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“La clave para activar nuestra memoria es la sorpresa”Fabricio Ballarini

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“La clave para activar nuestra memoria es la sorpresa”Fabricio Ballarini

Por qué me engaña mi cerebro?
Nuestra cultura nos dice que yo soy yo porque me recuerdo, me reconozco y reconozco mi historia y mi entorno... Pero ¿y si le digo que todos esos recuerdos que me constituyen a mí y a toda la sociedad son inventados y falsos y manipulados?
¿No exagera?
No. Seguro que tiene en su cabeza historias de su niñez, pero... ¿en realidad se acuerda de lo que ocurrió o de lo que le contaron que ocurrió?
Ya no lo recuerdo...
La forma en la que nuestro cerebro guarda información tiende a mezclarla y confundirla. Si usted rememora con otra persona algo que vivieron juntos, probablemente lo recordarán distinto.
Habrá matices, sí.
Lo interesante es que esos matices que la otra persona le ha explicado cambiarán su recuerdo: al cabo de unos días usted confundirá su recuerdo con el que la otra persona le generó.
Entonces, la memoria es manipulable.
En EE.UU. y ahora en Argentina hay un gran debate en torno a los testigos presenciales.
¿Gracias a la ciencia?
Sí, porque hoy sabemos que al cerebro no le gustan las dudas y nos cierra las historias sin importarle la verdad. Hay muchísimos casos de personas a las que se condenó a muerte por declaraciones de testigos y que luego resultaron ser inocentes.
Entonces, el psicoanálisis…
Tiene temas por resolver. Los psicoanalistas reinterpretan nuestras historias y así modifican nuestros recuerdos.
¿Y yo misma puedo modificar mis re­cuerdos?
Sí, de hecho esa oportunidad existe cada vez que recuerda algo; si es usted más benevolente con aquello que pasó y ve el lado bueno, el recuerdo dejará de mortificarle.
¿El bienestar de las personas está en la buena interpretación de su memoria?
Sin duda, pero lo que nosotros estamos investigando es cómo mejorar memorias, y el lugar idóneo para eso es la escuela.
¿Y cómo se hace?
Es muy sencillo: la clave es la sorpresa. Los humanos somos una máquina de predecir. Aunque no nos demos cuenta, nuestro cerebro hace un repaso de todo lo que puede suceder ante cualquier situación.
¿Todo el rato?
Sí. Cuando, por ejemplo, estamos conduciendo, nuestro cerebro está evaluando todas las posibilidades predecibles: que el semáforo se ponga en rojo, que el motorista gire...
¿Y lo hace sin que seamos conscientes?
Lo hace con independencia de que lo seamos o no. Pero cuando algo rompe la rutina, aunque sea algo muy pequeño, nuestro cerebro enciende una alarma.
¿De qué tipo?
“Esta nueva posibilidad la tengo que recordar”, se dice. Y no sólo recuerda ese evento que le llamó la atención, sino que hace una cosa fantástica: guarda todo lo que ocurrió una hora antes y una hora después con mucha fuerza.
Todo el mundo recuerda qué hizo el 11-S.
Así es, pero si mis días son todos iguales, probablemente no recuerde nada.
Olvidamos la rutina.
Sí, y es necesario, pero las novedades las guardamos, por eso la clave para poder interferir en la memoria es sorprender.
Lleva usted diez años investigando cómo mejorar la memoria de los estudiantes.
Con estudiantes desde la primaria hasta la universidad, es una investigación dentro de las escuelas. El resultado es que la sorpresa mejora el aprendizaje entre un 60% y un 200%.
Ha creado usted una oenegé.
Educando al Cerebro trata de unir el conocimiento científico y la educación. Damos charlas gratuitas a educadores, en Buenos Aires hemos llegado a tener en una clase de ocho horas a 3.000 profesores interesados en aprender cómo causar sorpresas y eso es muy gratificante.
¿Y cómo se hace?
Con estrategias muy simples, como sacar a los chicos del aula y darles una clase de ciencia debajo de un árbol o utilizar el humor. Esa variación de la rutina hace que la materia se grabe en el cerebro. Recuerdo que al finalizar una charla se me acercó una maestra ya veterana y me dijo: “Es la primera vez que pienso que mis alumnos tienen cerebro”.
¡…!
En ninguna instancia de la formación de los docentes se tiene en cuenta que los niños tienen cerebro y que este funciona de una determinada manera, ni cómo se guarda la información.
...Necesita agua para funcionar.
Cierto, pocas escuelas saben que las neuronas y sus redes necesitan hidratarse, o los ciclos de sueño: los cerebros adolescentes están dormidos a primera hora de la mañana, así que mejor no dar entonces las materias importantes.
La ciencia puede orientarnos.
Hemos evaluado este año cómo reacciona la memoria a esas pequeñas sorpresas con 8.000 estudiantes, y funciona.
Se puede conseguir que los otros tengan un buen recuerdo tuyo.
Basta con provocar experiencias sorpresivas, romperles la rutina. Te quedarás con el profesor que se subió a la mesa y se tiró al suelo para explicar la teoría de la relatividad (y con la teoría); y con los amigos que se salieron del molde.

