La política no se hace en la calle
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La política está en la calle. Y los políticos no gobiernan desde las instituciones. Los episodios vividos en el día de hoy son graves. El ex presidente Puigdemont ha sido detenido en la parte prusiana de Alemania cuando intentaba regresar a Bélgica desde Finlandia. Está detenido y depende de las decisiones de un tribunal alemán sobre si es entregado a la justicia española.
La detención de Puigdemont ha golpeado a los independentistas que han convocado manifestaciones esta noche en Barcelona y en otras ciudades catalanes. Han cortado autopistas y carreteras. Se han adueñado de la calle. Son los Mossos los que tienen la ingrata tarea de frenar la ocupación de enclaves concretos del territorio. La policía recibe órdenes. Ahora no son de la conselleria de Interior sino del ministerio correspondiente de Madrid.
He dicho en más de una ocasión que el error principal de Artur Mas fue el de confundir la calle con la política. La política, como decía De Gaulle, se hace en las instituciones y no en las manifestaciones. Esta ha sido una de las equivocaciones de los líderes del independentismo que pensaron que si la calle era suya, las instituciones también lo eran.
Puigdemont ha sido detenido porque no calculó bien que Europa funciona con la lógica de los estados. Puede ser que en Bélgica tenga un paraguas para evitar las euro órdenes que procedan del gobierno de Rajoy. Pero pasearse por Europa pensando que los Estados no tienen relaciones es no saber cuál es el funcionamiento de la política en la Europa de hoy.
La reacción a la detención de Puigdemont ha sido inmediata y numerosa. No multitudinaria. Los convocados por la ANC han tenido el comportamiento habitual de pacifismo y protesta cívica. Pero los del Comité de Defensa de la República han actuado con presión ante los Mossos, han cortado carreteras, han hecho realidad la declaración de Carles Riera de la CUP que dijo hace cuatro días que “pasamos a la oposición desde la calle y desde las instituciones”. La CUP hizo caer a Artur Mas y ha impedido la investidura de Jordi Turull. Tienen su lógica que es poner patas arriba el sistema capitalista en Catalunya, en España y en Europa. No importa que hayan perdido seis de los diez escaños que tenían. Son los que dominan las técnicas de la agitación y los que convierten la calle en su escenario de actuación habitual.
Son muchas las cuasas por las que hemos llegado a esta situación. Una de ellas es haber entregado a la calle los atributos que en cualquier democracia están gestionados desde las instituciones. Error de Mas y error de Puigdemont. La política no se hace en la calle.
http://www.foixblog.com/2018/03/25/la-politica-no-se-hace-en-la-calle-2/
La intención de los politicos independentistas, ha sido desde el primer dia, de la forma que sea, la internacionalizacion de sus demandas, porque saben que no tienen el suficiente apoyo. La entrega en su momento, sin marcharse al extranjero hubiese supuesto una fianza, un juicio, la inhabilitacion y un posible indulto, pero prefirieron salir fuera para pasar el problema a otros paises.
Sr.Foix: personalmente prefiero la vieja definición de política, que la define, como aquella actividad de quienes procuran obtener el poder, retenerlo o ejercitarlo con vistas a un fin que se vincula al bien común o con el interés de la generalidad o pueblo
La desesperació no és una aliada per resoldre problemes.
Han estat enganyats pel sobiranisme, ningú assumeix cap responsabilitat.
El futur per BCN és negre i del tot imcert.
Han estat enganyats pel sobiranisme, ningú assumeix cap responsabilitat.
El futur per BCN és negre i del tot imcert.
26/03/2018 at 02:07
Hemos salido muchos a la calle con la convicción de que llegaríamos a alguna parte, que todo estaba listo, estudiado… Y no, nos han engañado, ellos mismos lo han reconocido, no estaban preparados, ¿y ahora qué? ¿Otra vez a la calle? Pues, también, en mi modesta opinión, creo que los políticos están para trabajar y solucionar los problemas de todos los ciudadanos, no para que resolvamos nosotros los que ellos han provocado.
Habra que derribar la pared.
El PP tiene el pecado original. Además fue el primero en salir a la calle (si, Sr. Foix, à la calle) para recoger firmas contra la decisión del Parlament, del Parlamento, Senado y de todos los catalanes.
Ante las duras negativas españolas a que gobiernen los políticos electos, poco queda más que manifestarnos en la calle.