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Paradoja de la Mundialización Corporativa-Carlos Hildebrando Fonseca

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Trumpetazo a la Globalización (1): Paradoja de la Mundialización Corporativa
Revista Portafolio
Por Carlos Hildebrando Fonseca Zárate
Decano Ciencias Económicas, Administrativas y Contables
Universidad del Sinú, Sede Bogotá
Director Corporación SIMBIOSIS

Hay incertidumbre acerca de la presidencia Trump, que merece evaluarse para estar preparados ante cualquier escenario posible. Se avecinan cambios fuertes en la posición de USA acerca de la mundialización corporativa y productiva; la aceleración y profundización del cambio tecnológico y cultural y el cambio climático y la degradación ambiental.
El sustento teórico neoclásico de la globalización es el de derribar barreras arancelarias entre los países, para ampliar los mercados y así permitir el acceso más generalizado de todos al “desarrollo”; Sin embargo, la teoría neoclásica  ha cambiado: ya no estamos en una “sociedad de plena competencia, información igual para todos y de rendimientos decrecientes que lleva a la convergencia entre países y estratos sociales”, sino en una sociedad de “competencia imperfecta, información asimétrica y rendimientos crecientes” que lleva a la divergencia entre estratos, entre los más ricos y el resto de la sociedad,  como lo prueban teóricamente  Romer, Sitglitz y Krugman  y en la práctica Piketty.  EL factor realmente móvil es el del capital y ha resultado en hechos positivos y negativos.
La globalización es paradójica porque genera el distanciamiento creciente entre sectores y estratos de la sociedad dentro de países como USA, mientras que contribuye al  acercamiento o convergencia entre los países “emergentes” y los “centrales” o de más altos  ingresos, como es el caso de la China, que aprovechó su oferta de mano de obra barata y potencial de mercados y se industrializó y avanzó tecnológicamente acogiendo capital y conocimiento de las multinacionales; (los niveles de ciencia, tecnología e innovación de China han crecido espectacularmente en los 30 años pasados). El Nobel de economía 2015 Angus Deaton señala que la diferenciación entre estratos es propia del crecimiento económico, pero su aumento desproporcionado vulnera y llega a desestabilizar la democracia, y lo expresa con especial preocupación sobre Estados Unidos.
De manera pasajera, los países que solo ofrecieron sus recursos naturales como “commodities” y no invirtieron en cambio tecnológico en la coyuntura de gran crecimiento de China e India, sufren actualmente las consecuencias de la desaceleración mundial de comercio desde 2015 , poniendo en riesgo los logros de una buena porción de la población, que ascendió a “clase media”, lo cual  se desvanece con la desaceleración mundial y genera la necesidad de captar más impuestos para compensar la pérdida de exportaciones de hidrocarburos y minerales, con el riesgo de gran molestia social.  Tal es el caso de Colombia, que no ha invertido de manera responsable en Ciencia, tecnología e innovación, que deberían resultar en mayor productividad y competitividad. No sólo con infraestructura se logra la competitividad.  
Las compañías multinacionales  norteamericanas trasladaron sus fábricas a países con menos costos laborales y exigencias  como las ambientales y perdieron por lo menos 5,4 millones de empleos manufactureros y 82 mil fábricas entre 1997 y 2013 en sólo los USA, beneficiando al Asia; Trump y Sanders oyeron ese reclamo de los trabajadores norteamericanos sin empleo, y en el caso  de Trump, apeló a exacerbar ese temor y clamor y el “nacionalismo” basado en la discriminación social de sexo, raza, credo, origen, entre las costas y centro de los estados unidos,  entre intelectuales y el resto de la sociedad y  captó una sumatoria de descontento popular con la política convencional. Las nominaciones de opositores al cambio climático, al sistema de salud, a la ayuda estatal en la dirección s de la agencia de protección ambiental, de salud, de vivienda y otras entidades indican cambios fuertes que tendrán consecuencias mundiales.
Los resultados de las elecciones de USA, manifiestan el temor de su sociedad ante el cambio tecnológico y social relacionado con la globalización “corporativa”, que ha beneficiado principalmente a los más ricos en USA y a los países que acogen la inversión norteamericana. La inversión en infraestructura de cemento generará empleo y las energías renovables y los autos eléctricos seguirán adelante pues ya los costos casi se equiparan y muchos estados están enfocados hacia ellas; Sin embargo, las importaciones y de la mano de obra local más costosas en USA, generarán inflación, que afectará al grueso de la población, mientras que los más ricos seguirán ganando más, con menos impuestos. La crisis inmobiliaria de 2008, que dejó a muchos ciudadanos damnificados y desconfiados de las instituciones dejó el terreno abonado y aunque Clinton propuso impuestos progresivos, no fueron convincentes sus nexos con Wall Street; los jóvenes de Sanders, no tuvieron el mismo entusiasmo ante Clinton. Estados Unidos debe concentrarse en lo suyo: incorporar más conocimiento e innovación en su producción, para aumentar sus exportaciones altamente sofisticadas y generar oportunidades novedosas. Los empresarios y la sociedad consciente del cambio global tendrán un papel fundamental. 

