La mayoria de los nuevos empleos no existía hace 7 años...Carlos Barrabes
http://www.diariodeleon.es/noticias/entrevistas/el-65-trabajo-proximos-anos-aun-no-ha-inventado_948825.html
Tiene un blog de referencia para quienes buscan las claves de la generación que en menos de una década constituirá el 75% de la fuerza productiva mundial. Iñaki Ortega Cachón (Bilbao, 1972) asegura que con sus startups «harán temblar a las grandes compañías» y advierte que «esto no es el futuro, ya están aquí». Se atreve a echar un vistazo al futuro.
—Usted sostiene que los trabajos de nuestros hijos no están aún inventados.
—La velocidad de las innovaciones tecnológicas está provocando, como el Departamento de Trabajo de Estados Unidos ha puesto de manifiesto, que el 65% de los trabajos de los próximos años aún no se haya inventado. Los más prestigiosos observatorios sitúan esos futuros nichos en la salud, la agricultura, la energía limpia y las smart cities. Nuevas profesiones como tecnobiólogos, analistas de big data, ingenieros de drones o matemáticos corporativos se unirán al grupo de los ya muy demandados empleos como son los especialistas en Seo-Sem (mercadotecnia en buscadores web), los nuevos maestros expertos en Moocs (cursos en línea masivos y abiertos) o los programadores. A nadie se le escapa que este potencial de creatividad es una oportunidad para quien sepa aprovecharlo y por eso todas las grandes compañías han puesto el foco en los millennials no solo para contratarles o usar sus innovaciones sino para conocer mejor a los nuevos clientes de sus productos y servicios.
—¿Hacia dónde nos dirigimos?
—Hoy es difícil encontrar una gran empresa que no se apoye en la innovación abierta. Por mucho talento y buenas ideas que haya dentro de una empresa siempre habrá más y mejores fuera de ella. No tener en cuenta este nuevo paradigma económico es desperdiciar oportunidades cuando no estar abocado a la bancarrota. En la empresa, durante mucho tiempo, se pensó que las grandes ideas solo podían surgir en el seno de una gran compañía fruto de la acumulación de recursos y talento. En esa lógica las innovaciones debían de ser protegidas con patentes, con el secreto industrial o incluso aislando los laboratorios del resto de la organización para mantener la exclusividad y así poder recuperar la ingente inversión. La economía de nuestros días basada en la capacidad de desarrollo de nuevos productos y servicios que permitan competir ha demostrado lo erróneo de esa forma cerrada de pensar y actuar. Son muchas las empresas en todo el mundo que se están beneficiando de este nuevo torrente de innovaciones, General Electric, 3M, Procter&Gamble y en España con Telefónica, BBVA y Ferrovial a la cabeza, son ya habituales las convocatorias abiertas al ecosistema emprendedor e innovador para que ayuden a resolver los numerosos retos a los que se enfrentan en estos momentos las grandes corporaciones. Algo que hoy tienen muy presentes las grandes empresas en todo el mundo y en todos los sectores para no acabar destruidas por la creatividad de nuevos jugadores como Amazon, Uber, PayPal, AirBnb o Whatsapp.
—¿Cómo es esta generación que tomará el relevo?
—Los millennials tienen hoy entre 18 y 33 años, es decir son aquellos que se han hecho mayores con el nuevo milenio, son nativos digitales, se sienten ciudadanos del mundo y están muy preparados, adoran las matemáticas, aunque estiren como un chicle su adolescencia En 2025 constituirán el 75% de la fuerza laboral mundial y por ello están siendo objeto de estudio por los más prestigiosos informes como los de Mckinsey, Gartner o Deloitte. Son los hijos de la generación del ‘baby boom’ y aunque no lo van a tener tan fácil como los que les precedieron, son profundamente optimistas y sobre todo piensan y actúan de un modo diferente. Apuestan por la economía compartida, huyen del individualismo usando la co-creación. Con sus startups harán temblar a las grandes compañías. Los lectores del Diario de León tienen que saber que esto no es el futuro, los millennials ya están aquí y están inventando y protagonizando nuevos empleos ya. De hecho en estos momentos el 47% de los perfiles que demandan las empresas no se cubren por falta de capacitación de los candidatos. Algo está pasando en la economía, los millennials se están inventado su propio empleo en el ámbito del Internet de las cosas, el big data, el 3D, la genómica, las weareble tech (tecnología ponible) pero también en sectores considerados tradicionales aplicando la tecnología por ejemplo a la atención a la dependencia, la agricultura, la abogacía y por supuesto la enseñanza.
