No hay presiones políticas hacia las empresas, hay aplicaciones de planes de contingencia, según escenarios previstos hace dos años, si al final toman la decisión de marchar, es SOLO por cuestiones de Seguridad Juridica.
El efecto sede
El traslado de las sedes ponen de relieve que para muchas empresas el mercado español es el de referencia
“Hay que ser realistas, una gran parte de las compañías que han trasladado su sede social fuera de Catalunya en las últimas semanas no volverán, pese a que todas ellas afirman que su marcha es temporal”, asegura el presidente de una de las grandes corporaciones que en esto días inquietos ya ha puesto en marcha la mudanza. Paradójicamente, pronóstico diferente al expresado en Washington por Luis de Guindos, el ministro de Economía, que afirmó confiar en que las empresas volverán pronto a Catalunya.
Pero el revés empresarial al procés, completamente inesperado para los dirigentes independentistas, amenaza con superar la coyuntura para dar a luz un nuevo modelo de relación económica entre Catalunya y el resto del Estado, con la primera teniendo un papel más subordinado en el caso de que esas sedes perdidas ya no vuelvan.
La opinión de ese alto ejecutivo, compartida por otros en posición parecida, parte de considerar que la crisis política en Catalunya no admite una solución rápida en ninguno de los hipotéticos escenarios que se dibujan en el horizonte. La convocatoria de elecciones autonómicas anticipadas, la alternativa preferida por las organizaciones empresariales más importantes, permitirá lanzar la pelota hacia delante pero dejará sin despejar las principales incógnitas. Y una vez celebrados, los comicios dibujarán un complejo mapa parlamentario que alargará la inestabilidad.
Independencia de Catalunya
Responsables de las empresas trasladadas creen que es muy posible que ya no vuelvan
Quedan, en opinión de la élite económica, largos meses de incertidumbre por delante. Pocas serán las empresas que se aventuren a desandar el camino de salida ya recorrido. Pese a la frivolidad con la que se está intentando despachar el asunto, no se puede estar yendo y viniendo de un domicilio, social o fiscal, a otro según vaya girando la coyuntura política.
¿Presagia la estampida empresarial de estas semanas un golpe profundo y permanente a la economía catalana?.
La movilización corporativa de estos días ha puesto de manifiesto una realidad que la fría lectura estadística sobre comercio exterior de los últimos tiempos ha nublado. Pese al indiscutible crecimiento de las exportaciones, el mercado de referencia para las empresas catalanas más relevantes sigue siendo el español. Su primer mercado, en muchos casos.
Por dimensión demográfica y económica, ciertamente. Pero no solo. Algunas de las grandes corporaciones han expandido sus actividades en el mundo y una parte muy relevante de sus beneficios proceden de esa actividad exterior. Pero tanto en términos de representación política como de influencia, esas grandes compañías siguen considerando el Estado español como su marco de referencia.
Mientras el contencioso de Catalunya con el Estado no tensa las relaciones entre territorios, los grandes bancos y empresas catalanas pueden aspirar a comerciar en todo el territorio con tranquilidad, e incluso se pueden aventurar a realizar propuestas de cambio en el modelo económico. Pero cuando las diferencias de perspectiva se manifiestan como un conflicto de comunidades y el fantasma del castigo comercial sale a pasear, la tensión resulta insoportable.
Así precisamente comenzó la presión sobre los dos grandes bancos catalanes, Caixabank y Sabadell, el sector más sensible a una posible pérdida de confianza. Esto explica también que aunque muchas de las que han decidido cambiar de sede siguen pensando que no hay posibilidades de independencia de Catalunya y que, por lo tanto, la salida de la Unión Europea no será una realidad –este sigue siendo el análisis central de los mercados y los analistas internacionales– hayan optado por enviar un mensaje claro a su principal mercado consumidor. Y, obviamente, a los reguladores y centros de poder. Tras vivir con el temor a pisar huevos, la presión les ha obligado a decidir.
El impacto en la opinión pública de esos traslados es comparable al desconcierto que ha generado entre los dirigentes del Govern de la Generalitat y de las formaciones independentistas. Algunos creyeron que las quejas privadas de los grandes empresarios, su inquietud por la evolución de la situación política era conocida por todos, nunca se convertiría en decisiones públicas de relevancia. Ahora que estas se han plasmado, siguen sin formular aún una lectura creíble sobre lo ocurrido y sus consecuencias. Lo viven con alarma, en caso contrario sería aún más preocupante, pero no permiten que la sociedad tome consciencia del asunto.
Las empresas afectadas no podrán ser creíbles ante inversores, mercados, clientes y trabajadores si convierten su sede social en un simple apartado de correos, por no mencionar a las que ya han anunciado que además trasladarán su sede fiscal. Una migración de los cuarteles generales de valiosas compañías –muy grandes, medianas y pequeñas– está en marcha.