Trumpetazo a la Globalización (2):  Revolución Tecnológica y Social Profunda
Por: Carlos Hildebrando Fonseca Zárate

La globalización no es simplemente la mundialización corporativa, en la cual la producción se distribuye en todo el mundo y los más ricos ganan más rápido que el resto dela sociedad; El cambio tecnológico actual es tan acelerado y profundo que trasciende lo tecnológico y genera cambios sociales y culturales, como también temores y aprehensión grandes. En los últimos 20 años, la humanidad ha generado más descubrimientos que en el resto de su historia; la ciencia e innovación “convergentes” hacen la gran diferencia del siglo XXI con los anteriores: la asombrosa velocidad de generación de nuevos productos o bienes, principalmente  para la sociedad de mercado.[1] 
La  “cuarta revolución industrial”, por su profundidad, generará muchos más cambios culturales y sociales proporcionalmente a las otras tres; modificará la vida y la forma de relacionarnos de manera muy profunda; una de las consecuencias es la disminución real del empleo, por la robotización y automatización de los procesos, cada vez más sofisticada y compleja.   La gente se siente empoderada y a la vez intimidada e incluso aterrada; se siente acompañada y a la vez inmensamente sola. La incertidumbre, especialmente en el tema del desempleo y de las oportunidades de estabilidad laboral, pues las nuevas tecnologías requieren mucho menos trabajadores y por menos tiempo, irá complicándose  cada vez más por los avances en Inteligencia Artificial, requiere una comprensión y discusión mayor de los procesos tecnológicos actuales para entender el cambio requerido y adaptarse creativamente.
La “destrucción creativa” Schumpeteriana se ha  acelerado en grado sumo; mientras que en 1980 una compañía duraba alrededor de 70 años en promedio, hoy dura 21 años pues la competencia con innovación saca del mercado las que no lo hacen a suficiente velocidad y profundidad. Estamos en tiempos de gran transición; por ejemplo, la  energética , de la era de combustibles fósiles a la de energía renovable, - principalmente solar y eólica-, como lo han planteado muchos autores,  que afectará no solamente la tecnología sino la sociedad y las instituciones: las celdas fotovoltaicas, las redes inteligentes  y los automóviles eléctricos cambiarán la estructura de oferta y demanda energética, con consecuencias sociales e institucionales muy interesantes al afectar las correlaciones de poder de las grandes compañías de hidrocarburos, carbón y electricidad, tal como se presenta actualmente en España, Alemania y los mismos Estados Unidos; el paradigma de la sociedad cambiará y gozar de “energías limpias” será cada vez más un distintivo de la civilización ;  ya estamos en el “punto de no retorno” en el cual las políticas estatales podrían hacer más lento el cambio pero no detenerlo. 
La negación de un grupo fuerte de republicanos y de Trump sobre el calentamiento climático, preocupa a todos los firmantes del Acuerdo de París, por su similitud con la no ratificación del protocolo de Kyoto por los Estados Unidos y otros países.  Sin embargo, el pasado es muy diferente a la realidad actual,  en cuanto hoy los avances en áreas como las de la energía, son suficientemente fuertes como para no descarrilarse. Un nutrido grupo de empresarios e industriales norteamericanos le solicitan al nuevo presidente que reconsidere su posición porque los negocios verdes ya están muy cerca de ser negocios “mainstream”.
Queda pendiente el papel fundamental el Estado, tal como lo documenta Mariane Mazzucato en su libro “El Estado Emprendedor”, en el cual demuestra la importancia del estado no sólo para solucionar las imperfecciones del mercado, sino también en la provisión de “bienes públicos” de conocimiento, tecnología e innovación y en el liderazgo para guiar a la sociedad a nuevos temas, a cambios culturales e institucionales importantes (así por ejemplo, la transición energética de combustibles fósiles a energías renovables).  El caso de Colombia, en el cual las empresas privadas invierten muy poco en innovación, es un “círculo vicioso”, en el cual la pobre inversión del estado en ciencia, tecnología e innovación y la capacidad de algunos sectores empresariales de influir en el estado  a su favor, no han permitido brindar suficiente soporte de conocimiento ni han  propiciado la competencia ni la innovación suficientes. 
Se necesitan  más impuestos pero principalmente liderazgo visionario del estado y que los  más ricos, en una actitud mucho más radical de filantropía y generosidad, generen nuevas oportunidades en las cuales la rentabilidad financiera sea sólo uno de los factores (la fundación Bill y Melinda Gates son un ejemplo). La sociedad reclamará y buscará crecientemente la  sustentabilidad ambiental, la felicidad personal y la convivencia y equidad social como  los otros factores que definirán el futuro, con todas las herramientas y posibilidades tecnológicas .
Trumpetazo a la Globalización (2):  Revolución Tecnológica y Social Profunda
Por: Carlos Hildebrando Fonseca Zárate

