La empresa familiar reclama un marco tributario más sencillo y una rebaja de la presión fiscal
Encuesta Mundial de la Empresa Familiar realizada por PwC a 1.600 compañías de 35 países
Madrid, 3 de noviembre de 2010.La gran mayoría de los propietarios y altos directivos de empresas familiares mundiales reclama una simplificación del marco fiscal vigente en sus respectivos países y una disminución de los impuestos que gravan su actividad. Además, los empresarios familiares muestran sus reservas en torno a la eficacia de las medidas aplicadas por sus gobiernos para apoyar al tejido empresarial durante la recesión económica. Estas son algunas de las interesantes conclusiones que ofrecen las respuestas de las compañías familiares participantes en la segunda edición de la Encuesta Mundial de la Empresa Familiar realizada por la red global de PwC, la mayor jamás realizada entre este importante colectivo empresarial.
La encuesta global recoge la opinión de más de 1.600 propietarios y altos directivos de compañías familiares –un centenar de ellos, españoles- que operan en 35 países y 15 sectores de actividad en torno al impacto de la crisis económica y financiera en sus negocios; las medidas adoptadas por los consejos directivos para paliar sus efectos; la estrategia que han diseñado para salir fortalecidos de esta fase negativa del ciclo; las perspectivas de negocio para 2011; y el análisis de sus respectivos marcos fiscales y legales, entre otros muchos temas que inquietan a las empresas familiares.
Un 71% de los empresarios familiares que han participado en la encuesta considera que las iniciativas de sus gobiernos son insuficientes (un 47%) o inadecuadas (un 24%) para ayudar a sus compañías a sobrevivir o desarrollar su actividad en un entorno desfavorable como el actual. En el caso de los empresarios familiares españoles, el descontento hacia el Gobierno es más acentuado. Un 95% de los encuestados cree que las políticas del Ejecutivo son inapropiadas (un 42%) o insuficientes (un 53%).
Los altos directivos encuestados tienen muy claras qué reformas son prioritarias para que las Administraciones Públicas mejoren el entorno económico y regulatorio de la empresa familiar. Un 80% demanda simplificar el marco tributario y reducir la presión fiscal (un 82% en el caso español). Uno de cada dos empresarios sondeados reclama una mejor coordinación y colaboración entre la Universidad y la Empresa para desarrollar productos innovadores, una cuestión que preocupa al 77% de los encuestados españoles. Y un 47% considera prioritario fortalecer el marco de cumplimiento normativo (frente al 62% de los directivos españoles). Además, cuatro de cada diez directivos pide mayores facilidades de acceso al mercado de capitales, una inquietud que afecta a siete de cada diez encuestados en nuestro país.
El estudio de la red global de PwC constata el optimismo moderado de la mayoría de los empresarios familiares respecto al futuro inmediato. Más de dos terceras partes de los encuestados se preparan para unas condiciones del mercado adversas, pero muy pocos de ellos planean recortar su actividad. De hecho, la mayoría (un 60%) confía en crecer en los próximos doce meses. En cambio, los empresarios familiares españoles son algo más cautelosos al respecto: menos de la mitad (un 46%) pronostica un año de crecimiento y expansión en sus negocios.
Los empresarios familiares encuestados establecen como principales desafíos internos para su negocio en 2011 la contratación de personal cualificado, el control de costes y la reestructuración de la compañía. En el caso de los altos directivos españoles, preocupa especialmente, por este orden, la reestructuración de la compañía, el ajuste de la capacidad productiva a la demanda y la rentabilidad. Dejan, en cambio, en un segundo plano el problema que genera la contratación de personal cualificado.
En cuanto a los desafíos externos, la mayoría de los directivos señalan las condiciones del mercado, de evolución imprevisible; la política regulatoria del Gobierno y el marco legislativo; y el comportamiento de los competidores. Llama la atención la menor inquietud de los altos ejecutivos familiares a nivel global sobre la política regulatoria de sus respectivos gobiernos –un 24%- en comparación con la indicada por los empresarios familiares españoles –un 32%- , lo que parece denotar una menor confianza en la actuación de las administraciones públicas españolas.
Pese a los trastornos que pueda provocar la crisis en sus compañías, la mayoría de los empresarios familiares, un 56%, prevé mantener su actual modelo de negocio. Y dos de cada tres directivos sondeados subrayan las ventajas que les reporta su condición de empresa familiar para encarar la crisis con mayores garantías de éxito. Unas cotas de confianza que contrastan con las dudas de los empresarios familiares españoles. A tenor de las respuestas ofrecidas sobre este asunto, el próximo va a ser un ejercicio crucial para un número significativo de empresas familiares en nuestro país. Un 51% anticipa cambios en su modelo de negocio en 2011 y apenas la mitad de los encuestados cree que el hecho de ser una empresa familiar les coloque en una posición ventajosa frente a la crisis. En cualquier caso, la confianza en la capacidad competitiva de su compañía es total (un 98% de los encuestados españoles así lo cree).
La encuesta también solicitaba a los altos directivos que detallaran, por un lado, los puntos fuertes de su compañía para conservar o mejorar su posición en el mercado; y, por otro, las fortalezas que más admiraban de su principal competidor. En el primer apartado, la ventaja más destacada es el diseño, la calidad y la variedad de sus productos. Los directivos también se ufanan de la fortaleza de su marca. En cuanto a la cualidad que más envidian a su mayor competidor, los directivos subrayan el tamaño, la competitividad en precios y la fortaleza de la marca.
La encuesta sondea a los empresarios sobre la captación y retención de talento y también aquí se aprecian algunas diferencias en las respuestas de los empresarios a nivel global respecto a las opiniones españolas. Un 75% de los encuestados señala la retribución salarial como principal reclamo para el talento, porcentaje que cae hasta el 59% entre los sondeados españoles. Los proyectos de trabajo desafiante, un 63%, y los planes de carrera, un 57%, son las siguientes medidas favoritas para los empresarios familiares del mundo. En cambio, los altos directivos españoles consideran más efectivos los planes de carrera, un 55%, y la conciliación de la vida laboral y la personal, un 48%, para fichar a profesionales interesantes para elevar la productividad de la empresa.
La Encuesta Mundial de la Empresa Familiar aborda uno de los mayores riesgos que afrontan las empresas familiares, el relevo generacional. Un 27% de los altos directivos encuestados prevé que sus negocios cambien de manos en los próximos cinco años, un colectivo en el que un 53% espera que la propiedad de la compañía permanezca en la familia. En España, sólo un 19% de los encuestados vislumbra cambios en la propiedad y, en este grupo reducido, dos de cada tres altos directivos confía en un traspaso ordenado en el seno de la propia familia.
Casi la mitad de los empresarios familiares sigue sin tener un plan de sucesión, un porcentaje similar al registrado en la encuesta hace dos años. En España, un 54% de las compañías sí han suscrito un plan de sucesión. El estudio revela asimismo que muy pocas compañías familiares están preparadas para resolver los conflictos que puedan surgir entre miembros de la familia. Tres de cada diez empresarios encuestados a nivel global afirman disponer de protocolos para solucionar disputas familiares, un porcentaje ligeramente superior (un 34%) en las compañías españolas.
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