El error estratégico de Pablo Iglesias
Pablo Iglesias nunca permitirá que el PSOE gobierne si lo puede evitar. Al menos no mientras sienta que tiene prácticamente lamisma legitimidad que él para gobernar. El objetivo electoral de Podemos no es ayudar a los socialistas, sino sustituirlos en una batalla que no es por el Gobierno de España, de momento, sino por la hegemonía futura de la izquierda.
A corto plazo, digamos que en junio, el afán de los cuatro grandes partidos va a estar en obtener en la próxima convocatoria electoral un resultado mejor que el que lograron en diciembre. Y en el caso de Podemos y el PSOE, la clave seguirá siendo la misma del último año: quién tiene más votos. PSOE y Podemos pelean a machete por liderar la izquierda que, además, es el mayor espacio electoral de España.
Los dirigentes de Podemos, acostumbrados a trazar estrategias de laboratorio en las aulas de Somosaguas, dibujaron una ruta que partía de algunos supuestos: 1) Que el PSOE tendría que elegir en algún momento entre apoyar al PP o a Podemos. 2) Que Podemos debería "cabalgar" las contradicciones del PSOE, en términos del propio Iglesias. Y 3) que, agitados por el pánico de la derrota, los socialistas se romperían por dentro y empezarían a destrozarse entre sí en la búsqueda de un liderazgo nuevo.
Todo eso podría haber pasado. Pero no pasó. El PSOE ha mantenido su primera posición en la izquierda, por encima de Podemos. Las contradicciones del PSOE las ha resuelto el propio PSOE en sus órganos formales e informales de decisión. Y Pedro Sánchez ha mantenido, no sin zozobras, el liderazgo del partido.
Debe ser que Podemos no tenía un plan B y siguió aplicandose en su ruta prediseñada. En un movimiento tan torpe como ridículo, quiso humillar por sorpresa a Sánchez proponiendo un Gobierno absurdo, pensando que los socialistas se dividirían. Sucedió que, como la política no se hace en las aulas universitarias, sino en las agrupaciones, los socialistas entendieron la provocación como el propio Sánchez. Y comonada une más que un enemigo común, Iglesias se quedó colgado de la brocha.
Sucedió también que Pedro Sánchez, al que han dado por muerto ya siete veces, supo jugar sus cartas. Amplió el espacio de sus aliados. Primero dando la voz a los militantes, y luego abriendo el diálogo a un colega con el que se entiende personalmente bastante mejor que con Pablo: Albert Rivera. Ocupó luego el espacio dejado por Rajoy, y se puso a ejercer de presidente, aunque supiera que no lo era.
Sucedió que el propio Iglesias, preso de su estrategia, siguió manteniendo un relato ya inverosímil: la matraca del "usted elige, Sr. Sánchez: o Podemos o la casta".
Y sucedió finalmente que, llevado de ese espíritu adanista y pueril tan suyo, Pablo Iglesias demostró el miércoles sus peores vicios. Volvió a insultar al PSOE mentando a Felipe González, que sigue siendo el sumo sacerdote del PSOE. Se encaró como un niño gamberro con Patxi López. Se dio un pico muy molón en Malasaña, que sin embargo chirría entre los trabajadores asturianos del metal. Levantó el puño, frunció el ceño en ese gesto suyo ya tan cansino, y repitió sus consignas ya conocidas. Y volvió a demostrar su ecléctico bagaje intelectual dando lecciones a Sánchez: "Cuídese de Felipe, Sr. Sánchez" y "cuídese también del naranja". Ahí estaban de nuevo sus referencias: el framing de Lakoff, Maquiavelo, Manu Chao, el cine clásico...
El error de Pablo Iglesias es aplicarse tenazmente en una estrategia que podría haber funcionado en un contexto posible (PSOE tercera fuerza política y fractura interna), que, sin embargo, no ha llegado. Y en no adaptarse a las nuevas circunstancias con cierta flexibilidad.
En un par de meses le tocará al público hablar. Y si Podemos no se cuida mucho y el PSOE no lo hace mal, los electores habrán visto a dos jóvenes políticos bastante presentables trabajando intensamente para dar soluciones al país, frente a un político dicharachero eternamente cabreado y que se dedica a poner a parir a todo el mundo.
Con lo largos que son los tiempos en la Universidad, yo no sé si el profesor Iglesias va a saber diseñar otro plan, pero sospecho que con esta estrategia suya no superará los resultados de diciembre, sino más bien al contrario. Y yo me alegraría mucho de que los electores le bajaran un poco los humos.
http://www.infolibre.es/noticias/opinion/2016/03/04/el_error_estrategico_pablo_iglesias_45892_1023.html
La cal viva pasa factura y el PSOE se sitúa en el escaparate
"El diablo está en casa. En este lugar huele a azufre." De esta manera comenzó el entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, su discurso en el pleno de Naciones Unidas el día 29 de septiembre de 2006. Se refería, naturalmente a la asistencia del presidente de Estados Unidos, George W Bush, el día anterior.
