El «Financial Times» critica la «actuación chapucera» de Mas y su «estúpida carrera hacia la independencia»
Mas ha cedido «el liderazgo» del independentismo a la CUP, «una cola radical que mueve el grupo del Junts Pel Sí»«Lo último que España necesita es una crisis constitucional que ponga en riesgo su futuro como Estado unitario»«Madrid no debe reaccionar exageradamente. Pero es Cataluña quien debe dar ahora un paso atrás»El diario británico «Financial Times» publica este jueves un duro editorial sobre el proceso soberanista catalán en el que tacha de «estupidez» la «carrera hacia la independencia» y avisa de que, aunque Madrid «no debe reaccionar exageradamente», es principalmente Cataluña quien debe dar primero «un paso atrás» para no «desencadenar una profunda crisis».El diario sostiene que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha contribuido a convertir el «reto político» catalán en un «impasse constitucional» pero añade que el presidente catalán, Artur Mas, ha «actuado chapuceramente» una y otra vez.En concreto, subraya que Mas ha «cedido el liderazgo del movimiento independentista», primero a ERC y ahora al partido de extrema izquierda CUP, «una cola radical que mueve el perro del Junts pel Sí». Es más, sostiene que la resolución aprobada esta semana, a la que «dieron forma estos izquierdistas», sin dar a cambio a Mas sus votos para ser investido, sintetiza «hasta qué punto (éste) ha perdido el control».
España sale de la crisis
El texto, que habla de la «carrera» independentista como «folly» —que se traduce como disparate o estupidez— figura como primer editorial en la edición de este jueves. Para empezar, subraya que ahora que España está saliendo de la crisis y hablando «por fin» de renovación política e institucional, «lo último que España necesita es una crisis constitucional que ponga en riesgo su futuro como Estado unitario«.A su modo de ver, el riesgo es que el enfrentamiento actual, «con grandes manifestaciones y gestos cargados de simbolismo en Barcelona y amenazas veladas de Madrid», se conviertan en un «choque real».El texto recuerda que todo el bloque independentista presentó las elecciones como un plebiscito sobre la independencia y concluye que, incluso mirando la «alianza heterogénea» que abarca desde CDC a la CUP, el resultado del 47,7 por ciento está «muy por debajo de lo que se necesitaría moralmente para justificar una ruptura con España, incluso sin disposición legal en la Constitución para la separación».
«Solución política»
Con todo, el diario sostiene que esta crisis necesita «una solución política», porque la Constitución «ha servido bien a la España democrática pero el país necesita que se convierta en un documento vivo que sirva a un Estado dinámico y en evolución, reformado en torno a líneas federales más claras».El «Financial Times» se opuso a la independencia de Escocia y considera que la de Cataluña sería «igualmente indeseable», con consecuencias económicas «devastadoras» para España y para Cataluña y graves incertidumbres legales y políticas sobre la viabilidad de las finanzas públicas en ambos.«Madrid no debe reaccionar exageradamente al acto de desafío de Barcelona. Pero es Cataluña quien debe, primero y principalmente, dar ahora un paso atrás para no desencadenar una profunda crisis», concluye el editorial.
La espiral de la incertidumbre
El Gobierno Rajoy se reunió ayer solemnemente para dar luz verde al recurso de inconstitucionalidad contra la resolución. El presidente compareció en rueda de prensa para repetir que no se romperá la unidad nacional y que en el recurso se pide que se notifique personalmente la providencia de suspensión a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, al presidente en funciones, Artur Mas, así como a otros 19 cargos entre los que se encuentran los consellers de la Generalitat y los miembros de la Mesa del Parlament. Toda esta parafernalia se construía sin saber si el Constitucional admitiría a trámite el recurso y en qué condiciones.
Lo que puede ocurrir a partir de ahora es incierto. Lo más probable es que Artur Mas reciba una inyección de oxígeno que utilizará hoy en la segunda sesión de investidura o en otra sucesiva antes del 9 de enero.
Cuanto más enredada esté la cuestión catalana, más se beneficia al partido de Rajoy para las elecciones del 20 de diciembre. Como garante del cumplimiento de la ley y de una pretendida estabilidad territorial. Por eso Pedro Sánchez no quiere desengancharse de las medidas que pueda adoptar el Gobierno. Albert Rivera está también subido en el mismo carro.
El recorrido de la decisión del Tribunal Constitucional será largo. Los choques se producirán en el momento en que el Parlament o el nuevo president no acepten las indicaciones explícitas y personalizadas del TC y sigan adelante con la declaración del inicio de la república catalana.
La política todo lo tolera, pero esta confrontación en forma de ruptura institucional entre Catalunya y España es muy problemática y tiene un futuro breve. Ya se han anunciado manifestaciones masivas si se entorpece o se frena el proceso. La ANC y Òmnium las organizan a la perfección.
Pero a la hora de gobernar, de hacer política, de ponerse de acuerdo incluso los independentistas entre ellos, ya es más complicado. Depender de diez diputados de la CUP es inexplicable para una formación como la de Mas. Pero el problema no es la CUP, sino las cambiantes posiciones de Mas, que se ha visto en el trance de pedir ayuda a unos socios que nada tienen que ver con lo que queda de CDC. Irse, en política, a veces es saludable para todos.