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De la burbuja del Tulipán a la burbuja de la Maria, una decorativa, la otra se fuma y las recomendaciones de Pablo

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De la burbuja del tulipán a la burbuja de la maria, una decorativa, la otra se fuma.

Pablo Iglesias pide que España "sea inteligente" para regular el cannabis y se convierta en "una referencia en Europa"

“…seguridad y prosperidad”

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La marihuana protagoniza la nueva burbuja financiera: los productores de cannabis suben al ritmo del bitcoin en sus mejores tiempos
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La legalización del consumo de marihuana para uso recreativo en Canadá ha desatado la euforia sobre los productores de cannabis que cotizan en bolsa. Los expertos advierten de que se está generando una enorme burbuja comparable a la bitcoin y alimentada por la expectativa de que otros países desarrollados sigan el mismo camino de Canadá.
La última escalada del bitcoin que le llevó a rozar los 20.000 dólares, supuso un rally de más del 300% en prácticamente un mes. Tilray, que se ha convertido en un pestañear en la compañía de cannabis más valorada del mundo, ha subido más de un 1400% desde que debutó en bolsa el pasado 20 de julio.


Las acciones debutaron a 17 dólares por acción. En estos días se está intercambiando por más de 200 dólares, superando la capitalización de 16.000 millones. La acción se está convirtiendo en una auténtica locura, subiendo y bajando en una sola sesión un 40%.
Tilray es la última compañía que se acaba de apuntar al enganche del mercado por el cannabis. Pero la burbuja de la marihuana se lleva gestando desde el año pasado cuando Canadá comenzó a preparar su legalización para uso recreativo. La medida, que ha convertido al país en el segundo industrializado del mundo -por detrás de Uruguay- en permitir su consumo lúdico, generó unas expectativas desmesuradas a principio de año, para una industria incipiente con pequeños productores canadienses. Ahora Wall Street ha multiplicado las posibilidades del sector con el interés de grandes inversores de abrir mercado, tanto para el negocio farmacéutico como el de bebidas.

Las cotizadas han disparado su capitalización hasta los 68.000 millones frente a los 12.000 millones de hace un año

Según datos recopilados por Bloomberg, actualmente hay cien compañías que cotizan en el mercado vinculadas a la marihuana. La mayoría son productores de cannabis canadienses, pero también hay farmacéuticas y tecnológicas que investigan y desarrollan productos basados en la famosa planta en EEUU. Y alguna australiana.
La centena de compañías tiene un valor de mercado de 68.000 millones de dólares. En octubre del año pasado la capitalización apenas llegaba a 12.000 millones de dólares. Y a principio de año, con el primer subidón del mercado, la cifra se situaba sobre los 28.000 millones.
Este segundo boom coincide con la bienvenida que le ha dado el mercado estadounidense a estas compañías. La mayoría de cotizan en Canadá teniendo menor visibilidad para los inversores de todo el mundo, pero Tilray ha roto el reinado de Canopy, Aurora y Aphria (las tres mayores productoras de cannabis), dando el salto al Nasdaq.

Si el bitcoin se ha revalorizado un 7.000% en los últimos cinco años, Aurora acumula una apreciación del 21.800%

Tilray es la compañía que mejor representa la esquizofrenia del mercado cuando un activo se pone de moda. Pero el resto de compañías no han sido ajenas a las fuertes oscilaciones desde mediados de agosto. Las acciones de Canopy, Aurora y otra canadiense como Cronos que cotiza en el Nasdaq se han revalorizado un 100%.
No es de extrañar que muchos expertos comparen a estas compañías con la burbuja del bitcoin y las criptodivisas vivida recientemente. Si el bitcoin se ha revalorizado un 7.000% en los últimos cinco años, las tres grandes compañías canadienses de cannabis han aumentado más de un 1.000% en el mismo período, y Aurora acumula una apreciación del 21.800%.
"Hay otra gran similitud entre el cannabis y las divisas digitales ya que se benefician del potencial de un cambio regulatorio", destaca Mati Greespan, analista de eToro. Una de las razones que explican las valoraciones tan altas de este tipo de compañías es la legalización de la marihuana en Canadá y cómo puede influir en EEUU y en otros países.
Pero la otra variable que manejan los especuladores es que también en los próximos años se abra el mercado para aplicaciones medicinales. En Norteamérica el uso del cannabis con fines terapéuticos está muy extendido y hay cierta parte de la industria farmacéutica que trabajan en el desarrollo de productos basados en el cannabidiol de la marihuana, que no tiene efectos psicoactivos.
Precisamente, sobre Aurora es donde hay más ruido con el posible interés de ser adquirida por Coca-Cola para explotar esta vertiente de la marihuana. "Estamos observando de cerca el crecimiento del CBD no psicoactivo como ingrediente de las bebidas funcionales para el bienestar", ha dicho recientemente un portavoz de Coca-Cola.
El sector de la alimentación está siendo uno de los culpables de calentar la marihuana en bolsa. El propietario de la cerveza Corona, Constellation Brands, aumentó su participación en Canopy, con la idea de lanzar su propia línea de bebida basada en la marihuana.