—¿Y el trabajo?
—Habrá nuevos trabajos y nuevas formas de trabajar. Desde casa, a tiempo parcial, como freelance, con joint ventures (acuerdo comercial de inversión conjunta a largo plazo entre dos o más personas físicas o jurídicas)… Los millennials, a diferencia de los que hoy superan los cuarenta, no viven solo para trabajar, tienen una profunda conciencia social y por ello trabajarán en muchas empresas pero también la mayoría querrá gozar de la libertad de ser emprendedor o autónomo.
—¿Qué tipo de sociedad cree que van a construir?
—Desde que en mayo de 2013 la revista ‘Time’ dedicó su portada a los millennials con la leyenda ‘Me Me Me Generation’ rematada en su interior con afirmaciones del tipo de «son perezosos, narcisistas y todavía viven con sus padres» se desencadenó toda una serie de leyendas urbanas alrededor de la generación del nuevo milenio. Ni estudian, ni trabajan... Son ninis... La lacerante tasa de desempleo juvenil y el retraso en la edad de emancipación han llevado a que muchos jóvenes terminen sus estudios y sigan viviendo en casa porque no tienen trabajo. Pero de ahí a considerar que aquellos que han nacido en los 80 y 90 no hacen nada hay un trecho. Precisamente esta generación no es la que dejó de estudiar por trabajar al albur del boom inmobiliario, ni tampoco son ellos los que despreciaron ser emprendedores por la estabilidad de la función pública. Fueron las generaciones anteriores las obsesionadas por ser funcionarios y las del abandono escolar por el dinero fácil del ladrillo. Los millennials no vivieron todo eso porque han crecido con la crisis, están super preparados, como ha puesto de manifiesto recientemente la Universidad de Deusto al comunicar que nunca hubo tantos doctores como ahora. Es esta la cohorte de edad que mejor asume la aventura de emprender, aseverado por el informe GEM, y son ellos los que están empujando con sus startups a que las grandes empresas innoven. También se les ha considerado como frívolos y egocéntricos entre otras cosas porque se fotografían continuamente y cuelgan sus selfis en redes sociales como Instragram. Pero la realidad es que se divierte de un modo más sano que las anteriores, con la fiebre del running o aficiones como el parkour y tribus como los surfers o rollers, que exigen estar en plena forma. Son los millennials los que movidos por la necesidad y sus convicciones han inventado la economía colaborativa que, con la ayuda del Internet de las cosas, como dice el economista Rifkin, nos convertirá a todos en prosumidores (productores y consumidores a la vez). Por supuesto se les ha catalogado como snobs y sin compromiso social. Que si quieren estar a la última moda al extremo de convertirse en anoréxicos o en seguidores de la dietas mas cool como los paleos que comen lo mismo que el hombre en la Edad de Piedra, que si no les interesa la política ni participan en las ONGs como las generaciones anteriores... La verdad es que los millennials no inventaron la comida basura sino sus padres, y son ellos los que están patrocinando la filosofía slow food o el ‘hazlo tú mismo’. Por último, nada mejor que la imagen de las calles de Hong Kong tomadas por miles de jóvenes adolescentes enfrentándose a la dictadura china para demostrar la falacia de esa supuesta pasividad social. El mundo está cambiando mucho y muy rápido pero eso no nos puede llevar a estigmatizar a la generación del milenio solo por no entenderla.
—Habrá alguna regla para manejarse por ese futuro, alguna clave para educar...
—En mi libro pretendo mostrar cómo son los millennials, entenderles y comprender cuáles son sus aspiraciones. Llevo trabajando con ellos los últimos diez años y puedo afirmar que ya han comenzado a inventar sus propios empleos, creando nuevas empresas; ideando nuevas profesiones y generando nuevas necesidades. Pero eso sí, para lograr sus objetivos esta generación no tendrá más remedio que tener muy en cuenta la llamada regla de las cuatro S (de STEM, Startups, Sharing Economy y Switch). Es decir, deberán tener una sólida formación en STEM (Science, Technology, Engineering, Mathematicas o sea ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). Utilizarán las Startups para inventarse su propio empleo y contratar a otros. Tendrán que aprovecharse de la Sharing Economy o economía colaborativa para tratar de solucionar los problemas sociales del mundo. Y sobre todo, tendrán que estar dispuestos a cambiar continuamente de profesión, industria o país (Switch). Esta regla en castellano es la de las 4 Cs: crear empresas, colaborar entre emprendedores, ciencia para entender la complejidad y cambiar de profesión, industria o ciudad.
