Totalmente acertado:L.Foix "...Thomas Friedman, en una de sus lúcidas metáforas, ha escrito que cree que la historia registrará que fue el capitalismo chino el que puso fin al socialismo europeo. El PSOE se ha preocupado más del grupo de universitarios que han diseñado Podemos y que han convencido a millones de votantes agitando la confrontación y el desprecio al otro, rodeando el Congreso y acudiendo a cuantas televisiones se les han puesto por delante en vez de reformular un pensamiento basado en el crecimiento provocado por la globalización y en la necesidad urgente de distribuir mejor la riqueza generada por la nueva realidad económica",,,,
,“””Hay que recuperar el funcionamiento democrático de las instituciones para preservar la convivencia y el respeto mutuo”””…
http://www.foixblog.com/2016/11/02/errores-en-todos-los-frentes/
,“””Hay que recuperar el funcionamiento democrático de las instituciones para preservar la convivencia y el respeto mutuo”””…
http://www.foixblog.com/2016/11/02/errores-en-todos-los-frentes/
Errores en todos los frentes
Se inaugura la segunda legislatura de Mariano Rajoy con una crisis de fondo en el PSOE y con una Catalunya institucional decidida a dar el paso de la desconexión gradual pero definitiva con España. Cuando se anuncie la composición del nuevo gobierno sabremos algo más sobre el talante y los talentos con que Rajoy pretende abordar los retos desde su fragilidad parlamentaria.
La paciencia calculada le ha dado réditos. Es uno de los pocos casos que conozco de un presidente de un partido acorralado por graves casos de corrupción aireados en los juzgados que haya sobrevivido después de casi un año de gobernar en funciones.
Llegó el primero en las dos últimas elecciones a pesar de haber perdido 49 escaños y más de dos millones y medio de votos respecto a la mayoría absoluta del 2011. Rajoy ha hecho de su debilidad virtud. Es ya presidente para la tranquilidad de la Unión Europea, que necesita más que nunca gobiernos estables para hacer frente a las consecuencias del Brexit y a los movimientos de intereses particulares como ha sido la resistencia de Valonia para aprobar un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Canadá.
Los socialistas atraviesan un periodo de confrontación interna que ha explotado en el mes de octubre con la dimisión de Pedro Sánchez y la división del partido entre los que no querían unas terceras elecciones para no perder más votos y escaños y los que se han pronunciado a favor de Pedro Sánchez y de una opinión de la militancia que seguramente no habría votado el abstenerse para investir a Rajoy.
La reacción de Pedro Sánchez tras perder la secretaría general es tan desesperada como inútil. Sacar el Ibex a pasear como principal artífice de sus desgracias o atribuir a los medios y a un periódico en especial como causas de su derrota no pueden ser la única explicación de la crisis.
La situación de la socialdemocracia en Europa no pasa por sus mejores momentos. Si Pedro Sánchez hubiera dedicado algunas horas a leer la obra de Tony Judt, habría entendido las consecuencias de los cambios que están sembrando el miedo en las sociedades democráticas occidentales. Miedo al terrorismo y también, de manera más insidiosa, el miedo a la incontrolable velocidad del cambio, a perder el empleo o a no encontrarlo fácilmente, miedo a quedar atrás en una distribución de recursos cada vez más desigual. Miedo también a los extranjeros, a las fronteras abiertas, a las comunicaciones libres y a la libre expresión de opiniones incómodas.
Thomas Friedman, en una de sus lúcidas metáforas, ha escrito que cree que la historia registrará que fue el capitalismo chino el que puso fin al socialismo europeo. El PSOE se ha preocupado más del grupo de universitarios que han diseñado Podemos y que han convencido a millones de votantes agitando la confrontación y el desprecio al otro, rodeando el Congreso y acudiendo a cuantas televisiones se les han puesto por delante en vez de reformular un pensamiento basado en el crecimiento provocado por la globalización y en la necesidad urgente de distribuir mejor la riqueza generada por la nueva realidad económica.
Las ideas equivocadas siempre acaban en un baño de sangre, escribió Camus, pero en todos los casos es la sangre de los demás. Por esta razón, decía el premio Nobel de Literatura, algunos de nuestros pensadores se sienten libres para decir cualquier cosa sin atenerse a sus consecuencias.
Harían bien los socialistas en recuperar la unidad perdida, sin personalismos y sin horas y horas de carretera para encontrarse con una militancia que finalmente se inclinará por la ley de la gravedad y por el interés común de los votantes que son muchos más que los militantes. Sería un error dejar aislado al PSC de Miquel Icetaque puede ser decisivo para reconstruir los puentes entre las instituciones del Estado y Catalunya. Otro error serían los expedientes disciplinarios a los socialistas que votaron no. El ordeno y mando.
La otra gran prueba del gobierno Rajoy será la cuestión catalana. A estas alturas del proceso, el silencio de Rajoy aplicando la ley como si no existiera la política sólo puede conducir a una humillación del soberanismo que ha creído que podía llegar a la independencia unilateral sin contar los daños directos y colaterales que esta decisión comporta.
El proceso encabezado ahora por Puigdemont y Junqueras ha cometido sus propios errores y cambios de estrategia con las pantallas que van y vienen, según convenga. Sabemos lo que pretenden los independentistas para el año próximo que deberíamos ser ya independientes de España con un referéndum sí o sí.
Pero también conocemos que Rajoy, Rivera y el PSOE se pondrán de acuerdo para impedirlo. La competencia que se otorgará al Tribunal Constitucional para suspender a políticos en activo es otro error que no tiene ningún sentido. Pero responder desde la calle a estas decisiones que pueden ser arbitrarias tampoco es recomendable. Es en la calle donde se incuban los populismos de todo tipo.
Hay que recuperar el funcionamiento democrático de las instituciones para preservar la convivencia y el respeto mutuo. Antes de que sea demasiado tarde.
Publicado en La Vanguardia el 2 de noviembre de 2016