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Volver al realismo en y con Catalunya by Lluís Foix **

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Volver al realismo en y con Catalunya


Pablo Casado ha recibido el apoyo y las recomendaciones de Aznar respecto a la política del PP y al conflicto con Catalunya. Rajoy ha perdido peso e influencia en el partido
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Pablo Casado ha recibido la bendición de Aznar y una advertencia de Rajoy. El presidente de FAES le pidió aglutinar todas las sensibilidades de la derecha y ganar las elecciones sin tutelas ni complejos. La patria está en peligro por el órdago de Catalunya y hay que acudir en su ayuda. Rajoy defendió su gestión de la crisis catalana y no aceptó que fue precisamente su falta de coraje para enfrentarse políticamente al conflicto lo que dejó el problema sin resolver.
El PP de Casado no ha hecho mucho caso a Rajoy que advirtió que no “son buenos los doctrinarios”. Rajoy le pide a Casado volver al realismo con Catalunya. Proclamar que se va a aplicar el 155 otra vez en cuanto consiga llegar al poder es una vuelta a una política que no ha dado ningún resultado. Otro 155 es lo que desean los independentistas de Waterloo, el escudero Quim Torra y los sectores más inflexibles del movimiento secesionista.
La posición de Aznar se sitúa en la línea dura de cómo hay que tratar a Cataluña. Hemos llegado a un punto, dijo, que era casi imposible de imaginar “con un Gobierno que hace depender los presupuestos generales del Estado de un prófugo de la Justicia y de un preso preventivo por delito de rebelión”. Aznar no le cabe duda de que hay acuerdos secretos entre Sánchez y los independentistas, “con los que quieren romper España”. Por eso cree que “hay que convocar el cambio con urgencia”, es decir elecciones.
Las recetas con Catalunya no admiten mediación ni diálogo. Dijo que “¿Cuánto tiempo se puede soportar un gobierno que permite que se le trate como extranjero en cumbres bilaterales en una comunidad autónoma? ¿Cuánto tiempo tenemos que soportar que el separatismo catalán amenace un día sí y otro también con el desacato, la desobediencia a las leyes y la deslealtad? ¿Cuánto tiempo y en nombre de qué tenemos que soportar que el separatismo utilice las instituciones de todos contra los ciudadanos que se oponen a la secesión y reclaman sus derechos? ¿Cuánto tiempo tenemos que esperar para que se desarticule el golpe de Estado, el golpe contra la Constitución y la democracia; cuánto tendremos que esperar para que se desarticulen sus tramas y se garantice que las instituciones de Cataluña sirvan a todos los catalanes?”.
Para bien o para mal, Cataluña está en el centro de la vida política española. El problema catalán es un gran problema español. Pedro Sánchez depende de los independentistas catalanes para aprobar los presupuestos. Susana Díaz ha dicho que no ha podido ser presidenta porque se dedicó a hablar de Andalucía mientras Ciudadanos, PP, y Vox agitaron las aguas catalanas para conseguir votos andaluces. Es una auténtica fantasmada política.
Sánchez intenta abrir cauces de encuentro con Cataluña aplicando medidas concretas y rebajando la tensión política y emocional. Con nueve políticos en la cárcel, un ex presidente y varios consellers fugados, dos líderes activistas encarcelados también, es difícil desarrollar una política con normalidad.
El tiempo rebaja todas las emociones y la racionalidad se impondrá de manera gradual aunque tenga que empeorar la situación y se cometan equivocaciones por parte de todos. Tengo la impresión que aquella tesis de la historiadora norteamericana, Barbara Tuchman, se está cumpliendo al pie de la letra en este conflicto. Su argumentario es que todos los gobiernos, desde Troya hasta la guerra de Vietnam, todos los gobiernos han sabido perfectamente lo que no debían hacer y, sin embargo, lo hicieron para su propia perdición.
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El día en que Artur Mas decidió seguir adelante en 2012 después de haber perdido 12 escaños en las elecciones autonómicas empezaron todos los despropósitos. Y desde el momento en que Mariano Rajoy entregó a la justicia la solución de un conflicto de naturaleza política empezaba su lenta marcha y posterior caída del poder en una moción de censura.
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Casado puede cosechar votos en España a costa de Catalunya y desactivar así a Vox y Ciudadanos. No lo conseguirá. Hay una derecha española, liberal, abierta, que ha gobernado más de veinte años turnándose con los socialistas desde la transición, que no comprará el discurso de resolver la crisis catalana con amenazas e intervenciones. Los conflictos acaban siempre resolviéndose o desactivándose hablando.

