Macron, un respiro para Europa
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•El primer comentario es que la victoria de Macron es una victoria para la causa europea. Marine Le Pen, ha felicitado al vencedor y ha dicho que fundaría un nuevo partido. Su figura no ha terminado. Lo que ha terminado es pretender ocupar la centralidad de Francia y de Europa. La han votado once millones de franceses, es cierto, pero Macron ha ocupado la centralidad radical con un 65 por ciento de votos.
Macron apostaba por Europa y por buscar fórmulas para canalizar los excesos de la globalización y Le Pen invocaba el miedo y la endogamia de Francia. Los dos son patriotas. Pero Macron sigue fiel a la europeidad imprescindible de Francia en Europa mientras que Le Pen abogaba por salirse del euro y convocar un referéndum para abandonar la Unión Europea.
La Francia abierta ha ganado sobre la Francia cerrada. Los partidos clásicos han quedado sepultados mientras que un hombre de 39 años, el más joven presidente desde Napoleón, sin partido y sin aliados está facultado para gobernar los próximos cinco años en Francia. Los problemas de Europa siguen siendo los mismos. Y no van a cambiar.
Pero la idea de que Europa está muerta ya se vió que no era real en las elecciones holandesas donde Geert Wilders se quedó en segundo lugar cuando todo hacía pensar que ganaría. La tarea de Macron es muy complicada. Tiene que formar un partido o bien hacerse a la idea de entrar en una cuarta cohabitación con la izquierda o con los partidos clásicos y desintegrados de la derecha.
Los obituarios sobre la Unión Europea son prematuros. Francia está dividida y sin soluciones mágicas. Pero esta noche se ha evitado que un partido xenófobo, autieuropeista, nacionalista, con raíces antisionistas, contrario a extranjeros y muy especialmente a musulmanes, ha conseguido un 35 por ciento de votos. Son muchos. Pero no son mayoritarios. Los desafíos que se presentan a Macron son monumentales.