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«Soy republicano de vocación, pero veo a nuestros políticos y me he hecho monárquico de razón»«Estamos infectados de una enfermedad histórica» Pérez-Reverte: «España está en demolición. Si no hubiera esperanza, no habría publicado este libro

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«Soy republicano de vocación, pero veo a nuestros políticos y me he hecho monárquico de razón»

Pérez-Reverte teme que cualquiera de los líderes actuales pudiera ser designado jefe de Estado en lugar de Felipe VI 


Hace poco, Pérez-Reverte lo dejó muy claro en una de sus columnas de XL Semanal: «Yo soy republicano, pero de la república romana, la buena», así que en la presentación de su libro «Una historia de España» (Alfaguara) tuvo que responder, tras las críticas que hizo sobre la visión de la historia de España que tienen la izquierda y la derecha política, cómo se definía. «Yo soy republicano, de la república romana, pero si ahora, como algunos proponen, demolemos la convivencia que tenemos, demolemos España, ¿quién lo reconstruye? ¿Casado, Rivera, Echenique, Iglesias, Torra, Monedero...?». Y los puntos suspensivos no hacen justicia a la sonrisa del autor, que iba imaginando la reconstrucción en manos de nuestros políticos actuales ni mucho menos a las risas que los periodistas fueron dejando sonar por lo bajinis.
Pero Pérez-Reverte habla rápido, con un tableteo de conceptos y nombres y adjetivos sabrosos: «Díganme, ¿quién lo reconstruye? ¿Lo ponemos en manos de estos? ¡No me toques las narices!», espetó con una sacudida de brazos.
Después miró hacia otro lado de la sala y continuó: «Y luego, ahí está Felipe VI, un tío guapo, elegante, muy bien educado, que además sabe escuchar... y al que tenemos controlado», dijo, en referencia a los límites que la Constitución del 78 pone a la figura del Monarca. «Necesitamos algo que sostenga el tinglado. Así que en respuesta a su pregunta, le diré: yo soy republicano de vocación pero monárquico de razón».
Las nubes oscuras no se disiparon de su mente: «¿O nos imaginamos de presidente, como jefe de Estado, a ZP, a Sánchez, a Iglesias, a Casado o a Abascal? ¡Nos tienen acorralados!». Para el académico es temible escuchar «a los que dicen que tienen la solución en su maleta y no han leído un libro, no saben de lo que están hablando: ¿Cómo se atreven a hablar de la Revolución y el Estado? Si les falta el ABC, les falta el Catón». Porque para Pérez-Reverte son parte del mismo problema: «España padece un grave problema de educación desde hace muchos siglos, ni eso es nuevo, por eso sin esa educación la batalla está perdida», comentó.Para arreglarlo se echa en falta «cultura y generosidad, no buscar la aniquilación del adversario por una vez, sino actuar con solidaridad. A ver si sabemos por una vez lo estupendo que es tener a alguien al lado, un socio de aventura, en quien te puedes apoyar», aseguró.
Pérez-Reverte no duda que «la historia es el cemento, es justamente eso, lo que puede unirnos. Igual que la lengua con América, la historia para los españoles. Destruir la memoria es destruir España. Sin memoria estoy perdido, estamos perdidos. No sabemos lo que nos une, cuando somos variadísimos, divertidísimos, cuando estamos juntos, como vimos en la película "8 apellidos vascos"», aseveró.Por eso mantiene la mirada pesimista, porque «si seguimos así, acabaremos mal, vamos a acabar metiendo todo en la máquina de picar, la lengua, la historia, la Monarquía, las instituciones que nos dan el marco de convivencia, para conseguir picadillo, que es lo que sale por ahí». Y concluyó: «Todos los espacios de convivencia, conversación y negociación están siendo eliminados de manera sistemática». La culpa es de «nuestra estupidez, somos nosotros, empezando por ese padre no exige al colegio que se estudie le historia aunque parezca facha y que sin embargo disfraza a su hijo de pavo para celebrar Acción de Gracias, que eso lo he visto yo», y ahí el escritor enarcó las cejas hasta el límite. «Habrá problemas hasta con Cervantes, porque mató turcos y se le acusa de islamófobo, o con Calderón que mató holandeses con los tercios. Pero el pavo que no falte...», dijo con desesperación

https://www.abc.es/cultura/libros/abci-republicano-vocacion-pero-nuestros-politicos-y-hecho-monarquico-razon-201903131501_noticia.html#vca=rrss&vmc=abc-es&vso=fb&vli=cm-general 

La pesimista conclusión de Pérez-Reverte sobre España: 

«Estamos infectados de una enfermedad histórica»

