https://www.elperiodico.com/es/opinion/20180619/articulo-enric-hernandez-listas-negras-6889003
https://politica.elpais.com/politica/2018/06/16/actualidad/1529151967_119937.html?id_externo_rsoc=TW_CC
https://www.elperiodico.com/es/autor/xavier-sarda/
Yo creo que sí. Pero no en aras del diálogo, esa agua milagrosa de socialdemócratas sin convicciones firmes y escaños insuficientes. Sino en aras de la confrontación ideológica.
Tanto en su carta como en su comparecencia sin preguntas, Torra repitió una mentira básica. «El 1 de octubre ganó la República. Ese es nuestro mandato democrático». Falso. El señor Torra tiene despacho en la plaza de Sant Jaume porque le respalda una mayoría de diputados del Parlament.
Una Cámara elegida con toda normalidad tras la suspensión de la autonomía al amparo del artículo 155 de la Constitución. Torra afirma que eso fue «un atentado democrático contra las instituciones catalanas». Falso. Lo que fue un atentado democrático fue saltarse las leyes.
El osado president llega a exigir al monarca que pida perdón por su discurso del 3 de octubre: «Abristeis una herida considerable en muchos ciudadanos que no habrían pensado nunca que el jefe del Estado daría su aprobación a la violenta represión de la Policía contra ciudadanos completamente pacíficos». Falso. El presunto referéndum fue ilegal y los incidentes, magnificados.
Bien está el diálogo como método. Pero para replicar a las falsedades. No para salir del paso como hizo la ministra portavoz, Isabel Celaá, tras el Consejo de Ministros. Eso de que si no invitan al rey el problema es «para Cataluña» y no para el monarca es buena introducción. Pero es que luego no hubo más. Peor, puso el énfasis en «evitar tensiones», «tender la mano» y «normalización».
Bien está crear una secretaría que sirva de interlocutor a los medios extranjeros, un fallo clamoroso del anterior Ejecutivo. Pero habrá que tener un discurso. Un relato alternativo a la posverdad nacionalista. De hecho, ya lo tienen escrito. Lo hizo el ahora ministro de Exteriores, Josep Borrell. El tiempo dirá si su nombramiento es una caución o una coartada.
El presidente del Gobierno ha estado hábil al recibir a Torra... dentro de una ronda con los presidentes autonómicos. Esto ha ofendido mucho al sucesor del prófugo Carles Puigdemont y del inhabilitado Artur Mas.
Sánchez tras asistir al aquelarre de Tarragona, tenía cita ayer con Macron en el Elíseo. En casi todos los dosieres europeos están en la misma longitud de onda. También en el cuidado de la imagen y el uso de técnicas de comunicación para imponer su relato.
¿Qué habría hecho Macron frente al desafío de Torra? No quiero aventurar pero sí repasar la bronca que le cayó a un adolescente que le saludó con un «¿Qué pasa, Manu?». El presidente francés se encaró con él: «A mí me llamas señor presidente de la República o señor. Estás en una ceremonia [en recuerdo de la Resistencia contra los nazis] y tienes que comportarte como es debido...».
Cuando Sánchez reciba a Torra, lo primero que debe exigirle es que quite los lazos amarillos de los edificios oficiales. Para «evitar tensiones» y en aras de la «normalización». Y luego, que se comporte como es debido.
https://politica.elpais.com/politica/2018/06/16/actualidad/1529151967_119937.html?id_externo_rsoc=TW_CC
https://www.elperiodico.com/es/autor/xavier-sarda/
La semana ha tenido dos broncas. La que el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, le echó a un joven irreverente. Y la murga con que el president de la Generalitat, Quim Torra, ha ido calentando a su parroquia para poner en la diana al Rey Felipe VI.
En la cuadrilla somos partidarios de la bronca. En el sentido de refutar falsedades, desnudar demagogias y no tolerar las faltas de respeto.
