se impone sobre su relato económico. El envío a prisión, el lunes, de Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, máximos dirigentes de la ANC y de Òmnium, ha fomentado una corriente de rechazo en el ámbito soberanista. También en otros ámbitos: no hace falta ser independentista para reparar en que tales detenciones complican, más que facilitan, la resolución del conflicto. El lunes hubo ya caceroladas casi inmediatas a la noticia del envío a prisión de Sànchez y Cuixart. Ayer, manifestaciones de protesta. Se suspen­dieron actividades institucionales. Se escucharon denuncias de la condición de presos políticos de los en­carcelados. Otros presentaron las detenciones como supuesta prueba de que España no es una democracia... Todo ello recibió amplia cobertura mediática.
En este largo proceso independentista, las partes aprovechan cualquier revés propio para subrayar e incluso magnificar los excesos del rival. Les parece que la batalla se gana también en la prensa, la televisión y las redes, y que toda ocasión para resaltar virtudes propias y vicios ajenos reporta beneficios. Mientras este relato político se ceba sin cesar, a fin de pescar en el caladero de opiniones fluctuantes que decantan mayorías, otro relato, de cuño económico, sigue su curso. Lo sigue con cierta sordina, pero de modo inexorable, atento a una deriva que se va consolidando y que nos perjudica a todos. Ya hemos alertado sobre esta realidad. Otros, con responsabilidades públicas, guardan un interesado silencio al respecto. Es sorprendente que así sea, porque mientras el relato político está presidido por la incertidumbre, el relato económico suma a diario datos tan ciertos y tangibles como alarmantes. Datos que señalan, de modo evidente, que vamos a peor. Datos que a todos nos deberían preocupar por igual.
Durante los últimos días se ha producido un constante goteo de empresas que han trasladado fuera de Catalunya su sede social, y a veces también la fiscal. La lista ronda ya las 700. Exceltur, la entidad que agrupa a empresarios del sector turístico, puntal del PIB, anunció que desde el referéndum del 1-O, en cosa de dos semanas, la actividad turística en Catalunya ha caído un 15%; que las reservas confirmadas hasta fin de año están un 20% por debajo de las del 2016 por estas fechas.
Estos son datos objetivos. Nos indican que el proceso está teniendo efectos degradantes para la economía del país. Las autoridades catalanas los minimizan. Pero ahí están. Sus efectos alcanzarán las economías familiares, también las de quienes ahora no quieren verlos. Ya han congelado la inversión extranjera. Ya han rebajado el consumo interior. Nos empobrecerán a todos, sin distinción de ideología ni prioridades políticas.
Cuesta entender que quienes dicen querer crear un país nuevo y mejor estén propiciando el desgarro y la huida de su tejido económico. La independencia es un anhelo legítimo, que se ha labrado apoyos importantes, que goza de una mayoría parlamentaria, aunque no social. Aún así, la preservación y la consolidación del bienestar colectivo deberían primar en la lista de deberes de nuestros gobernantes. No ocurre tal cosa. En su lugar se sitúan afirmaciones populistas e invitaciones a la épica. “No nos rendiremos”, indicaba ayer el Govern, sin reparar en que se está rindiendo ya la economía del país. Es responsabilidad del político ayudar a construir un futuro mejor. ¿Cómo lograrlo cuando esa construcción empieza ahuyentando la riqueza propia?


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CaixaBank y Sabadell pierden 9.000 millones en depósitos por el desafío independentista

Los grandes bancos de origen catalán empiezan a explicar a sus inversores el impacto que ha tenido en su balance la tensión política derivada del órdago

Los grandes bancos de origen catalán empiezan a explicar a sus inversores el impacto que ha tenido en su balance la tensión política derivada del órdago secesionista de la Generalitat de Cataluña. Según han confirmado varias fuentes, tanto CaixaBank como Banco Sabadell han concretado a sus grandes accionistas institucionales el dinero que salió de sus cuentas por el temor de sus clientes a la declaración unilateral de independencia (DUI). En total, unos 9.000 millones de euros durante la semana posterior al referéndum ilegal del 1-O y los días siguientes al anuncio del cambio de sede de ambas entidades.
De esa cantidad, cerca de 6.000 millones corresponden a CaixaBank, y los restantes 3.000 millones, a Sabadell, según explican varias fuentes que han preguntado a la dirección financiera de las dos instituciones bancarias por las consecuencias de la tensión política en Cataluña. Una fuga de depósitos y de cuentas a la vista provocada por dos motivos. El primero, el boicot de muchos clientes que no querían tener sus ahorros en bancos catalanes al considerar que apoyaban la deriva soberanista. El segundo, por el miedo a que, en caso de independencia, se produjese un corralito y no pudieran disponer de su dinero. Fuentes oficiales de Caixabank desmienten que esos datos sean completamente exactos, mientras que desde Sabadell han declinado hacer ningún comentario.