—¿Se acabarán los trabajos fijos y los sueldos, el trabajo tal como se ha conocido hasta ahora?
—Las carreras profesionales evolucionarán de un modo hasta ahora desconocido. Varios empleos simultáneos, alternaremos contratos por cuenta ajena con el autoempleo y prestaremos nuestro talento a varias grandes y pequeñas empresas a lo largo de nuestra vida laboral. En muchas ocasiones priorizaremos nuestra vida personal y trabajaremos menos, desde casa, con horarios a medida o simplemente nos tomaremos un año sabático. Minijobs, freelance o startups serán términos habituales en el futuro cercano del trabajo. Para los millennials ese futuro ya está aquí. Son los jóvenes que se han hecho mayores con el nuevo milenio. En 2025, como he dicho anteriormente, constituirán el 75% de la fuerza laboral mundial. Las economías y las empresas más dinámicas de todo el mundo están dando pasos para que ese nuevo talento se trasforme en riqueza y empleo.
—Entre la competitividad y la filosofía colaborativa, ¿quien triunfará?
—Los emprendedores son los nuevos rockeros. Carlos Barrabés, quizás la mente más visionaria en este momento en nuestro país, expresa con ese símil cómo para los jóvenes del milenio emprender se ha convertido en una filosofía de vida. Del mismo modo que en los años 60 el rock and roll supuso una rebelión contra las normas sociales y políticas de la época, hoy emprender es una suerte de inconformismo activo porque es la vía para cambiar el mundo y hacerlo mejor. Bill Drayton el fundador de Ashoka, la red global de emprendedores sociales, explicaba hace unos años en la revista de la universidad de Harvard su teoría de las cadenas hibridas de valor, en virtud de la cual las grandes compañías y las entidades sociales trabajando juntas con emprendedores pueden resolver los más importantes problemas del mundo sin renunciar ninguno a sus intereses.
—¿Estamos ante una nueva revolución social o sólo es una moda?
—No es caridad y no es sólo negocio, es ser innovador para salvar el mundo. «Los emprendedores sociales no se conforman con ofrecer un pez al que tiene hambre, ni siquiera con enseñarles a pescar sino que no descansarán hasta revolucionar la industria del pescado». Los jóvenes millennials emprenden porque es la herramienta que les permite ser consecuentes con su forma de ser. Tecnología, libertad y creatividad se fusionan en las miles de empresas que se crean cada año en nuestro país. Los emprendedores hoy son nativos digitales y sin esa hiperconexión no entienden las relaciones sociales pero tampoco el trabajo. Frente al estereotipo de su narcisismo y falta de compromiso están protagonizando las demandas de democracia desde el norte de África a Hong Kong. Son los inventores de la economía colaborativa que pone el acento en el uso de los bienes y servicios frente a la propiedad que está arrasando en sectores como el turismo. Vivimos una época de cambios profundos y rápidos. Esa velocidad está causando que las soluciones sean más lentas que el crecimiento de los problemas. Por ello es necesario alinear los agentes que pueden hacer cambiar esa tendencia. Los emprendedores sociales lo llaman co-creación. Un proceso colaborativo entre iguales: grandes empresas, administraciones, instituciones financieras y emprendedores que, juntos, co-diseñen y co-implementen nuevos y mejorados bienes y servicios.
—¿Ha cambiado de lugar el saber, ya no está en la Universidad?
—Recientemente la Fundación Hauffman de los USA puso de manifiesto en un informe que la gran mayoría de los emprendedores de éxito son doctores universitarios o tienen un MBA por una universidad de prestigio.
En España, este año, el grado universitario con nota de entrada más alta ha sido la doble titulación matemáticas con física. El cofundador de Google Sergei Brin es hijo de dos matemáticos rusos que fueron fichados por universidades americanas y él mismo se graduó en matemáticas. Una de las operaciones más sonadas en los últimos años la ha protagonizado Facebook al comprar la tecnológica Whastapp, fundada por un ucraniano experto en matemáticas. Hoy sería imposible tener un premio Nobel en ciencias económicas que no domine la matemática aplicada y los más sonados fichajes de economistas para las faculty de las mejores universidades del mundo ya son matemáticos. De hecho como he dicho anteriormente una forma de medir la inserción de una sociedad en la nueva economía es el ratio de alumnos STEM. En Europa estamos por el 17%, en Corea del Sur casi el doble.