La globalización no es simplemente la mundialización corporativa, en la cual la producción se distribuye en todo el mundo y los más ricos ganan más rápido que el resto dela sociedad; El cambio tecnológico actual es tan acelerado y profundo que trasciende lo tecnológico y genera cambios sociales y culturales, como también temores y aprehensión grandes. En los últimos 20 años, la humanidad ha generado más descubrimientos que en el resto de su historia; la ciencia e innovación “convergentes” hacen la gran diferencia del siglo XXI con los anteriores: la asombrosa velocidad de generación de nuevos productos o bienes, principalmente  para la sociedad de mercado.[2] 
La  “cuarta revolución industrial”, por su profundidad, generará muchos más cambios culturales y sociales proporcionalmente a las otras tres; modificará la vida y la forma de relacionarnos de manera muy profunda; una de las consecuencias es la disminución real del empleo, por la robotización y automatización de los procesos, cada vez más sofisticada y compleja.   La gente se siente empoderada y a la vez intimidada e incluso aterrada; se siente acompañada y a la vez inmensamente sola. La incertidumbre, especialmente en el tema del desempleo y de las oportunidades de estabilidad laboral, pues las nuevas tecnologías requieren mucho menos trabajadores y por menos tiempo, irá complicándose  cada vez más por los avances en Inteligencia Artificial, requiere una comprensión y discusión mayor de los procesos tecnológicos actuales para entender el cambio requerido y adaptarse creativamente.
La “destrucción creativa” Schumpeteriana se ha  acelerado en grado sumo; mientras que en 1980 una compañía duraba alrededor de 70 años en promedio, hoy dura 21 años pues la competencia con innovación saca del mercado las que no lo hacen a suficiente velocidad y profundidad. Estamos en tiempos de gran transición; por ejemplo, la  energética , de la era de combustibles fósiles a la de energía renovable, - principalmente solar y eólica-, como lo han planteado muchos autores,  que afectará no solamente la tecnología sino la sociedad y las instituciones: las celdas fotovoltaicas, las redes inteligentes  y los automóviles eléctricos cambiarán la estructura de oferta y demanda energética, con consecuencias sociales e institucionales muy interesantes al afectar las correlaciones de poder de las grandes compañías de hidrocarburos, carbón y electricidad, tal como se presenta actualmente en España, Alemania y los mismos Estados Unidos; el paradigma de la sociedad cambiará y gozar de “energías limpias” será cada vez más un distintivo de la civilización ;  ya estamos en el “punto de no retorno” en el cual las políticas estatales podrían hacer más lento el cambio pero no detenerlo. 
La negación de un grupo fuerte de republicanos y de Trump sobre el calentamiento climático, preocupa a todos los firmantes del Acuerdo de París, por su similitud con la no ratificación del protocolo de Kyoto por los Estados Unidos y otros países.  Sin embargo, el pasado es muy diferente a la realidad actual,  en cuanto hoy los avances en áreas como las de la energía, son suficientemente fuertes como para no descarrilarse. Un nutrido grupo de empresarios e industriales norteamericanos le solicitan al nuevo presidente que reconsidere su posición porque los negocios verdes ya están muy cerca de ser negocios “mainstream”.
Queda pendiente el papel fundamental el Estado, tal como lo documenta Mariane Mazzucato en su libro “El Estado Emprendedor”, en el cual demuestra la importancia del estado no sólo para solucionar las imperfecciones del mercado, sino también en la provisión de “bienes públicos” de conocimiento, tecnología e innovación y en el liderazgo para guiar a la sociedad a nuevos temas, a cambios culturales e institucionales importantes (así por ejemplo, la transición energética de combustibles fósiles a energías renovables).  El caso de Colombia, en el cual las empresas privadas invierten muy poco en innovación, es un “círculo vicioso”, en el cual la pobre inversión del estado en ciencia, tecnología e innovación y la capacidad de algunos sectores empresariales de influir en el estado  a su favor, no han permitido brindar suficiente soporte de conocimiento ni han  propiciado la competencia ni la innovación suficientes. 
Se necesitan  más impuestos pero principalmente liderazgo visionario del estado y que los  más ricos, en una actitud mucho más radical de filantropía y generosidad, generen nuevas oportunidades en las cuales la rentabilidad financiera sea sólo uno de los factores (la fundación Bill y Melinda Gates son un ejemplo). La sociedad reclamará y buscará crecientemente la  sustentabilidad ambiental, la felicidad personal y la convivencia y equidad social como  los otros factores que definirán el futuro, con todas las herramientas y posibilidades tecnológicas .



[1] La ley de Moore, que se refiere a que cada año se ha duplicado la cantidad de transistores que una tarjeta electrónica puede albergar, se ha cumplido desde la década de los 60s.
[2] La ley de Moore, que se refiere a que cada año se ha duplicado la cantidad de transistores que una tarjeta electrónica puede albergar, se ha cumplido desde la década de los 60s. 

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