Federalismo de mercado
En la cuarta de El Pais de hoy martes 4 de diciembre hay un artículo sorprendente pues choca con casi todas las cuartas de ese diario y lo hace de frente. Su autor parece estar a favor de una reforma federalista de la constitución, pero se explica de una forma que no parece fuera a ser muy aceptable para los que van ahora de federalistas. El título ya es provocador: Por un reino federal de taifas. Y la conclusión es la siguiente:
El objetivo de una reforma federal de España debería ser fomentar Finlandias, no Campanias. Y la inspiración histórica para la reforma no debería venir de los modelos más populares (dependiendo de tus inclinaciones), como la España imperial, la Catalunya de los Segadors o el sacrosanto pacto de la Transición. Sino del modelo histórico quizás más impopular de todos: los reinos de taifas. Efectivamente, en una época en la que se competía con ejércitos, los reinos de taifas fracasaron. Pero, cuando se compite con políticas económicas eficientes en una economía globalizada, unidades políticas pequeñas, autónomas y bien comunicadas presentan grandes ventajas. Así que, ¿por qué no reinventar un reino de taifas?
Y ¿quién dice esto? Pues lo dice Víctor Lapuente, un jóven profesor en el Instituto para la Calidad de Gobierno de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). Es decir no lo dice alguien enzarzado en la política miope del día a día de la política española sino alguien que enseña nada manos que un asunto que parece, en estos días atribulados, como una contradicción en los térmimos: la calidad de Gobierno. Y parece que la calidad de las políticas pública estaría hoy en día asociada a la competencia entre pequeñas entidades (semi)soberanas que aprenderían unas de otras mediante la experimentación. Sería como si la globalización ya no permitiera el centralismo del poder y tuviéramos que entender que hay que encontrar otra manera de ordenar las decisiones que afectan a todos los ciudadanos de una comunidad determinada. Y a esa manera le llama el profesor Lapuente el federalismo de mercado.
Competencia y mercado son dos palabras claves que nos llevan a pensar en la discusión ya antigua entre la planificación central y el mercado. Pero aplicada ahora a la competencia entre las políticas públicas y a una especie de mercado en el que podríamos escoger entre unas u otras. No es pues una cuestión de tamaño de la comunidad que decide aunque el pequeño tamaño generalizado facilita la competencia entre políticas públicas. Lo mismo que la competencia perfecta no depende del tamaño de los individuos o de su número que habría de ser muy grande. Lo importante en ese caso es que ninguno tenga poder de monopolio por grande que sea o, lo que es lo mismo, que cualquiera que sea el tamaño de un agente nada cambie porque ese agente sea eliminado del mercado. Y la mejor manera de garantizar que eso ocurre es, en nuestro caso, que cada entidad que dicta normas sea soberana. Es decir no se trata de que small sea beautiful, o de que haya muchos Estados en el mundo, o de que debiera haberlos, tal como argüía hace casi nueve años, aunque esto ayudaría, sino de eliminar en el límite la existencia del Estado cualquiera que sea su tamaño.
«Federalismo de mercado» recibió 6 desde que se publicó el martes 4 de diciembre de 2012 . Si te ha gustado este post quizá te gusten otros posts
escritos por Juan Urrutia.
**Ver articulo que envie de Raymond en 2012
Comenzar a pensar la Confederación
Si admitimos, por ejemplo, que a largo plazo el mundo converge hacia una gran confederación, o colección de confederaciones, unas cuantas Suizas digamos, todas las opiniones de los periódicos sobre Cataluña, su derecho a la autodeterminación o los efectos de una u otra manera de llevarla a cabo, deberían juzgarse bajo ese prisma de una gran futura confederación.