—¿Cambiarán la forma de hacer política de los políticos? ¿Es Podemos un ejemplo de esto?
—Ningún ámbito quedará fuera de la influencia de la nueva forma de pensar de la generación del milenio. La política no será la excepción y nuestro país tampoco. En otro cambio de época como el que estamos viviendo ahora, en el siglo XVIII, el pensador inglés John Locke se atrevió cuestionar los métodos educativos de la Universidad de Oxford por su falta de empirismo y defendió adaptarse a los nuevos tiempos. Oxford sobrevivió y sigue siendo una referencia. Hoy, como en aquel momento, sólo pervivirán o seguirán en política los que se adapten a un nuevo tiempo marcado por la ejemplaridad, la meritocracia y la cercanía. Los millennials, como hemos visto, son globales, colaborativos, defienden su libertad y la de los demás. Ese es el ejemplo que pueden ofrecer a la política.
http://www.diariodenavarra.es/noticias/navarra/pamplona_comarca/2014/04/12/estudiantes_por_iii_revolucion_154859_1002.html
A por la tercera revolución industrial con la ilusión como escudo y el conocimiento como espada, para abrirse hueco en un mundo globalizado e informatizado y lograr destacar. Ése será el próximo campo de batalla en el que se enfrentan los futuros profesionales, los nuevos emprendedores que ahora contemplan desde las aulas un mundo que poco tiene que ver con el que les tocará vivir. Un entorno cambiante, de continuos avances y donde las oportunidades habrá que cogerlas al vuelo.
Atentos, y un tanto atónitos, los jóvenes estudiantes de Salesianos no quitaban ojo a quienes les advertían de ese nuevo futuro, dos personas con un gran bagaje empresarial a sus espaldas, un currículo de éxitos y un reconocimiento nacional e internacional. Las cuartas jornadas técnicas que organiza el centro, con el título, El futuro profesional: ser un técnico en retos, fue el marco elegido para Manuel Torres, fundador de MTorres, y Carlos Barrabés, creador de Barrabés Cónsul Holding Group, para animar a los nuevos emprendedores. Eso sí, sin paños calientes. "Hay que ser proactivo para conseguir un cambio de paradigma", advertía Barrabés, que pasó de crear una tienda de material de esquí a ser considerado un joven líder global por el foro mundial Davos.
Pero, además, hace falta una formación, una educación, tanto técnica como en valores. "La tecnología es determinante en estos momentos. El idioma del futuro ya no es el inglés, son las matemáticas. Esa la gran barrera entre los que son capaces de crear y los que no. Saber programar es básico porque todo va a requerir de software para funcionar y eso va a suponer la diferencia entre acercarse a la tecnología como usuario o para crear con ella", animaba.
Entre ciertos suspiros de agobio, por todo lo que las matemáticas entrañan, Carlos Barrabés lanzó un mensaje optimista. "Con la tercera revolución llega también un enfoque más humano de la tecnología que hasta ahora no tenía, una relación personal que no debemos dejar perder, unos valores y una fuerza inusitada de la artesanía, por lo que conlleva de creación. Ése va a ser el gran valor de los humanos".
Y a todo ello deberán agarrarse las nuevas generaciones para trabajar en un entorno completamente robotizado, donde los puestos de trabajo actuales desaparecerán y los nuevos están todavía por llegar. "La pregunta no es dónde vamos a trabajar sino si vamos a trabajar. Si estás en la tercera revolución industrial tendrás trabajo, y trabajarás menos y mejor. Pero si no estás, tienes un problema. Va a ser crítico subirse a ella", vaticinó Barrabés.
También Manuel Torres incidió en el carácter "competitivo, selectivo y evolutivo" no sólo de la vida, sino también del mundo laboral. Y, para sobrevivir y destacar, argumentó, es fundamental la innovación. "MTorres nace de la pasión por innovar cuando yo, con 22 años, ni siquiera tenía vocación empresarial. Pero vi potencial, aposté y me salió bien. Y, en todo este tiempo, hemos diversificado, adelantándonos en muchas ocasiones a la demanda y convirtiéndonos en pioneros a nivel mundial en distintas áreas", recalcó.
En todo este camino, insistió el fundador de MTorres, siempre han existido dos patas fundamentales: "la credibilidad y un continuo reciclaje y formación". "No tenéis barreras, podéis llegar donde queráis... Yo soy un ejemplo, porque no tenía talento y mi empresa es un referente mundial", animó.