1. Votecoin
Votecoin, es una moneda social emitida por el ayuntamiento que identifica y permite a todo ciudadano inscrito en el censo participar en las decisiones de gobernanza local mediante democracia directa.
Cada vez que una persona inscrita en el censo municipal participa en una decisión de su ayuntamiento, es compensada con Votecoins que puede usar en servicios públicos, comercios locales o descuentos en impuestos.
El Ayuntamiento actúa como garante de las transacciones que se producen, que son de dos tipos: el voto, garantizando la validez del resultado de la propia transacción, y la transacción de bienes o servicios, gracias al intercambio de votecoin.
El votecoin es generado de dos formas diferentes, cada vez que se realiza una consulta ciudadana, el ayuntamiento emite tantas monedas como habitantes tiene el municipio, pero solo si el ciudadano/a ejerce el voto, el votecoin es “intercambiable” (validados). El ayuntamiento a su vez emite votecoins “intercambiables” (validados) para el pago de ayudas sociales o para el abono de bienes o servicios a proveedores que acepten la moneda.
El votecoin puede ser intercambiado siempre por una deducción de sus impuestos municipales, por ejemplo el IAE para las empresas o el IBI para los ciudadanos, así como para su uso en servicios municipales como el transporte público, por lo que la aceptación es universal en el ámbito del municipio.
El fondo de comercio de aquellos establecimientos que aceptan el votecoin se incrementa y el ayuntamiento emite moneda que no es más que una reducción indirecta de impuestos que fomenta además el comercio local.
El votecoin es transparente al usuario, la percepción del “valor” la da la comunidad con su uso y aprendizaje y el propio ayuntamiento con su respaldo. El Freecoin (una moneda social/virtual) podría ser una herramienta que se adapte a estos requerimientos.
http://votecoin.info/
Otras alternativas (RB-RBU-TG-TS)
2.¿En qué se diferencia una Renta Básica de una Renta Garantizada de Ciudadanía y por qué apoyamos esta ILP?
La asociación Red Renta Básica (RRB) ha estado desde el inicio entre el grupo promotor de esta ILP. Ante una situación como la que estamos viviendo, en donde nuevos informes (el último es el informe de Foessa) y estudios constatan que crecen el paro, la pobreza, la exclusión social y también arrecia el ataque a las condiciones de existencia material para casi toda la población no rica o no muy rica, la ILP por una RGC nos parece una iniciativa excelente. Una iniciativa, que a su vez, ha conseguido amplios apoyos de sindicatos, partidos y asociaciones para la mencionada ILP. Esto de por sí ya es un éxito. Y la maquinaria ya puesta en marcha para conseguir 50.000 firmas, permitirá llegar a más sectores sociales. En muchas charlas de presentación de esta ILP, a los miembros de la RRB se nos ha preguntado o se nos ha pedido que expliquemos las diferencias entre la RGC y la RB. También se nos pregunta al respecto al pedirnos este artículo. Veamos en las menos palabras posibles estas diferencias.
La RGC es un subsidio condicionado. Para recibirlo, tal como expone la propia ILP, deberían cumplirse una serie de condiciones. Puede tratarse de condiciones más o menos generosas, pero son condiciones. Esto supone unos costes administrativos muy altos en proporción al presupuesto general del programa condicionado. En cambio, la RB representa una simplificación administrativa envidiable como hasta han venido a reconocer algunos de sus críticos. Resulta obvio que esta característica de la RB, la ausencia casi absoluta de costos administrativos, puede ser de vital importancia en la perspectiva de una efectiva racionalización de las políticas sociales y de redistribución de la riqueza.
La RB se garantiza ex-ante, la RGC, en caso de poder tener acceso a ella, ex-post. Esta característica convierte a la RB en una medida esencialmente preventiva de la exclusión. Sobre la RGC, por razones evidentes, no puede afirmarse lo mismo.
La RB permite eludir las llamadas trampas de la pobreza y del paro. Estas trampas aparecen por el hecho que las cantidades monetarias de los subsidios condicionados, como es el caso de la RGC, no son acumulativas (con esto queremos decir que son subsidios complementarios a una renta ya existente y hasta un umbral establecido). De aquí la inexistencia de estímulos muy elevados para aceptar ocupaciones que supongan la pérdida de la RGC. A diferencia de la RGC, la RB no constituye un techo, sino que define sólo un nivel básico, a partir del cual las personas pueden acumular cualquiera otro ingreso. Además, la RB podría ser en muchos casos un estímulo para desarrollar trabajos remunerados, mientras que los subsidios condicionados no sólo no suponen este incentivo sino que representan todo lo contrario.
