EN DEFENSA DE LAS INSTITUCIONES
Fue Sternberger, jurista y politólogo, quien acuñó el término "patriotismo constitucional", en un artículo periodístico que escribió con motivo del 30 aniversario de la Ley Fundamental de Bonn, en 1979. Sternberger creía que el hecho de que Alemania se hubiera dotado, tras la derrota militar del nacionalsocialismo, de una cultura política democrática, fundamentada no en conceptos etnicistas ni la evocación del pasado histórico, sino en los derechos de participación consagrados en la Constitución, que los reconoce y garantiza, tendría que ser un motivo de orgullo no sólo para la generación del momento sino para las futuras generaciones.
Ello se inscribió también en un debate entre historiadores, filósofos y otros intelectuales, que encontraban grandes dificultades para reconciliarse con la barbarie del pasado y fue aquí donde Habermas, su gran divulgador, confirió un sentido moral al concepto de patriotismo constitucional, argumentando que el sistema político debía formarse alrededor de una identidad colectiva que se inspirase en la democracia y el respeto a los derechos humanos.
Al mismo tiempo, esta estructura de pensamiento permitió que, tras la caída del muro de Berlín, los alemanes de uno y otro lado pudieran considerarse a sí mismos, con la unificación, como “una” comunidad de ciudadanos. Contrariamente a todo tipo de nacionalismo, no se basaban en un sentimiento identitario, sino en un concepto racional que les reconocía el poder elegir ser ciudadanos, no de cualquier país, sino de uno fundamentado en los principios del constitucionalismo democrático y del cual se podía, por ello, estar orgulloso. El Estado democrático constitucional ha sido, desde tal perspectiva, un paradigma con vocación universal.
No es sobre "sentimientos identitarios" donde hemos de edificar la democracia y reclamar la eficacia del Estado de Derecho. Tampoco sobre pretendidos "derechos" atribuidos a entelequias.
No nos podemos dejar arrebatar lo que nos une: los derechos y libertades sobre los que hemos construido el orden constitucional. Con todos sus defectos, porque no existe orden constitucional perfecto, pero con todas sus virtudes. Es lo que nos permitió abandonar la condición de súbditos para convertirnos en ciudadanos. En esos ciudadanos que Bobbio quería libres y conscientes, participativos y dispuestos a defender la democracia.
Del orden constitucional emanan las instituciones constitucionales. Todas. Ninguna existiría fuera de este contexto. Ninguna tendría eficacia jurídica ni legitimidad política fuera de este contexto democrático. Por más que en sus acciones concretas, las personas que están al frente de las instituciones puedan cometer errores, de todo tipo, las instituciones están por encima de ellas.
Es a las instituciones a las que hay que defender y con quien se ha de estar. Nos representan pese a la, a veces, miseria moral de las personas que las dirigen. Por ello, cuando nuestras instituciones, la Corona, el Gobierno, el Parlamento, todas las Comunidades Autónomas y, también, algunos Ayuntamientos, pueden ser objeto de improperios en la manifestación que, contra el terrorismo y en apoyo a las víctimas, convocada para esta tarde y por ellas auspiciada y a la que van a asistir, no puedo dejar de estar a su lado.
Porque esos previsibles improperios son lo que más justifica que, como ciudadana que, pese a los errores o controversias que puedan existir, no reniega de pertenecer a uno de los sistemas constitucionales basados en el Estado de Derecho, la democracia y los derechos fundamentales, sienta como obligación cívica demostrar públicamente que las instituciones deben ser defendidas porque la ciudadanía merece que a ella la defiendan también.
Teresa Freixes
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-De forma positiva 75 representantes de todos los cuerpos de seguridad y de emergencias, así como de entidades vecinales y ciudadanas encabezarán la manifestación que se celebrará esta tarde en Barcelona contra el terrorismo bajo el lema "No tinc por"
-De forma negativa, banderas, pitadas, pancartas en una manifestación que es de luto, que no es reivindicativa.
-Mejor hubiese sido que todos caminasen en silencio y de negro, por respeto a las victimas.
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Para reflexionar, nos quejamos y avisamos de como se manipula a los jóvenes, como se les puede "envenenar" para ir en contra de un lado o de otro, y aquí algunos están haciendo lo mismo. Triste realidad confirmada hoy en BCN.
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