El epílogo de su nueva obra, «Una historia de España», que ABC ya tiene entre sus manos, cierra con un paradójico canto a la esperanza, desde la desesperanza, para «enseñar a nuestros hijos, con honradez y sin complejos, lo que los españoles fuimos, lo que somos y lo que, en este lugar apasionante y formidable pese a todo, podríamos ser si nos los propusiéramos»


La pesimista conclusión de Pérez-Reverte sobre España: «Estamos infectados de una enfermedad histórica»

El epílogo de su nueva obra, «Una historia de España», que ABC ya tiene entre sus manos, cierra con un paradójico canto a la esperanza, desde la desesperanza, para «enseñar a nuestros hijos, con honradez y sin complejos, lo que los españoles fuimos, lo que somos y lo que, en este lugar apasionante y formidable pese a todo, podríamos ser si nos los propusiéramos»

Cuatro años de columnas por episodios bajo el título «Patente de corso» le han proporcionado a Arturo Pérez-Reverte el material para «Una historia de España», el nuevo libro que ha presentado este miércoles y en donde se pueden leer una recopilación de sus «lecturas, experiencia y sentido común» sobre la memoria del país «desde sus orígenes hasta el final de la Transición». Los publicó en su tribuna en el «XL Semanal», y en ABC ya tenemos el epílogo en donde plasma las conclusiones de esta labor de años, de una vida en verdad.
El famoso escritor y columnista, como saben, no se anda con rodeos a la hora de ofrecer su mirada, por controvertida que sea, sobre los aspectos que suscitan su atención. Y en este caso es nuestro país el que le ocupa, del que escribe contundente en el epílogo: «Nadie que conozca nuestro pasado puede hacerse ilusiones; o, al menos, yo no me las hago. Creo que los españoles estamos infectados de una enfermedad histórica, peligrosa, quizá mortal, cuyo origen tal vez haya aflorado a lo largo de todos estos artículos: siglos de guerra, de violencia y opresión bajo reyes incapaces, ministros corruptos y obispos fanáticos, la guerra civil contra el moro, la Inquisición y su infames sistema de delación y de sospecha, la insolidaridad, la envida como indiscutible pecado nacional, la atroz falta de cultura...». Y sigue y sigue.
Después añade una solución, que considera muy complicada: «Estremece, desde luego, tanta falta de respeto por nosotros mismos. Frente a eso, los libros, la educación escolar, la cultura como acicate noble de la memoria, serían el único antídoto. La única esperanza. Pero me temo que esta batalla esté perdida desde hace tiempo».
Para Pérez-Reverte, si investigaramos u n poco en los libros que explican nuestro pasado, nos daríamos cuenta de que «no hay nadie que se suicide con tan estremecedora naturalidad con un español con un arma en la mano o una opinión en la lengua. Creo (y, seguramente me equivoco, pero es lo que de verdad creo) que España como nación, como país, como conjunto histórico de naciones y pueblos, o como queramos llamarlo, ha perdido el control de la educación escolar y la cultura. Y creo que esa pérdida es irreparable, pues sin ellas somos incapaces de asentar un futuro».
Y es en sus últimas líneas, previo despliegue de un cierto pesimismo devenido del estudio de nuestro pasado, cuando el novelista cierra con una llamada a la esperanza, desde la desesperanza, a «enseñar a nuestros hijos, con honradez y sin complejos, lo que los españoles fuimos, lo que somos y lo que, en este lugar apasionante y formidable pese a todo, podríamos ser si nos los propusiéramos». Y en este último llamado, quizá, aquí hay un canto a la esperanza.

https://www.abc.es/cultura/abci-pesimista-conclusion-perez-reverte-sobre-espana-estamos-infectados-enfermedad-historica-201903131214_noticia.html#ns_campaign=mod-outbrain&ns_mchannel=abc.es&ns_source=organico&ns_linkname=desktop-tablet&ns_fee=AR23_1fila

 

Pérez-Reverte: «España está en demolición"

