En unos momentos decisivos para el futuro de la Economía y las Finanzas de España, con la mayor tasa de paro de la EuroZona excepto Grecia, por supuesto también interrelacionadamente momento decisivo para el mundo de la empresa, los empresarios, los trabajadores, los consumidores, los desempleados, los jubilados, los pensionistas y todas y todos en general, resulta que sus señorías, o la mayoría cualificada suficiente, del Parlamento español son incapaces durante meses y meses de formar Gobierno para dirigir España, para pactar y llegar a un acuerdo general, que en el mejor de los casos deberían ser pactos interlegislaturas sobre aspectos fundamentales como educación, empleo y empleabilidad, sanidad, pensiones, servicios sociales, política antiterrorista, política exterior, etc.
La ciudadanía, los ciudadanos son o debemos ser eso precisamente: ciudadanos, y no súbditos y nuestros representantes, a los que pagamos entre todos con cargo al erario público, tienen que ser también precisamente eso nuestros representantes, y no pueden de ninguna manera mirar por intereses de partido, sino por intereses de la ciudadanía y del bien común y general de España. Pactar, abstenerse no es ceder, no es humillarse, es renunciar a maximalismos y ser prácticos consiguiendo soluciones satisfactorias para el bien común y general. No se pueden trazar tantas líneas rojas para preservar supuestas esencias de partido porque ya desde los tiempos de la Grecia y Roma clásicas sabemos que cuando a un problema le empezamos a poner muchas líneas rojas o restricciones resulta de solución imposible o aberrante. Se imaginan Vdes. lo que podría haber sido un gran pacto de los partidos constitucionalistas, a saber Partido Popular, Partido Socialista Obrero Español y Ciudadanos, que en total son más de los dos tercios del electorado, ¡más del 65% de los ciudadanos! Se imaginan Vdes. lo que sería una negociación con el Partido Popular estando enfrente de un bloque común formado por Psoe y Ciudadanos. Pues no, no hay manera, y lo que contempla atónita la ciudadanía es una auténtica jaula de grillos, un patio de recreo donde no hay orden ni concierto y como diría Ortega y Gasset tiende a una especie de anarquía y desconcierto. ¿Y podemos permitírnoslo? Pues no, y de seguir así, lo pagaremos muy caro, y entre todos, y sobre todo los de siempre.
La economía española puede entrar en picado, no voy a entrar ahora en indicadores de confianza, cifras y asignaciones presupuestarias que podemos perder, si seguimos con incertidumbre política y también, escenario para poner los pelos de punta, si llevan el control de la economía, las finanzas y la política económica auténticos aprendices de todo y maestros de nada. Mucho bla, bla, bla, demagogia, líneas rojas y otras hierbas, y nada de nada en cuanto a análisis de viabilidad realistas, presupuestos realistas, financiación realista y comprometida, calendario de actuación, objetivos, porcentajes, indicadores... y todo lo que es la ortodoxia de la economía y la empresa desde la vertiente científica y profesional, sin ideologías ni apriorismos.
http://www.aragondigital.es/noticia.asp?notid=148115&secid=21#.V8nfFNtffoc.facebook