La RB al no estar condicionada, la recibiría toda la población, como queda dicho. Esta característica tan distintiva de esta propuesta ha supuesto que algunas personas hayan expresado su desacuerdo con que “también la reciban los ricos”. Si se entiende cabalmente que tan importante es la cantidad de la RB como la forma de financiarla (y hay más de una y de dos formas de hacerlo), puede deshacerse alguna confusión. Que todo el mundo reciba la RB no quiere decir que todo el mundo gane. Los ricos pierden en las propuestas de financiación políticamente interesantes. En el proyecto de financiación que realizó la RRB para Cataluña en el año 2005, el 70% de la población con menos renta se beneficiaba con la RB, un 15% quedaba aproximadamente igual, y el 15% más rico perdía. Con nuevos datos y en plena crisis, se está realizando un estudio de actualización que permitirá ver qué cantidad de RB es en la actualidad técnicamente posible (en el año 2005, era de 5.414 euros anuales para toda la población censada en Cataluña y de 2.707 para los menores de 18 años). Esperamos tener en breve esta actualización.
Una consideración comparativa final. Si bien en condiciones de crisis y de paro masivo como en la actualidad esta razón queda más debilitada, la RB permite evitar los daños psicológicos y morales vinculados a la estigmatización social del perceptor de un subsidio condicionado como es la RGC. Lo que debe garantizar toda sociedad es el "primer derecho", el de la existencia. Simplemente por el hecho de pertenecer a la ciudadanía (o, si se quiere, por el hecho de pertenecer al género humano), sin razones adicionales. Cualquier consideración acerca de la libertad de las personas que las desvincule de la existencia material garantizada, puede servir para multitud de trabajos académicos y hasta para muchas tesis doctorales, pero es a lo sumo palabrería sofisticada. Aunque fueron dichas hace más de dos siglos, las palabras al respecto de Robespierre siguen siendo de rigurosa actualidad: “¿Cuál es el primer fin de la sociedad? Mantener los derechos imprescriptibles del hombre. ¿Cuál es el primero de esos derechos? El de existir. La primera ley social es, pues, la que asegura a todos los miembros de la sociedad los medios de existir; todas las demás se subordinan a ésta; la propiedad no ha sido instituida, ni ha sido garantizada, sino para cimentar aquella ley; es por lo pronto para vivir que se tienen propiedades. Y no es verdad que la propiedad pueda jamás estar en oposición con la subsistencia de los hombres.”
La RB no es solamente una medida contra la pobreza, es una propuesta que pretende ser parte integrante de una diferente configuración política de los mercados. También esta propuesta quiere dotar de existencia material a la población para hacer posible la libertad efectiva de todos los miembros de la sociedad. Característica “subversiva” que ha captado perfectamente la derecha toda y por ello la ha considerado tan peligrosa cuando se ha discutido por dos veces en el parlamento del Reino de España.
Cada vez es creciente el número de personas que pierden lo que les garantizaba mal que bien una existencia social más o menos decente. Pedir trabajo digno para todas las personas en paro supone un noble objetivo y sería harto deseable, pero mientras eso no llega y no es previsible que vaya a llegar en los próximos años estas mismas personas deben tener la existencia garantizada. Comer, alojarse, vestirse… son necesidades que deben realizarse a diario. Aquí cobra todo el sentido esta Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Garantizada de Ciudadanía (¿hacia una renta básica?).
Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de Sin Permiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta Básica? Preguntas (y respuestas) más frecuentes (El Viejo Topo, 2012). Sergi Raventós es trabajador social en una fundación de salud mental. Es miembro del colectivo Dempeus per la salut pública. Forma parte de la comisión promotora de la Iniciativa Legislativa Popular por una Renta Garantizada de Ciudadanía como representante de la Red Renta Básica
Raventós diferencia RBU de subsidio. El subsidio es un acto de caridad de la sociedad con el individuo menesteroso. Exige condiciones. Estas condiciones implican un ejercito de funcionarios administrativos y una estigmatizacion del subsidiado. La RBU es sencilla. Tú eres adulto y vives en una comunidad: tu dignidad como persona hace que recibas x € (Raventos calculaba en 2013 unos 670, la mitad para los menores)
http://www.eldiario.es/catalunya/opinions/Renta-Basica-Garantizada-Ciudadania-ILP_6_113798621.html
3.Siete argumentos contra la Renta Básica Universal y a favor del Trabajo Garantizado
El autor defiende que pese a que la renta básica es una medida potente, factible y muy efectiva para combatir la pobreza, lleva aparejada importantes problemas macroeconómicos
Aunque hace mucho tiempo que se concibió la Renta Básica Universal (RB), no ha sido hasta hace poco cuando ha cobrado importancia en los círculos académicos españoles e incluso en la agenda política y mediática. Esta presencia se ha intensificado especialmente a raíz de la irrupción de Podemos en el panorama político español, puesto que recogen esta medida en su programa electoral. Bienvenido sea este debate, que siempre será constructivo. A continuación expongo los principales argumentos en contra de la RB, pues aunque es una medida potente, factible y muy efectiva para combatir la pobreza, lleva aparejada importantes problemas macroeconómicos. Sin embargo, la propuesta que aquí defenderé no es el rechazo de la RB, sino su modificación para transformarla en un programa de Trabajo Garantizado (TG) que resuelva las limitaciones macroeconómicas al mismo tiempo que logre mejores frutos sociales que la RB.
Recordemos que la RB es la concesión a todo ciudadano, independientemente de su situación particular, de un ingreso fijo que le permita cubrir sus necesidades vitales. De esta forma, nadie se vería obligado a aceptar cualquier tipo de trabajo (por muy duro y precario que fuese) para poder sobrevivir con un mínimo de dignidad.
En cambio, el TG parte de la premisa de que si bien es cierto que hoy día en nuestras sociedades hay muchísimas personas que no están trabajando y nuestro deber como sociedad es evitar que por culpa de ello pasen penurias, también es cierto que hay mucho trabajo por hacer en nuestras comunidades. No tiene sentido que mantengamos inactivas a personas que pueden y desean trabajar mientras las necesidades de nuestros conciudadanos no estén cubiertas. En la actualidad necesitamos que cuiden de nuestros mayores, de nuestros hijos y de nuestros enfermos, que aumenten los servicios de ocio y cultura, que se cuiden las infraestructuras, pavimento y fachadas de muchos barrios de nuestras ciudades, que se reforesten enormes extensiones de terreno, que se cuide la fauna y la flora de nuestro entorno, que aumenten y mejoren los servicios sanitarios, que se defienda a los grupos discriminados y a los más vulnerables, etc…
Por lo tanto, mucho mejor que otorgarle un ingreso fijo a todos los ciudadanos es otorgarle el derecho a trabajar si así lo desean (si no lo desean o no pueden, entonces que reciban un ingreso básico –de menor cuantía que en el caso de trabajar). El Estado podría financiar y planificar este TG a través de programas concretos, aunque en última instancia podrían ser las organizaciones no gubernamentales, las cooperativas o cualquier otro tipo de organización las que gestionaran las actividades en cuestión debido a que son las que tienen experiencia sobre el terreno. La remuneración del trabajo debería ser fija por número de horas; por ejemplo, 10 euros la hora. De esta forma se establecería un ancla de precios para evitar tensiones inflacionistas. Al mismo tiempo, se lograría que ninguna persona trabajase en el sector privado por menos de 10 euros la hora, ya que de ser así siempre podrían abandonar su trabajo para formar parte del programa de TG.
Una vez presentadas de forma sucinta ambas propuestas, pasamos a enumerar y describir las diferencias más importantes:
1) La RB genera tensiones inflacionistas; el TG no. Por el lado de la oferta la RB busca acabar con los puestos de trabajo de peores condiciones. Puesto que el empleado pasaría a cobrar un ingreso mínimo sin necesidad de trabajar, podría abandonar su puesto si considera que no le merece la pena. El empleador tendría que mejorar las condiciones laborales para que el trabajador no abandonase, pero cabe la posibilidad de que no pueda hacerlo (debido a las exigencias del mercado: aumentar salarios le podría suponer demasiado coste para mantener competitividad sin aumentar precios o para darle suficiente rentabilidad a los accionistas. Si la mejora de condiciones laborales se hace en este contexto, los precios de los productos aumentarían para no ver mermado el margen de beneficio empresarial: habría inflación). Si el empresario no puede mejorar las condiciones (en muchos sectores con total seguridad no podría), ese tipo de trabajo desaparecería: habría menos empleo y por lo tanto menos producción (menos oferta de bienes y servicios).