Si no hubiera esperanza, no habría publicado este libro

La mirada que uno puede poner sobre la historia de España no es agradable siempre». Así recibe Arturo Pérez-Reverte a los periodistas en la presentación de su nuevo libro, «Una historia de España» (Alfaguara). Dicen los libros lo que somos, pero en España hay poco entusiasmo por usarlos para conocer y asumir nuestro pasado común. El académico lo sabe y por ello decidió revisar nuestra historia para una serie de artículos aparecidos en XL Semanal. Para empezar esta mañana definiendo los cuatro tipos de historia que usamos. A saber:
1) La de la derecha. «Desde la óptica de la derecha se suele ver la historia como una serie de episodios épicos de los que estar muy orgullosos y que blasonan la grandeza del imperio, de los tercios y de la Reconquista. Pero a quienes ven así nuestro pasado les falta lucidez crítica propia de quien ve el envés de la trama».
2) La de la izquierda. «La izquierda intenta siempre referirse a la historia de España como un lugar oscuro y buscar siempre lo negativo, poniendo en primer plano el genocidio de los indios en América, la brutalidad de los tercios en Europa... Las dos son muy parciales».
3)La de los nacionalismos periféricos. «Para los nacionalismos periféricos España no existió, es una aberración histórica, una acumulación de lugares casi independientes entre sí y se estudian como historias parciales. Esa tampoco reconoce los hechos».
y 4)«La que me gusta a mí y creo que es más ecuánime. España es un lugar en el que han pasado muchas cosas durante muchos siglos, cosas buenas y cosas malas, tiene luces y sombras. Ocurrió la conquista de América que es para mí lo más importante que ha ocurrido en la historia del mundo, pero reconociendo que España exportó allí vicios burocráticos y sociales que todos conocemos. Ver todo eso es la manera adecuada. Blanquear la historia es malo porque se oculta la oscuridad. Denostarla es malo porque oculta la parte luminosa, que la hubo, y fue mucha».

Demolición

¿El problema de haber llegado a esa conclusión? «Que cuando entiendes así la historia y no das la razón a unos o a otros, te llueven hostias desde la izquierda y la derecha. Por eso quise escribir esta historia, amarga a veces, que puede que no le guste a nadie pero me ha gustado a mí, ha sido un ejercicio personal muy divertido porque he repasado libros y lecturas para tener una visión conjunta», añadió Pérez-Reverte.
Una de las más duras conclusiones viendo la tóxica mezcla de un grave problema de educación y de memoria. Un problema secular no solo de ahora, porque «en España todo ha sucedido ya antes, hace mucho tiempo, mucho antes que con Franco». Añade que «Franco supuso en realidad una recaída en una enfermedad que puede llamarse España» porque es parte de su historia.
Conociendo nuestra historia, asegura, «no se puede ser optimista. Pero también es cierto que buceando en ella descubres un montón de cosas formidables. No practico el orgullo, pero sí la conciencia de ser español. La gente que hizo esas cosas buenas o malas, nos enseña que si nos lo proponemos haremos cosas formidables». Por eso, «a pesar de la amargura que se desprende del libro no puedo evitar saber que es un país excelente, al que todos quieren venir a vivir». En definitiva, «no puedo evitar a mi pesar ser optimista, pero no es un optimismo ciego y patriótico, sino lúcido y documentado», resume.
Ese problema y la utilización política que unos y otros hacen, como una tergiversación nos ha traído a una zona de riesgo mayor porque le parece al académico que «España está en demolición. Quizá merezca ser demolido, pero lo mínimo es saber qué es lo que estamos demoliendo. Porque esos escombros van a aplastar a gente que no lo merece, que merece mejor suerte. Si no hubiera algún tipo de esperanza no habría escrito estos artículos, ni este libro».

Amargura

Por ello mantiene que «la historia de España es una sucesión de ocasiones perdidas, de momentos en los que estuvimos a punto de tocar la normalidad, la decencia y la honradez», continúa el escritor. Y siempre, por una u otra razón, «perdimos el tren de la historia: Trento, la Ilustración... Cuando logramos llegar a América nos desangran las guerras de Europa, cuando llegamos a la República la destrozamos en la anarquía y el disparate. Y saber eso produce una melancolía y amargura enormes».
Para el académico, «un joven sin memoria, que no conoce la historia, está sometido a la manipulación del primer populismo que llega, de cualquier signo político. Se ha desterrado la historia de los planes de estudio y tenemos una generación de jóvenes muy útiles para muchas cosas a los que les falta algo fundamental: saber quiénes son, de dónde vienen».

Responsabilidad de los políticos

Lo que más amargura produce al escritor es «que la izquierda ha cedido gratis a la derecha la historia y ahora dice que todo lo que sea memoria suena a fascismo, a militarismo, a carcundia y a caspa». Pero aunque «la derecha se envuelva en la bandera, esa cesión de la izquierda y esa apropiación de la derecha» son igualmente dañinas. Y como ejemplo puso el voto de Ahora Madrid por el que se negaba la realización de un monumento a los últimos de Filipinasm, obra de Salvador Amaya. porque «dicen que representa el colonialismo».

https://www.abc.es/cultura/libros/abci-perez-reverte-espana-esta-demolicion-si-no-hubiera-esperanza-no-habria-escrito-este-libro-201903131416_noticia.html#ns_campaign=mod-outbrain&ns_mchannel=abc.es&ns_source=organico&ns_linkname=desktop-tablet&ns_fee=AR23_1fila?obOrigUrl=true

 





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