Muchos expertos tampoco se cortan en señalar que los productores de cannabis les recuerdan a las puntocom

Cerveceras y compañías de bebidas alcohólicas están apostando fuerte por productos basados en el cannabis. Diageo, uno de los líderes mundiales de bebidas espirituosas, mantiene conversaciones con al menos tres productores canadienses de cannabis sobre un posible acuerdo. Y Heineken ha sacado a la venta una marca especializada en bebidas no alcohólicas con infusión de THC, el ingrediente activo de la marihuana.
Muchos expertos tampoco se cortan en señalar que los productores de cannabis les recuerdan a las puntocom. Estas compañías tienen unas elevadas valoraciones que suelen disparar los ratios de beneficios y ventas por acción. Las tecnológicas en el 2000 también la tenían, con los PER por los aires. Como ahora las acciones estaban muy caras si se le aplicaba el análisis fundamental, pero los inversores solo veían el crecimiento futuro de las empresas basado en expectativas.
"Sobre la perspectiva de ingresos a 12 meses, las acciones de los 10 principales productores de cannabis por capitalización de mercado tienen una relación precio por facturación de media en 200", indica Keith Speights, analista especializado en el sector farmacia. Es decir, las compañías valen 200 veces más en el mercado que lo que pueden facturar. El experto señala que el ratio supera 300 veces para el caso de Tilray, la compañía de cannabis más cara del mundo.
Según la consultora especializada en el sector Arcview Market Research, la industria de la marihuana factura alrededor de 13.000 millones de dólares anuales. El 85% de los ingresos provienen del gasto farmacéutico. La previsión es que el volumen global del negocio en 2022 ascienda a más de 32.000 millones de dólares. La firma contempla una apertura del uso recreativo progresivo en EEUU y le sigan otros países desarrollados. Actualmente, solo es legal consumir marihuana en California, Nevada y Massachusetts
Speights que está siguiendo el mercado en los últimos años cree que la perspectiva es demasiado optimista al incluir una legalización de la marihuana a nivel federal en EEUU. El experto subraya que este potencial crecimiento se traduce en un incremento sostenido para los próximos años de más del 20%. "No hay sector comparable que pueda tener estas cifras", indica.
"Muchos productores de marihuana no sobrevivirán porque no creo que los inversores continúen valoraciones que están tan fuera de línea con todas las demás industrias comparables", destaca en un informe. El sector farma, el de productos saludables, el del tabaco o alcohol crecen como mucho a un ritmo del 5% anual.

Los activos de cannabis han campado por el mercado casi sin opciones bajistas

La percepción de burbuja de burbuja no es única y ya empieza a estar extendida por el mercado. Las posiciones en corto, los inversores que invierten prestando sus acciones para recomprarlas luego a precios más bajo, sobre estas compañías se han disparado durante este verano hasta los 1.500 millones de dólares incrementándose un 44%, según los analistas de S3 Partners.
Aquí hay otro paralelismo con el bitcoin y las divisas digitales. Los activos de cannabis han campado por el mercado casi sin opciones bajistas. En caso de las criptodivisas hay escasas posibilidades de apostar a la baja y con los productores de cannabis las opciones de hacerlo son muy caras por la falta de liquidez y de inversores institucionales que presten sus acciones.
Pese a ello cada vez más inversores asumen el coste de mantener la posición bajista. De media, la comisión que se paga para tomar prestada las acciones que permite la operativa en corto se sitúa de media en el 22%, cuando se paga un 0,03% normalmente por otras empresas como General Electric o IBM, destacan desde S3 Partners.

