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Olvida la versión oficial. Los robots no te van a quitar el trabajo de momento

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El empleo del futuro está en juego. Todo el mundo parece estar de acuerdo. En cada conferencia que ofrezco o en cada curso que imparto a empresas, el temor a un futuro incierto es algo previo que está como instalado mayoritariamente. La impresión inicial siempre es la misma. Se está tatuando socialmente una especie de discurso oficial acerca de que la tecnología ha llegado para destruir la ocupación que, aparentemente, tan bien habíamos estructurado. Permitidme que ponga en duda esta última afirmación.

Es evidente que la automatización se está llevando por delante a muchos espacios de trabajo. Un informe reciente del Instituto McKinsey Global estimó que el 49% de las actividades laborales van a ser ser totalmente automatizadas. Esto afectará inevitablemente a 1.100 millones de trabajadores en todo el mundo. A esta cifra demoledora, que no es preciso ser un lumbreras para identificar las razones que lo van a provocar, siempre se le incorpora otra inferior que habla de los empleos que se crearán por el mismo motivo vinculado a la innovación tecnológica. Siempre es una cifra cuantitativamente menor.

El discurso oficial dice que ‘no vamos a crear tanto empleo como el que vamos a destruir’. Esa afirmación es tan superficial como otras que no consideran el hecho de que probablemente lo que va a pasar no es que se destruyan únicamente empleos sino que el concepto que representa el contrato social llamado ‘trabajo’ va a cambiar como nunca antes lo hizoAhí estará la clave. Como también el modo en el que las empresas, y a eso dedico mis esfuerzos cada día, interpreten como un valor añadido esa combinación futura entre ‘transformación digital’, automatización y robotización con el aumento de plantillas humanas. Sí, es posible. Robotizar destruyendo unos puestos concretos para crear muchos otros.
Gracias en parte a más robots en sus centros de cumplimiento, Amazon ha sido capaz de reducir los costos de envío y traspasar ese diferencial a los clientes. El envío más barato estimula a los potenciales clientes a utilizar Amazon. El resultado siempre ha sido el mismo. La compañía contrata a más trabajadores para resolver esa demanda creciente y una respuesta personalizada en la postventa. Más robots, más automatismos que permiten a su vez más humanidad.
El caso de Amazon es paradigmático. ¿Qué hacen los robots, y qué hacen las personas? Las tareas que involucran habilidades motoras al detalle, análisis o imprevisibilidad son gestionadas por personas. Los robots sólo pueden operar en un ambiente controlado, realizando tareas regulares y predecibles. Acciones que requieren fuerza o, incluso, el traslado de estanterías enteras facilitando la parte final del proceso de empaquetado que terminan los seres humanos.
A veces se nos presenta un mundo en el que en pocos años los robots y la tecnología será capaz de llevar a nuestros hijos al colegio. Eso en las películas está muy bien pero la realidad va a ser algo distinta. Es cierto que van a pasar cosas tremendamente disruptivas pero hay que tener una medida objetiva para todo ello. He visto tecnología que va a cambiar el mundo en breve, pero también he oído de otras que se les otorga cualidades que no tiene ni tendrá de momento. Los coches autónomos o las criptomonedas son un ejemplo.
En Amazon o en otros grandes almacenes multiproducto que están trabajando de un modo similar, los robots mueven estantes y los llevan a donde un empleado, sin tener que hacer el trabajo duro, empaquetando y enviándolo a su destinatario. De momento en esa cadena un humano es más operativo en la selección del artículo correcto. Al terminar esa colecta el robot se lleva la estantería a su lugar de origen. El análisis del espacio que requiere la carga del camión de reparto es otro de los puntos en los que la intervención humana detallada maximiza el espacio y mejora el beneficio logístico de la empresa.
De momento, más robots significa más humanos. Desde que adquirió la empresa de robótica Kiva Systems, con sede en Boston, en marzo de 2012, por 775 millones de dólares, Amazon ha incrementado el uso de robots y continúa invirtiendo muchísimo en automatización. Tanto para robots como para drones. En 2016, la compañía aumentó su fuerza de trabajo robótico en un 50%, de 30.000 a 45.000 unidades. Sin embargo, lejos de despedir a nadie, Amazon aumentó el empleo humano en torno al 50% en el mismo período de tiempo. El informe de resultados de la empresa para el cuarto trimestre de 2016 incluyó el anuncio de que planeaba crear más de 100.000 nuevos empleos a tiempo completo sólo en los EE.UU. durante los próximos 18 meses.