El llamado“efecto sede” ha sido un argumento empleado durante años para explicar gráficamente parte de las ventajas estratégicas, fiscales y económicas de Madrid como capital del Estado. No parece razonable que cuando ese fenómeno adopta proporciones de tsunami, se cierre con displicencia el expediente. La globalización y la centralización económica empujan a favor de la agrupación en las grandes plazas económicas.
Desde las organizaciones sindicales a los más importantes proveedores de productos y servicios saben la enorme diferencia que existe entre negociar directamente con los centros de decisión y hacerlo a distancia.
Quedan, en opinión de la élite económica, largos meses de incertidumbre por delante
M.PerezLa marcha del sistema financiero de Catalunya completa sus primeros pasos
Catalunya ha perdido en dos semanas su sistema financiero y parte del asegurador. Después de resistir a los duros embates de la crisis económica durante 10 años en apenas 15 días las dos grandes entidades financieras –CaixaBank y Banc Sabadell– y las primeras aseguradoras Catalana Occidente, Vidacaixa y Segurcaixa han trasladado su sede social y, lo que es más importante, la fiscal, fuera de Catalunya.
La patronal avisa que las empresas medianas pueden seguir la misma dirección
Desde esta semana y tal como marca la legislación “su gestión administrativa y la dirección de sus negocios” se llevarán desde València en el caso de CaixaBank, desde Alicante en el caso de Banc Sabadell y desde Madrid en Catalana.
En términos prácticos, esa obligación legal implica que los consejos de administración y las juntas de accionistas de CaixaBank, Sabadell y Catalana dejarán de celebrarse en Catalunya para realizarse en las nuevas sedes, tal como ya han confirmado. Las tres ya han decidido dar ese paso que implica una salida parcial de la comunidad de los órganos de gobierno y prevén celebrar sus próximos consejos y juntas de accionistas fuera de Catalunya.
Obviamente, las entidades deberán habilitar los espacios necesarios y el personal preciso para llevar a cabo esas nuevas actividades en las instalaciones que ya tienen en esas ciudades. Aunque a priori no se prevé un traslado de personas, si la situación persiste es una incógnita qué estructura de equipos y profesionales será precisa llevar a las nuevas localizaciones.
El Sabadell (y quizá también CaixaBank que lo está estudiando) presentarán a la prensa sus próximos resultados trimestrales desde la ciudad de Madrid mientras que siempre hasta ahora lo habían hecho desde Barcelona.
Los bancos buscan –ante la posibilidad de una declaración unilateral de independencia– asegurarse que en todo momento permanecen en la zona euro y bajo el paraguas del Banco Central Europeo. Por eso no es sencillo que la decisión de trasladar la sede puede retrocederse y regresen a Catalunya. El profesor de Esade Juan Igancio Sanz va un poco más allá y afirma que “es complicado que vuelvan los bancos porque cambiar de sede no es como cambiar de piso y en todo caso si pasara debería transcurrir un periodo largo de tiempo”.
Por lo pronto el movimiento de los bancos y aseguradoras abrió una vía de agua en la estructura empresarial catalana –en palabras de Salvador Guillermo, director de economía de Foment– que lejos de taponarse se está haciendo más grande. En sólo tres días más de medio millar de empresas han seguido el camino de los grandes y se han marchado mayoritariamente a Madrid (ver gráfico adjunto). Entre las que han trasladado ya su sede social destacan también Gas Natural, Abertis, Cellnex, Colonial, Planeta, MRW, Idilia Foods.
Guillermo advierte que primero se van los bancos y las firmas cotizadas porque “la bolsa anticipa
la situación de incertidumbre futura y después puede venir el resto de pequeñas y medianas”.
De la parte de los trabajadores, los sindicatos, CC.OO. y UGT tratan de llamar a la calma para evitar males mayores. Javier Pacheco, secretario general de CC.OO., dice que “hay que hacer un llamamiento a la proporcionalidad y recordar que no es el momento de tomar decisiones drásticas”. Su homólogo en UGT Catalunya, Camil Ros, avisa que “uno de los riesgos está en que inversiones que estaban previstas que se puedan aplazar, por lo que las consecuencias de la situación actual se pueden ver de aquí a unos meses”.
Salvador Guillermo, de Foment del Treball, recuerda que las empresas no votan de la forma tradicional como los electores sino que “votan con lo pies” moviéndose de un territorio a otro en busca de certidumbre jurídica. Eso explicaría porque ahora se ha producido el traslado masivo de sedes. Guillermo reflexiona que las empresas no era conveniente que opinaran antes de tiempo sobre lo que harían en caso de independencia porque si te pones de lado de una opción “perderás ventas entre los clientes de la opción contraria y al revés. La mejor opción estratégica es la de no decir nada”, explica antes de recordar que ahora la situación ha cambiado porque ya hay un riesgo próximo sobre la seguridad jurídica presente.
