Hace una semana, en mi habitual lectura matutina de camino al trabajo en el metro, me topé con un artículo que rezaba así: Basques reinvent themselves as education power (lo que traducido vendría a decir “los vascos se reinventan a sí mismos con el poder de la educación”).
Lo mejor de todo es que no se trataba de un artículo producido allí con intereses partidistas o proveniente de un medio”amigo”, pues fue ni más ni menos que la BBC quién lo publicó. En él se evidenciaba algo que muchos que hemos vivido allí y ahora lo hacemos fuera del País Vasco hemos podido observar en distinta medida. El sistema educativo vasco está consiguiendo éxitos que no sólo le diferencian positivamente del resto del estado español, sino que le sitúan a la cabeza de Europa. Ejemplo de ello es que la tasa de abandono escolar es del 7,2 % cuando en la UE es del 11,1, y en el conjunto de España del 21,9. El 38% de las personas que están en edad laboral posee una titulación universitaria, un nivel similar al de Finlandia o Noruega y muy por encima del resto del estado. El porcentaje de la población dedicada a la investigación y desarrollo es semejante al de los países europeos más avanzados. Como es obvio, estas cifras influyen de manera directa en la tasa de paro juvenil, y es que, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del 2016, el 46,5% de los españoles menores de 25 años está en paro, así como el 19,7% de los ciudadanos entre 25 y 54 años. Sin embargo, en la Comunidad Autónoma del País Vasco es el 31% de los jóvenes menores de 25 años el que no tiene empleo, y el 12,7% de los que tienen entre 25 y 54 años. Cifras considerablemente menores que me hacen estar muy orgulloso como vasco, pero que deberían hacernos pensar en las siguientes cuestiones para dar solución a los problemas existentes en el resto del estado: ¿cómo ha sido posible este éxito? ¿es aplicable al resto del estado?
Pues bien, comparto como bien dice el artículo publicado por la BBC, que dicho éxito pivota sobre 3 ejes: inversión, estabilidad (o lo que yo llamaría visión), y por último, sentido de identidad. Por supuesto que hay más ingredientes en la ecuación, pero consideremos éstos tres como los más importantes.
En primer lugar destaca que el País Vasco es la comunidad que más invierte por alumno, llegando a los casi 10.000 euros por estudiante y duplicando la inversión de comunidades como Madrid o Andalucía.
Seguramente éste primer factor sea importante, pero es evidente que las cifras que antes hemos mostrado no serían posibles sin el segundo factor; la estabilidad o visión de país. Considerándome un novato en este aspecto pero habiendo visto, como he dicho antes, el sistema educativo vasco y el del resto del estado, creo que puedo decir que en el país vasco a pesar de la existencia de diferencias ideológicas entre sus habitantes, existe una apuesta común por la educación y la sociedad del conocimiento. Y en este campo entran además de una visión por una educación de calidad y para todos, la visión que se ha construido durante las últimas décadas en el País Vasco de una economía del conocimiento, que apueste por el I+D y no por economías especulativas.
Así pues, éste segundo factor que acabamos de comentar, se complementa perfectamente con el último y tercer factor, el sentido de identidad que existe entre todos aquellos que hemos nacido en el País Vasco. En el artículo de la BBC se hace referencia a las palabras de Guillermo Dorronsoro, el decano de la escuela de negocios de la Universidad de Deusto de Bilbao, al cuál por cierto tengo el placer de conocer y del cuál tuve el privilegio de aprender en mi etapa como alumno en dicha universidad. En él, Guillermo indica que un factor decisivo en el éxito del sistema educativo vasco es que “hay un fuerte sentido de identidad, lo que ayuda a crear un propósito común y un compromiso colectivo desde los colegios, las familias y los políticos”.
En definitiva, además de que esta noticia la recibí con mucho orgullo al ser vasco, creo que el estado español podría y debería tomar ejemplo llevando a cabo una estrategia educativa de futuro. Por supuesto que imitar no es el camino, pero antes que mirarnos en el espejo de Finlandia o Noruega, muy alejados de España en lo cultural y en lo político, existen ejemplos más cercanos y más fácilmente replicables como es este caso.
Dicho esto, os espero el próximo domingo, en la última fila…hablando de educación.
https://enlaultimafila.wordpress.com/2016/06/19/el-modelo-vasco-el-ejemplo-a-seguir/
Borja Eguizabal
https://euskaditm.com/2016/09/23/borja-eguizabal-in-memoriam/