Uno de los padres de la Constititución, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, ha defendido que "es deseable" reformar la Ley Fundamental, pero, consciente de la lentitud de tal modificación, ha planteado una iniciativa para acelerar unos cambios que considera necesarios. Propone una fórmula para actualizar el texto firmado en la Transición: "la mutación constitucional". ¿De qué se trata? Sostiene el jurista que algunos aspectos de la Ley Fundamental son lo suficientemente vaporosos como para que los partidos políticos pacten un nuevo sentido para esos términos. De este modo, con un consenso en dotar de determinados significados a partes concretas del texto de 1978, y desarrollar leyes orgánicas. 

"Hay alternativas: la mutación constituconal, es decir, mantener los textos cambiándoles el sentido de su funcionamiento. Esto ha ocurrido en mayor parte de los estados vigentes, como Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania", ha defendido. 

El jurista que fuera dirigente de la UCD ha señalado que para poner en marcha esta fórmula acelerada, la mutación constitucional, bsta con un consenso más sencillo entre los grandes partidos. 

Aún así, quizá más a largo plazo,  ha opinado que "la reforma de la Constitución es posible y deseable. Lo prevé la propia norma fundamental pero es deseable, si alguna vez se reforma, por los defectos que pueda tener, no simplemente por su antigüedad", ha sostenido.  Rodríguez de Miñón ha subrayado que la reforma no puede ser en ningún caso "unilateral".

"Es impensable una reforma extralegal, paralegal, que no sería una reforma, sino una ruptura del orden constitucional. No se puede reformar la Constitución desde fuera de la Constitución porque carecería de legitimidad y credibilidad", ha advertido. 

El jurista ha subrayado que "si la reforma es concreta y se sabe qué y para qué se quiere reformar" esa modificación es perfectamente posible en la actualidad.  

Sus reflexiones han inaugurado la comisión Territorial en el Congreso de los Diputados que ha de analizar el encaje entre el Estado y las autonomías. El propio Rodríguez de Miñón ha señalado al inicio de su intervención que los trabajos de este órgano deben servir para el análisis de una posible reforma de la Carta Magna. 

El jurista ha insistido que el consenso debe ser amplio pero ha advertido que no se puede negociar con quienes se han saltado el orden constitucional, en referencia a los partidos independentistas, que no ha nombrado.

"No se puede negociar el retorno de nadie a la legalidad, hay que forzar el retorno a a la legalidad y después mejorar esa legalidad", ha defendido. A su juicio, se han cometido errores, pero eso no justifica saltarse la legalidad. "No se puede premiar la delincuencia porque la otra parte haya cometido errores", ha opinado.

El también padre de la Constitución, José Pedro Pérez Llorca,  ha defendido que "si se produjese la independencia sería un fracaso histórico y que descalificaría toda la época de la transición. Vendrían males sin fin". El jurista ha reconocido que el sistema autonómico tiene "defectos de diseño".

Rodríguez de Miñón considera inadecuada la propuesta del PSOE del federalismo, por las reticencias que -alega- despierta en buana parte de la sociedad.  Considera que lo idóneo es mejorar y clarificar el estado autonómico actual y eliminar las competencias compartidas. Considera que el Estado debe tener competencias propias y las autonomías otras distintas. También defiende que el Senado incorpore de forma permanente la Conferencia de Presidentes, que ahora solo se reúne a petición del presidente del Gobierno, y rechaza que se eliminen los pequeños municipios. 

Sobre ley electoral, defiende que se mantenga la provincia como circunscripción, pero admite que se podría abordar que hay provincias subrepresentadas y otras con exceso de representación. Este sesgo, insiste, debe corregirse con una reforma de la ley que regula los comicios (que está en estudio en una subcomisión en el Congreso).

 

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