¿Es cierto que habría más trabajos si la gente estuviera haciendo el trabajo que ahora hacen los propios robots? ¿Podría ser que la productividad que estimulan al final beneficia a los propios humanos? Muchos de los empleos que Amazon está creando no existían hace un tiempo. Surgen de esa combinación máquina-humano. Es urgente establecer ese espacio de relación. Las empresas deben incorporar tecnología para ganar más en el medio plazo y nada indica que eso requiera despedir personas, sólo modificar su modo de trabajo y potenciarlo gracias a la digitalización y automatización de todos los procesos. Esto no va de temer el futuro. Va de desafiarlo.

https://www.marcvidal.net/blog/2017/3/17/olvida-la-versin-oficial-los-robots-no-te-van-a-quitar-el-trabajo

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En esto de que los robots nunca sustituirán completamente a los humanos suele mantenerse un mantra que dice que ‘alguien tendrá que construirlos’. Lo mismo sucede cuando se comenta que los sistemas expertos o la inteligencia artificial siempre requerirán a desarrolladores vivos que los programen. Son eso, frases hechas. Ideas que, cuando hablamos de revolución tecnológica en estos días, no es muy aconsejable mantener a capa y espada. Un equipo compuesto por investigadores del gigante tecnológico Microsoft y científicos de la Universidad de Cambridge han desarrollado un modelo independiente de Inteligencia Artificial que escribe código de programación por sí mismo. Lo han bautizado con el original nombre de ‘DeepCoder’. Está claro que este prototipo totalmente funcional podría cambiar el modelo de trabajo de muchos programadores en breve.
No digo que vaya a destruir empleos. Nunca lo digo de un modo genérico. Me gusta pensar, y así lo creo firmemente, que la automatización, la inteligencia artificial o la robotización cambiará el modo en el que nos vinculamos a un tiempo de nuestra vida llamado ‘trabajar’, pero que no necesariamente tendrá que ser la apocalipsis que vaticinan muchos. En este caso, seguramente, también tendrá un final parecido. Software que escribe software sin intervención humana. Algo que no viene para sustituir humanos sino para permitir ser más productivos. El reto es descubrir cómo.
En el caso de DeepCoder el tema es muy interesante. Se trata de que una persona le indique al cerebro sintético lo que quiere y él/ella/ello escribirá todo el código necesario en apenas unas décimas de segundo. El valor de las ideas retomará su importancia como siempre tuvo que ser. El ser humano es quien es por la capacidad de inventar, de crear, de diseñar. También obviamente por desarrollar, deducir, implementar tecnología. Sin embargo muchos seres humanos brillantes, con ideas magníficas, permanecen en un limbo laboral porque no son capaces de ‘producir’ a una velocidad determinada. Actualmente los desarrolladores de software son un bien preciado. Se suele considerar que esta profesión no sufrirá ninguna erosión en el futuro inmediato. Obviamente hay un elemento creativo en escribir de un modo u otro una rutina, pero también es evidente que la programación se basa en formatos cerrados que exigen tareas encorsetadas en normas codificadas.
En teoría, en breve, cualquier persona podrá construir un negocio digital sin tener conocimiento de desarrollo tecnológico y sin tener que contratar a nadie para que lo ejecute. O sí. Tal vez el papel de ese desarrollador tenga que ser otro. Ese es el debate. Ahí está el espacio de reflexión urgente. Urgente porque la velocidad que ha tomado todo esto es garantía de que, o nos ponemos a diseñar ese futuro inmediato, o nos explotará a todos en toda la cara.
Tengo claro que DeepCoder, o los derivados que irán saliendo, no tienen por qué eliminar puestos de trabajo. Tengo claro que esto va a permitir a los programadores adentrarse en la solución de rutinas sofisticadas y a ser creativos en la propia programación pues la inteligencia artificial se encarga del trabajo sucio si se le puede llamar así. De momento DeepCoder no es que sea un desarrollador brillante. En teoría solo es un ‘script Kiddy’ que viene a ser un programador principiante. Alguien que se basa en robar líneas de código de otro software hasta que compone un conjunto operativo todavía bastante básico. Es cierto que el asunto acaba de empezar pero ya se intuye lo que va a ser capaz de hacer y cómo, por primera vez, vemos en el mismo lugar de análisis futuro a una profesión, como muchas otras consideradas exentas a esta revolución, obligada a la reflexión sobre su papel y modo de permanecer.
La Inteligencia Artificial no tiene límites. Analiza bases de datos de manera brutal, es rápida y exhaustiva, junta programas de manera que los humanos no seríamos capaces de hacer, tiene una memoria prodigiosa obviamente, recuerda y enlaza todo lo que ha hecho durante su ‘vida’ y lo hace sin parar.
Si la inteligencia artificial puede llegar a generar valor a las tareas consideradas ‘creativas’ o puramente humanas, las profesiones de ‘cuello blanco’, es evidente que se implementará. La velocidad irá en aumento y el coste de instalarlo todo será cada vez menor. Si eres abogado, contable, médico, periodista, guionista, montador, banquero, logopeda, psicólogo, community manager, publicista o lo que se te ocurra, piensa en cómo vas a trabajar cuando llegue tu propio ‘DeepCoder’ y no en que te va a quitar el empleo.
Olvídense de las listas publicadas o emitidas en programas de televisión sobre las profesiones en riesgo. Esto no va de profesionales a sustituir, esto va de nuevos profesionales utilizando tecnología para trabajar en lo mismo. Quien no lo vea que se compre un robot, que se lo explicará.
https://www.linkedin.com/pulse/esto-va-de-destruir-empleo-sino-crear-nuevos-marc-vidal
otros enlaces 
http://nadaesgratis.es/felgueroso/los-mas-vulnerables-ante-el-empleo-cuantos-y-quienes-son
http://nadaesgratis.es/j-ignacio-conde-ruiz/carlos-ocana-orbis-cuarta-revolucion-digital-y-renta-minima
4 enlaces complementarios 


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