En la sesión de ayer miércoles del Consejo Asesor de la Fundación del Español Urgente (Fundéu), cuando repasamos con brevedad las palabras candidatas a "palabra del año" -la elección la efectuará y difundirá la Fundéu a finales de diciembre-, nos topamos, entre ellas, con "populismo".
http://www.expansion.com/blogs/conthe/2016/12/15/que-es-el-populismo.html
La Real Academia no incorporó esa palabra a su diccionario hasta 2014, y la definió, con muy poco acierto, como "tendencia política que pretende atraerse a las clases populares".
Esa definición no solo no capta la esencia del "populismo", sino que es equivocada por su exceso de generalidad, pues convertiría automáticamente en "populista" a casi todos los partidos políticos, con independencia de sus ideas, por el mero hecho de intentar conseguir el voto de la clase media baja y de los estamentos sociales menos favorecidos.
Por eso, los miembros del Consejo Asesor nos conjuramos para proponer a la Fundéu una definición mejor.
Mi propuesta preliminar ha sido:
"Populista": Dícese de quien, buscando el favor popular, da a problemas complejos respuestas simplistas y equivocadas que apelan a emociones, falacias o prejuicios con arraigo social.
Como adjetivo, se aplica primordialmente a políticos y partidos; periodistas y medios de comunicación; autoridades, cargos públicos y jueces o magistrados; y, en general, a cualquier persona o grupo con influencia social.
Sinónimo: demagogo, "chamán" (en el sentido fig. de Víctor Lapuente).
Antónimo: ilustrado, riguroso, sensato.
Bauticé en broma mi definición como "Tortella +", pues amplía la que el historiador español Gabriel Tortella dio el pasado septiembre en su entrevista en El Mundo:
"Es el simplicismo. El dar soluciones muy sencillas a problemas sociales y políticos que son muy complicados".
Esta definición, por su carácter general e intemporal, no incluye dentro del concepto ninguna de las ideas concretas defendidas por los movimientos populistas actuales, ya sean de izquierdas o de derechas.
Ese enfoque es, por el contrario, el seguido -entre otros- por el gran administrativista español Gaspar Ariño, quien en su reciente libro "Populismo y democracia. La izquierda populista en España" concibe así el populismo (pg. 41):
"Concepción de la democracia según la cual la comunidad debe tomar conciencia de sí misma, constituirse políticamente como sujeto activo, denunciar la falsa democracia representativa que hoy tenemos y recuperar la soberanía para la gente, ejerciéndola directamente a través de una serie de mecanismos como son los referéndums, la revocación de mandatos, las consultas populares y la presencia ciudadana en las estructuras gubernamentales".
Notas
1. El "populismo", tal y como lo he definido, es manifestación de ciertos fenómenos sociales ya analizados en este blog:
- "Síndrome de Van Dyck".
- "Dilema de Rubin".
- "Pánicos morales".
- "Populismo judicial".
2. Como mero miembro del Consejo Asesor de la Fundéu -al que pertenecen académicos y lingüistas de gran prestigio y autoridad-, nada de lo aquí expresado vincula ni a la Fundéu, ni a mis colegas de dicho Consejo Asesor.