Latinoamérica heredó de los españoles el caudillismo, una forma autoritaria en sus formas de ejercer la política. Cada caudillo tiene liturgias símiles en sus actuaciones. Y la devoción al líder está construida sobre la autocomplacencia que ejercen en sus discursos y por lo caro que sale no formar parte de la turbamulta mística de seguidores.
Muchos caudillos son o han sido excelentes oradores, extensos, retóricos, agresivos, narcisistas y agotadores. La política caudillista latinoamericana ha llegado a España. La televisión salta de canal con el tiempo, cuando se constata que son discursos huecos sin contenidos concretos de economía o política. El caudillismo ha regresado a la Carrera de San Jerónimo.
Chueca está inquieta, como el resto de España. No satisface nada la idea de nuevas elecciones, por perdida de meses valiosos y porque nada certifica que los resultados vayan a ser sustancialmente distintos. Los más belicosos son partidarios de dos exigencias. Que ningún cabeza de lista repita y que los partidos paguen de sus bolsillos los gastos de las elecciones. Hay unanimidad en considerar que los partidos no han cumplido el mandato de los electores y que no han hecho su trabajo.
Hay matices en el juicio emitido sobre cada líder. Bueno, en primer lugar hay tamices en función de la adscripción política, o mejor dicho, del último voto emitido. Pero ahora, la novedad es que existen dudas, al menos en algunos casos.
Desayuno hoy domingo con Sergio, un amigo que ha votado a Podemos, por considerar que su voto tradicional al PSOE estaba vencido. La cal viva ha hecho estragos en su estado de ánimo. "No les voté para esto". Pesa más el juicio de las formas que el de los contenidos. "Sobrado, prepotente, antiguo, rencoroso, agresivo, son algunos de los calificativos dirigidos al líder de Podemos". La ecuación entre la consideración que hizo Pablo Iglesias de Otegi, como preso político, con las iniciativas de Felipe González para defender a los presos en las cárceles de Venezuela también ha sido una puntilla para Pablo Iglesias.
Agredir tan brutalmente a Felipe González, ni siquiera como una supuesta forma de apelar a la justicia, sino por el mero hecho de atacar y dividir, es una acción de alto riesgo y consecuencias colaterales. Su escueta respuesta a Iglesias ha sido demoledora: "¿Qué le pasa para tener tanto odio, tanta rabia? Está sobrado". La respuesta a la pregunta del ex presidente no es fácil. Probablemente hay que regresar a la etiología de los caudillos latinoamericanos para encontrar una respuesta a la pregunta sencilla pero profunda de Felipe González. El rencor ya no cotiza porque la gente quiere soluciones.
En el mercado de San Antón hay mucho movimiento a mitad de mañana. Es primeros de mes y hay dinero caliente. Y Madrid ha tenido un día plácido, sin demasiado frío.
Un médico retirado, votante histórico del PP, no tiene piedad ni con Rajoy ni con Iglesias. Apoya la responsabilidad del líder de Ciudadanos y le gusta que se haya blindado el pacto entre este partido y el PSOE para ir a negociar con todos juntos.
Se ánima el debate con nuevas aportaciones. Ahora, el PSOE se ha instalado en el escaparate. Ha conseguido traspasar los filtros que establece Michael Ignatieff para conquistar el derecho a ser escuchado. Es la primera condición para tener arrastre electoral. Pedro Sánchez ha aprovechado una investidura fallida para convertirse en líder. No es poco, aunque no sea todo.
Nadie cree en la gran coalición ni en la abstención del PSOE para que gobierne el PP, porque hay unanimidad en la consideración de que Mariano Rajoy es efectivamente un tapón. O cambian de corcho, o nadie va a beber de esa botellapor mucho que mejoren la cosecha. Ya no cae líquido.
También hay unanimidad en algo que ya se intuía: Podemos nunca ha tenido verdadera voluntad de pactar con el PSOE. Solo quería imponer al PSOE una cuerda para su propio ahorcamiento. Es curioso; lo que más ha convencido a mis interlocutores en esa creencia ha sido el segundo debate. El del amor. Tanto histrionismo, que se considera falta de respeto a la cámara, ha evidenciado que sus intervenciones son puro teatro.
Después de lo ocurrido, hablar del "pacto del beso" y decirle a Sánchez "Pedro, solo quedamos tú y yo", se considera intolerable en un asunto tan serio. Mis interlocutores han empezado a creer que Iglesias los toma por tontos. No encuentro a nadie que no esté aburrido, hastiado e indignado de lo que consideran un cinismo propio de Sálvame de Luxe, cuando al minuto se constata la falacia de los odios y amores que se suceden en cada programa. Lo dicho, "puro teatro".
No creo que nadie aguante mucho más tiempo la sobreexposición de los partidos en este show televisivo. Empiezan a pedirles que no nos cuenten nada y que negocien en silencio, sin alharacas. Si pudieran, los encerrarían en la Capilla Sixtina a pan y agua hasta que se produjera una fumata blanca. Pero no encuentro a nadie que crea en el éxito de una nueva investidura.