10:25 - 27/09/2018
https://www.eleconomista.es/mercados-cotizaciones/noticias/9411222/09/18/La-marihuana-protagoniza-la-nueva-burbuja-financiera-los-productores-de-cannabis-suben-al-ritmo-del-bitcoin-en-sus-mejores-tiempos.html

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No pasa nada con la próxima  legalización de la Maria, según iniciativa urgente de Podemos,en España , la nebulosa nos aclarara las ideas.
Cuando no tengas una política económica, actual, viable, ya sabes recomienda la legalización de las drogas






Un tema es el ocio, otro el negocio
El primer economista, que planteo en España, la legalización como salida, era Santiago Niño Becerra, al empezar la crisis en 2007…
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El mito del cannabis medicinal ? ¿Afecta a la memoria ? Ultimas accionnes de Canada para su legalización,pros/contras

Canada y varios estados de EEUU; legalizan la marihuana.ES DEBATIBLE, consumir como ocio con mesura,no nos debería preocupar mucho, aunque hay estudios que dicen que afecta a la memoria. Si puede preocupar si es la puerta de acceso a otras drogas, al empezar a considerar el binomio Ocio=Drogas, como principal disfrute....TAMBIEN sabemos que en España, es el lugar del mundo donde hay muchas personas entre 30 y 40 años pillados por la cocaína.En fin como en todo,los excesos seguro que pasan factura


Las desilusiones del primer año de legalización de la marihuana en Colorado
Luis Fajardo BBC Mundo
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Una de las principales promesas de los defensores de la legalización de la marihuana con fines recreativos tiene que ver con el potencial aumento en la recaudación de impuestos por parte de los gobiernos que la autorizan.

El argumento es simple: en vez de quedarse en manos de organizaciones criminales, las ganancias de este comercio irían al gobierno para financiar escuelas, hospitales y otras necesidades públicas.
Pero los resultados iniciales de uno de los primeros sitios en el mundo donde se permite abiertamente la venta de la hierba no son del todo esperanzadores en ese sentido.
El gobierno del estado de Colorado, en Estados Unidos, que en enero de 2014 fue el primero en el mundo que empezó a regular la venta legal de marihuana con fines recreativos, acaba de anunciar los resultados del recaudo de impuesto en ese primer año del experimento.
La venta de cannabis recreativa en Colorado dejó en 2014 US$44 millones en impuestos. Hace un año se esperaba que fuera más de US$70 millones.
Colorado también recibió cerca de US$30 millones adicionales por impuestos asociados con el consumo de marihuana con fines medicinales, actividad que ya era legal en ese estado, así como en muchos otros territorios de Estados Unidos.
Y si bien un ingreso combinado de US$76 millones en impuestos por todas las formas de consumo de marihuana no es despreciable, tampoco es la bonanza que algunos esperaban.

¿Sigue el mercado negro?

Además, Colorado tendrá que devolver parte de esos ingresos a los ciudadanos porque, de acuerdo con una ley estatal, si los ingresos totales del gobierno -por todas sus fuentes- son mayores a los estimados en los presupuestos, las autoridades tienen que regresar el excedente.
Image captionLos ingresos por impuestos de la marihuana en Colorado fueron menores a lo esperado.
Y por efecto de la recuperación general de la economía, esto ha ocurrido en Colorado, sin que tenga que ver con la marihuana.
Entre tanto, hay quienes se preguntan por qué no se dio la explosión de ingreso fiscal que muchos pregonaban al defender la autorización de la venta de marihuana.
Algunos ven el problema precisamente en la existencia de impuestos.
Los usuarios recreativos del cannabis en Colorado tienen que pagar alrededor de 10% de impuesto, más una tasa de US$0,60 por gramo, cada vez que compran uno de esos productos.
Lo que hace que sea bastante más barato conseguirlo en el mercado negro.
Por lo que muchos de los consumidores de cannabis en Colorado simplemente no acuden a las tiendas oficiales y no pagan impuestos.
Ese no es el único contratiempo para los que esperaban que las arcas estatales se llenaran con el dinero de la marihuana.
"En Colorado el recaudo tiene un gran problema con la exención de impuestos que ha sido otorgada a los usuarios de marihuana medicinal. Muchos que no están enfermos dicen estarlo para evitar el pago de impuestos", le advierte a BBC Mundo el experto en asuntos tributarios Pat Oglesby.
"Estamos en los primeros días de la legalización. Creo que es una ventaja para Estados Unidos que tenemos la habilidad de legalizar a nivel regional, para aprender de los errores de los estados pioneros. Esto lo veo como un problema temporal", matiza.
Oglesby fue un asesor en asuntos de legislación de impuestos para el Congreso de Estados Unidos y ahora dirige el Center for New Revenue, un centro de estudios privado.
Pero algunos dudan que con el tiempo mejoren las perspectivas para el gobierno de conseguir dinero por vía de la marihuana.
"Otros estados han legalizado recientemente y legalizarán en los próximos meses, por lo que yo creo que en el futuro el ingreso fiscal de Colorado va a caer, no a subir, pues parte de las ventas actuales corresponden a personas que llegan de otros estados", le dice a BBC Mundo el profesor Jeffrey Miron, de la Universidad de Harvard, un experto en el estudio financiero de la naciente industria de la marihuana legal.