Al mismo tiempo que eso sucede, la demanda de esos bienes y servicios aumentaría puesto que todos los ciudadanos tendrían ahora más dinero en sus bolsillos gracias a la RB. Este efecto conjunto tendría como resultado un aumento notable de los precios de esos bienes y productos (la ley de la oferta y la demanda manda: si ahora se venden menos productos y a la vez hay más compradores el vendedor aprovechará la situación para subir los precios). Con precios mayores el poder adquisitivo de los ciudadanos que han recibido la RB se evapora: los pobres siguen siendo pobres.
En cambio, con el TG no habría inflación. Por el lado de la oferta no se producirían menos bienes y servicios sino que se producirían más gracias a los nuevos programas de empleo. Además, al ofrecer un salario uniforme y fijo (de 10 euros la hora por ejemplo) impide el empujar de los precios por el lado de los costes salariales. Por otro lado, la demanda aumentaría pero en mucha menor medida que en el anterior caso ya que sólo se verían beneficiadas aquellas personas más necesitadas (quienes quieren trabajar y no se les deja, y otras personas con necesidades económicas), y no todas (ricas y pobres) como ocurre con la RB. Por lo tanto, no habría tensiones inflacionistas porque aunque habría más dinero para comprar éste no sería tan abundante como en el caso de la RB y al mismo tiempo aumentaría la cantidad de bienes y servicios puestos a la venta.
2) La RB depreciaría la moneda si España tuviese moneda propia; con el TG el efecto sería menor. Si el dinero que aparece en los bolsillos de los ciudadanos gracias a la RB se destina en buena medida a comprar productos en el extranjero (y conociendo el tipo de productos que se producen y que no se producen en España ocurriría con seguridad), una moneda propia se devaluaría fuertemente. El efecto sería mucho menor en el caso del TG porque el dinero en los bolsillos de los ciudadanos no sería tan abundante. Eso no ocurriría con una moneda común como el euro, pero vale la pena tenerlo en cuenta a tenor de los importantes movimientos anti-euro.
3) La RB no tiene en cuenta el ciclo económico, el TG sí. La RB es universal y constante: siempre el mismo ingreso y para todos, independientemente de si estamos en una época de boom económico o recesión. En una época de expansión económica inyectar más dinero en los bolsillos de todos los ciudadanos no hará sino calentar todavía más la economía, provocando burbujas e inflación. En cambio, el TG es flexible y contracíclico. En épocas de boom económico aparecerán en el sector privado muchos puestos de trabajo mejor pagados que los ofrecidos por el TG, de forma que muchos trabajadores del TG se trasladarían al sector privado. De esta forma se estaría introduciendo mucho menos dinero “extra” en los bolsillos de los ciudadanos, y por lo tanto no se estaría calentando tanto la economía. En épocas de recesión ocurriría lo contrario: muchos trabajadores despedidos en el sector privado pasarían a trabajar en los programas de TG, logrando que no se enfriase tanto la economía y evitando así la amenaza de la deflación (caída generalizada de los precios).
4) La RB genera menos trabajo digno que el TG y de forma más limitada. Con la RB se confía en la disponibilidad y voluntad del empresario para mejorar las condiciones de trabajo hasta convertirse en empleos dignos (de no hacerlo los trabajadores abandonarían). Muchos empleadores podrían hacerlo pero otros muchos no. El TG se ahorra este problema al crear trabajo digno de forma directa, sin necesidad de contar con los empresarios. Además, con el TG se podría combatir directamente la discriminación de género, racial y de cualquier otro tipo; algo que no se podría controlar con la RB.
5) La RB no crea servicios sociales; el TG sí. Con la RB no hay producción social (que sirva a los más necesitados), no al menos más allá de la que estén dispuestos a realizar voluntariamente los receptores del ingreso fijo. En cambio, el TG crea directamente puestos de trabajo cuyo objetivo es a) mejorar las condiciones de vida de muchas personas que lo necesitan y b) cuidar y respetar el medio ambiente.
