Una cadena de atentados yihadistas en París deja al menos 128 muertos y 250 heridos
Unos 70 muertos en la popular sala de conciertos Bataclan | Los atentados se han producido de manera simultánea en varios escenarios de París | Los autores gritaban "Alahu Akbar" ("Alá es el más grande") mientras disparaban con Kalasnikov
Francia ha vivido en la noche del viernes al sábado su peor ataque en su territorio desde la II Guerra Mundial, con un saldo provisional de 128 muertos y 250 heridos, 83 de los cuales se encuentran en estado muy grave, en seis atentados en distintos puntos del centro de París. Un ataque sin precedentes en el hexágono en un año negro en el país vecino, que empezó con el ataque al semanario satírico Charlie Hebdo. Todavía ningún grupo se ha atribuido la autoría de los atentados que coinciden en el tiempo con severas derrotas de Estado Islámico sobre el terreno en Siria e Iraq.
Siete de los ocho terroristas que se sabe participaron en los ataques murieron al hacer estallar sus cinturones explosivos, mientras que el octavo fue abatido por la policía.
Los agresores perpetraron seis ataques casi simultáneos en la capital: tiroteos en varios bares y terrazas del centro, una toma de rehenes en la sala Bataclan, en la que perdieron la vida más de 70 personas, y tres explosiones en las inmediaciones del Estadio de Francia, donde la selección gala disputaba un partido amistoso contra Alemania.
En la terraza del bar La Belle Equipe en la calle de Charonne han sido asesinadas 19 personas y 14 resultaron heridas de extrema gravedad. En la calle de la Fontaine-au-Roi, otras cinco personas han encontrado la muerte y otras ocho se encuentran en urgencia absoluta. En la calle Alibert, entre el bar Le Carillon y el restaurante Le Petit Cambodge, hay entre 12 y 14 víctimas mortales a las que hay que sumar diez heridos extremadamente graves.
Finalmente en Saint Dénis, cerca del estadio de Francia, tres explosiones han provocado la muerte de tres terroristas que se inmolaron con la consecuencia de un muerto. Ningún policía ha resultado muerto, por el momento. Otra persona ha fallecido en el bulevar Voltaire.
El ataque más sangriento ha tenido lugar en la sala Bataclan, que se ha saldado con más de 70 muertos entre ellos cuatro terroristas. Al filo de la una de la madrugada concluyó el asalto de la policía a esta sala de fiestas, con capacidad para 1.500 personas. Cuatro terroristas habían entrado por la noche disparando indiscriminadamente sobre el público cuando tocaba la banda californiana Eagles of Death Metal. “Una verdadera carnicería” en su interior, según el testimonio de testigos. La popular sala de conciertos es solo uno de los escenarios de la ola de atentados yihadistas coordinados de este viernes por la noche que ha dejado por lo menos 50 muertos y decenas de heridos graves en muchos otros escenarios de la capital. Este cómputo va a incrementarse considerablemente con certeza.
El presidente de la República, François Hollande, se ha dirigido hacia el lugar de la masacre en la sala de espectáculos, junto con el primer ministro, Xavier Valls, y la ministra de Justicia, Christiane Taubira. "Que sepan los terroristas, que cometen estas atrocidades, que no nos van a ganar. Estén seguros que van a encontrar una Francia unida y fuerte", ha afirmado el presidente francés pocas horas después de haber declarado el estado de excepción y haber anunciado el cierre de las fronteras del país, aunque la medida no se llegó a aplicar.
En el Estadio de Francia pasada la una de la madrugada todavía había varios millares de espectadores abandonando el lugar, donde al filo de las 9 de la noche arrancaba el encuentro amistoso entre los equipos de Francia y Alemania, en presencia del Presidente de la República, François Hollande, evacuado de urgencia. Tres explosiones alrededor del estadio en pleno encuentro a cargo de terroristas suicidas, hecho sin precedentes en Francia, han creado un caos fenomenal en la zona.
Mientras tanto, siete episodios de ráfagas de armas automáticas en diversos lugares de los distritos X y XI de la ciudad, calles, locales, terrazas, entre ellos en la del restaurante La Petite Cambodge, con la acostumbrada animación parisina de la noche de los viernes. Durante el ataque al establecimiento una testigo ha afirmado que los terroristas gritaban "Alahu Akbar" ("Alá es el más grande") mientras disparaban con Kalasnikov. Era la misma consiga que gritaban los atacantes en Bataclan, según fuentes próximas a lo sucedido.
Hoy sábado Hollande celebrará un consejo de Defensa a las 9.00 hora local y ha suspendido su viaje a la cumbre del G20 en Turquía para ocuparse de unas circunstancias excepcionales, que han requerido medidas insólitas. Además de cerrar los pasos fronterizos, Francia ha movilizado a 1.500 militares, ha establecido protocolos de urgencia en los hospitales y ha prohibido que se celebren espectáculos en París, al menos, este sábado.
Las autoridades francesas han ordenado el cierre para mañana de todos los establecimientos escolares y universitarios, así como la anulación de todas las manifestaciones y la clausura de los ayuntamientos de los distritos.
Tampoco abrirán sus partes los equipamientos municipales como escuelas, museos, bibliotecas, gimnasios, piscinas o mercados alimentarios.
Madrugada caótica en el centro de París
Alrededor de la estación de metro Opera, en el límite de los distritos segundo y noveno, en pleno corazón de París, el ambiente es de una gran confusión. En una de las zonas con mayor concentración de cines de la ciudad, las sesiones del viernes por la noche han sido súbitamente interrumpidas. La gente sale a la calle buscando la cobertura de sus móviles; atentados por la ciudad, mensaje de Hollande, estado de excepción… Hay un tránsito burlesco y desconcertante entre las fantasías de las pantallas y la súbita realidad. En plena película, de repente se encienden las luces de la sala y una voz anuncia que se evacua el cine por atentados. ¿Una broma? ¿Dónde? ¿Cuándo? “Por todo París”, “cuatro o seis focos”, “en este momento….”. La gente no sabe cómo regresar a sus casas.
Frente a la Ópera Garnier, un tráfico desordenado, distraído, de coches y peatones que aún deja lugar para la solidaridad y la ayuda. ¿A dónde van?, preguntan unos parisinos a otros. “Al Norte”, “Al XVIII”, “Al Sur”. “Tenemos el coche aquí mismo, podemos llevarles”. “En metro mejor que no”, aconseja otro. La gente que ha salido de los cines Gaumond enfila a pie los bulevares con el teléfono en mano, respondiendo a llamadas y mensajes acumulados y no contestados a lo largo de una larga hora de película. De película…
Todos los expertos lo decían desde los atentados del pasado enero; el asunto solo puede ir a peor. Las instituciones, responsables de seguridad, ministros competentes lo repetían, el grado de alerta es extremo. Sin embargo, el portaviones Charles de Gaulle se apresta a zarpar, el miércoles, de Toulon rumbo al Golfo Pérsico. Inconscientemente creían aún tener la guerra allá lejos, pero el frente está en casa. El peor escenario temido por las fuerzas de seguridad ya se ha realizado; atentados simultáneos. Bien implantado en casa. Estado de emergencia decretado en toda Francia.
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