Uno que está harto de lazos amarillos cree que hay que hacer frente a los indepes: «Nada de llevar a Oriol y compañía a cárceles catalanas porque en cinco días tendrán montada el ala oeste de la Generalitat en la prisión».
«O te enfrentas o pereces», concluye otro. Y lo argumenta: «La tercera vía, o es la actual autonomía o es rendición. Que es a lo que huelen los discursos de Miquel Iceta y Ada Colau».
El president ha orquestado una campaña contra el Rey con la táctica binaria que es al independentismo lo que el toque al juego del Barça. Primero, hacerse la víctima. Pedimos hablar con el Rey y no quiso. Ofrecemos diálogo pero nos tratan como a súbditos. Segundo, la confrontación. De ahora en adelante, las autoridades catalanas no asistirán a actos organizados por la Casa Real ni invitarán al Rey.
El asunto tiene su miga. Más allá de lo protocolario o de lo simbólico. Han pasado pantalla, según expresión querida por el nacionalismo. Fracasaron en su intento de sacar a Cataluña de España. Ahora van a intentar sacar a España de Cataluña. Ahí te quiero ver, Pedro Sánchez.
Esta nueva estrategia de la provocación, ratificada con protestas en las calles de Tarragona la noche del viernes en una ocasión que debió ser de celebración por la apertura de los Juegos del Mediterráneo, suscita una pregunta. ¿Debe el presidente del Gobierno recibir en La Moncloa al líder autonómico que desprecia y boicotea al jefe del Estado?
Uno que está harto de lazos amarillos cree que hay que hacer frente a los indepes: «Nada de llevar a Oriol y compañía a cárceles catalanas porque en cinco días tendrán montada el ala oeste de la Generalitat en la prisión».
«O te enfrentas o pereces», concluye otro. Y lo argumenta: «La tercera vía, o es la actual autonomía o es rendición. Que es a lo que huelen los discursos de Miquel Iceta y Ada Colau».
El president ha orquestado una campaña contra el Rey con la táctica binaria que es al independentismo lo que el toque al juego del Barça. Primero, hacerse la víctima. Pedimos hablar con el Rey y no quiso. Ofrecemos diálogo pero nos tratan como a súbditos. Segundo, la confrontación. De ahora en adelante, las autoridades catalanas no asistirán a actos organizados por la Casa Real ni invitarán al Rey.
El asunto tiene su miga. Más allá de lo protocolario o de lo simbólico. Han pasado pantalla, según expresión querida por el nacionalismo. Fracasaron en su intento de sacar a Cataluña de España. Ahora van a intentar sacar a España de Cataluña. Ahí te quiero ver, Pedro Sánchez.
Esta nueva estrategia de la provocación, ratificada con protestas en las calles de Tarragona la noche del viernes en una ocasión que debió ser de celebración por la apertura de los Juegos del Mediterráneo, suscita una pregunta. ¿Debe el presidente del Gobierno recibir en La Moncloa al líder autonómico que desprecia y boicotea al jefe del Estado?
Yo creo que sí. Pero no en aras del diálogo, esa agua milagrosa de socialdemócratas sin convicciones firmes y escaños insuficientes. Sino en aras de la confrontación ideológica.
Tanto en su carta como en su comparecencia sin preguntas, Torra repitió una mentira básica. «El 1 de octubre ganó la República. Ese es nuestro mandato democrático». Falso. El señor Torra tiene despacho en la plaza de Sant Jaume porque le respalda una mayoría de diputados del Parlament.
Una Cámara elegida con toda normalidad tras la suspensión de la autonomía al amparo del artículo 155 de la Constitución. Torra afirma que eso fue «un atentado democrático contra las instituciones catalanas». Falso. Lo que fue un atentado democrático fue saltarse las leyes.