6) La RB sólo concede dinero, el TG mucho más. Recibir un ingreso es sólo uno de los muchos motivos que hay para trabajar, y a menudo ni siquiera es el más importante. Sentirse útil para con la sociedad, aprender nuevas habilidades y conocimientos, socializarse, entretenerse, viajar, etc, son otros beneficios que otorga el TG y que la RB no puede ofrecer.
7) La RB no forma ni prepara al ciudadano, el TG sí lo hace. Los conocimientos y habilidades adquiridas por el trabajador del TG lo preparan para encontrar trabajo en el sector privado o para iniciar sus propios proyectos en un futuro.
E.Garzón
http://www.lamarea.com/2014/08/13/siete-argumentos-en-contra-de-la-renta-basica-universal-y-favor-del-trabajo-garantizado/
4.Elon Musk, director ejecutivo de Tesla Motors y SpaceX, reafirma su apoyo hacia la Renta Básica Universal en vista de la automatización
http://mx.blastingnews.com/economia/2017/02/elon-musk-le-apuesta-a-la-renta-basica-universal-001485303.html
5.Bill Gates opina que los robots deberían pagar impuestos
El fundador de Microsoft cree que las empresas deben compensar fiscalmente los puestos de trabajo que reemplacen con máquinas
http://www.abc.es/sociedad/abci-bill-gates-opina-robots-deberian-pagar-impuestos-201702201715_noticia.html
Finlandia, un país siempre a la vanguardia de la innovación social, ha estado haciendo algunos experimentos basados en la idea de la renta básica universal. El gobierno eligió a 2.000 desempleados con edades comprendidas entre 25 y 58 años para recibir 560 euros mensuales durante dos años. Este dinero no se vería afectado en caso de conseguir un trabajo, así se incentivaba sobre todo el empleo a tiempo parcial algo que no está permitido cuando se cobra la prestación por desempleo.
http://alphr.es/empresa/renta-basica-universal-la-solucion-al-desempleo-tecnologia/
5.El parlamento europeo rechaza la renta basica y el impuesto a los robots
http://www.agorarsc.org/el-parlamento-europeo-rechaza-la-renta-basica-y-el-impuesto-a-los-robots/
6."La renta básica es una combinación de lo mejor de la izquierda y de la derecha"
El pensador Rutger Bregman defiende en 'Utopía para realistas' la renta básica universal, la jornada laboral de quince horas y las fronteras abiertas
Bregman subraya la necesidad de cambiar el concepto de trabajo: "Hoy en día es estar sentado de nueve a cinco en una oficina y hacer cosas que son completamente inútiles. Hay que acabar con eso"
"El problema de la izquierda es que no deja a la gente tomar sus decisiones y equivocarse"
Renta básica universal, jornada laboral de quince horas, fronteras abiertas. Son las tres propuestas sobre las que gira Utopía para realistas (Salamandra), el libro de Rutger Bregman, un joven historiador y pensador neerlandés que busca impulsar una nueva utopía para una nueva sociedad.
Bregman no tiene complejos en reconocer que su ensayo incluye ideas impopulares y que sus planteamientos no buscan complacer a la izquierda, sino más bien ponerla en evidencia en un momento en el que avanzan los planteamientos conservadores, en forma de Trump, Brexit o Le Pen.
¿Por qué centrarse en estas tres propuestas, por qué no elegir otras?
Es una buena pregunta, podría haber escrito sobre otras ideas. Pero creo que las ideas de este libro surgen pensando en cuáles son las grandes injusticias de nuestro tiempo. La renta básica es la respuesta al hecho de que tantísima gente siga siendo pobre y haya gente viviendo en la calle mientras somos más ricos que nunca. La reducción de jornada es la respuesta a que trabajamos más y más duro que nunca, mientras mucha gente tiene un trabajo que piensa que ni tendría que existir, lo que llamaríamos tener un trabajo de mierda. Y la apertura de fronteras es la respuesta a la injusticia más grande, la desigualdad global que crean las fronteras. La visión utópica siempre empieza pensando en qué está mal hoy en día.
¿La renta básica sería una especie de nuevo sistema del bienestar?