Desde Madrid, la presidenta de la patronal de pymes Fepime, cree que “las empresas que se han ido de Catalunya difícilmente volverán” y añadió que “si eres una comunidad y te vienen grandes empresas las tratarás bien y les darás ventajas para que no tengan ninguna tentación de volver”, en declaraciones a la Cope.
http://www.lavanguardia.com/economia/20171015/432077905041/sistema-financiero-catalunya-marcha-sedes-grandes-empresas-caixabank-banc-sabadell.html
Al menos 531 empresas han abandonado Catalunya desde el 1-O
La posibilidad de que Catalunya se independice ya ha alejado al menos 531 empresas hacia otros puntos de España desde el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre, alentadas también por el decreto que aprobó el Gobierno el viernes 6 de octubre para facilitar que las empresas afincadas en Catalunya pudieran trasladarse a otras comunidades autónomas.
Esa reforma, que el Ejecutivo pactó con el PSOE, permite que sea el consejo de administración de las compañías quien decida el cambio de sede sin necesidad de convocar a la junta de accionistas como ocurría hasta ahora. Entre las empresas que han trasladado su sede social están compañías tan emblemáticas como CaixaBank, Saabdell, Abertis, Cellnex, Catalana Occidente o Idilia Foods (Colacao o Nocilla).
El 9 de octubre, el peor día
Así, la mayor parte de las empresas que han trasladado su sede social -524- lo hicieron entre los días 9 y 11, según datos del Colegio de Registradores de España. El número puede ser superior porque la cifra del 11 de octubre, el último día disponible, e incluye datos de Barcelona y Girona, pero no de Tarragona y Lleida. En sentido contrario, desde el 2 de octubre han trasladado su domicilio social a Catalunya 22 empresas, lo que deja un saldo negativo de 509.
El mayor número de salidas -212 empresas- se produjo el día 9 de octubre, jornada previa a la sesión del Parlamento catalán en la que se esperaba la declaración de independencia. El 10 de octubre se registraron 177 traslados de sede, mientras que el 11 de octubre se contabilizaron 135, aunque para ese día sólo hay datos de Barcelona y Girona. En los días previos, los cambios de sede fueron muy reducidos: un traslado el 3 de octubre; dos, el 5 de octubre; y cuatro, el 6 de octubre. La inmensa mayoría de las compañías que han abandonado Catalunya, 501 de 531, tenía su sede social en Barcelona, según los datos del Colegio de Registradores.
Panorama sombrío
El Ejecutivo, además, dibuja un panorama muy sombrío para la economía tanto catalana como española debido a la inestabilidad que genera la situación actual hasta el punto que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha advertido este viernes de que si persiste el desafío independentista puede poner a Catalunya “al borde de la recesión”, y ha reconocido que si no hay una “pronta solución” el Gobierno “se vería obligado” a rebajar la previsión de crecimiento del PIB para 2018.
Sáenz de Santamaría ha recordado que las agencias de calificación están alertando a Catalunya de que la inestabilidad puede perjudicar su economía y de que la salida de empresas podría acabar llevándola a la recesión. “La Generalitat está creando todas las condiciones para sumir a Catalunya en una aguda desaceleración”, ha advertido la vicepresidenta.
Caída del turismo
En este sentido, ha explicado que hay indicadores que alertan de este perjuicio, como la caída “dramática” del turismo en la región, con un descenso de las reservas hoteleras de entre un 20% y un 30%, así como la inversión, que ha retrocedido un 10% en el segundo trimestre en Catalunya, frente a un crecimiento superior al 13% en el resto de España.
Además, la Marca Catalunya y la Marca Barcelona se están viendo perjudicadas por la situación, según Sáenz de Santamaría. “La estabilidad política es una puerta de entrada a las inversiones, la riqueza y el bienestar económico. Cuando se instala la incertidumbre, los términos se invierten y la factura la pagan siempre los catalanes, las empresas y los trabajadores”, ha subrayado la vicepresidenta, que ha añadido que la Generalitat está aún “a tiempo” de dar marcha atrás.
También se ha expresado sobre la cuestión el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, quien ha asegurado que la crisis catalana no saldrá gratis, al informar que obligará a situar “algo por debajo” del 2,6 % las previsiones de crecimiento. Este tipo de cuestiones tienen siempre impacto”, ha afirmado De Guindos.
- La mayor parte de traslados se produjo tras el decreto del Gobierno que los facilitaba y antes del pleno en el que Puigdemont suspendió los efectos de la independencia
- http://www.lavanguardia.com/economia/20171013/432025958733/empresas-catalunya-1-o.html