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Fabricio Ballarini,,Investigador del Conicet en el Laboratorio de Memoria del Instituto de Biología Celular y Neurociencias Prof. E. De Robertis de Buenos Aires, creó una oenegé y una web muy activas: Educando al Cerebro, con 40 investigadores de todo el mundo que aportan su conocimiento: “Es todo gratuito y se está creando mucha complicidad entre científicos y educadores”. Él investiga cómo el cerebro aprende, guarda la información y cómo funciona nuestra memoria; explicárnoslo de manera amena es el objetivo de Rec (Debate). Me alegró su entusiasmo social, sus muchas charlas gratuitas. Asegura que a través del conocimiento científico podemos mejorar el sistema educativo... “Si no, ¿para qué sirve la ciencia?”.
Tengo 33 años. Nací y vivo en Buenos Aires. Tengo un bebé de 11 meses. Tengo un doctorado en el Laboratorio de Memoria de la facultad de Medicina de la UBA (Buenos Aires). La ciencia debe ser útil No tengo creencias, por el momento la religión no me suscita interés

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20161222/412792294100/la-clave-para-activar-nuestra-memoria-es-la-sorpresa.html

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https://www.youtube.com/watch?v=oa56Plu8AM0
https://www.youtube.com/watch?v=UD3ZrAKe1rE
https://www.youtube.com/channel/UCS44L9ONJxJJF__MUkkTkIg

REC, de Fabricio Ballarini: el libro del investigador que sorprende y se sorprende
http://www.conicet.gov.ar/rec-de-fabricio-ballarini-el-libro-del-investigador-que-sorprende-y-se-sorprende/
La publicación recopila sus experiencias de investigación y de comunicación de la ciencia. El estudio del cerebro humano es su punto de partida para salir del laboratorio y contarle a la sociedad cómo recordamos y olvidamos.
Fabricio Ballarini. Foto: CONICET Fotografía.
Fabricio Ballarini. Foto: CONICET Fotografía.

Rutina, novedad, recuerdo, cerebro, memoria, sorpresa, educación, aprendizaje, laboratorio, olvido y verdad son algunos de los conceptos que desfilan por las casi doscientas páginas de “REC: Por qué recordamos lo que recordamos y olvidamos lo que olvidamos”, el primer libro del Dr. en biología Fabricio Ballarini, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), que se publicó en agosto del año pasado.
Fabricio reparte su tiempo entre el Laboratorio de Memoria del Instituto de Biología Celular y Neurociencias “Dr. De Robertis” (IBCN, CONICET-UBA) y las tareas de comunicación científica que realiza: es el creador de las Jornadas “Educando al Cerebro (EaC)” -con las que acaba de viajar a Uruguay y disertó ante más de 900 personas-; está preparando un libro junto al equipo de oradores de EaC para contar la experiencia del ciclo que ya va por su cuarto año de vida; y hasta el año pasado participaba como columnista científico en “Mala mía”, programa radial conducido por Mario Pergolini en la multiplataforma Vorterix . Este año su cara quedará inmortalizada en micros audiovisuales sobre diversos temas científicos, que estarán disponibles de forma online en dicha plataforma.
Si bien participa en muchos proyecto no se olvida de su trabajo de laboratorio: “Sin investigación no tengo sustento para contar absolutamente nada, así que no me gustaría quitarle tiempo. Durante los últimos dos años trabajé horas extras en mi casa, incluso los fines de semana. No lo tomo como un castigo sino como algo sumamente motivante”, explica Ballarini, para quien su vida es un torbellino de desafíos.
“En ningún momento de la tesis de licenciatura o del doctorado había tenido como objetivo escribir un libro, hacer comunicación científica en una jornada para docentes o estar en la radio”, sostiene Fabricio. En el año 2009, mientras todavía era becario doctoral del Consejo y estudiaba en su laboratorio de qué manera se forman las distintas memorias, se acercó a una escuela primaria de la ciudad de Avellaneda –provincia de Buenos Aires-. Todos los hallazgos obtenidos por el Laboratorio de Memoria donde él trabaja se habían obtenido, hasta ese momento, estudiando el comportamiento de animales; su objeto de estudio nunca había sido el ser humano. Pero Fabricio quiso comprobar si se podía mejorar el aprendizaje y la memoria directamente en estudiantes. Con esa inquietud empezó el desafío que luego desembocó en las Jornadas de Educando al Cerebro y que, finalmente, inmortalizó en REC.
El proceso de escritura