Exactamente, sería un suelo en la distribución de los ingresos. Por primera vez en la historia tener una vida sin pobreza no sería un favor, sino un derecho. El Estado de bienestar es increíblemente condicional, tienes que dar demasiadas pruebas, justificaciones y motivos para demostrar que estás suficientemente enfermo, suficientemente deprimido y que estás realmente buscando un trabajo, etc. Lo especial sobre la renta básica es que es completamente incondicional. Así que sí, sustituiría cierta parte del sistema de bienestar.
Dice cierta parte del Estado del bienestar, es decir, ¿no todo? ¿Qué parte sustituiría?
No, habría una parte que conservar, como el sistema sanitario o la educación. Hay una parte de la derecha que quiere que la renta básica sustituya a todo el sistema del bienestar, pero no es esa renta básica por la que yo apuesto. Yo la veo como el gran logro del sistema de bienestar, como un complemento a la educación o sanidad, cosas que ya tenemos. Pero sí podría sustituir programas de subsidios o de distribución de ingresos que están muy condicionados y muy burocratizados.
Y si mantenemos la educación y la sanidad públicas y le añadimos la renta básica universal, ¿podremos pagar todo?
Creo que podría pagarse por sí sola. Si miramos cuál es el coste de la pobreza es increíblemente alto. Un estudio en EEUU mostró que el coste en términos de tasas de criminalidad, gasto extra en sanidad... rondaba el 3% o el 4% del PIB, un dato parecido en todos los países occidentales. Al lado de eso erradicar la pobreza sería barato, en la mayoría de países supondría un 0,5% o un 1% del PIB. Así que veo la renta básica como un suelo del sistema de bienestar, como una inversión que se pagará por sí misma a largo plazo.
Hay tanto desperdicio ahora, tanta gente que podría contribuir ahora mismo al bienestar común y que está en la pobreza o en un trabajo que ni ellos creen que debiera existir. Creo que ese es el desperdicio real de la sociedad actual, tenemos que repensar muchas cosas sobre esta sociedad, qué es trabajo, qué es bienestar.
En Silicon Valley hay experimentos sobre la renta básica, y algunos gurús tecnológicos la ponen como solución a la robotización y a la transformación del mundo del trabajo. ¿No le hace sospechar eso sobre la renta básica? ¿No puede ser un complemento para un mundo del trabajo más desregulado y con menos ingresos?
Creo que una auténtica renta básica iría en contra de estas empresas, especialmente de Uber. Si le damos a todo el mundo una renta básica, especialmente la gente con bajos ingresos tendrá más poder de negociación. Podrán decir que si no les pagan más, no aceptan un trabajo y se quedan con su renta básica. El efecto más importante sería el de mejorar los salarios de esta gente, así que si Uber está proponiendo renta básica, la tendrá que asumir en el futuro probablemente subiendo salarios.
Silicon Valley tiene miedo de que la nueva globalización se lleve nuestros trabajos. Lo que es interesante es ver que estas predicciones ya se hicieron en los años veinte, en los sesenta, en los setenta... y nada de eso ha pasado. Muchos de estos artículos ya se han escrito, básicamente los copian y pegan y los vuelven a publicar. De hecho, especialmente a partir de los años noventa tenemos más trabajos que no necesitamos que existan, especialmente en el sector servicios, lo que llamamos trabajos de mierda.
Un tercio de los trabajadores británicos piensan que su trabajo no debería existir. No son los profesores ni los basureros, estoy hablando de gente con estudios superiores que están básicamente preparando informes los unos para los otros. Si no cambiamos nuestra definición de trabajo, si no cambiamos la forma en la que la sociedad se estructura e incorporamos la renta básica universal, cada vez tendremos más de este tipo de trabajo. Puede llegar a convertirse en la mitad del empleo.
¿Y no puede ser que suceda al revés, que la renta básica, en lugar de dar más poder a los trabajadores, permita a los empresarios pagar salarios bajos porque saben que la gente ya cuenta con otro ingreso?
La renta básica da más poder a los trabajadores, no a los empresarios. Ellos siempre podrán decir que no quieren ese tipo de trabajo. Hay algunos asuntos, como el coste de la vivienda, especialmente en las grandes ciudades, que necesitarán políticas específicas. Es decir, la renta básica no es la panacea.
Hay también algunas voces que dicen que la renta básica generaría un riesgo inflacionista.