El osado president llega a exigir al monarca que pida perdón por su discurso del 3 de octubre: «Abristeis una herida considerable en muchos ciudadanos que no habrían pensado nunca que el jefe del Estado daría su aprobación a la violenta represión de la Policía contra ciudadanos completamente pacíficos». Falso. El presunto referéndum fue ilegal y los incidentes, magnificados.
Bien está el diálogo como método. Pero para replicar a las falsedades. No para salir del paso como hizo la ministra portavoz, Isabel Celaá, tras el Consejo de Ministros. Eso de que si no invitan al rey el problema es «para Cataluña» y no para el monarca es buena introducción. Pero es que luego no hubo más. Peor, puso el énfasis en «evitar tensiones», «tender la mano» y «normalización».
Bien está crear una secretaría que sirva de interlocutor a los medios extranjeros, un fallo clamoroso del anterior Ejecutivo. Pero habrá que tener un discurso. Un relato alternativo a la posverdad nacionalista. De hecho, ya lo tienen escrito. Lo hizo el ahora ministro de Exteriores, Josep Borrell. El tiempo dirá si su nombramiento es una caución o una coartada.
El presidente del Gobierno ha estado hábil al recibir a Torra... dentro de una ronda con los presidentes autonómicos. Esto ha ofendido mucho al sucesor del prófugo Carles Puigdemont y del inhabilitado Artur Mas.
Sánchez tras asistir al aquelarre de Tarragona, tenía cita ayer con Macron en el Elíseo. En casi todos los dosieres europeos están en la misma longitud de onda. También en el cuidado de la imagen y el uso de técnicas de comunicación para imponer su relato.
¿Qué habría hecho Macron frente al desafío de Torra? No quiero aventurar pero sí repasar la bronca que le cayó a un adolescente que le saludó con un «¿Qué pasa, Manu?». El presidente francés se encaró con él: «A mí me llamas señor presidente de la República o señor. Estás en una ceremonia [en recuerdo de la Resistencia contra los nazis] y tienes que comportarte como es debido...».
Cuando Sánchez reciba a Torra, lo primero que debe exigirle es que quite los lazos amarillos de los edificios oficiales. Para «evitar tensiones» y en aras de la «normalización». Y luego, que se comporte como es debido.
Entretodos
https://www.elperiodico.com/es/amp/noticias/opinion/delirium-torra-6905206
Clara Ponsatí se sent "estafada" amb el procés
"Hi ha un límit del ridícul que jo puc fer per Catalunya"
L'exconsellera del Govern, Clara Ponsatí, en una entrevista a eldiario.es, admet que se sent "estafada" amb el procés i acusa els principals partits independentistes de moure's pels diners, a més de deixar clar que no pensa fer més "el ridícul" i admetre que en cas de saber com hauria acabat tot plegat no hauria participat atès "el cost" personal que li ha ocasionat.
En primer lloc, Ponsatí lamenta que "es van fer uns anuncis que després no es van materialitzar. Em refereixo a la llei de transitorietat i el que això implicava, i també a la proclamació de la República. No es van materialitzar de la manera en com s'havien anunciat, és un fet, i crec que dir-ho no és cap confessió, no és una cosa secreta".
L'exconsellera considera que "no sabem el lluny que podia anar el Govern, perquè no ho va provar. Si seguim amb la metàfora del pòquer, la veritat és que ens retirem del joc, preferim no jugar". "És obvi que des del punt de vista de les nostres cartes a nivell internacional, el comportament del lideratge polític, des de la mateixa tarda de l'1 d'octubre, no va saber reaccionar aprofitant el que havia passat", afegeix.
"Ens agradi o no, el que va acabar passant el dia 27 no era el pla del Govern. I el que va passar va ser fruit de les desavinences dins de la mateixa coalició de JxSí, entre el president i ERC, entre la presidència del Parlament i la presidència del Govern... en fi, hi va haver un cúmul de desencontres", recorda.
