Sociedad civil e instituciones
POR GUILLERMO DORRONSORO - Domingo, 12 de Febrero de 2017 - http://www.deia.com/2017/02/12/opinion/tribuna-abierta/sociedad-civil-e-instituciones
ES lógico que en periodos de bonanza económica y de razonable estabilidad la ciudadanía opte por retirarse y dejar en manos de las instituciones el peso de las decisiones y de la gestión de los asuntos que nos afectan. Creamos las instituciones precisamente para eso, para establecer carriles por los que discurran las normas que regulan nuestra convivencia, el modelo social y económico. Y cuando la cosa va sobre carril, no hace falta vigilar el rumbo.
Además, establecemos hitos cada cuatro años, en los que poder opinar sobre la gestión realizada, y darnos la oportunidad de elegir a las personas que asumirán la responsabilidad de gestionar lo público. Con eso entendemos que hemos cumplido con nuestra responsabilidad ciudadana…
Esa lógica se quiebra en momentos de transición, de cambio, en los que la economía no responde adecuadamente a los problemas de la sociedad, en los que la inestabilidad amenaza los pactos de convivencia. En esos periodos, incluso los mejores gestores públicos se enfrentan a retos complejos, a soluciones difíciles. Y en esos momentos es en los que es fundamental que la sociedad civil se vertebre de nuevo y se ponga en pie.
Pero no para quejarse, o para protestar (eso lo podemos hacer a título individual), sino para ayudar de una manera más eficaz, para marcar el norte, para dar voz al sentimiento de la sociedad. Y para acompañar a las instituciones en la tarea de cambiar las agujas que marcarán el recorrido del tren que nos lleva a todos, del que no podemos bajarnos.
Vienen tiempos difíciles, han venido para quedarse. Difíciles para nuestra economía y difíciles para los pactos que guían nuestra convivencia. Un perfil demográfico envejecido, un rápido proceso de transformación del empleo tal y como lo conocemos, un modelo de globalización que hace aguas y que nos lleva a plantear un regreso a lo local (a veces planteado en términos equivocados de proteccionismo)… Por mucho acierto que tengan nuestras empresas e instituciones en capear estas tormentas (que lo están teniendo), eso solo nos está ayudando a ganar tiempo. Un tiempo que debemos aprovechar para prepararnos.
¿Creen que estoy exagerando, que soy un agorero y que las cosas no están tan mal? Es posible que tengan razón. Les propongo que este año sigan con atención tres tipos de noticias.
Fíjense, en primer lugar, en las noticias que hablen de la financiación del sector público (estatal, autonómico, local…). La evolución de los presupuestos, de la recaudación, del endeudamiento, la revisión de los pactos de financiación autonómica… Si todo está tranquilo, si la deuda deja de engordar, si las Comunidades Autónomas y el Estado se ponen rápidamente de acuerdo en cómo plantear la financiación autonómica y no se dedican a atacar el Concierto vasco y el Convenio navarro, es que me he equivocado. Ojalá sea así.
En segundo lugar, pueden fijarse en las noticias sobre el empleo. Pero no se queden solo con el titular de la “tasa de paro”, que probablemente siga disminuyendo en los próximos meses. Son buenas noticias, pero si leen la letra pequeña, en la que se dan datos de las características de los puestos de trabajo creados, es posible que descubran que el empleo está mutando. Que el empleo indefinido a tiempo completo y bien remunerado está siendo sustituido por otra fauna mucho más diversa. Ojalá me equivoque.
Y, en tercer lugar, fíjense en las noticias que aparezcan sobre las pensiones y la edad de jubilación. Cuando lean una noticia tranquilizadora, me la envían por favor. Ojalá reciba muchos mensajes este año con buenas noticias.
Son tres pruebas del nueve que propongo. Si ven que mis predicciones agoreras se van cumpliendo (como se llevan cumpliendo desde hace tiempo), pueden hacer dos cosas.
La primera, pueden quejarse y protestar, y pensar que toda la culpa es de las instituciones, o de las empresas, o de los bancos (por ejemplo). Así irá creciendo la brecha entre sociedad e instituciones, un camino que siempre acaba en lugares oscuros…
O pueden decidir que es momento de volver a vertebrar la Sociedad Civil. Se lo explicaba Obama a los americanos en su discurso de despedida como presidente en Chicago. ¿No te gusta lo que ves? Organízate para ayudar a cambiarlo…
Si no saben cómo empezar, propongo que se sumen, por ejemplo, a la Comunidad del Concierto, un grupo de personas de la sociedad civil que ha decidido articularse para defender el Concierto vasco y el Convenio navarro. Y no para criticar, ni para protestar, sino para animar a más personas a conocer mejor esta piedra angular de nuestro autogobierno.
No esperen todo el año, que hay trabajo que hacer…