En “REC” el lector se sumergirá en la historia de Ballarini, de cómo llegó a querer transmitir a la comunidad educativa el deseo de educar el cerebro para mejorar la memoria y cambiar cómo estudiamos y aprendemos. A través de papers de renombre y anécdotas personales (lo que en el libro se denomina Memorias Científicas), Fabricio va explicando los misterios de la gran caja negra, la diversidad de memorias que presenta, las diferentes partes del cerebro que se activan con nuestras acciones (ya que “el cerebro no se comporta como un todo sino que se encuentra sectorizado en pequeñas regiones que cumplen tareas específicas”) y cómo trabajan nuestras neuronas.
Si bien el producto terminado es un libro entretenido, interesante y con un lenguaje accesible con contenidos científicos, para Fabricio el proceso de escritura no fue tan sencillo. “Fue estresante, al no tener experiencia pensé que los tiempos de escritura iban a ser mucho más rápidos, pensaba que en unos meses lo terminaría pero pasaba el tiempo y no avanzaba. Desde la editorial me habían dado ocho meses de plazo para entregarlo. Finalmente, me tomé las vacaciones del laboratorio –enero y febrero 2015- para escribir el libro, estuve un mes escribiendo y otro con correcciones”, cuenta Ballarini, que trabajó con la edición del periodista Martín De Ambrosio. Lo escribió en su departamento, llegó a pasar más de diez horas con su computadora en la cama –“en una posición horrible”- y solo conseguía una carilla, pero finalmente lo logró.
Su principal temor a la hora de escribir REC fue ser “muy científico o técnico por un lado, o caer en algo muy simplista. Encontrar un lenguaje intermedio me costó, ser riguroso a nivel científico pero accesible para llegar tanto a la gente de ciencia como al docente”. Un dato de color no menor es que Fabricio canalizaba su sensación de no poder avanzar con el libro en la ducha, dónde compaginaba su día, pensaba qué ejemplos utilizar o qué tenía para contar. Una imagen similar a la de sus años de estudiante, donde utilizaba los azulejos del baño para repasar fórmulas matemáticas.
La novedad como estrategia educativa
En REC, Fabricio relata detalladamente cómo fue el protocolo que creó junto a sus colegas para confirmar la hipótesis de que la memoria de los estudiantes puede mejorar a partir de un efecto de sorpresa, ya que un evento novedoso ayuda a almacenar información de sucesos cercanos.
Así nació la idea de mejorar un aprendizaje literario asociándolo con una situación novedosa: una clase de ciencia. ¿Cómo fue el protocolo? Las maestras de dos divisiones de un mismo año debían leer un cuento a sus alumnos por única vez. Una de las divisiones, luego de la lectura, siguió de manera regular con su día escolar. Al otro grupo de alumnos, en cambio, se le brindó –sin previo aviso- una clase novedosa de ciencia, una hora después de la lectura.
Al día siguiente, las maestras evaluaron cuánto recordaban sus alumnos los contenidos de los cuentos. ¿Cuál fue el resultado? La hipótesis de Ballarini se confirmó: los que recibieron la clase novedosa recordaban con más detalles la historia, gracias a los efectos de la novedad sobre la memoria literaria. Luego expandieron este experimento en muchos colegios más de la provincia de Buenos Aires.
Durante todo este proceso, Fabricio no dejó de sorprenderse ya que pensaba que los docentes no iban a tomar a bien su intervención en los colegios. Sin embargo, notó un gran entusiasmo y necesidad de actualización, de aprender nuevos conocimientos y metodologías de enseñanza. “Para mí el cambio viene de la mano de que el docente tenga pensamiento crítico, que se pregunte si realmente tal metodología funciona y de dónde viene tal resultado”. Por lo tanto, la clase novedosa podía ser una buena herramienta para revolucionar la enseñanza en el aula.
La experiencia fue fundante para que Fabricio se convirtiera en divulgador científico: “Como el resultado de mis experimentos era en escuelas me pareció interesante y justo contárselo a los docentes, y para eso había que encontrar una manera muy simple de explicar algo complejo en un período de tiempo muy corto. Me empezó a picar la idea de `está bueno contar ciencia, hay mucha gente interesada`. Eso devino en Educando al Cerebro y esos experimentos se transformaron luego en las columnas de la radio y, sin querer, estaba metido en una estructura de comunicación científica que no había planeado. Como ya tenía en la cabeza esa manera fácil de contar mi historia, el libro fue la consecuencia”.
Pero la novedad y la sorpresa también forman parte de su vida; las actividades de divulgación que realiza no son obra de la casualidad sino de una actitud que él toma frente a cada desafío: “Soy una persona que busca todo el tiempo sorprenderse. Le digo sí a un montón de proyectos, si sos permeable a nuevas propuestas es mucho más probable que te sorprendas. Me sorprendió Educando al Cerebro, la radio, el libro, las reacciones de los docentes, las charlas que dí en Tecnópolis. La sorpresa está en asumir el riesgo y salir a buscarlo”.

*Fabricio Ballarini estará presentando su libro REC el sábado 23 de abril a las 14:00 hs. en el stand 1017 -Pabellón Verde- de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. 
ENTRE PARÉNTESIS
Todos los científicos, en algún momento de su carrera, deben volcar parte de sus investigaciones al papel. Para algunos es un desafío grande, otros manejan el lenguaje como peces en el agua. Hay quienes se entusiasman tanto que hasta pegan el salto hacia otros géneros literarios –como la ficción–, y otros que prefieren asesorar a escritores desde sus competencias científicas. Entre Paréntesis se propone como una sección cultural del CONICET desde donde dialogar con aquellos científicos que también forman parte de los anaqueles de las librerías. 

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