Ponsatí explica que durant una manifestació "la gent m'anava donant copets a l'esquena: 'Ni un pas enrere, ni un pas enrere'. I jo estava ... desolada. Perquè ja sabia tot el que vindria". En aquest sentit, assenyala que es va adonar "el dia 1 a la tarda, perquè vaig veure la reacció dels meus companys de Govern i de coalició".
"Evidentment l'independentisme no està derrotat com independentisme, però la batalla de després de l'1 d'octubre la vam jugar malament i la vam perdre. Jo crec que això ... ja sé que en política mai es diuen coses així, però com jo em vaig ficar en això de forma estranya no tinc inconvenient a continuar actuant de manera estranya. I sí, jo ja fa un temps que ho dic, que patim una derrota", remarca.
L'exconsellera afirma que "vam tenir una gran victòria el 21 de desembre, tot i que gestionem molt malament la preparació de les eleccions. Molt malament, i aquí sí que sóc molt crítica. La reacció davant les eleccions va ser molt dolenta des d'ERC, ho dic així de clar". "Fixa't que en realitat el que es negocia és la rendició, i jo crec que la rendició no s'ha de negociar", considera.
També admet que "la idea que el president de la Generalitat agafi un tren i vagi a la Moncloa a parlar de no se sap què mentre hi ha membres de l'anterior Govern i líders socials tancats ... no m'ho acabo de creure". "El cost que jo he pagat pel que ha passat fins ara crec que no compensa", reconeix.
Igualment assegura que "si jo vaig deixar l'escó és perquè no volia posar cap problema perquè hi hagués una majoria que votés a Puigdemont. I a aquest nivell, jo em sento estafada. Però és que han passat tantes coses que ja això és gairebé el de menys ...".
"Tota la història de la restitució de consellers que, amb tot el respecte, ha tingut moments propers a la caricatura. Una combinació entre desitjos personals, interessos partidistes ... en fi. Jo en tot això ja he preferit no participar-hi. Hi ha un límit del ridícul que jo puc fer per Catalunya", apunta.
Finalment, l'exconsellera critica que "els partits tradicionals de l'independentisme, PDeCAT i ERC, estan molt ocupats en mantenir les seves posicions i en donar una batalla pels seus espais, les seves fronteres ... i les seves nòmines".
En primer lloc, Ponsatí lamenta que "es van fer uns anuncis que després no es van materialitzar. Em refereixo a la llei de transitorietat i el que això implicava, i també a la proclamació de la República. No es van materialitzar de la manera en com s'havien anunciat, és un fet, i crec que dir-ho no és cap confessió, no és una cosa secreta".
L'exconsellera considera que "no sabem el lluny que podia anar el Govern, perquè no ho va provar. Si seguim amb la metàfora del pòquer, la veritat és que ens retirem del joc, preferim no jugar". "És obvi que des del punt de vista de les nostres cartes a nivell internacional, el comportament del lideratge polític, des de la mateixa tarda de l'1 d'octubre, no va saber reaccionar aprofitant el que havia passat", afegeix.
"Ens agradi o no, el que va acabar passant el dia 27 no era el pla del Govern. I el que va passar va ser fruit de les desavinences dins de la mateixa coalició de JxSí, entre el president i ERC, entre la presidència del Parlament i la presidència del Govern... en fi, hi va haver un cúmul de desencontres", recorda.
Ponsatí explica que durant una manifestació "la gent m'anava donant copets a l'esquena: 'Ni un pas enrere, ni un pas enrere'. I jo estava ... desolada. Perquè ja sabia tot el que vindria". En aquest sentit, assenyala que es va adonar "el dia 1 a la tarda, perquè vaig veure la reacció dels meus companys de Govern i de coalició".
"Evidentment l'independentisme no està derrotat com independentisme, però la batalla de després de l'1 d'octubre la vam jugar malament i la vam perdre. Jo crec que això ... ja sé que en política mai es diuen coses així, però com jo em vaig ficar en això de forma estranya no tinc inconvenient a continuar actuant de manera estranya. I sí, jo ja fa un temps que ho dic, que patim una derrota", remarca.
