Un mes después, siguen proliferando novedades sobre el relato de lo que realmente sucedió la semana de octubre en que Rajoy y Puigdemont se cruzaron cartas previas a la declaración de independencia y la aplicación del 155. La última de las voces que ha dado cuenta de una nueva versión de lo sucedido procede de la alcaldesa de L’Hospitalet, Nuria Marín, que ha asegurado que “Puigdemont no dice toda la verdad” cuando alega que descartó finalmente convocar elecciones porque el Gobierno central no daba garantías de que, pese a decretar la cita con las urnas, no aplicaría el artículo 155.
En declaraciones a Catalunya Ràdio ha asegurado que le consta que “a Carles Puigdemont se le garantizó todo lo que él había puesto sobre la mesa” y “algún día lo explicará”, ha aventurado, porque “Puigdemont no dice toda la verdad” y los “catalanes necesitan saberla”. Marín ha insistido en que “si Puigdemont hubiera convocado elecciones, el 155 no se habría aprobado en el Senado”.
“Puigdemont no dice toda la verdad” y los “catalanes necesitan saberla”
El día en que el presidente cesado tuvo que elegir entre DUI o elecciones, el jueves 26 de octubre, Puigdemont inició la jornada con una reunión con el grupo parlamentario de JxSí, los miembros del Govern y la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, en la que comunicó que había decidido convocar los comicios para evitar la aplicación del precepto constitucional. Según las palabras de algunos diputados asistentes a la reunión, el president alertó entonces de la posibilidad de que hubiera un episodio de violencia inusitada por parte del Estado si se aprobaba la DUI, algo que fue denunciado por la dirigente de ERC, Marta Rovira, en sus polémicas declaraciones a RAC1.
Este día, la decisión inicial dio un tumbo a medida que pasaban las horas, supuestamente, y según el propio Puigdemont, porque no había garantías de que el Gobierno se avendría a aceptar las condiciones fijadas por el jefe del Ejecutivo catalán para convocar los comicios en Catalunya. Esas condiciones, según publicó en primicia La Vanguardia ese mismo día, eran no aplicar el 155, retirar los agentes policiales desplazados a Catalunya, abandonar la vía judicial, y excarcelar al presidente de la ANC, Jordi Sànchez, y al de Òmnium, Jordi Cuixart.
“Si Puigdemont hubiera convocado elecciones, el 155 no se habría aprobado en el Senado”
La alcaldesa de L’Hospitalet, también hizo gestiones previas a esa jornada junto a otros destacados dirigentes políticos de Catalunya y del resto de España (entre ellos el expresident José Montilla; el lehendakari, Íñigo Urkullu; el líder del PSC, Miquel Iceta; el síndic de Greuges, Rafael Ribó, o el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella). Por eso, Marín asegura que no fue la falta de garantías lo que hizo retroceder a Puigdemont, sino “por las presiones” que empezó a recibir a partir de la comunicación de la decisión de convocar elecciones.
Fue tras la reunión con los diputados de JxSí y los miembros del Govern cuando empezaron a proliferar las acusaciones de traición hacia el presidente cesado, hasta el punto de que comenzaron a concentrarse manifestantes en la plaza Sant Jaume, a proliferar los mensajes en las redes sociales contrarios a la decisión, y las dimisiones de dirigentes del grupo parlamentario.
“Que le llamaran traidor” fue, según la alcaldesa de L’Hospitalet, el hecho que desembocó en que finalmente no convocara elecciones, porque “me consta que las garantías estaban encima de la mesa” y, aunque la dirigente socialista ha dicho no saber quién era el intermediario del Gobierno que habría dado su visto bueno inicial a las mimas, ha asegurado que “el lehendakari estuvo mediando hasta el último momento” y que “las gestiones se produjeron”.