Corrupción

Image captionLa marihuana recreativa empezó a venderse legalmente en Colorado en 2014.
El gobernador del estado de Colorado, el demócrata John Hickenlooper, no ahorra palabras para expresar su opinión, que también es negativa.
La legalización fue "una mala idea", dijo en una entrevista reciente al canal estadounidense CNBC. Hickenlooper siempre se opuso a la medida, aprobada por un referendo popular en 2012, y argumenta que los resultados le están dando la razón.
Señala que la reglamentación de la industria sigue siendo deficiente y que otros aspectos negativos están surgiendo en torno al consumo de cannabis en Colorado, incluyendo el riesgo de corrupción por el uso extensivo de dinero en efectivo por los empresarios del sector, que no tienen acceso al sistema bancario por prohibiciones federales.

Por la libertad

Los defensores de la legalización en Colorado, por supuesto, ven las cosas de distinta manera.
"US$44 millones en recaudo es una cifra significativa", le asegura a BBC Mundo Rachel Gillette, directora ejecutiva del capítulo de Colorado de NORML, la organización privada que encabeza en Estados Unidos el lobby por la legalización.
"No creo que la situación tributaria en Colorado vaya a convencer a otros estados de dejar de legalizar. Los resultados han sido positivos. No tuvimos los ingresos esperados por concepto de la venta de marihuana. Pero eso se debe a muchos factores, entre otros el que en muchas ciudades de Colorado todavía no está permitido establecer tiendas de cannabis", alega.
Y, en efecto, muchas de las ciudades del estado no han otorgado todavía el permiso para que se establezcan las tiendas en donde se vende marihuana al público.
 
Además, insiste Pat Oglesby, es demasiado temprano para sacar conclusiones del negocio.
"Hay que tener en cuenta que al comienzo de la legalización, un negocio legítimo tiene costos iniciales que hay que tener en cuenta, están aprendiendo y obteniendo economías de escala. Con el tiempo, el sector legal tendrá menores costos de producción que el ilegal".
"Además habrá cada vez más competencia que también disminuirá los costos. Todo esto ayudará a derrotar eventualmente al mercado negro. Pero eso toma tiempo", añade.
Y otros dicen que simplemente se está midiendo el éxito de la iniciativa con la vara equivocada.
Entre ellos el profesor Miron de la Universidad de Harvard.
"La legalización no debe ser principalmente acerca del recaudo de impuestos, debe ser acerca de la libertad, de usar marihuana si eso es lo que uno quiere. Eso es un beneficio incluso si recaudara cero impuestos", puntualiza.

El error de legalizar la venta de drogas

El debate se ha centrado en dos utopías opuestas: un mundo sin estupefacientes o un mundo sin narcotráfico. Pero ningún Gobierno puede levantar la prohibición sin arriesgar la salud de generaciones de jóvenes