L'exconsellera afirma que "vam tenir una gran victòria el 21 de desembre, tot i que gestionem molt malament la preparació de les eleccions. Molt malament, i aquí sí que sóc molt crítica. La reacció davant les eleccions va ser molt dolenta des d'ERC, ho dic així de clar". "Fixa't que en realitat el que es negocia és la rendició, i jo crec que la rendició no s'ha de negociar", considera.
També admet que "la idea que el president de la Generalitat agafi un tren i vagi a la Moncloa a parlar de no se sap què mentre hi ha membres de l'anterior Govern i líders socials tancats ... no m'ho acabo de creure". "El cost que jo he pagat pel que ha passat fins ara crec que no compensa", reconeix.
Igualment assegura que "si jo vaig deixar l'escó és perquè no volia posar cap problema perquè hi hagués una majoria que votés a Puigdemont. I a aquest nivell, jo em sento estafada. Però és que han passat tantes coses que ja això és gairebé el de menys ...".
"Tota la història de la restitució de consellers que, amb tot el respecte, ha tingut moments propers a la caricatura. Una combinació entre desitjos personals, interessos partidistes ... en fi. Jo en tot això ja he preferit no participar-hi. Hi ha un límit del ridícul que jo puc fer per Catalunya", apunta.
Finalment, l'exconsellera critica que "els partits tradicionals de l'independentisme, PDeCAT i ERC, estan molt ocupats en mantenir les seves posicions i en donar una batalla pels seus espais, les seves fronteres ... i les seves nòmines".
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La 'exconsellera' de Ensenyament Clara Ponsatí ha criticado este lunes al PDECat y a ERC porque considera que "están muy ocupados en mantener sus posiciones y en dar una batalla por sus espacios, sus fronteras y sus nóminas" y ha lamentado que ambos partidos no compartan "estrategia y, a veces, ni objetivos".En una entrevista a 'eldiario.es', Ponsatí ha asegurado que el independentismo no tiene "traducción institucional" por las divisiones entre partidos, pero que no existen problemas de unidad en el movimiento social, y ha declarado que "a nivel de bases es un movimiento muy transversal, donde no hay una ideología definida, pero este movimiento de bases generado a partir del 1-0 no tiene traducción institucional."
https://www.elperiodico.com/es/politica/20180625/ponsati-pdecat-erc-ocupados-mantener-nominas-6906394
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El farol
Según Clara Ponsatí, exconsellera de educación en el Govern de la Generalitat, el Procés fue una partida de póker en la que los dirigentes iban de farol. Ha habido algunos comentarios sobre estas declaraciones pero sin tomarlas muy en serio.
Mi opinión es que son muy serias porque son una ofensa, en primer lugar, a todas las personas que vivimos en Catalunya, independentistas o no, pero también al resto de España.
Aquellos días en los que Ponsatí, junto a Puigdemont y todo el Govern, jugaban al póker, había muchas personas de Catalunya, de España y también de Europa que vivimos con mucha preocupación la situación política, además de los perjuicios económicos, muy especialmente para Catalunya.
Se ha escrito mucho sobre estos años de plomo del Procés, pero la partida de póker me parece uno de los actos más irresponsables e inmorales a los que hemos podido asistir.
El 1 de Octubre fue indiscutiblemente un día triste para todos, no solo para los que fueron a votar y recibieron palos por parte de la Policía, pero la pregunta es si llevar a la gente a votar formaba también parte de esta partida de póker.
Como muy acertadamente dijo Josep Borrell, Ministro de Asuntos Exteriores del actual Gobierno de España, en una entrevista de Ana Pastor:“Señora Ponsatí, otro día juegue al póker con garbanzos”.
https://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/el-farol-de-ponsati-una-ofensa-para-catalunya-y-espana-180656