Llevamos, los que nos interesamos por la situación económica, bastantes semanas tratando de comprender algo de lo que ocurre en Cataluña y a causa de Cataluña, sin llegar a poder alcanzar una visión general y coherente. Se ha mencionado a menudo el asunto del Estado Federal, pero hasta muy recientemente no se ha jugado con la figura de la Confederación. Yo diría que nada serio se ha dicho al respecto hasta el trabajo de Fernando Fernández Méndez de Andés aparecido en El País del viernes 6. Como me considero un confederalista irredento me gustaría colaborar con Fernando en una exploración de esta figura de organización política que en sus palabras, no muy generales, es un modelo constituido por
bilateralidad, privilegio financiero y excepecionalidad cultural
Quizá algún día caiga en la tentación de explicarme siguiendo pequeños escritos pasados que no fueron muy bien recibidos en su día, pero de momento solo quiero resaltar que la confederalidad es un ejemplo de la profundidad a la que hay que llegar cuando nos encontramos en situaciones difíciles de entender. Pero hoy no es ese día pues antes de meterme en ese fregado creo necesario acercarme a problemas todavía más profundos cuando nos enfrentamos a la organización política de una comunidad de seres humanos más o menos cercanos unos a otros. Y como los economistas son agentes intelectuales que persiguen justamente la comprensión de esas comunidades a nadie debiera extrañar que, en lo que sigue, trate de comunicar no tanto la solución de cualquiera de los problemas cercanos como el de Cataluña, sino más bien algunas características que debería tener cualquier intento de comprensión de la organización político-económica de una comunidad humana.
Y este intento me rejuvenece pues desde que en mi tesis doctoral estudié el comportamiento de Modelos Macroeconómicos de Desequilibrio hasta más recientemente (2008) en mi libro El Capitalismo que Viene no he hecho otra cosa que intentar comprender el comportamiento de las principales variables de un sistema económico cuando las expectativas no pueden ser racionales (lo que facilitaría el análisis pero introduciría la multiplicidad y la consecuente falta de genuina explicación) debido justamente al uso del dinero fiduciario que solo se justifica justamente cuando no nos encontramos en equilibrio.
Pero incluso si en un modelo de los que yo siempre he ensalzado pudiera pensarse en un equilibrio a muy largo plazo que fuera único, lo indubitable es que se podría llegar a él por muy distintos caminos cada uno de los cuales tiene sus características propias, esas que justamente nos interesan en un momento determinado del recorrido real de la economía o comunidad humana de la que se trate. Dependiendo del camino que esté siguiendo hoy la economía europea por ejemplo, las consecuencias del Brexit o del Catalexit serán muy distintas en muchos respectos y nada se podrá decir de esas consecuencias sin un conocimiento correcto de la situación en que nos encontramos y de la trayectoria que se seguirá hacia el equilibrio final correspondiente a la trayectoria sobre la que nos encontramos.
Lo que quiero comunicar es que esta idea debiera ser aplicada al asunto de la organización política del planeta Tierra y de todos sus habitantes de forma que sea dentro de ese contexto en donde se trate de entender todos y cada uno de los problemas que surgen debido al impacto de cambios en variables exógenas al modelo general como podía ser, entre otras, la cuestión climática. Si admitimos, por ejemplo, que a largo plazo el mundo converge hacia una gran confederación, o colección de confederaciones, unas cuantas Suizas digamos, todas las opiniones de los periódicos sobre Cataluña, su derecho a la autodeterminación o los efectos de una u otra manera de llevarla a cabo, deberían juzgarse bajo ese prisma de una gran futura confederación. Y esta afirmación incluye la opinión de los «negros» del rey que confeccionaron su discurso de la noche del 3 de este mes. Pero de su lectura no se puede inferir que ese sea el caso.
Si quisiera decir algo de acuerdo con mi propia manera de entender la noción amplia de la Economía me atrevería a decir que lo mejor para todos visto desde hoy sería tratar de introducir un cambio en el momento en que se encuentra la Economía mundial de forma que todos nos encontremos sobre la trayectoria hacia el equilibrio «final» más rápida aunque quizá no fuera la más conveniente para todas las estirpes del conjunto de los humanos en cuyo caso debería ser aceptada de una manera convenida.
Y esto me lleva al Discurso del Rey. Yo no hubiera aconsejado a Felipe VI que hablara como si la Constitución española de 1978 fuese a durar para siempre y su reinado fuera a llegar a ese fin del mundo presumido en nuestra recomendable manera de pensar.
PS. Lean ustedes el Discurso Real y opinen sobre la extensión de la hermandad confesada del Rey en Cataluña. En mi opinión se declara «hermano de los catalanes unionistas» y no de los republicanos separatistas que, sin embargo,igual van por el buen camino. Pero quizá yo no sepa leerlo bien.
https://juan.urrutiaelejalde.org/federalismo-de-mercado
http://articulosclaves.blogspot.com.es/2017/10/el-federalismola-opcion-inteligente.html
Comentarios recibidos en este post y unidos a la discusión global de todos a través de la Matriz, nuestro espacio conversacional.
saludos,
Victor
¿cree que Catalunya será independiente?