Vista del edificio central del Banco Sabadell. (EFE)
Vista del edificio central del Banco Sabadell. (EFE)
Los analistas que cubren la cotización de CaixaBank y de Sabadell les han pedido una secuencia de la salida de depósitos tras la consulta popular del 1-O, los incidentes con las fuerzas de seguridad, la declaración posterior de Carles Puigdemont, en la que aseveró que el pueblo catalán se había ganado el derecho a ser un país independiente, la huelga general promovida por la CUP el 3 de octubre y la intervención televisada del rey Felipe VI en la noche de esa misma jornada.
Ese día, CaixaBank emitió un comunicado interno en el que señaló que, ante los acontecimientos políticos y sociales, adoptaría "las medidas que hayan que tomarse" para salvaguardar los intereses de los clientes y accionistas tras las imágenes que dieron la vuelta a España, en las que se veía a empleados de su centro corporativo en la avenida Diagonal de Barcelona protestar contra la intervención policial y en favor de la independencia.
Según estas fuentes, el peor momento fue precisamente el 4 de octubre, el día siguiente a las manifestaciones independentistas que inundaron Barcelona y tras el discurso del monarca, en el que anunció medidas excepcionales. Aunque ni el Ministerio de Economía ni el Banco de España han revelado ninguna cifra oficial, la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, dijo ayer en una entrevista con Carlos Alsina, en el progama 'Más de uno', de Onda Cero, que en un solo día perdieron 4.000 millones. En concreto, afirmó que “las empresas no se van porque el presidente Rajoy o el Gobierno hayan dicho que se vayan… Al final, las empresas se van porque sus socios, sus accionistas, ven cómo en un día perdieron 4.000 millones de euros en cuentas bancarias en Cataluña".

Cambio de tendencia

Fuentes financieras han confirmado que esa cantidad se acerca bastante a la realidad, una fuga masiva de dinero que llevó a Isidre Fainé y Josep Oliu a decidir de forma coordinada que no tenían más remedio que llevarse las sedes sociales fuera de Cataluña. Sabadell lo hizo el jueves 5 y CaixaBank, una vez aprobado por el consejo de ministros el real decreto que facilitaba la mudanza exprés de cualquier compañía, el viernes 6. Hasta ese momento, las dos instituciones vieron cómo salían unos 7.000 millones, proceso que siguió con menos intensidad la semana posterior, una vez que habían dejado claro que no estaban a favor del movimiento independentista liderado por Junts pel Sí.

Foto: Reuters.
Foto: Reuters.
En total, unos 8.800 millones de euros perdidos en los 10 días siguientes al 1-O, tendencia que ya se ha detenido y que, según estas fuentes, empieza a balancearse hacia el lado positivo. "La actividad se ha normalizado totalmente y hasta comienza a haber más entrada que salida de dinero", apuntan, sin especificar importes de captación de dinero nuevo. Tampoco concretan cuántos ahorros en manos de BBVA—dueño de la antigua Caixa Catalunya—, Bankia y Santander buscaron refugio fuera de Cataluña, pero fuentes del sector apuntan a que al menos huyeron entre 2.000 y 3.000 millones adicionales por el temor a un bloqueo de los movimientos de capital desde la Generalitat.
Los aproximadamente 6.000 millones que se evaporaron de CaixaBank se corresponden con algo menos del 3% de los depósitos que tiene todo el grupo, que a 30 de junio disponía de 203.500 millones. La entidad presidida por Jordi Gual no detalla cuánto es de clientes españoles y cuánto de BPI, el banco portugués adquirido este mismo año. Por su parte, los 3.000 millones que ha perdido Sabadell son en torno el 3% de los 99.500 millones que la institución tenía entre depósitos y cuentas a la vista al cierre del primer semestre. Cifra que sube al 4,27% sobre los 70.231 millones de clientes españoles, una vez descontada su filial británica, TSB Lloyds.
"El daño está causado porque esos importes eran en gran parte los objetivos comerciales del año, sin olvidar las caídas de las cotizaciones en bolsa", concluyen fuentes de dos firmas de análisis internacionales. No obstante, dejan claro que en ningún caso está en juego la solvenciade ninguna de las dos entidades, como sí sucedió con Banco Popular.
https://www.elconfidencial.com/empresas/2017-10-18/independencia-cataluna-caixabank-sabadell-pierden-9000millones-depositos_1462507/

 

 

 

 


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