El grupo que apoya la puesta en marcha de la Economía del Bien Común se presentó la pasada semana en la Casa de Cultura de Portalea, con unos planteamientos claros en la «búsqueda de modelo social alternativo que propone el beneficio social frente al lucro individual o la cooperación frente a la competencia», señaló Javier Goikoetxea, uno de los promotores de esta iniciativa. Pretenden contagiar su filosofía de trabajo a las empresas asentadas en el municipio, pymes que han mostrado su interés por conocer esa gestión municipal marcada por la ética y beneficio social.

Para ello, han mantenido reuniones un sábado al mes en Eibar, en el que han podido marcar una serie de acciones tendentes al impulso de esta filosofía de trabajo. «Creemos que el dinero no tiene que ser un fin, sino un medio. Vemos que niños muy pequeños piensan en el dinero como el eje principal de sus vidas».

El eibarrés Javier Goikoetxea decidió un día abandonar la jefatura de ventas de una multinacional para desempeñar su trabajo en una cooperativa de consultores debido a que «no existía coherencia entre mi vida interna y la externa». Está convencido de que para lograr este objetivo se debía dar «un cambio holístico» en el mundo actual. En esta dirección Goikoexea discrepa del término actual sobre el que gira la competitividad. «La economía del bien común se basa en los mismos valores que hacen florecer nuestras relaciones: confianza, cooperación, aprecio, democracia, solidaridad, y no en una competitividad mal entendida».

Por ello, en la reunión abierta al público, en Portalea, mostró la 'Experiencia ciudadana de la Economía del Bien Común en Eibar', desarrollada por la Asociación de Euskadi de la Economía del Bien Común durante el año 2016. En ella se propone un proyecto participativo y colaborativo en el que se invita a toda la ciudadanía de Eibar a la reflexión y a la acción, para convertirse en un municipio corresponsable, social y medioambientalmente desde la perspectiva de la Economía del Bien Común. «Nos reuníamos en Portalea muchos participantes eibarreses que vivimos fuera y somos conscientes que en Eibar se podía implantar esta serie de acciones poco a poco», señalaba Goikoetxea. Así, presentaron sus previsiones tras su presentación el jueve: en abril y junio van a llevar a cabo la recogida de información; en septiembre, programan una primera reunión de trabajo y en octubre otro encuentro más, seguido de una búsqueda de adhesiones. En diciembre llevarán a cabo un taller con entidades públicas y privadas, y en enero de 2017 darán a conocer el decálogo del Municipio del Bien Común de Eibar.

Desde esta perspectiva de la corresponsabilidad social y medioambiental, se trata de impulsar un proceso experimental y participativo que enmarque actividades de sensibilización y acompañamiento a tres niveles, por un lado, con la ciudadanía, llegando a todas las personas que puedan tener interés, así como a entidades sociales o cívicas, por otro lado con el tejido empresarial, -empresas e instituciones relacionadas con ellas- ; y, por último con las entidades u organizaciones públicas. «El marco legal económico experimenta un giro radical, cambiando las reglas del juego de afán de lucro y competencia por cooperación y contribución al bien común: Empresas que practican la cooperación serán recompensadas», decía Goikoetxea.

Y es que las empresas se mueven con otros fines. «El éxito económico no es medido por indicadores monetarios como el beneficio financiero, sino con el balance del bien común (a nivel de empresas) y el producto del bien común (a nivel de sistema).

El balance del bien común se convierte en el balance principal de todas las empresas. Cuanto más social, ecológica, democrática y solidaria sea la actividad, mejores serán los resultados de ese balance alcanzados», expresaba Goikoetxea, en la charla ofrecida en Eibar.