No creo. Básicamente porque a Europa no le interesa. No parecen estar preparados para un cambio tan fuerte como el que se plantea. Para cualquier analista actual resulta inverosímil y descartable la división actual de un país de Europa Occidental. Pero no es el único motivo por el cual creo que esta reivindicación acabe teniendo éxito. Gran parte de que la cuestión no vaya a salir adelante se encuentra en el mismo pueblo catalán.Es un tema que divide y para afrontar un proceso de este tipo se requiere unidad. Es fundamental
Pero ¿las reivindicaciones independistas le parecen legitimas?
Este es otro tema a abordar; los orígenes de la cuestión. Considero en Catalunya tal como ha sucedido en otras regiones europeas con realidades similares, las elites oportunistas han aprovechado factores como la deuda y el desempleo, proyectándolos en una ola de exaltación nacionalista.
Pero los resultados electorales han otorgado la mayoría soberanista
Si, las elecciones han fortalecido la mayoría parlamentaria de los partidos separatistas, pero hay otro dato interesante, el PP ha sacado el mejor resultado de toda su historia en Catalunya y ciutadants también es una formación unionista, ha triplicado su presencia parlamentaria. Por su parte CiU que ha pasado dos décadas hablando de forma muy cuidadosa sobre la cuestión de la autodeterminación, ha sufrido un castigo importante cuando se ha pronunciado de forma clara al respecto, los votantes independentistas mas incrédulos le dieron su apoyo a Esquerra. Todo esto pone de manifiesto el concepto que he comentado de separación dentro de un mismo pueblo.
¿Y en que esta fallando la propuesta independentista para no lograr cohesionar a todo el pueblo?
Creo que en el origen de la reivindicación. Lo que considero menos serio de este asunto es el hecho de que los partidos separatistas se comporten como perros persiguiendo coches; no han descubierto aun que harían con ellos si se saliesen con la suya. Recitan agravios históricos, culturales, simbólicos, le dan a la lucha catalanista la identidad de un anillo del siglo XIX.Es un argumento anacrónico. Y aunque enfaticen que no se trata de una lucha étnica o religiosa, va a parecer demagogia.
¿Cuál es entonces la clave para vertebrar la propuesta independentista?
La burocracia coagulada, las leyes caprichosas, el gasto publico español desmedido y la corrupción de la administración publica. Catalunya no necesita un pedigrí histórico para separarse de España, sino propuestas concretas sobre que hará en un hipotético nuevo estado.
Convertirse en una nación pequeña y endeudada de la Europa del Sur no es un honor en estos días.
La diferencia entre convertirse en una Finlandia del Sur ** o en un segundo Portugal radica en propuestas económicas, no en argumentos identitarios
La construcción de un estado inclinado a la reforma y a aligerar la administración pública deben ser las cuestiones naturales a reclamar por el gobierno catalán.
Entonces para usted la clave es esencialmente económica…¿entronca este argumento con la visión de que en España se están haciendo mal las cosas en este ámbito?
Eso creo, ha subido los impuestos, en la actual situación económica eso solo sirve para sacarle mas dinero al ciudadano, pero no para combatir la crisis.
¿Cuál es entonces la receta para salir de ella?
Fomentar el crecimiento empresarial, respaldar a los nuevos negocios y no dejar solos a los emprendedores España no se esta preocupando de que crezcan sus empresas y asi es inviable salir de la crisis ***
Nosotros también la estamos padeciendo en EEUU, pero el país se resiente menos porque siempre esta al lado de los emprendedores.
Invitado por el col.lectiu Emma
Raymond es periodista de Wall Street Journal, con solo 24 años es uno de los analistas socioeconómicos mas reputados de EEUU.
Fuente :8 dic 2012 pag.14, –Diari de Terrassa
Comentario
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Si Europa con los estados actuales tiene serios problemas de control, de ajuste, imaginemos con una avalancha de nuevos estados independientes que se incorporaran, otro asunto son los estados federales que de comun acuerdo pasaran a ser estados de una Unión Europea federal, procesos que requerían negociaciones pactadas entre las partes como Escocia y no rupturas como las que se pretenden en otros lugares. Para mi “El ideal ” seria unos estados federales unidos en Europa, con menor peso estatal y mayor peso de las ciudades y ciudadanos, enlazando entre ciudades las industrias, pymes, las universidades, etc