La inflación suele ser una de las preocupaciones de la gente que habla sobre renta básica. Eso sucedería si simplemente imprimimos dinero y se lo damos a la gente, aunque hay economistas que proponen hacer eso actualmente porque no hay suficiente demanda en la eurozona. Eso al final no es la solución. A largo plazo la renta básica se tiene que financiar con impuestos y si lo hacemos así, como hacemos con el Estado de bienestar, la inflación no tiene por qué subir. Alguna gente tendrá más poder de compra pero los ricos tendrán que pagar por ello. Habría más inflación si la gente no trabajara pero en el libro dedico tres o cuatro capítulos a explicar por qué la gente no dejaría de trabajar.
En cuanto al fondo más filosófico de la propuesta, ¿es posible para la izquierda asumir una renta básica que reciba todo el mundo, también los ricos, en igual medida? ¿No es una propuesta excesivamente individualista, en el sentido de dar un dinero y trasladar así la responsabilidad a cada persona sobre su bienestar?
Hay algunas ideas en mi libro que pueden ser muy impopulares actualmente. Lo que digo de estas tres ideas es que no son de izquierdas ni de derechas, son ideas para ir más allá de las líneas que dividen a unos y otros. En Finlandia, por ejemplo, es un Gobierno de derechas el que promueve el proyecto de renta básica. En Canadá es un senador conservador el que está impulsando la idea. Y Richard Nixon, en EEUU, estuvo a punto de ponerla en marcha.
En parte soy de derechas cuando digo que creo en el poder del individuo, y lo que veo problemático en la izquierda es que siempre quiere tomar decisiones por otra gente, su paternalismo, su burocracia. El problema de la izquierda es que no deja a la gente tomar sus decisiones y equivocarse. Lo que vemos de vez en cuando en experimentos es que la gente sabe lo que quiere hacer con sus vidas, tiene ideas, y solo hay que dejar que lo hagan.
Lo que sí me gusta de la izquierda es que se preocupa por los pobres y quiere erradicar la pobreza, así que veo la renta básica como una especie de combinación de lo mejor de la izquierda y de la derecha: erradicar la pobreza y dar a la gente la libertad para decidir qué quieren hacer con sus vidas. Lo que vemos en muchos de estos estudios es que la gente decide hacer más voluntariado, así que el coste de la sanidad pública y la criminalidad caen. Es decir, son decisiones individuales que acaban repercutiendo sobre el bienestar común.
El feminismo también está dividido sobre la idea de renta básica. Una crítica es que reforzaría la división sexual del trabajo: las mujeres, sobre las que recae el cuidado y con peores condiciones laborales, tendrían menos incentivos para tener un empleo. ¿Corremos el riesgo de perpetuar esta inercia si aprobamos una renta básica?
En un experimento en EEUU, en Seattle en los años 70, descubrieron que la tasa de divorcios aumentaba, lo que hizo que muchos conservadores se posicionaran en contra de la renta básica porque haría a las mujeres más independientes, porque de repente tenían un ingreso propio.
Lo que pienso es que, una vez más, la renta básica no es la panacea, no debemos dejar de pensar sobre otros asuntos que involucran a la igualdad de género. Hablo de otras políticas en el libro que son increíblemente importantes, como el permiso de paternidad, que debería ser obligatorio, o como el cuidado de los niños. Hay muchas cosas que decir al respecto y hay muchas escritoras feministas que saben más que yo. Lo que creo es que debemos pensar que la renta básica no es solo una idea, sino miles, y que hay versiones de la renta básica que yo no apruebo, como la versión conservadora. El diablo está en los detalles.
Una de las cosas que trato de hacer en el libro es pensar sobre el concepto de trabajo. Hay mucho trabajo actual que es inútil, mucho hecho por hombres por cierto, y sin embargo tenemos mucho trabajo no pagado que es increíblemente necesario y que es hecho por las mujeres, como el cuidado de niños, mayores, o el voluntariado. Una renta básica es también el reconocimiento de ese hecho, un salario para esas contribuciones que las mujeres están haciendo.
En cuanto a la reducción de la jornada a quince horas, ¿cómo convencemos a las empresas para que paguen lo mismo trabajando menos de la mitad de la jornada actual?