Se dice estos días que poco mérito tiene que unos ex presidentes defiendan ahora medidas como la legalización de las drogas cuando no tienen responsabilidades de gobierno, cuando nadie les recuerda propuestas semejantes durante su etapa en el poder y cuando no deben someterse al higiénico ritual de las urnas. Hace un año fueron César Gaviria, Ernesto Zedillo y Fernando Henrique Cardoso, ex presidentes de Colombia, México y Brasil, los que proclamaron el fracaso de la estrategia contra el narcotráfico y la necesidad de afrontar fórmulas distintas. Y hace pocos días fue Felipe González, ex jefe de Gobierno español, quien apeló a una Conferencia Internacional para abordar una legalización del consumo y la posesión de forma coordinada y eficaz entre todos los países. Es fácil hoy, sin tarea de gobierno en sus manos, decíamos. Pero el debate sobre la legalización como la forma de aniquilar las mafias y el narcotráfico que desangran México, por ejemplo, debe ser bienvenido y es, sobre todo, necesario. Nos sirve para volver a poner las cifras y argumentos sobre la mesa. Y para recordar por qué están prohibidas y deben seguir estándolo.
EE UU ha reducido el consumo de cocaína mientras Colombia destruía sus cultivos
Drogarse no es un derecho. Sí lo es la atención sanitaria a personas adictas
El debate se ha situado como una colisión entre dos utopías que llevan rumbo opuesto: la utopía de un mundo sin drogas y la utopía de un mundo sin narcotráfico. Vamos a analizarlas.
Sobre la primera: la ambición de un mundo sin drogas o que logre una reducción sustancial de ellas es la estrategia que adoptó la ONU en 1998, para lo que se dio 10 años antes de reevaluar el estado de la cuestión. Pasado el plazo, en 2008, la ONU pudo constatar el fracaso del modelo de represión ante una sociedad que cada vez consume más, ante unas mafias que encuentran nuevas vías cada vez que se cierran otras y, sobre todo, que han hallado nuevos mercados en áreas que hasta el momento parecían en cierto modo inmunes a la adicción: Latinoamérica ha pasado de ser productor a productor-consumidor, por ejemplo. Y el opio procedente de Afganistán va dejando un reguero creciente de adictos en Pakistán, Irán, Turquía y otros países de paso antes de llegar a su mercado mayoritario: Europa.
Aquel fracaso, puesto sobre la mesa en 2009, llevó a Gaviria, Zedillo y Cardoso a proclamar la verdad: esto no funciona, busquemos nuevas vías. Y ahí es donde llega la segunda utopía.
Sobre la segunda: ya que eliminar la drogodependencia es imposible, como es imposible luchar contra el deseo natural de buena parte de los jóvenes y mayores de desafiar los límites con dosis inciertas de sustancias ilegales, legalicémoslas. Asumamos que la droga existe, está ahí y démosle un marco legal que evite los infames productos letales que llegan al mercado. Y, sobre todo, serremos las patas del trono en el que se sientan los capos de la droga, un negocio ilegal que mueve más de 250.000 millones de dólares al año y que abastece a 250 millones de usuarios en el mundo. Que esto provoque un aumento esporádico del consumo, como reconocen incluso los que defienden la legalización, no debe frenarnos ante una ambición que creen superior, que es la de evitar las miles de muertes que la droga deja en el camino (hoy en México, sobre todo) o la inestabilidad explosiva que está provocando en los países de paso (el mismo México o Guinea-Bissau, la ruta alternativa que ha encontrado la droga americana para saltar hacia Europa).
Y si llamamos a ambas cosas utopía (que no es otra cosa que el "plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación", en definición de la RAE), es porque lo son: la primera, porque es impensable un mundo que renuncie a sustancias que permiten evadirse, alucinar, divertirse, funcionar o, en términos médicos, deprimir o estimular el sistema nervioso central al ritmo deseado. Y la segunda, por tres razones: a) porque es impensable una sociedad indiferente que admita la posibilidad de ver destruirse a una buena parte de sus miembros de forma legal; b) porque ninguna hiperregulación podrá quitar del mapa las fórmulas ilegales (mafias) que hagan llegar la droga a los menores, por ejemplo; y c) porque ningún consenso sobre el férreo control estatal que implicaría podrá ser afrontado por la mayoría de países, con gobiernos débiles y escasos recursos para imponerlo.
Pero como en toda utopía ("que aparece como irrealizable en el momento de su formulación") nada dice que no haya que tender hacia una de ellas como expresión de intenciones, como espejo ideal en el que toda sociedad desea verse reflejada. Y es ahí donde los defensores de la segunda se equivocan al colocarse en ese rumbo opuesto a la primera.
Porque nuevos datos están añadiendo nuevos elementos al debate. El Informe Mundial de 2010 de la Oficina contra la Droga y el Delito de Naciones Unidas (www.unodc.org) recoge, al fin, buenas noticias en la lucha contra la producción y el consumo de sustancias: la superficie total de cultivo de cocaína ha caído un 13% desde 2007, debido sobre todo a la eliminación del 58% de los cultivos de Colombia gracias a la política de Álvaro Uribe, que no se ha visto compensada por un crecimiento en igual cantidad en Perú (donde creció un 38%) y en Bolivia (donde creció un 112%). EE UU, el mayor comprador, ha reducido el consumo al ritmo en que se destruían plantaciones en Colombia: de 10,5 millones de consumidores que llegó a tener en los ochenta ha pasado a 5,3 en 2008. Europa, sin embargo, que se abastece de cocaína de Perú y Bolivia, duplicó sus consumidores de 2 a 4,1 millones en solo 10 años. El ejemplo colombiano indica que la represión tiene consecuencias y que la menor oferta, como prueban los expertos, incide en una menor demanda.
Otra noticia positiva: desde que en 2004 el Plan Nacional de Drogas pasó del Ministerio de Interior a Sanidad, para reflejar un enfoque sanitario y no solo policial en el tratamiento del problema en España, el consumo de cannabis cayó del 11,2 al 9,2 de cada 100 adultos que lo han consumido en el último año. Del 36,6% al 29,8% en menores (www.pnsd.msc.es).
Es decir, la combinación de la represión -luchar por destruir los cultivos, apoyar y presionar a los países productores para que lo hagan- y la prevención del consumo, la educación para aumentar la percepción del riesgo entre la población, dan frutos innegables. Y ningún Gobierno puede claudicar ante una lacra que contribuye con fiereza al fracaso escolar, que perjudica la salud y que sume a una buena proporción de población en la apatía social.
En el otro lado, los defensores de la legalización suelen alegar un argumento, cuando menos, endeble: si el alcohol y el tabaco, que causan profundos daños, son legales, por qué no lo va a ser la marihuana, las pastillas o la cocaína. ¿Qué las diferencia? Obviando que el consumo está legalizado en España y otros países y centrando por tanto la discusión en la legalización de la venta, conviene que no nos equivoquemos y partamos de una premisa básica que no por obvia parece que haya que dejar de recordar: las drogas no son sujetos de derecho, merecedores de un tratamiento de igualdad que cimiente su lucha por una legalidad universal. Y tampoco drogarse parece que sea un derecho reconocido en Cartas ni Constituciones. Sí lo es, sin embargo, la atención sanitaria a personas adictas que merecen terapias y tratamientos en condiciones de dignidad.
Y sí lo es, como aspiración legítima, que una sociedad avanzada trabaje para un control creciente de las sustancias legales que dañan la salud. Las limitaciones de alcohol a menores y de consumo de tabaco van en este sentido. Y la ley antitabaco que impulsa el Gobierno Vasco introduce un elemento nuevo interesante en el debate: ya no se trata solo de prohibir fumar en zonas cerradas para no perjudicar la salud, sino también de limitar el hábito en zonas infantiles por una razón de ejemplaridad, y no solo sanitaria.
Si hay una colisión entre dos utopías, la obligación de los Gobiernos debe ser navegar en el rumbo hacia la que garantice mejor salud e integridad de su población. Y en la lucha por ese objetivo se debe afinar para que, gracias a la represión del narcotráfico y la presión internacional contra los países que permiten su producción -y el caso de Afganistán es una vergüenza para Occidente-, la ambición de un mundo sin narco también quede incluida en el camino.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de octubre de 2010