5 comentarios

  5 comments for “Volver al realismo en y con Catalunya”

Ramon
21/01/2019 at 11:15
Todo si se quiere es mucho mas sencillo, sentarse en la mesa de negociación con alternativas viables consesuables no unilaterales, como un federalismo bien reglamentado.
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El Gobierno de Pedro Sánchez está volcado en comprar los votos del separatismo catalán para su proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2019. Lo está haciendo con precios políticos, ofreciendo al separatismo la cabeza de la Constitución, con una reforma imposible, y un nuevo Estatuto, ilegal de nacimiento, porque pretende burlar la sentencia del Tribunal Constitucional que anuló muy parcialmente el actual. Y también con precios a cargo de los Presupuestos Generales, aumentando la inversión en Cataluña hasta límites que agravian a la mayoría de las comunidades autónomas, algo que el PSOE no quiere aceptar, a pesar de lo que ha sucedido en Andalucía. Al Gobierno autonómico más desleal y traidor, al que peor ha gestionado su economía y ha condenado a la ruina los servicios públicos catalanes, al que promueve la ruptura con España y la división entre catalanes, incluyendo, si hace falta, la legitimación de la violencia; a este Gobierno presidido por el neofascista Quim Torra, Pedro Sánchez ha premiado con un aumento del 52 por ciento de la inversión real por territorios prevista en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado. Y, además, sin recibir a cambio otra cosa que nuevos gestos de desprecio y desafío del integrismo separatista. No es suficiente. Además, el Gobierno de Pedro Sánchez está dispuesto a duplicar el precio por los votos del secesionismo con un golpe financiero al Estado en Cataluña, reduciendo la inversión para las instituciones centrales en un 29,54 por ciento, frente a lo presupuestado por el Gobierno de Mariano Rajoy para 2018. No sólo los nacionalistas ganan por lo que reciben, sino también por lo que pierde el Estado. La prueba de cargo de las intenciones del Gobierno socialista está en el hachazo a los fondos previstos para las actuaciones del Ministerio del Interior en Cataluña, que pasan de 4,4 millones para 2018 a 1,76 millones de euros para 2019.
Cuando más arrecian los actos de violencia de los CDR y de los demás «camisas pardas» del separatismo catalán, y a pocos meses de que se dicte la sentencia del juicio a los golpistas del «procés», el Gobierno merma la capacidad económica de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Cataluña, quizá como signo de esta falsaria «normalidad» que el Ejecutivo de Sánchez interpreta sumisamente con encuentros bilaterales y discursos apaciguadores, al mismo tiempo que el separatismo aumenta el nivel de sus ataques al Rey y a la Justicia. Mientras la Sala Segunda del TS se echa a la espalda la tarea histórica de juzgar el golpe contra el Estado en Cataluña, el Gobierno socialista socava la estabilidad del Estado negociando con los autores de la intentona golpista, que ven con satisfacción cómo Sánchez sube a diario la puja para garantizar su supervivencia política.
https://www.abc.es/opinion/abci-desmantelar-estado-cataluna-201901210012_noticia.html?fbclid=IwAR0_RFYNtI-ODcs5Kj_qDpPqV0OmeCoF5IZumXqPQFIRR-bSk4DZxQPJnj0#ns_campaign=rrss-inducido&ns_mchannel=abc-es&ns_source=fb&ns_linkname=noticia-foto&ns_fee=0
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EL PRECIO DEL PODER
Un duro editorial de ABC que evidencia lo que nos espera en los próximos meses. Si ya en el presente la presencia del Estado en Cataluña está bajo mínimos, pues ni tan siquiera se ejercen las competencias estatales que se tienen, de los presupuestos que el Gobierno quiere aprobar para 2019 se desprende que el secesionismo será premiado y el constitucionalismo tendrá que afrontar el cada vez mayor empuje totalitario que quienes ocupan las instituciones catalanas pretenden ejercer.
Mientras estamos con pretendidas instituciones duales (Gobierno de la Plaza Sant Jaume, Gobierno de Waterloo; Parlamento del Parque de la Ciudadela, Consell de la República en construcción) que, evidentemente, tienen sus costes que pagamos todos, quienes defendemos el Estado de Derecho, la democracia y los derechos fundamentales estamos sometidos a cada vez más injustos y paralegales instrumentos. Nos echan encima a los CDR y se entrevistan con ellos en la Universidad en la que se refugian para no ser detenidos cuando vulneran los derechos de los demás; nos echan encima infundios y tergiversaciones de todo tipo, con cualquier medio y con abuso de derecho, para intentar acallar nuestras voces; nos ponen a los pies de los caballos con una gestión desastrosa de los servicios públicos... Pero son premiados, porque así conviene. Es el precio del poder.
No es extraño este duro editorial. Porque evidencia lo que se avecina."TF


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