La promesa del capitalismo siempre ha sido trabajar menos y menos y vivir la vida. Sin embargo, desde los años 80 trabajamos más y más. Por dos motivos: el consumismo, compramos cosas para impresionar a la gente, y los trabajos de mierda y que no sirven ni aportan valor. Ese es el desperdicio. Es algo que ignoran todos los políticos, desde la izquierda a la derecha, todos hablan de crear empleos, de que necesitamos más trabajos cualificados... pero mirad la economía real, mirad lo que la gente está haciendo, ellos mismos dicen que no sirve para nada. Es normal que la gente acabe quemada o deprimida. Podemos cortar la jornada laboral un tercio y seguir siendo igual de ricos.
Pero al final quien decide lo que se paga es una empresa, más allá de que tú como trabajador consideres que tu empleo es una mierda o es inútil.
Sí, pero eso cambiará. Lo que pasará si tenemos una renta básica es que la gente joven sabrá que siempre puede quedarse con ella. ¿Qué estudiarías, a qué te dedicarías si tuvieras dinero? Por otro lado, el número de trabajos y ocupaciones que existen no es algo natural, no es algo que caiga del cielo. A veces se financian sectores y se les da dinero sabiendo que no aportan nada ni son útiles. Hay un montón de normas y reglamentos que permiten al sector bancario hacer dinero sin aportar nada. La demanda no existe en el vacío, nosotros dejamos que pase. Podemos cambiar la regulación, podemos cambiar el sistema fiscal, podemos cambiar la educación, podemos cambiar el sistema de financiación...
¿Cuál es su definición de trabajo?
Trabajo es hacer algo que añade algo de valor al mundo, hacer del mundo un poco más interesante o un poco más hermoso. Y obviamente tiene que ver con dar significado, es lo que hacen los seres humanos y lo que nos diferencia de los animales: dar significado a las cosas que esencialmente no lo tienen. Pero hoy en día es estar sentado de nueve a cinco en una oficina y hacer cosas que son completamente inútiles. Ese es el concepto de trabajo con el que tenemos que acabar.
En cuanto a su propuesta de fronteras abiertas, ¿es algo que necesariamente tendría que hacerse en todo el mundo al mismo tiempo para que realmente funcionara?
No, no lo creo. Las ideas del libro son visiones utópicas para el futuro, estas ideas son necesarias para saber hacia dónde queremos ir pero no para que las implementemos de una en una, sino para que sepamos cuál puede ser el siguiente paso. No soy uno de esos utópicos del comunismo o del socialismo que tiene un plan a cinco años y que si los demás no están de acuerdo conmigo me da igual. Esa no es mi idea de la utopía.
La idea de tener unas fronteras abiertas es fascinante, tenemos un montón de evidencias que muestran que la inmigración es el arma más potente para combatir la desigualdad y la pobreza. Y las fronteras son la mayor fuente de desigualdad que tenemos ahora mismo. No estoy diciendo que abramos todas las fronteras de una. Estoy diciendo vamos a probar, vamos a ver qué opciones tenemos, vamos paso a paso.
¿Y cuál es el siguiente paso?
En este momento no criminalizar la inmigración. En todos los países hay políticos diciendo que los inmigrantes van a venir a quitarnos nuestros trabajos, van a traer terrorismo... es un sinsentido. Tenemos las pruebas que demuestran que a lo largo de la historia la inmigración es la mayor fuente de prosperidad. Las resistencias hacia ella son absurdas y deberíamos olvidarlas en un momento en que la desigualdad es enorme.
http://www.eldiario.es/economia/Rutger-Bregman-entrevista-renta-basica_0_625388216.html
-----
TG un trabajo garantizado + IMU ingreso minimo universal. Ya que un UBI no se ha probado y puede ser peligroso, en cambio un IMU ya se ha probado y ha demostrado ser altamente beneficioso. el IMU es un tercio de un UBI. y para asegurarnos que todo funcione, le incluimos una campaña educativa con el modelo de la educacion circular
https://bienestarmutuo.org/ingreso-minimo-sueldo-basico-universal/
----
Herzl en su "The jewish state", cuando planeaba la entonces utopía de crear un estado judío abordaba el problema, y tenía muy claro -y citaba ejemplos del París del siglo XIX- de que el trabajo dignificaba, y que encomendar labores sociales a los pobres era muchísimo mejor que darles dinero directamente. En fin, que está todo ya pensado y no hacemos más que repensar...(Marta)