Seguiremos siendo prudentes por el compromiso que hemos adquirido con ustedes, nuestros lectores. Dos meses es mucho tiempo. Y la única forma de soportarlo es desenganchar. Puede que La Sexta tenga que revisar los protagonistas de sus espacios estrella. Si siguen apareciendo en oleadas sucesivas los dirigentes de Podemos, puede haber una estampida del canal incluso hacia los dibujos animados. Solo a los niños les gusta ver una y otra vez la misma película.
El rey ha salido reforzado. Algunos, incluso le han encontrado utilidad a la Monarquía. Iñaki y Cristina también aburren y la indignación se ha ido condensando gracias al cortafuegos de la abdicación de Juan Carlos I.
Acabo la jornada cansado, con un esfuerzo de memoria. Me da pudor tomar notas en mis conversaciones con los vecinos de Chueca. Sobre todo porque podrían pedirme compartir los magros emolumentos que recibo por estas crónicas. De momento, mi situación económica no me permite esos dispendios. Eso sí; procuro ser yo quien paga las cañas.
http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/03/la-cal-viva-pasa-factura-y-el-psoe-se-situa-en-el-escaparate-82251.php
Espantajo
Será una farsa, pero traerá destrucción. Los mercaderes del odio se frotan las manos
En 1939 y ya en el exilio de Collonges-sur-Salève, Azaña escribió 11 artículos para la prensa internacional, con la intención de exponer su opinión sobre el desastre de la guerra perdida. Son escritos de un hombre descalabrado y exhausto que moriría pocos meses después. El infame Petain no permitió que le enterraran con la bandera republicana, así que lo amparó una bandera de México cedida por el embajador de aquel país.Los últimos meses de Azaña son tan aciagos como los de Machado o los de Benjamin, pero no han merecido ni piedad ni admiración, sólo olvido. Quizás porque Azaña escribió lo que pensaba sobre las causas de la Guerra Civil, aparte de Franco, y señaló con su dedo de moribundo a tres responsables: la cobardía de Francia e Inglaterra, el caos criminal de la extrema izquierda española y la traición delirante de los nacionalistas catalanes. Así que nadie estaba muy dispuesto a rendir respetos al pobre Azaña. Tan es así que los 11 artículos sólo se publicaron en España en el año 2002 con un certero prólogo de Gabriel Jackson. A pesar de los miles de libros que se han escrito sobre la derrota, esta lectura sigue siendo conmovedora.Lo he vuelto a leer estos días porque me agobiaba cuánto se va asemejando nuestro país al de 1936. No como tragedia, sino como farsa. Al igual que en el viejo cauce seco que todos olvidaron se construyeron viviendas, hoteles y campings que un buen día fueron arrasados cuando una lluvia torrencial volvió a colmarlo, así también sospecho que el viejo cauce cainita, asesino y caníbal de los españoles puede traer una avenida devastadora cualquier día de estos. Será una farsa, pero traerá destrucción. Los mercaderes del odio se frotan las manos.
En 1939 y ya en el exilio de Collonges-sur-Salève, Azaña escribió 11 artículos para la prensa internacional, con la intención de exponer su opinión sobre el desastre de la guerra perdida. Son escritos de un hombre descalabrado y exhausto que moriría pocos meses después. El infame Petain no permitió que le enterraran con la bandera republicana, así que lo amparó una bandera de México cedida por el embajador de aquel país.
Los últimos meses de Azaña son tan aciagos como los de Machado o los de Benjamin, pero no han merecido ni piedad ni admiración, sólo olvido. Quizás porque Azaña escribió lo que pensaba sobre las causas de la Guerra Civil, aparte de Franco, y señaló con su dedo de moribundo a tres responsables: la cobardía de Francia e Inglaterra, el caos criminal de la extrema izquierda española y la traición delirante de los nacionalistas catalanes. Así que nadie estaba muy dispuesto a rendir respetos al pobre Azaña. Tan es así que los 11 artículos sólo se publicaron en España en el año 2002 con un certero prólogo de Gabriel Jackson. A pesar de los miles de libros que se han escrito sobre la derrota, esta lectura sigue siendo conmovedora.
Lo he vuelto a leer estos días porque me agobiaba cuánto se va asemejando nuestro país al de 1936. No como tragedia, sino como farsa. Al igual que en el viejo cauce seco que todos olvidaron se construyeron viviendas, hoteles y campings que un buen día fueron arrasados cuando una lluvia torrencial volvió a colmarlo, así también sospecho que el viejo cauce cainita, asesino y caníbal de los españoles puede traer una avenida devastadora cualquier día de estos. Será una farsa, pero traerá destrucción. Los mercaderes del odio se frotan las manos.
Así domina Podemos los medios: “Pablo no debe pestañear 75 veces por minuto”
El Confidencial accede a un informe interno de Podemos que revela la importancia que da el partido a las apariciones en televisión y su impresionante conocimiento del medio