Torpezas de los mediocres
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•Catalunya quiere ser gobernada por leyes, debates, discrepancias y confrontaciones. Democráticamente. La retórica se ha apoderado de los políticos que se han olvidado que su objetivo principal es servir a los que les han elegido. Se ha construido un relato independentista que duró ocho segundos. No había plan B ni segundo día. No lo digo yo sino que lo manifiestan todos los que desfilan por los juzgados diciendo que la cosa no iba en serio, que no estaba preparada, que era un ejercicio de pura retórica.
Cuenta Guillem Martínez que Hillary Clinton, la secretaria de Estado
norteamericana en los años en que Artur Mas se convirtió en independentista, envió a su colaboradora Anne-Marie Slaughter a Barcelona, para entrevistarse con Mas y saber, de primera mano, si existía una propuesta, o un futurible gubernamental de independencia. El tema, ciertamente, había llegado al centro de la diplomacia y el poder del mundo. En la entrevista, Mas se fue por las ramas retóricas, incluso cuando su interlocutora le preguntó, directamente, qué quería Catalunya. Tras finalizar su entrevista, en el Palau de la Generalitat, Slaughter, declaró: “Jamás he tenido una reunión tan inútil en un sitio tan bello”.
Había entusiasmo, voluntad, movilizaciones, manifestaciones… pero no se sabía exactamente cómo se podía llegar a la Ítaca prometida por Mas. Se han gastado muchas energías y se han dedicado muchos recursos económicos para llevar a cabo un objetivo que era incierto. Los papeles lo aguantan todo y la retórica también. No digamos ya la propaganda. La realidad es más sobria y exigente.
Se desafió al Estado pensando que Mariano Rajoy era el que lo representaba. Grave error. El Estado es más que el presidente del gobierno. Son las instituciones judiciales, políticas, militares, sindicales, las comunidades autónomas, la Agencia tributaria, el servicio de inteligencia. El Estado es eso y mucho más.
Las torpezas cometidas por Mariano Rajoy y sus ministros sobre Catalunya pueden haber sido por ignorancia o por mala fe. En cualquier caso, no han entendido un conflicto que viene de muy lejos y que no va a resolverse con leyes o con ucases políticos o económicos.
En vez de organizar una operación seductora hacia Catalunya, reconociendo su historia, su lengua, su cultura, los siglos de convivencia mutua, lo que han aportado los catalanes a la historia común, las empresas conjuntas con cierto éxito, en vez de reivindicar todo lo catalán como propio, se han dedicado a dar golpes de Constitución a diestro y siniestro. No han hecho política y el conflicto actual tendrá que terminar en una operación política.
Me imagino el día en que Oriol Junqueras salga de la cárcel de Estremera y los cientos de miles de catalanes que le saldrán a recibir como un héroe. Puede que Junqueras no sea presidente en los próximos tiempos pero su figura se agiganta día a día mientras es mantenido en prisión sin que sea juzgado. La prisión preventiva indefinida es una aberración jurídica. No estoy seguro que el mismo recibimiento sea deparado a Carles Puigdemont que es un fugado de la justicia y piensa que se pueden inventar formas de gobernar que no se conocen en la historia de las democracias occidentales.
La primera tarea colectiva es recoser las heridas que ha causado el movimiento independentista entre los catalanes. No se trata de unidad ni de criterios homogéneos sino de recuperar el respeto que todos nos merecemos aunque pensemos muy distintamente. No hay catalanes de primera ni de segunda, buenos o malos, independentistas o constitucionalistas, del interior o de las urbe barcelonesa. Nos tenemos que aceptar como somos al margen de nuestras procedencias, maneras de pensar, intereses e ideologías.
Es el primer paso para recuperar la paz cívica en Catalunya y alcanzar una unidad de mínimos que nos permita negociar con el Estado desde la racionalidad y el posibilismo. Siempre ha sido así. Cuando se han saltado estas reglas los resultados han sido muy negativos.
Si esto cambia es SOLO gracias a los mediocres políticos, de aqui y de alli.
Catalunya no es un campo de batalla
by Lluís Foix •
7 comments for “Catalunya no es un campo de batalla”
Decisiones y planes improvisados
Justicia actuando porque antes los políticos no han sabido pactar y negociar una salida.
Tozudez en ir en contra de las leyes, decisiones unilaterales.
Que fácil seria proponer un federalismo pactado a nivel estatal, viendo lo difícil que es salir del laberinto actual, ir hacia un federalismo real, me parece mucho mas sencillo que el colapso actual, con sus repercusiones pasadas, presentes y futuras.
http://www.foixblog.com/2018/02/18/catalunya-no-es-un-campo-de-batalla/