NO TE PODRÁS JUBILAR
En cierta ocasión, cuando preparábamos una jornada sobre innovación, la Directora de Comunicación de una importante institución me dijo: “Otra vez hablando de innovación. No vendrá nadie. Habéis quemado el concepto. A pocos les interesa, y nadie entiende qué es eso de la innovación o de la I+D”. Un poco molesto, aunque sabiendo que, en el fondo, tenía razón le contesté: “No te podrás jubilar… ¿Eso lo entiendes?”
Efectivamente, no te podrás jubilar. No sólo por la alarmante reducción de los fondos de reserva en la hucha de las pensiones (no hay apenas recursos ya para mantener las pensiones). También por la bomba demográfica y la falta de reemplazo generacional (no va a haber recursos en el futuro).
Pero la triste y enésima confirmación de que quizá no nos podremos jubilar nos lo ofrece la nueva edición del Regional Innovation Scoreboard (RIS) de la UE. El gráfico indica la intensidad innovadora de Europa.
En verde oscuro, los líderes. En verde claro, los seguidores. En amarillo, los perdedores. En naranja, los deshauciados.
Una foto que nos indica lo que va a venir en los próximos años y lo que ya estamos viendo: economía precarizada, salarios tercermundistas, pobres que son pobres trabajando y pobres que jamás encontrarán ya trabajo (al menos un trabajo digno).
Y millones de jóvenes con talento que huirán hacia el Norte.
El Sur europeo se despreocupa de estimular los motores de generación de riqueza en el siglo XXI: la ciencia aplicada y la tecnología. No nos interesa la innovación. No entendemos la I+D porque hemos perdido conciencia de la necesidad de crear riqueza para luego distribuirla. Europa se fragmenta, no sólo por el Brexit, sino siguiendo una frontera meridional de conocimiento que coincide con la falla geológica mediterránea: la innovación no baja más allá de los Pirineos, de los Alpes o de los Balcanes. La economía del Sur de Europa se va hacia África.
Pero no pasa nada. Nadie parece entender qué diablos es esto de la ciencia, la tecnología y la industria del conocimiento (la única vía válida para construir países solventes y mantener sociedades del bienestar). Especialmente, estas cosas tan complejas están excluidas del cansino debate político. Seguro que ni siquiera nuestros líderes más preparados entienden qué es eso de la innovación y de la I+D, conceptos sofisticados aparentemente sólo al alcance de cerebros germánicos o escandinavos.
En fin, sigamos por este camino. De momento, en la Península, sólo Euskadi se mantiene en una posición mínimamente digna (aunque perdiendo enteros, desde 2014 ha bajado su capacidad innovadora en un 7%, según el recién publicado RIS). Como se duerman un poco más, se hunden en la tercera división europea, la de los perdedores del futuro. Navarra ya se ha despistado y ha caído a tercera división. Catalunya y Madrid siguen perdiendo fuerza (un 6% y un 11% respectivamente, desde 2014).
Últimamente se ha abierto un importante debate sobre el rol de las ciudades en la innovación. Efectivamente, las grandes orbes serán los motores de innovación del futuro. ¿Podrán Madrid, o Barcelona –bien posicionada teóricamente en innovación, aún a reflujo de los Juegos Olímpicos del 92- competir contra París, Londres, Berlín, Copenhague o Estocolmo?
Miremos los colores de las zonas donde se encuentran todas esa capitales en el mapa y quizá encontremos la respuesta.
Miremos los colores de las zonas donde se encuentran todas esa capitales en el mapa y quizá encontremos la respuesta.
https://xavierferras.blogspot.com.es/2016/07/no-te-podras-jubilar.html#comment-form
http://ec.europa.eu/growth/industry/innovation/facts-figures/scoreboards_en
http://ec.europa.eu/DocsRoom/documents/17857
http://ec.europa.eu/growth/industry/innovation/facts-figures/scoreboards_en
http://ec.europa.eu/DocsRoom/documents/17857