La jubilación de los autónomos
Soy autónomo desde 1994, el resto de mi vida laboral trabajé por cuenta ajena y, ahora, llegado a la edad de 63 años, sin trabajo ni opciones a conseguirlo, quiero jubilarme. Como cumplo los requisitos que se me piden, 63 años y haber cotizado a la Seguridad Social más de 39 años, puedo pedir la jubilación anticipada. Hasta aquí, todo correcto. Pero claro, al adelantar la edad de jubilación dos años me deducen un 15% de la cotización que me toca. Y resulta que es inferior al mínimo que marca la Seguridad Social.
Así que de momento no puedo cobrar la jubilación. Pero, eso sí, debo seguir pagando los autónomos hasta que me jubile. Sin trabajo sólo tengo dos opciones: o los pago de los raquíticos ahorros que nos quedan, o si ya no puedo pagarlos y el banco los devuelve, tendré que afrontar luego un recargo del 20%.
No importa que haya estado más de 39 años pagando religiosamente. No importa que no entre en casa ningún sueldo. Soy autónomo y esta es mi realidad.
Cuando hace unos meses me denegaron la jubilación, interpuse un recurso para entender por qué no podía solicitarla. Me pidieron que presentara lo que había ganado en el 2015 y el 2014, tanto yo como mi mujer, y descubrí que consideran el núcleo familiar. Y llegó la paradoja. Si mi mujer trabajase, y por tanto ya entrase dinero a casa, yo podría pedir la jubilación. Pero como no es así y no tenemos ningún ingreso, me la negaron otra vez.
No pido ninguna subvención. No pido ninguna limosna. Tan sólo pido lo que he estado pagando durante más de 39 años. Mi realidad es que tengo que seguir pagando y esperar a que la deducción a los 64 años sea menor y pueda solicitar la jubilación. Pero, mientras tanto, ¿cómo vivo?
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Piden una red de protección social para los trabajadores autónomos
Una alianza de empresas emergentes, profesores, sindicatos y representantes del Gobierno de Estados Unidos hicieron pública hoy una carta en la que piden que se replantee el sistema de protección social para el creciente número de trabajadores por cuenta propia.
La carta, publicada en el sitio web Medium, señala una serie de principios para ofrecer una red de bienestar social "estable y flexible" para todo tipo de trabajos.
"Las nuevas tecnologías y modelos de negocio alteran de una forma fundamental el panorama económico en todo el país, añadiendo valor a las vidas de los consumidores y ofreciendo nuevas oportunidades para los trabajadores", señala la misiva.
Los firmantes, entre los que figura la empresa de transporte compartido Lyft y el asesor del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca Greg Nelson, sostienen que los cambios actuales plantean interrogantes para empresas, organizaciones laborales, gobiernos y consumidores.
La misiva destaca que, según algunos cálculos, hay ya 53 millones de personas en EEUU que trabajan por su cuenta.
A pesar de esa nueva realidad, destacan los firmantes, las ideas existentes sobre la relación entre empresas y trabajadores y los beneficios sociales y protección que respaldan esa relación no han avanzado al ritmo de los cambios.
"Creemos que la sociedad y la economía funcionan mejor cuando los trabajadores tienen estabilidad y flexibilidad", señala la carta, que insiste en que las personas que trabajan por cuenta propia deberían de tener acceso a un sistema de protección social que les ayude a conseguir planes de salud baratos y a ahorrar para la vejez.
Los firmantes proponen que esa nueva red de protección sea independiente de la fuente de trabajo, flexible, universal y una fuente de apoyo a la innovación.
Esta propuesta se produce mientras un grupo de trabajadores de la empresa de transporte de pasajeros Uber, considerados empleados por cuenta propia, ha demandado a la empresa para exigir las prestaciones de salud y jubilación como los de los empleados tradicionales
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Autónomos empujados al fraude
Los trabajadores por cuenta propia pagan mucho más en España que la mayoría de países europeos
Trabajar en negro, acumular trabajos para facturarlos en un sólo mes o pedirle a un primo que ya está dado de alta que declare por los dos. Estas son sólo algunas de las argucias que los autónomos hacen para huir del elevado coste de su condición, ya que en España un trabajador por cuenta propia está obligado a pagar una cuota mensual de 260 euros, a lo que hay que sumar las declaraciones trimestrales de IVA e IRPF. "De chorizos y defraudadores siempre habrá, pero hay un grueso de gente que quiere hacer las cosas bien pero no puede asumir el coste que supone", asegura el profesor de la UPF Albert Sagués.
La revista Forbes publicó hace un mes un ránking que evidenciaba que lo que pagan los autónomos españoles es desorbitado en comparación a sus vecinos europeos. En Francia, por ejemplo, los trabajadores por cuenta propia no pagan cuota en el primer año de ejercicio, y después ésta depende de la profesión que tenga y del nivel de facturación. Además, asumir la cuota les da derecho a pensiones de jubilación, viudedad, invalidez e incapacidad temporal. Otro ejemplo es Reino Unido, que exige a sus autónomos una cuota anual que oscila entre los 13 y los 85 euros. En Italia, la cantidad a pagar se dirime de la facturación que se declara, pero nunca supera el 20% del total.
Recordemos que en España un autónomo que facture 500 euros tiene que asumir una cuota de 260 euros, más IVA e IRPF. Cuando este trabajador recurre a pequeñas trampas para no dar más de la mitad de lo que gana al mes a Hacienda, ¿realmente se le puede tachar de defraudador? "Los autónomos están dejados de la mano de Dios", lamenta Sagués, que apuesta por aprobar medidas que ayuden a reducir estos costes para que los autónomos mantengan unos ingresos dignos y puedan trabajar dentro de la legalidad.
Un primer paso, apunta el profesor del Máster en Fiscalidad de la UPF Barcelona School of Management, sería ofrecer bonificaciones para los autónomos que facturen poco, de tal modo que se puedan desgravar gastos en material o viajes que ahora no estén contemplados. Asimismo, aboga por permitir que un autónomo se dé de alta de forma temporal sin necesidad de pagar el mes completo. "En el caso de los músicos, por ejemplo, no tiene sentido que tengan que pagar los 260 euros si sólo van a tocar dos días al mes. Con los contratos laborales sólo cotizas los días que trabajas", sostiene.
Sagués admite que las medidas aprobadas por el Gobierno, como la tarifa plana para nuevos autónomos o la posibilidad de capitalizar el paro, son adecuadas, aunque las considera insuficientes. En el caso de la capitalización del paro, además, critica la falta de rigor para comprobar qué actividad pone en marcha la persona que elige esta opción
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