La legalización de la marihuana eleva la violencia entre narcotraficantes en Uruguay

La venta controlada de cannabis ha provocado un aumento de la violencia, sobre todo ligada al narcotráfico

Cannabis: El mayor estudio científico de la historia llega a algunas conclusiones definitivas

El uso de la marihuana (Cannabis sativa) es uno de los más controvertidos del planeta. La marihuana es defendida a capa y espada por unos sectores de la población por sus propiedades medicinales, y atacada por otros sectores por su carácter de droga adictiva. De hecho, cada vez hay más países que lo están legalizando, ya sea para su uso medicinal o incluso recreativo.
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El mayor estudio sobre cannabis y esquizofrenia confirma su vínculo


El cannabis, la maria, como ocio, se creía que no era mucho peor que el alcohol, en todo caso el problema mayor es que bien sabemos que hay casos que es el acceso a otras drogas, cocaína, heroína mas letales, ya vivimos esto en los 90, y vimos las consecuencias

“Neuromitos. No te creas ni media palabra”. Un título tremendamente atractivo y un ponente sensacional como el Dr. José Ramón Alonso Peña, catedrático de Biología celular en la Universidad de Salamanca (de la que ha sido Rector) fueron claves para un inicio espectacular de la XV edición de Encuentros con la Ciencia el pasado viernes 1 de diciembre en Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Málaga. Lleno absoluto, colas que llegaban a la planta inferior, un viernes por la tarde, en un centro comercial. Sí, eso es posible.

Mito: El alcohol mata neuronas

https://jralonso.es/2015/05/18/mito-el-alcohol-mata-neuronas/


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